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La rebelión de los juguetes. 3r. esquirols i coales. La rebelión de los juguetes. 3r esquirols i coales. 1- Sara 2- Víctor 3- Elena B. 4- Noelia 5- Jana 6- Xavier 7- Mar 8- Aïda 9- Alberto 10- Elena C 11- Alba 12-David 13-Gerard 14- Juan 15- Laura B 16- Maria A 17- Marina.
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La rebelión de los juguetes. 3r. esquirols i coales
La rebelión de los juguetes. 3r esquirols i coales 1- Sara 2- Víctor 3- Elena B. 4- Noelia 5- Jana 6- Xavier 7- Mar 8- Aïda 9- Alberto 10- Elena C 11- Alba 12-David 13-Gerard 14- Juan 15- Laura B 16- Maria A 17- Marina 18- Marta C 19- Melani 20- Mireia 21- Patricia 22- Pau 23- Pol G. 24- Sergi 25- Daniel 26- Marta C. 27- Roger 28- Pol P. 29- Aina 30- Arnau 31- Joan 32- Pau F. 33- Maria 34- Eduard 35- Marina 36- Ainhoa 37- Anna 38- David 39- Elena O. 40- Héctor 41- Israel 42- Joan 43- Kiran 44- Laia 45- Miquel 46- Pol 47- Ferran 48- Júlia 49- Laura V.
La rebelión de los juguetesAutor: Sara Había una vez unos juguetes que se enfadaban mucho,siempre estaban discutiendo i se pegaban mucho. Pero había uno, un muñeco muy listo, que no se peleaba con los demás juguetes. Un día, todos los juguetes se fijaron que el muñeco siempre estaba contento, y ellos no, entonces ya no se pelearon más y se hicieron amigos para siempre y para celebrarlo hicieron una fiesta muy grande y se lo pasaron muy bien.
La rebelión de los juguetesAutor: Víctor Érase una vez unos juguetes que llegaron a una casa envueltos con un bonito papel, un juguete era un Spiderman, otro era un Action Man, otro un coche teledirigido, otro… Cuando llegaron a la habitación de los juguetes se pelearon con los antiguos porque los nuevos les decían que ya no servían, que estaban pasados de moda. Después los antiguos les dijeron que los niños de la casa eran muy juguetones y que seguro que jugarían con todos. Así se arregló todo y se hicieron amigos.
La rebelión de los juguetes.Autor: Elena B Había una vez dos niñas, la más pequeña se llamaba Elena y la mayor Laura; las dos eran muy malas. El día de Reyes las dos pidieron muchas cosas y la mitad no las usaron, directamente las cerraron en el armario de los trastos. - ¡Así se hace! –dijo Elena. - Pues claro que sí –añadió Laura. Pero cuando estaban hablando no se fijaban en que dentro del armario los juguetes estaban tramando un plan para salir de allí. - ¡Hora de comer! –gritaba la madre. - Ya vamos…-gruñían las dos. Pero dentro del armario… - Primero salgo yo que soy el más fuerte y valiente de todos –decía la bici. - Hacemos una montaña de sillas –añadía la pelota. Y tú ya podías ver una montaña de sillas y encima la bici, por supuesto, atravesando la puerta. Y las niñas… - Tengo hambre –dijo Laura. - Pues come –le contestó Elena. Cuando estaban a punto de ir a dormir, todos los juguetes ya habían atravesado la puerta,… y de repente… - ¡Ahhhh! –gritó Laura asustada. - ¡A luchar! – dijeron los muñecos. - ¡Me rindo! –gritó Laura - ¿Nos hacemos amigos? –propuso la Barbie. - De acuerdo – contestó Laura. Y a partir de este momento vivieron felices y comieron perdices.
La rebelión de los juguetesAutor: Noelia Había una vez un niño que se llamaba Adrián y tenia 9 años. Los reyes le trajeron un furbi i él le pegaba mucho. Un día Adrián se fue y el furbi se quedó muy enfadado, despertó a todos los demás juguetes y se pusieron a hacer los deberes del niño muy mal. Como Adrián nunca se los enseñaba a su madre, cuando llegó al colegio dijo la profesora: - Sacad de la carpeta los deberes. Adrián, ¿a verlos? • - Míralos, seguro que están bien • - ¿Tan seguro estás? • - Claro, ya tengo nueve años • - ¿Y eso que tiene que ver?… ¡Están todos mal! –dijo la profesora mientras los miraba. • - ¡No puede ser! – dijo Adrián. Y como era un examen muy importante y le puso un cero patatero, Adrián se puso a llorar. La profesora se quedó pensando y le dijo: - A la hora del patio hablaremos. A la hora del patio la profesora fue a buscarle y le explicó una cosa que a ella le había pasado cuando era pequeña y que le parecía que podía ser lo mismo que le había pasado a él. • - Te lo explico, pero no te rías, ¿vale? • - De acuerdo, no me reiré. • - Pues cuando yo era pequeña un día vi cómo los juguetes se movían… • - ¡Ja, ja, ja! • - Habías prometido no reírte…
y, 2 • - Perdona,… sigue explicando. • - Pues un día que me había portado muy mal con un furbi, cuando me fui se pusieron a desordenarme la cartera, • pero yo los vi porque se me había olvidado una cosa y volví a la habitación. • - ¡No es posible! • - Espíalos y lo verás – le dijo la profesora • Aquella tarde Adrián llegó a su casa y se fue a la habitación. Dejó la cartera y dijo: • - Como ya tengo hechos los deberes me iré a pasear. • Cuando salió por la puerta una osa de peluche gritó: • - ¡Chicos, al ataque! Vamos a ha borrarle los deberes i hacérselos mal! • En el momento en que abrían la cartera entró Adrián. • - ¡Os he pillado! ¿Por qué lo hacéis? • - Por que no juegas con nosotros y cuando juegas nos tratas muy mal. • - Creo que tenéis razón. ¿Sabéis que voy a hacer? • - ¿Qué? –preguntaron todos a la vez. • - Voy a hacer los deberes y luego jugaremos ¿vale? • - ¡Bieeeeen! • Y al día siguiente le explicó a su profesora, que había tenido razón. • Y este cuento se acabó.
