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LOS OTROS CHILENOS. EL CASO DE LA ARAUCANIA

LOS OTROS CHILENOS. EL CASO DE LA ARAUCANIA. Jorge Pinto Rodríguez Departamento de Ciencias Sociales Universidad de La Frontera. ¿OTROS CHILENOS EN LA ARAUCANIA?.

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LOS OTROS CHILENOS. EL CASO DE LA ARAUCANIA

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Presentation Transcript


  1. LOS OTROS CHILENOS. EL CASO DE LA ARAUCANIA Jorge Pinto Rodríguez Departamento de Ciencias Sociales Universidad de La Frontera

  2. ¿OTROS CHILENOS EN LA ARAUCANIA? El primer problema que se nos plantea, en abierta relación con la situación que se vive en la Araucanía, es que numerosos miembros de lo que nosotros llamamos “otros chilenos”, no se sienten chilenos y no tienen ningún interés en que así se les llame. Ciertos sectores de la comunidad regional anteponen a una supuesta “identidad chilena”, una “identidad mapuche” exigiendo el reconocimiento de “nación”, diferente a la chilena. Por lo tanto, en este caso, no estaría tan seguro de hablar de los “otros chilenos”. Por otra parte, numerosos descendientes de inmigrantes extranjeros mantienen fuertes vínculos con la patria de sus antepasados, conservando una doble identidad que los lleva, en muchos casos, a pasearse por Europa con pasaportes que no los reconoce como chilenos. Y en medio de ambos, queda el resto, descendientes de ocupantes nacionales que a veces se sienten discriminados por no llevar un apellido mapuche o no haber gozado de los supuestos beneficios que se concedió a quienes vinieron del Viejo Mundo. En suma, se vive en la región una diversidad que complica la situación y que contribuye a generar la conflictividad que se observa en la zona.

  3. LAS DECLARACIONES QUE AGUDIZAN LA SITUACION Y en este ambiente enrarecido se producen declaraciones que poco ayudan a mejorar las cosas. Hace un tiempo, don Jorge Luschinger declaró a la Revista Que Pasa, a propósito de las discusiones sobre el artículo 169 de la Convención de la OIT y la devolución de tierras en los últimos años, lo siguiente: “¡No es posible que entreguen tierras a mapuches. Va a ser una miseria absoluta, porque ellos no trabajan. No se va a resolver el problema, no van a dejar de ser miserables. ¿Usted ha visto cómo están los campos que les ha comprado el Estado a través de la Conadi a los mapuches? ¡No queda nada, ni un árbol parado, no producen nada. Si hay que sacarlos a balazos, se los saca no más…!” “ El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, no tiene capacidad intelectual, no tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos, no tiene nada... El mapuche es ladino, es torcido, desleal y abusador”. Y hace una semana, representantes de la Multigremial de la Araucanía insistían en Temuco en la misma idea de tierras perdidas en manos de mapuche en un foro organizado por el Colegio de Periodista en el cual me toco intervenir.

  4. Y ESTE CUENTO TIENE HISTORIA Las palabras de don Jorge Luschinger y las opiniones de la Multigremial no son nuevas. Hace 150 años ya se difundieron cuando se tomó la decisión en Santiago de invadir la Araucanía. El indio es enteramente incivilizable, señalaba El Mercurio de Valparaíso en 1859, “todo lo ha gastado la naturaleza en desarrollar su cuerpo, mientras que su inteligencia ha quedado a la par de los animales de rapiña, cuyas cualidades posee en alto grado, no habiendo tenido jamás una emoción moral”. Un animal de rapiña, así se presentó al mapuche. Una horda de salvajes que debía desaparecer en beneficio de la humanidad. El lenguaje de los colaboradores del El Mercurio alcanzó una virulencia casi increíble. “Los hombres -se decía en un artículo publicado en 1859- no nacieron para vivir inútilmente y como los animales selváticos, sin provecho del jénero humano y una asociación de bárbaros, tan bárbaros como los pampas o como los araucanos, no es más que una horda de fieras que es urjente encadenar o destruir en el interés de la humanidad y en bien de la civilización”. En este contexto surge la pregunta. ¿tenemos derecho a exigirles a quienes así fueron y siguen siendo tratados que se sientan chilenos? ¿Tenemos derecho a esperar de ellos actitudes de reconocimiento a nuestra identidad nacional?

