1 / 4

l c e

m. l c e. maestra alas casa exposición.

finian
Download Presentation

l c e

An Image/Link below is provided (as is) to download presentation Download Policy: Content on the Website is provided to you AS IS for your information and personal use and may not be sold / licensed / shared on other websites without getting consent from its author. Content is provided to you AS IS for your information and personal use only. Download presentation by click this link. While downloading, if for some reason you are not able to download a presentation, the publisher may have deleted the file from their server. During download, if you can't get a presentation, the file might be deleted by the publisher.

E N D

Presentation Transcript


  1. m l c e

  2. maestra alas casa exposición

  3. Cuando tenía ocho años fui desafiado por mi maestra para describir ante mis compañeros cómo era mi casa. “Bueno, para entrar a mi casa es requisito indispensable el tener alas.” A esta altura de mi exposición desaparecí del aula siguiendo a mi oreja izquierda , que había quedado atrapada entre el índice y el pulgar de la tierna mano de la señorita Dora.

  4. Mi casa Cuando tenía ocho años fui desafiado por mi maestra para describir ante mis compañeros cómo era mi casa. “Bueno, para entrar en mi casa es requisito indispensable el tener alas, porque la única entrada es por un gran ventanal que da al primer piso de la calle”. “La salida, en cambio, es por una puerta común y corriente pues el living es demasiado ancho y no hay lugar para tomar el envión necesario que se requiere para el más modesto de los despegues. Tenemos también una mesa mágica…” A esta altura de mi exposición desaparecí del aula siguiendo a mi oreja izquierda, que había quedado atrapado entre el índice y el pulgar de la tierna mano de la señorita Dora. “¡Repítaselo ahora al Padre Rector!”. Coloqué mis orejas a una misma altura, me alineé un poco y satisfice de inmediato el pedido: “Bueno, para entrar en mi casa es requisito indispensable el tener alas.” Tanto gustó mi sencilla descripción, que tuve que repetirla frente a la psicopedagoga, a tres monjas, al presidente de la cooperadora, al consejero escolar, al cura Antonio, y hasta a un policía que por ahí pasaba. Y todos coincidieron en que debían acompañarme hasta mi casa, seguro que para conocerla, y además porque querían hablar de no sé qué cosa con papá. Pero los pobres se tuvieron que conformar con dialogar a gritos desde la vereda, porque para entrar en mi casa es requisito indispensable el tener alas y por supuesto, ninguno de ellos tenía unas. Olmedo, Pablo, Mi casa, en: Revista Puro Cuento N° 14, pág.89, México.

More Related