La rebelión de los juguetesAutor: Jana Había una vez una familia formada por la madre, el padre, una niña llamada Lidia de once años, un niño llamado Enrique de diez años y dos gemelas, Noelia y Elena de nueve años; ¡ah! Y un gato persa llamado Honey. Era el día de Navidad y tenían que ir a comprar la ropa nueva: Lidia había pedido una mochila azul, Enrique un jersey, Noelia un pijama y Elena unas zapatillas. Además de todo esto, en la carta de los Reyes habían pedido juguetes nuevos. Al llegar a casa fueron a comer y entonces mamá dijo a los niños que tendrían que tirar los juguetes viejos porque si no, no les cabrían los nuevos. Al oír esto, los niños fueron a buscar los juguetes viejos, tiraron una muñeca, un tren y una casita de muñecas. Al hacer eso los juguetes se enfadaron mucho pero como no podían hacer nada porque no estaban vivos se tuvieron que fastidiar.
La rebelión de los juguetesAutor: Xavier Había una vez un niño que tenía muchos juguetes. El niño los utilizaba muy mal. Por ejemplo, un día que jugaba al parchís, como perdía tiró el tablero por el suelo. Otro día que estaba jugando con los coches, como a uno se le cayó un rueda, él le dio una patada. Por eso un día los juguetes se reunieron: - ¡No me gusta vivir aquí! – dijo un soldado – nos rompen, nos aniquilan,… ¡Es peor que una guerra! – se quejó el soldado. - Tienes razón soldado, - dijo el policía de Lego- ¿quién vota a favor de que nos marchemos? – preguntó furioso. - Yo, yo, yo…. – dijeron todos los juguetes. - De acuerdo, hoy es tarde y deberíamos ir a dormir. Mañana pensaremos el plan de fuga. – dijo el policía. Al día siguiente por la mañana mientras el niño estaba en el colegio los juguetes planearon la manera de escapar. Hicieron un plano de la casa y un horario de todos los habitantes de la casa. Decidieron que la mejor hora para escapar era al final de la mañana, pero antes del mediodía, porque normalmente no había nadie en la casa. El padre estaba en el trabajo, el niño en la escuela y la madre comprando. Así fue como unos días después todos los juguetes salieron de la habitación, bajaron las escaleras y llegaron a la puerta que salía al jardín. Allí cogieron la llave y entre todos consiguieren abrir. Fuera vieron un camión que estaba descargando muebles y tenía las puertas abiertas. Corrieron como desesperados y consiguieron subir. Cuando el camión arrancó todos gritaron: - ¡Bieeeen! ¡Estamos salvados! Por suerte el camión iba a un pueblecito de montaña a llevar una mesa, y cuando se abrieron las puertas, todos estaban escondidos detrás de las cajas, pero cuando los transportistas descargaron la mesa, los juguetes bajaron del camión y corrieron hacia el bosque. Desde entonces vive allí tranquilos y felices. El niño, cuando llegó a casa vio que no estaban sus juguetes y se quedó dudando si se los habían robado o ellos mismos se habían ido por su culpa. Por eso a partir de entonces siempre trató bien a sus nuevos juguetes.
La rebelión de los juguetesAutor: Mar Había una vez un niño que sólo tenía dos juguetes, dos muñecos. Un día, cuando el niño estaba jugando con ellos hizo como que se enfadaba y esa misma noche, cuando el niño estaba durmiendo los muñecos empezaron a tener vida y se empezaron a enfadar entre ellos. Decían: - ¡Tonto! ¡burro! - ¡Tú, más aún! Y se siguieron insultando y pegando y cosas parecidas. Cuando el niño se despertó para hacer pipí los vio hablando y se desmayó. Entonces los dos fueron a ver si se había muerto o no. Pero como seguían enfadados, antes de llegar se pararon y empezaron de nuevo a discutir. Cuando el niño se levantó los dos pararon de hablar para que no volviera a desmayarse. El niño se hizo el dormido para averiguar qué estaba pasando. Cuando los juguetes volvieron a hablar, abrió los ojos y para disimular los volvió a cerrar pero cuando se levantó por la mañana se lo explicó a su madre: - Mamá, esta noche los muñecos hablaban, bueno más que hablar, discutían. Su madre le dijo que la noche siguiente lo que tenía que hacer era hablar con ellos para que se hicieran amigos, y así lo hizo. A partir de entonces fueron amigos y no volvieron a pelearse. ¡Y cuento explicado, ya se ha acabado!
La rebelión de los juguetesAutor: Aïda Había una vez, una casa muy grande, donde vivía una niña muy egoísta, que siempre hacía bromas de mal gusto y travesuras a sus compañeros. Llegó Navidad pero eso no hizo que la niña mejorase, continuaba haciendo todo tipo de travesuras; ya no había colegio y aunque había dicho a sus compañeros: “¡Felices fiestas!”, ella continuaba molestándolos cuando se los encontraba. Entonces llegó Papa Noel y sólo le dejó un juguete. Después del día de las uvas llegó el día de Reyes, le dejaron muchos juguetes, pero ella no quería invitar a sus compañeros a jugar con ellos, además si venía alguno le molestaba y le tomaba el pelo. Los juguetes decidieron darle una lección. Una noche se escaparon de la habitación de jugar y se escondieron en el lavabo, cuando ella se levantó para ir al lavabo,… le dieron un susto de muerte y empezaron a perseguirla por toda la casa, diciéndole que eso era lo que ella hacía con sus amigos. Al final la niña dijo: - ¡No lo volveré a hacer más! Cuando llegó el día de empezar el colegio llevó juguetes para jugar con todos sus compañeros y a partir de aquel día siempre fue buena y feliz. Y cuento explicado, cuento acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Alberto Érase una vez un chico y su hermana que pedían muchos juguetes. La noche de reyes habían dejado 4 cartas cada uno. Cada vez tenían mas y más juguetes, tantos que casi no cabían en la habitación de los juguetes. Siempre que salía algo nuevo no se resistían a pedirlo. Aquella noche los juguetes estaban muy preocupados porque ya no podían estar más estrechos y los que vendrían no cabían. Además estaban enfadados porque cuando llegasen los nuevos a ellos no les harían ni caso. Entonces decidieron esperara los reyes para explicarles sus problemas y pedirles que dejasen muy pocos juguetes. Los reyes les hicieron caso. Al día siguiente los niños cuando vieron lo que les habían dejado se pusieron a llorar, estaban muy tristes y no sabían a qué jugar. Los juguetes antiguos esperaron unos días para que los niños se dieran cuanta de que podían jugar con ellos, pero los niños seguían tristes y sin jugar con nada. Así fue como decidieron irse de aquella casa a otras donde los niños no tuvieran tantos juguetes y así seguro que serían todos felices, los niños y los juguetes. De paso los niños llorones aprendieron una lección y a partir de aquel momento aprendieron a valorar sus juguetes.