  5. Y A ESTE TIPO DE AGRESIÓN, SE AGREGO LA VIOLENCIA Porque a este tipo de agresión, se agregó otra, la violencia física. El Coronel Cornelio Saavedra definió en estos términos los sucesos que estaban ocurriendo en La Araucanía, en 1870. “llevada (la guerra) por el sistema de las invasiones de nuestro ejército al interior de la tierra indíjena, será siempre destructora, costosa i sobre todo interminable, mereciendo todavía otro calificativo que la hace mil veces más odiosa i desmoralizadora de nuestro ejército. Como los salvajes araucanos, por la calidad de los campos que dominan, se hallan lejos del alcance de nuestros soldados, no queda a estos otra acción que la peor y más repugnante que se emplea en esta clase de guerra, es decir: quemar sus ranchos, tomarles sus familias, arrebatarles sus ganados i destruir en una palabra todo lo que no se les puede quitar. ¿Es posible acaso concluir con una guerra de esta manera, o reducir a los indios a una obediencia durable?”

  6. Y LA VIOLENCIA CONTINUA La violencia no se detuvo cuando terminó la ocupación en 1883. En 1907, en el trawun de Coz Coz, se denunció como se robaba, agredía y aún asesinaba a los mapuches. La situación alcanzó tal gravedad que en 1910 el propio Congreso decidió tomar cartas en el asunto. La iniciativa partió de la Cámara de Diputadas, movida por las denuncias que se recibían de los abusos cometidos en la región. En sesión del 21 de diciembre de 1910, la Cámara acordó constituir una Comisión Parlamentaria para que se trasladara a la Frontera a estudiar en terreno los procedimientos que se estaban utilizando para la constitución de la propiedad privada y los conflictos que se habían declarado con posterioridad a la ocupación de la Araucanía. La Comisión, constituida por diputados y senadores, visitó la región y pudo constatar que las quejas de los mapuches eran sobradamente justificadas. Así, por ejemplo, señaló que “los indígenas suelen ser víctimas de gentes inescrupulosas y a veces inhumanas, que los hostilizan, los maltratan o se valen de argucias abogadiles para despojarlos de lo suyo”. El desorden en la ocupación de las tierras, continuaba la Comisión, ha causado más injusticia, todo lo cual ha generado un malestar en la zona. El Estado, concluían diputados y senadores, es incapaz de hacer cumplir las leyes y todo esto ha redundado en directo perjuicio de la población mapuche.

  7. NUESTRA GABRIELA SE SUMO A LAS DENUNCIAS “Vamos pasando, pasando la vieja Araucanía que ni vemos ni mentamos. Vamos, sin saber, pasando reino de unos olvidados, que por mestizos banales, por fábula los contamos, aunque nuestras caras suelen sin palabras declararlos”. “Ellos fueron despojados, pero son la Vieja Patria, el primer vagido nuestro y nuestra primera palabra. Son un largo coro antiguo que no más ríe y ni canta. Nómbrala tú, di conmigo: brava-gente-araucana. Sigue diciendo: cayeron. Di más: volverán mañana”.

  8. LAS REACCIONES DE ALGUNOS DIRIGENTES MAPUCHE Ya, a comienzos de siglo XX, Manuel Manquilef protestaba por el trato que recibía el pueblo mapuche. Entonces decía, “la inferioridad de nuestra raza está sólo en la mente del usurpador ... No somos raza inferior, sino desgraciada ... Cuando los valientes conquistadores nos trataron francamente como enemigos, pudimos defender nuestra tierra ... pero cuando algunos malos gobernantes se hicieron nuestros amigos, nos alcoholizaron y quitaron nuestras tierras”. El propio Manquilef agregaba: “Oprimidos con leyes propias para un pueblo de esclavos y soportando el duro peso de injusticias sin cuento, caminan como pontificados ante tanta ignominia…arrebatadas sus riquezas, son hoi unos pobres, miserables víctimas del gobierno y de la sociedad en que viven; ¿cómo es posible que un gobierno republicano como el de Chile haya procedido así? ¿por qué y cómo ha conseguido destruir a esta raza fuerte y valerosa que entró a formar parte de la República, no como pueblo conquistado, que jamás lo fue, sino en virtud de solemnes tratados?

  9. Siguen las recriminaciones Más tarde, otros dirigentes también levantaron su voz en tono de protesta. Alihuén Antileo, egresado de derecho de la U. de Chile, declaraba al diario El Mostrador: “Nosotros no respetamos la institucionalidad chilena, porque es opresora … El movimiento debe empezar a desligarse de las instituciones chilenas que nos interviene y divide, como la Conadi, los partidos políticos, las Ongs y distintas formas de cooptación económica. Nosotros planteamos la reconstrucción de nuestra nación mapuche y subordinamos a eso los demás planteamientos políticos, culturales y religioso” (Citado por Rolf Foerster en “Sociedad mapuche y sociedad chilena: la deuda histórica”). La sociedad chilena, han agregado otros dirigentes mapuche, es una idea que no tiene más de 200 años, mientras que la mapuche tiene miles de años.

