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El milagro tiene un precio 2 Reyes 5

El milagro tiene un precio 2 Reyes 5. LA HISTORIA DE NAAMÁN . Nací en un hogar nacionalista C recí orgulloso de mi nación y mi gente. El ejército y sus soldados llamaban mi atención. Naci ó en mi corazón el anhelo de ser un soldado fiel de mi país. .

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El milagro tiene un precio 2 Reyes 5

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Presentation Transcript


  1. El milagro tiene un precio 2 Reyes 5

  2. LA HISTORIA DE NAAMÁN • Nací en un hogar nacionalista • Crecí orgulloso de mi nación y mi gente. • El ejército y sus soldados llamaban mi atención. • Nació en mi corazón el anhelo de ser un soldado fiel de mi país.

  3. Cuando la oportunidad llegó, me uní alejército. • Comencé con las tareas más simples y aparentemente insignificantes. • Siempre pensé que mi lugar estaba reservado entre los mejores.

  4. Fui reconocido por mi fidelidad, y un buen día empecé a ascender. • Una mañana sucedió lo mejor: fui llamado para ser general del ejército del rey de Siria.

  5. La vida me sonreía: • Me casé con una mujer bella, de carácter noble y refinado. • Dimos muerte al temido rey Acab • De los hijos de Israel tomamos siervos y siervas como trofeos. • Llevé a casa una niña israelita, para que sirviera a mi esposa.

  6. La llegué a admirar porque, a pesar de su juventud, supo sobreponerse a una condición de vida muy triste. La vida no parecía ofrecerle gran cosa, y podría haberse amargado si se hubiera dedicado a pensar en sí misma y en su desgracia. (CBA, pág. 871)

  7. Quizá sea difícil entender por qué Dios permite circunstancias que lastiman nuestro corazón: • Una temporada difícil • Un problema familiar • Una enfermedad inesperada • La pérdida de un ser querido • El olvido de alguien que un día te prometió amor y hoy manifiesta entera indiferencia • Pocos recursos económicos • Un hogar que se desintegra.

  8. Cuando yo pensaba que todo estaba bien y que no podía desear algo más, una pequeña llaga se detectó en mi cuerpo y desencadenó lo que sería una tragedia en mi hogar y en mi vida profesional.

  9. La lepra me estaba matando. • Los médicos no me podían curar. • Habíamos probado de todo; además, temía contagiar a mi ejército.

  10. Mis músculos se estaban atrofiando. • Mis fosas nasales estaban muy dañadas. • Los nervios empezaron a perder sensibilidad. • Perdí el apetito.

  11. Una mañana pasó algo que nunca podremos olvidar: la criada, con el cariño de una hija, se acercó a mi esposa y le dijo algo que revivió la esperanza. • “En mi tierra hay un profeta de Jehová que puede sanar a su esposo”. • Sería este el comienzo para que muchos supiéramos del gran poder del Dios de Israel.

  12. Mi señor, el rey de Siria, envió una misiva dirigida al rey de Israel: “Cuando te lleguen a ti estas cartas, entiende por ellas que te envío a mi siervo Naamán para que lo sanes de su lepra”(2 Reyes 5:6).

  13. El rey Joram rasgó sus ropas, impotente ante esa petición. • Todas mis esperanzas se desmoronaban delante de mis propios ojos. • Estaba muy cerca de recibir una grande bendición, pero la estaba solicitando en el lugar equivocado.

  14. Fue entonces cuando algo volvió a revivir la esperanza. • Eliseo envió al rey de Israel un mensaje:“Mándamelo, y sabrá que hay profeta en Israel”.

  15. EXPECTATIVAS Y DESENGAÑOS • Caminamos a casa del profeta con grandes esperanzas. “Saldrá y me sanará, me estará esperando para atenderme”, pensaba yo. • Las expectativas que tenía eran grandes, espectaculares; no quería que ninguno perdiera detalle.

  16. La casa contrastaba con el palacio del rey. • Todo se veía demasiado sencillo; mi corazón empezó a dudar. • Las expectativas se derrumbaban delante de mí. • Para empeorar las cosas, el profeta no salió a recibirme; ni siquiera me vio. • Había un criado en la puerta, con un mensaje del profeta para mí.

  17. Qué irónico: una criada me había mandado a buscar al profeta; ahora un criado salía a recibirme. ¿Acaso no merecía más atención mi persona? • Sin poder salir aún de mi asombro por lo que estaba pasando, él sólo dijo firme y tajantemente: “Ve, lávate siete veces en el Jordán y tu carne se te restaurará y será limpia” (2 Reyes 5:10).

  18. Yo llevaba mi propia agenda, había formulado mi propio plan y esperaba que Dios lo aceptara.

  19. Me retiré enojado, preguntándoles a mis soldados si los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no eran mejores que el Jordán adonde me había mandado: un río lodoso y lleno de fango en sus orillas. • Cansado y muy desilusionado emprendí el camino de vuelta a casa sin ser curado.

  20. BUSCA, LUCHA, PERO NO DESISTAS • Sin embargo, mis “criados” se acercaron diciéndome: “¿Te parece mucho hacer lo que te pide el profeta? Anda y prueba; no pierdes nada. Quizá ésta sea tu solución. No te vayas sin antes haber probado lo que se te propone”.

  21. Otra vez, los criadosestaban diciéndome qué hacer. Mi orgulloso corazón debía doblegarse y ganar la victoria sobre mi voluntad terca y egoísta. • Entonces acepté; probé la alternativa que se presentaba delante de mí y, sin pensarlo más, fui al Jordán y me sumergí en sus aguas.

  22. No bastó una ni dos veces, hubo que sumergirse las siete veces que el profeta había indicado. • Qué desesperante es desear algo, hacer todo lo posible para que suceda y que no se cumpla.

  23. Esto me enseñó que si he comenzado un proyecto o plan no puedo desistir; es necesario llegar hasta el final. • Llegó la séptima vez: tomando todo el aire posible me volví a sumergir. ¿Puedes imaginarte el cuadro?

  24. Cuando salí y quité el agua de mi rostro y ojos para poder ver, descubrí el rostro asombrado de mis siervos por el milagro que contemplaban. Mi piel era como la de un niño. Cumplí las indicaciones y entonces hubo sanidad.

  25. Todos necesitamos un milagro. No sé de qué tamaño es el que tú necesites. Si escuchas su voz, no te resistas a su amor. Sigue sus indicaciones en tu vida y tendrás un final feliz. Podrás regresar a casa y contar cuántas cosas grandes ha hecho Jesús por ti.

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