La rebelión de los juguetesAutor: Elena C. Había una vez dos niños que tenían muchos juguetes. Como siempre les compraban juguetes, ellos trataban muy mal a los que ya eran viejos. Entonces, un día el Action Man dijo: - Tenemos que pensar un plan. El pingüino le contestó: - ¿Por qué no esperamos hasta mañana para ver si nos trata mejor? Pero no, siguió tratándolos mal. Entonces los juguetes decidieron pensar un plan para que se diera cuenta de que tenía que tratarlos mejor, querían demostrarle que ellos también podían molestarle. La Barbie preguntó: - Pero ¿cómo lo hacemos? - Muy fácil, ahora os lo explico –dijo el soldado -. Cuando está haciendo la siesta iremos yo, el Action Man y la jirafa iremos por la calefacción hasta la puerta principal. Picaremos al timbre y bajarán a abrirnos los niños, como siempre. Así los demás juguetes tendréis tiempo de salir por la puerta de atrás al patio. Como está lleno de barro os revolcáis y volvéis a entrar. Cuando los niños vuelvan a su habitación se morirán del susto al veros todos marrones. Y así lo hicieron, el plan fue un éxito y los niños se arrepintieron tanto que hasta limpiaron tan bien los juguetes embarrados que quedaron mejor que antes.
La rebelión de los juguetesAutor: Alba Había una vez un grupo de juguetes que iban a una escuela y tenían un profesor que era una pistola de agua. Cuando uno se equivocaba les pegaba mucho. Entonces todos los juguetes pensaban en encontrar una solución para que no les pegara más. El oso de peluche fue a ver al director, el conejito de peluche habló con su padre y un perrito que también iba a esa clase se lo explicó a otro profesor de la escuela, pero nadie les hacía caso. Así pensaron que lo mejor sería hablar con su profesor directamente. Fueron a buscarle y cuando lo encontraron le dijeron: - Mira, no nos gusta que nos pegues. Entonces el profesor aún se enfadó más y como los padres de los juguetes no les creían al día siguiente tendrían que ir a la escuela y se encontrarían con su profesor más enfadado que nunca. Tenían mucho miedo así que decidieron buscar un escondite para que no les encontraran ni les pudiera hacer daño su profesor. Entonces el director, los padres y aquel otro profesor empezaron a pensar que a lo mejor tenían razón. Investigaron y al final cambiaron el profesor y por fin aquellos juguetes pudieron estudiar con un buen profesor.
La rebelión de los juguetesAutor: David Una vez, un niño que se llamaba Carlos y tenía debajo de su cama dos cajones llenos de juguetes, no les hacía ni caso. Su madre le decía que jugara con ellos porque si no los tiraría o se los daría a otros niños que no tuvieran. Cuando su madre le dijo eso, Carlos se puso muy triste, pero los juguetes, que estaban enfadados porque no los utilizaba, pensaron que no querían acabar en la basura. Así que como estaban de acuerdo con la mamá de Carlos, a la hora de dormir salieron del cajón y se escaparon. Al día siguiente, cuando Carlos de levantó vio los cajones vacíos; entonces se puso muy, muy triste, tanto que su madre le compró algunos juguetes, y desde entonces Carlos siempre juega con ellos cuando tiene un poco de tiempo libre.
La rebelión de los juguetesAutor: Gerard Era una vez un juguete que tenía padres, una casa y una escuela. Tenía incluso amigos y enemigos. Sus padres le llevaban en coche al colegio, donde había 25 juguetes más estudiando. Por la mañana hacían 2 horas de clase y salían al patio. Un día a la hora del patio se pelearon muy fuerte y nuestro amigo el juguete le dijo a su enemigo: - La violencia es muy mala, tenemos que ser amigos - Es mejor, tienes razón – contestó el otro juguete. Desde entonces todos fueron amigos porque aprendieron la lección de estos dos juguetes que se peleaban. Cuando se acabaron las clases el juguete se fue contento a su casa. Cuando llegó a su casa le dijo a su mamá: - Mamá, ya estoy aquí, y estoy muy contento, porque hoy he conseguido tener más amigos. En realidad ahora ya no tengo enemigos. - ¿Sabes qué día es hoy? –dijo su mamá- ¡Tu cumpleaños! Ya tienes 9 años. Cuando venga papá de trabajar lo celebraremos. - Pues hoy ya he tenido el mejor regalo del mundo: ¡los amigos! Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Juan Había una vez una casa donde vivían un padre, una madre y un hijo. El hijo tenía muchos juguetes y jugaba mucho, pero los trataba muy mal. Llegó un día que sus padres le castigaron en su habitación sin jugar. El hijo se enfadó tanto con sus padres que al día siguiente tiró los juguetes contra la pared. Los juguetes, que ya estaban enfadados por cómo los trataba, se enfadaron aún más con el niño y decidieron prepararle una trampa para que no volviera a maltratarlos. Cuando sus padres fueron a decirle que ya podía salir, los juguetes se pusieron todos por el suelo, mal puestos y tirados como si los hubiera dejado mal. Ellos riñeron al niño y él se comprometió a no volver a hacerlo.