  10. Y LA IRA SE ACRECIENTA Poco después del asesinato de Matías Catrileo circuló un panfleto que decía lo siguiente: “El 3 de enero del 2009 fue asesinado Matías Catrileo de un balazo en la espalda mientras recuperaban el ex fundo Santa Margarita usurpado por Jorge Luchsinger, latifundista racista y asesino, quien dijo ‘si hay que sacarlos a balazos se los saca nomás’. Sabemos que el balazo lo percutió una carabinero de Chile, pero éste se encontraba resguardando la propiedad privada de Luchsinger, por tanto consideramos a Jorge Luchsinger tan responsable como al Estado chileno del asesinato de nuestro weichafe Katrileo” “¡¡El asesinato de Katrileo no quedará impune!!” “¡¡Fuera familia Luchsinger!!” “¡¡Fuera suizos de Pirineo Ltda. del territorio mapuche!!”

  11. ¿Y SI MEJOR LES CUENTO UN CUENTO? Como ninguno de nosotros ha venido a esta reunión a escuchar recriminaciones y materias conflictivas, ¿Qué les parece si les cuento un cuento mejor? No me pertenece, es de Marcelo Cabalín y lo escuché en Temuco la semana pasada. El cuento trata de unos redonditos que jugaban felices hasta que llegó un cuadradito que se unió a sus juegos con la misma felicidad. Jugaron y jugaron hasta que les dio frío y decidieron entrar a su casa. Invitaron al cuadradito, pero como la puerta estaba hecha sólo para redonditos, no pudo entrar. ¡Sé redondo! Le dijeron entonces los redonditos. No puedo dijo el cuadradito. Se estiró, hizo contorsiones, intentó achicarse, pero no hubo caso, no podía entrar. Entonces los redonditos, que estaban tristes por haber perdido a su amiguito, trajeron un serrucho para cortarle las puntas para que pudiese entrar. El cuadradito se puso a llorar porque dijo que sufriría mucho y que estaba muy triste por perder a sus amiguitos. De pronto un redondito encontró la fórmula. El problema no estaba en el cuadradito, sino en la puerta, Y, en un abrir y cerrar de ojos, aprovechó el serrucho para acomodarla y el cuadradito pudo entrar para seguir jugando como buenos amigos. Y fueron felices y comieron perdices.

  12. ¿SOMOS UN PAIS DE PUROS REDONDITOS? ¿Se han dado cuenta que en Chile estamos obsesionados con ser puros redonditos? Pedro Cayuqueo dijo en una reunión que se celebró en el verano pasado en Santiago que somos un país de monos. Mono-exportadores, mono-lingües, mono-étnicos, mono-culturales, mono-nacionales. Definitivamente monos. ¿Por qué tenemos tanto miedo a la diversidad? Algunos expertos señalan que una de las mayores potencialidades de nuestro continente radica su diversidad. En Chile somos un país diverso regional, étnico, cultural y nacionalmente hablando. No somos un país en el cual caben solo redonditos. Hay cuadraditos, rectangulares, triangulares y todos pueden contribuir, en el marco de sus propias identidades, a nuestro fortalecimiento. Tenemos que construir un país diferente, más amigable para todos, en el cual cada uno sienta el respeto que se le debe por ser como es. Y eso, estoy seguro, no nos debilitará. Estoy convencido que los otros “chilenos” del sur, que en algunos casos no quieren serlo, han aportado y seguirán aportando a nuestro desarrollo, siempre y cuando aprendamos a aceptarlos y respetarlos.

  13. LA REGION LO NECESITA La Araucanía necesita el esfuerzo de todos para superar los conflictos que nos afectan. Como Uds. saben, la nuestra es una región que muestra indicadores muy negativos desde el punto de vista del desarrollo humano. Hay pobreza, inequidad, desigualdad entre Temuco y algunos sectores de la precordillera, la costa y, sobre todo, la provincia de Malleco. Hay gente que se siente postergada por el centralismo que todo lo decide en Santiago. Y, como telón de fondo, el conflicto entre el Estado y el Pueblo Mapuche. El desafío es enfrentar estas situaciones como desafíos que Chile tiene que vencer. Lo haremos si construimos en la Vieja Frontera una identidad regional que reconozca la diversidad, sin obligar a nadie a desprenderse de su condición de mapuche o sus otros sentidos de pertenencia. Estoy seguro que con la ayuda de todos y las potencialidades de nuestra región, lo lograremos.

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