La rebelión de los juguetesAutor: Laura B Había una vez, en una noche de reyes, unos juguetes que no querían salir de la caja. Eran las doce y media de la noche y los niños se levantaban a las ocho de la mañana. - ¡Ui!, son las seis –dice una Barbie a los demás juguetes. - ¡Nos marchamos! ¡Esta casa no nos gusta!–dijeron todos los demás menos un peluche que era tan pequeño que ni siquiera podía caminar. - ¡Ui! Que viene alguien –dijo el peluche- ¡Son los niños! - ¡Ala! Solo hay un juguete, es un peluche –dijo el niño con voz apenada. - Es para los dos –dijo la niña. Los niños se quedaron muy tristes y cuando los juguetes, que estaban en el jardín, vieron sus caras tuvieron pena, se arrepintieron porque esos niños no tenían casi juguetes, así que decidieron volver a entrar. Cuando entraron al comedor la cara de los niños cambió y estaban muy felices.
La rebelión de los juguetesAutor: Maria A Había una vez unos juguetes que se rebelaron porque estaban cansados de que les hicieran hacer cosas que no querían y se enfadaron tanto que querían estropearles la Navidad i uno dijo: - ¿Por qué no les rompemos todos los juguetes? - ¡Vale!, pero todos ¿eh? – contestaron todos los demás. - De acuerdo – dijo el que había tenido la idea. Y cuando llegó la Navidad los niños de aquella casa abrieron sus juguetes y se los encontraron rotos. Se quedaron tan tristes que hasta los juguetes tuvieron pena. Aquella noche se reunieron y arreglaron todo lo que habían estropeado. Por la mañana los niños tuvieron una agradable sorpresa y todos fueron más felices.
La rebelión de los juguetesAutor: Marina Había una vez una casa donde vivían un niño y una niña que tenían un baúl lleno de juguetes viejos a los que no hacían ni caso. Un día los juguetes se hartaron de estar en el baúl tantos años y se marcharon. Un buen día al niño se le ocurrió ir a buscar un juguete para jugar. Cuando abrió el baúl y vio que estaba vacía se puso a llorar. Fue a decirle a su madre que habían desaparecido los juguetes viejos. Como su madre no le hizo mucho caso, porque le dijo que ya no jugaban con ellos, el niño por la noche se escapó y empezó a buscarlos en el bosque, pero no los encontró. Cuando se levantó por la mañana fue al baúl y los encontró allí. Se puso muy contento. Estaba tan contento que los juguetes le dijeron: - Te decimos una cosa pero no se lo digas a nadie, ¿sabes que nosotros hablamos? - No - Pues sí, y también podemos reír y caminar,… - ¡Qué bien! Todos se pusieron muy contentos y fueron felices para siempre. Y cuanto contado ya se ha acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Marta C. Un día de Navidad en la Casa Blanca estaban los presidentes de todos los países, también estaban todos los secretarios de todos los presidentes. Y la historia empieza aquí, cuando llegó Papa Noel y dejó todos los regalos debajo del árbol. A la mañana siguiente todas las personas que estaban allí abrieron sus regalos y, muy contentos, se marcharon con ellos a sus casas. En la Casa Blanca, las hijas del presidente tenían mucho trabajo, porque todos los presidentes les habían dejado regalos, así que se pasaron toda la mañana abriéndolos. Cuando acabaron estaban tan contentas que empezaron a abrazar los nuevos juguetes como locas de alegría. Y así fue como empezó la rebelión de los juguetes viejos porque ya nadie les hacia caso, al contrario los apartaron de las estanterías para colocar los nuevos. Los juguetes viejos empezaron a discutir, las niñas lo notaron porque los vieron tristes, como eran comprensivas ordenaron mejor todos los juguetes para que cupiesen también los viejos en las estanterías porque con ellos también se lo habían pasado muy bien. Y así se acabó la rebelión de los juguetes de la Casa Blanca.
La rebelión de los juguetesAutor: Melani Había una vez unos niños que estaban escribiendo la carta a los Reyes Magos. Les pidieron un osito de peluche cada uno y una hermanita. La noche de Reyes se fueron a dormir temprano, pasaron los Reyes y les dejaron uno osito para el niño y una osita para la niña, también les dejaron una hermanita. Cuando se hizo de día los niños se levantaron y el hijo mayor exclamó: - ¡Mamà! ¡Papá! Mirad, me han traído el osito. Y la niña dijo: - Mirad, a mi me han traido el osito, pero es una osita. Los padres estaban contentos con la hermanita y todos la mimaban. Por la tarde dejaron los ositos en la habitación y se pasaron todo el rato jugando con la hermanita. Los ositos se enfadaron tanto de que no les hicieran caso que se escaparon por la ventana a otra casa donde jugaran con ellos. Y cuento contado, este cuento se ha acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Mireia Hace mucho tiempo, en el país de los juguetes había un Toisru’s lleno de juguetes que no querían salir de allí. Tenían mucho miedo cuando venía la Navidad. Pero sobre todo cuando venía Papa Noel i los Reyes Magos. Llegó el día temido. Cuando llegó Papa Noel todos los juguetes gritaban, menos uno que le dijo: - ¿Por que quieres llevarnos a una casa si aquí estamos muy bien? Antes de que contestara todos los juguetes se pusieron a decir al mismo tiempo y sin parar: - ¡No queremos irnos! ¡Aquí estamos bien! Parecía una manifestación. Papa Noel se asustó y avisó a los Reyes Magos para que no fueran al Toisru’s. Así fue como nunca más, ni los Reyes, ni papa Noel fueron a buscar los juguetes al Toisru’s i és por eso que algunos niños se quedan cada año sin sus juguetes aunque se hayan portado bien. Atención niños, decid en vuestras cartas que los juguetes que pedís no están en el Toisru’s Y cuento contado ya se ha acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Patricia Era la noche de reyes y los juguetes tenían mucho miedo de que les tocara ir con un niño muy pero que muy malo porque rompía todos los juguetes que tenía, los maltrataba muchísimo. Los juguetes se pelearon entre ellos para conseguir que no les llevaran a esa casa. También se pelearon con Papa Noel, y con los tres reyes. Total, que se acercaba la Navidad y en lugar de alegría solo había enfados. Al final le tocó a uno de los juguetes más bonitos y él no se quejó. Los demás se quedaron tan parados que pidieron si podían ir con él para que no estuviera sólo con el niño malo, pero eso no fue posible y les toco con niños muy simpáticos. En casa del niño malo, el juguete bueno le enseñó a portarse bien y nunca más maltrató los juguetes, se hicieron muy amigos y vivieron felices y comieron perdices.
La rebelión de los juguetesAutor: Pau Había una vez un pueblo muy pequeño y bonito que estaba en medio de la montaña del Pirineo. Era el día de Reyes y muchos niños esperaban para darle la carta al Rey preferido. Uno de esos niños era un poco travieso y un poco maleducado. Después de reyes, cuando habían pasado unos cuantos días el niño no había jugado aun con los juguetes nuevos. Por eso los juguetes se revelaron. - No juega con nosotros –decían unos. - Los reyes nos han traído y él ni nos mira –decían otros Así que esa noche desordenaron toda la habitación. Cuando ya había salido el sol y el niño de levantó de la cama, vio el desorden y el desastre de la habitación y se quedo “patitieso”. De pronto oyó una voz que decía: - ¿Algún inconveniente? El niño miró a la izquierda, a la derecha, arriba y cuando miró abajo vio un tren parlante. Gritó y gritó mucho rato, y fue a la habitación de sus padres. Los padres primero no se lo creían, pero al final le hicieron caso y fueron a la habitación y vieron todos los juguetes protestando al mismo tiempo, casi se desmayan. Pasó un rato y consiguieron poner orden en aquel griterío. El tren parlante explicó sus quejas y las de sus compañeros. Los padres le dieron la razón, y el niño avergonzado se comprometió a jugar con ellos. Así todos fueron felices. Y cuento contado ya se ha acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Pol G. Había una vez un niño que se llamaba Oscar y tenía muchas ganas de que llegaran los Reyes. De tan nervioso que estaba a la hora de dormir no tenía sueño. Al final se fue a dormir y consiguió olvidarse de los juguetes. Por la mañana se despertó y fue volando al comedor a buscar los regalos. Había un regalo enorme que ponía: “Oscar”. Estaba super nervioso pero consiguió abrirlo. Era una bicicleta. Salió al jardín a probarla y le iba muy bien. Un perro que se llamaba “Bup-bup” lo siguió y se lo pasaron muy bien dando vueltas con la bicicleta hata la noche. Cuando Oscar llegó a casa, se puso el pijama y se fue a dormir, pero al pasar por el comedor vio que había otro regalo. Al abrirlo encontró una camisa que le gustó mucho. Al día siguiente estrenó su camisa y se fue a pasear con su bicicleta nueva, era el niño más feliz del mundo. Y cuento contado, cuanto acabado, aunque no se hayan rebelado los juguetes…
La rebelión de los juguetesAutor: Sergi Había una vez un niño muy desobediente que para reyes pedía muchas cosas. Aquel día se despertó a las 8 en punto, pero sus padres le habían dicho que no bajase hasta las 9. Él bajó sin hacerles caso i además en menos de diez minutos rompió dos juguetes. Los padres le castigaron a su habitación hasta la 1 del mediodía. Los juguetes estaban enfadados así que decidieron adelantar los relojes para que el niño bajase antes de hora y le volvieran a castigar. Y así fue, Jorge bajó pero como aún no era la hora los padres le volvieron a castigar hasta las 2 del mediodía. Los juguetes volvieron a retrasar los relojes y Jorge volvió a bajar antes de la hora. Esta vez los padres le castigaron a no bajar hasta el día siguiente. Al verle tan triste, los juguetes pensaron que quizás se habían pasado así que adelantaron los relojes para que el castigo pasase más rápido. Al final los padres le perdonaron y los juguetes también, y fueron felices para siempre. Y le llevaron un perro, y no le llevaron un gato, y este cuento le regalaron.
La rebelión de los juguetesAutor: Daniel Erasé una vez un niño que cuidaba muy mal los juguetes. Un día fue a comprar juguetes y los llevó a su casa, también había comprado petardos porque quería explotar con ellos los juguetes nuevos. Los juguetes, cuando se dieron cuenta, querían escapar pero él cogió un juguete y lo explotó, después se fue a dormir tranquilamente. Mientras dormía los juguetes intentaron escapar pero no pudieron porque el niño tenía un perro. Así que volvieron a la habitación y se durmieron muertos de miedo. Se hizo de día y el niño cogió otro juguete y se llevó para explorarlo. Otro día el niño compró un cohete y lo ató a un juguete, pero como quería esperar a tirarlo por la noche, lo dejó atado y se fue a dormir la siesta. Entonces los juguetes tuvieron una idea. Se ataron todos al cohete y lo encendieron y así se escaparon para siempre. Y cuento contado, este cuento se ha acabado.
La rebelión de los juguetesAutor: Marta C Una vez había un niño que trataba muy mal a los juguetes. Un día los juguetes se rebelaron, estaban hartos de que cada día quemara alguno. Decidieron asustarle para que les tratara bien. Primero se escondieron en el comedor para que no les encontrara. Cuando el niño se fue a dormir se acercaron a su cama y se pusieron encima de su cara. Cuando se despertó se llevó un susto de muerte. Entonces pensó que a partir de aquel momento jugaría con los juguetes sin quemarlos ni estropearlos.
La rebelión de los juguetesAutor: Roger Era una vez una Game Boy Color, un coche, un muñeco de peluche y un Action Man que querían hacer un plan para salir de la casa porque allí les trataban muy mal. Ellos se rebelaron y decidieron fugarse aquella noche sin que nadie lo supiera. Llegó la noche y se pusieron en marcha. Todo funcionó perfectamente hasta que salieron por la puerta. Entonces el aire la cerró de golpe y hizo mucho ruido. Los amos se despertaron pero por suerte ya no pudieron atraparlos y ellos se fueron muy lejos para siempre.
La rebelión de los juguetesAutor: Pol P. Había una vez una niña que estaba muy nerviosa porque esa noche llegaba Papa Noel. Llegó la noche y le trajeron muchos juguetes. Durante más de medio día se puso a jugar sin parar, pero no trataba bien los juguetes. Esta niña tenía una hermana que se llamaba Mireia que sí que cuidaba sus juguetes. Por la noche, las dos se fueron a dormir, y los juguetes de la hermana mayor cobraron vida, hicieron una manifestación y despertaron a Mireia. Mireia se compadeció de ellos, les ayudó y a partir de aquel día se los quedó ella y los trató bien.
La rebelión de los juguetesAutor: Aina • Había una vez unos juguetes que estaban en la habitación con una niña que los quería mucho. • Un día la niña, que tenía un año, se dio cuenta de que los juguetes habían hablado. • Aquel día, precisamente, era la noche de Reyes, y cuando la niña se levantó, encontró todos los regalos en el comedor. Antes de abrirlos fue a buscar los juguetes viejos para que estuvieran allí mientras ella abría los nuevos regalos. • Cuando había abierto todos los regalos, estaba tan contenta que se puso a gritar. Todos los juguetes a la vez, los nuevos y los viejos gritaron: • ¡Cállate! • ¿Qué pasa? -dijo la niña • Es que cuando gritas nos molesta mucho • Está bien, no volveré a hacerlo • Y fueron felices y comieron anises.
La rebelión de los juguetesAutor: Arnau Hace mucho tiempo en el año 1993 había una chica i un chico que tenían 32 años i la chica estaba embarazada de un niño que se llamaría Lluc. Cuando la chica fue a la clínica en lugar de tener solo a Lluc, nació también Pau. Aquel año, por Navidad les trajeron muchos juguetes, pero cuando había pasado un tiempo ya no les hacían caso. Los juguetes aburridos se rebelaron. La casa se volvió loca y pasaban tantas cosas extrañas que ya nadie quiso vivir allí. Desde entonces todo el mundo conocia la casa con el nombre de “casalot”. Se convirtió en la casa embrujada del pueblo. Pasados unos años, Pau y Lluc estaban en el parque y conocieron a una niña que se llamaba Virgi, le enseñaron la casa y ella se moría de miedo, pero por fin entre los tres rompieron el encantamiento y fueron a vivir para siempre en aquella casa.
La rebelión de los juguetesAutor: Joan • Había una vez, una noche de Reyes, un niño que se portaba muy mal con los juguetes. • Pero esa noche le trajeron muchos. Un año después pasó lo mismo, y así cada año sin variaciones. • El niño se daba cuenta de que algo raro pasaba, pero no sabía qué. • Una noche fría y oscura de Reyes, como no podía dormir fue a estirarse al sofá y de repente oyó: • Hola, ¿cómo te llamas? • Se asustó mucho, pero pensó que era un sueño y siguió durmiendo. Después notó como si un oso de peluche le tocara. Se despertó del todo y se encontró con todos sus juguetes en el comedor. De golpe se dio cuenta de lo maltratados que estaban. Entonces les pidió perdón. • No sabe cómo, pero entonces le entró un sueño profundo y cuando se despertó tenía solo los juguetes que necesitaba para pasarlo bien, que tampoco eran pocos. • Y desde entonces no volvió a maltratar sus juguetes.
La rebelión de los juguetesAutor: Pau F • Había una vez un niño que tenía muchos juguetes y no los cuidaba. Cada vez tenía menos y un día sus padres dejaron de comprarle juguetes. Entonces cogía los juguetes a su hermano chiquito. Sus padres no sabían qué hacer con él, si seguir comprándole juguetes a él o parar de comprarle también a su hermano menor. • Los padres decidieron no regalarles nada ni para su cumpleaños, ni para reyes, ni para su santo,… Los niños estaban tristes porque veían que sus padres y todos los demás niños de la escuela sí que tenían regalos. • Entonces el niño mayor decidió cuidar los juguetes. Miró en su habitación para ver si quedaba alguno, lo cogió, lo arregló un poco y comenzó a jugar tranquilamente sin darle golpes. Mientras jugaba, entró su padre y al verle jugando tan tranquilo llamó a su madre y le dijo: • ¡Mira! Ahora mismo vamos a comprarle juguetes. • Y nunca más rompió los juguetes.
La rebelión de los juguetesAutor: Maria • Erase una vez una niña que en el día de Navidad también celebraba su cumpleaños y por eso tuvo más regalos. Cuando la niña vio todo el comedor lleno de regalos gritó: • ¡Mamá, papá, mirad! • Y los padres fueron corriendo al comedor y le dijeron: • ¡Cuantos regalos! • La niña se puso a jugar con ellos y al cabo de un rato… • Mamá, se me ha roto la cabeza de la muñeca, y también una pierna del peluche, y este plato. • Así pasaron días, semanas y meses y un día los juguetes dijeron: • ¡Vamos a rebelarnos! Esta niña nos maltrata. • Como era de noche, sin que se diera cuenta le llenaron la cara de nata, le desordenaron la habitación y le arrugaron los deberes del colegio. La niña tenía una muñeca que no había roto, con el pelo muy largo y un vestido muy bonito. Los juguetes le cortaron el pelo y le rompieron el vestido. • Por la mañana, cuando se despertó, la niña se asustó tanto que no quería volver a dormir en su habitación. Y además el día de Reyes no le trajeron nada porque como tenía miedo de que los juguetes le hicieran trastadas, no había pedido nada.
La rebelión de los juguetesAutor: Eduard • Había una vez un niño que tenía muchos juguetes y siempre los tiraba por la ventana. Un día los juguetes se despertaron y comenzaron a tirar cosas del niño por la ventana, lo hirieron para ver si a él le gustaba que le tirasen sus cosas. • El niño se despertó y vio lo que estaba pasando, empezó a gritar y a gritar, hasta que sus padres se despertaron del susto y corrieron hacia la habitación del niño. • Los padres cuando vieron que todos los juguetes estaban vivos avisaron a la policía, pero la policía cuando escuchó la historia se puso a reír per teléfono y no fueron. • Los padres empezaron a dar vueltas a este problema y el padre dijo: • ¡Tengo una idea! • ¿Cuál? – respondió la madre. • ¡Que el niño y los juguetes se perdonen! • Entonces los padres fueron a hablar con el niño y le contaron su idea. El niño se fue a su habitación y se disculpó. Los juguetes también se disculparon y por fin se arregló el problema para siempre.
La rebelión de los juguetesAutor: Marina • Había una vez una fábrica de juguetes en la que una noche todos los juguetes cobraron vida. Por la mañana un camión los cargó para llevarlos a otro sitio, pero ellos no sabían dónde los llevaban. • Después de un largo viaje los dejaron en una tienda, y para acabar, dentro de una gran bolsa se los llevaron a una casa. • Desde dentro de la bolsa oyeron: • ¡ Mamá, mamá! ¡Mira cuantos regalos! • ¡Quiero salir! ¡Quiero salir! • ¡Yo primero! • El niño y la madre se quedaron tan asustados que no sabían qué hacer. • Al final abrieron los paquetes y convencieron a los juguetes de que nunca más los ensolverían, ni los cerrarían, ni les obligarían a viajar. • Los juguetes vivieron felices para siempre en aquella casa.
La rebelión de los juguetesAutor: Ainhoa • Había una vez una niña a la que le gustaban mucho los juguetes y por eso tenía muchos. Un día, sus padres y ella fueron a comprar muñecos y ella estuvo muy contenta. Cada día cuando volvía del colegio jugaba con sus muñecos. Cuando el padre la llamaba para ir a cenar siempre contestaba: • Ahora voy • Pero siempre tardaba un poco. • Una mañana vino su prima que era muy mala. La niña no estaba segura de irse y dejarla con sus juguetes, pero tenía que irse a comprar. • Bueno, me voy, pórtate bien • Si, no te preocupes, adiós • La prima maltrató todos los juguetes y se fue. Cuando llegó la niña y vio sus juguetes rotos se puso a llorar. • Los juguetes estaban muy enfadados, porque los habían roto y además su amiga estaba llorando. Entonces decidieron ir a casa de la prima y estropearle sus vestidos que era lo que más le gustaba a ella. • Pero la niña no les dejó ir, les dijo que ella les arreglaría y que nunca más los dejaría a solas con su prima.
y, 2 • Había una vez una niña a la que le gustaban mucho los juguetes y por eso tenía muchos. Un día, sus padres y ella fueron a comprar muñecos y ella estuvo muy contenta. Cada día cuando volvía del colegio jugaba con sus muñecos. Cuando el padre la llamaba para ir a cenar siempre contestaba: • Ahora voy • Pero siempre tardaba un poco. • Una mañana vino su prima que era muy mala. La niña no estaba segura de irse y dejarla con sus juguetes, pero tenía que irse a comprar. • Bueno, me voy, pórtate bien • Si, no te preocupes, adiós • La prima maltrató todos los juguetes y se fue. Cuando llegó la niña y vio sus juguetes rotos se puso a llorar. • Los juguetes estaban muy enfadados, porque los habían roto y además su amiga estaba llorando. Entonces decidieron ir a casa de la prima y estropearle sus vestidos que era lo que más le gustaba a ella. • Pero la niña no les dejó ir, les dijo que ella les arreglaría y que nunca más los dejaría a solas con su prima.
La rebelión de los juguetesAutor: Anna • Había una vez unos juguetes que eran una serpiente, una pelota y un oso que querían irse de la casa donde estaba porque allí se aburrían. • La pelota dijo: • ¿Por qué no nos vamos a otra casa? • Si, pero ¿cómo salimos? • Con una cuerda –contestó el oso. • Así fue como salieron de la casa por la ventana. • Fueron a otra casa y encontraron otros juguetes y se hicieron amigos. Y allí fueron felices porque los niños que vivían en aquella casa siempre jugaban con los juguetes y además los trataban bien.
La rebelión de los juguetesAutor: David Había una vez 5 soldados que tenían 12 años, menos uno que tenía 9 años. Era el más pequeño de todos. Un día que cada uno estaba en su castillo, el más pequeño en su castillo más pequeño también, se perdió si mientras intentaba encontrar el camino de vuelta se encontró con una pelota. Se hicieron amigos y fueron a hacer un largo viaje. Cuando volvió fue a buscar a sus amigos los soldados, pero ninguno estaba en su castillo porque le estaban buscando así que se fue a su castillo y lo encontró lleno de juguetes que había huido de los niños que los maltrataban y los rompían. Ellos querían que los tratasen bien y el soldado pequeño y su amiga la pelota les prometieron que hablarían con los niños. Así lo hicieron y les convencieron de que era más divertido tratar bien a los juguetes.
La rebelión de los juguetesAutor: Elena O. • Hay un día que gusta a todos los niños porque es Navidad. Hay una casa en la que no celebran la Navidad, ésta es la casa donde yo vivo. Me llamo Enrique y tengo una hermana que se llama Nerea, es pequeña, solo tiene 4 años y aún no sabe el secreto de los Reyes Magos: • Ssssss, no le digáis nada, por favor. Esta fiesta si que la celebramos, por suerte. • Tenemos una mascota, es un loro parlante que se llama Toqui. • Solo falta un día para los Reyes, estoy impaciente por saber qué me traerán. • Enrique, ¡ven en seguida! – esta es mi madre. • ¡Ya voy! – seguro que me traerán carbón. • Ya hemos cenado, nos hemos lavado los dientes, nos hemos puesto el pijama, hemos dejado galletas para los Reyes,… y ahora nos vamos a dormir. Estoy tan nervioso como mi hermana. ¡Buenas noches! • Esta mañana nos hemos despertado y hemos corrido hacia el comedor, allí estaban los regalos. Los hemos abierto y nos hemos quedado boquiabiertos. Los juguetes se han puesto a insultarnos por tenerlos encerrados en las cajas tanto tiempo. Por fin hemos podido calmarlos y explicarles que no era culpa nuestra y que a partir de ahora estarían siempre fuera de las cajas, en libertad. • Después del incidente hemos jugado todo el día y nos hemos hecho amigos.
La rebelión de los juguetesAutor: Héctor • Había una vez una fábrica de juguetes con vida. Fabricaban todo lo que los niños querían, todo lo que te puedas imaginar. • Un niño, que era muy malo, pidió seis cosas: un muñeco de Mickey, un garaje, cuatro soldados de plomo, un coche, una catapulta de Playmobil y por último un paquete de plastelina. • Cuando llegó el día de reyes lo tenía todo. Tres días más tarde dejó los juguetes tirados por el garaje. Así que los juguetes se enfadaron y subieron las escaleras, pusieron la catapulta encima del garaje de juguete, y en la lanzadora pusieron plastelina. Mickey se preparó para saltar encima de la parte baja de la catapulta y para poder dispararla cuando el niño pasara por delante; los soldaditos se prepararon para saltar sobre los zapatos del niño, cortarle los cordones y desatárselos. • Cuando el niño pasó por allí, se habían quedado dormidos y el plan falló. Más tarde volvió a pasar el niño, pero estaban comiendo y el plan volvió a fallar. Entonces Mickey dijo: • ¡Esto no puede ser, siempre nos coge desprevenidos! La próxima no podemos fallar. • Todos estuvieron de acuerdo, pero cuando el niño volvió a pasar, estaban haciendo la siesta. • Por fin al día siguiente el niño se acercaba y estaban a punto, pero cuando llegó allí, se agachó y se puso a jugar con ellos sin romper nada. Todos se miraron de reojo y dijeron: • Anulamos el plan. • Y desde entonces fueron felices, y ¡siempre tuvieron paz!
La rebelión de los juguetesAutor: Israel • Había una vez un niño que tenía muchos juguetes pero no jugaba mucho. Un día un muñeco salió de un cajón y empezó a caminar, luego se movió otro, y otro… hasta que caminaron todos. Después pararon y se quedaron como estatuas. Entonces vino el niño y los vio parados, no se dio cuenta de que se habían movido. Otro día mientras el niño estaba en el pasillo, los soldados fueron caminando hacia los indios y el niño los vio con sus armas, escopetas y flechas a punto de pelearse. • Entonces el niño entró en la habitación y les dijo: • ¿Qué hacéis? • Jugamos, porque tu no nos haces caso y nos aburrimos. • Está bien, tenéis razón, os prometo que a partir de hoy jugaré con vosotros y nos lo pasaremos muy bien. • Pero luego se olvidó de la promesa porque tenía deberes, así que los juguetes decidieron que se iban a otra casa. • El niño los encontró bajando las escaleras hacia la puerta. • ¿Dónde vais? • Nos vamos a otra casa porque no has cumplido tu promesa y seguimos aburridos. • Es verdad, perdonadme, es que hoy tenía muchos deberes, porque se está acabando el trimestre y tengo exámenes. Pero la semana que viene tendré vacaciones y jugaremos todo el día. • Los juguetes le creyeron y se quedaron. En vacaciones el niño cumplió su promesa y fueron felices para siempre.
La rebelión de los juguetesAutor: Joan • Había una vez… cinco juguetes: un robot, un conejo, un hombre de goma, una serpiente y una pelota que ser rebelaron porque su amo les aplastaba y les… hacía todo lo que se pueda imaginar y aún más. • Un día los juguetes se despertaron y los cinco se reunieron para hablar de cómo podían solucionar el problema. Pensaron en hacerle una trampa. Después de decidir cómo lo harían, el robot dijo: • ¡A sus puestos! • El hombre goma se tiró al suelo, la serpiente se subió al techo, la pelota se escondió en las escaleras, el robot encima del armario y el conejo dentro del jarrón. Entonces el robot dijo: • ¡Ya! • Todos se tiraron contra el niño desde sus puestos. El niño los cogió a todos y los encerró en un barril muy oscuro. • ¡Quiero salir! • ¡Y yo también, y yo también! –decían todos. • Por fin pudieron salir y como las trampas no les salían bien decidieron buscar la manera de hacer una pócima para que el niño se convirtiera en un buen niño. Una bruja de juguete les ayudó dándoles la receta:
y, 2 Consiguieron los ingredientes y también echarle un poco de la pócima en el vaso del desayuno. Y por fin el niño se convirtió en un amigo para ellos. Ingredientes: Zumo de piña Vino Naranja Lima Manzanilla Mezclarlo todo y beber un sorbito cada uno.
La rebelión de los juguetesAutor: Kiran • Una vez había un niño que se llamaba Pau que le gustaba mucho dibujar. Un día estaba durmiendo y los dibujos de monstruos salieron de los papeles. Estaban enfadados con él porque los había hecho feos. Se encerraron en los armarios, se habían rebelado. • Al día siguiente Pau se despertó y se fue al colegio. Cuando volvió su madre le preguntó: • ¿Cómo ha ido el colegio? • Fatal, lo he hecho todo mal… • Y triste se fue hacia su habitación, fue a abrir el armario y se encontró de cara con sus monstruos. Gritó: • ¡Uauuuu! • Y cerró la puerta del armario de un golpe. • Entonces decidió volver a dibujarlos pero mejor. Los monstruos feos que estaban en el armario desaparecieron y los nuevos estaban tan contentos que no querían salir del papel.
La rebelión de los juguetesAutor: Laia • Había una vez una niña que se llamaba Laura. Tenía una pelota con la que jugaba mucho, pero un día la botó tan alto que la perdió. Se puso tan triste que pasó tres días sin comer. • Un día resbaló con un lápiz y encontró la pelota. Se puso tan contenta que dejó de pensar en los otros juguetes, solo pensaba en la pelota recuperada. • Los juguetes tuvieron tanta envidia que decidieron hacer una reunión. El que mandaba dijo: • No podemos seguir así, tenemos que hacer algo. Esto está llegando al límite. Parece que nosotros no servimos para nada. • Laura, que no quería hacerles daño, por suerte se enteró de lo que tramaban antes de que lo hicieran, y empezó a jugar con todos. Hizo una gran ciudad con ellos y cada día le dedicaba más tiempo a uno de ellos, así todos estaban contentos: un día tuvo la suerte la Barbie, otro día el aro, otro día la peonza, el tren, el oso, el libro de pegatinas,… y así cada día hasta que tuvo 18 años y regaló sus juguetes a su hermana pequeña.
La rebelión de los juguetesAutor: Miquel • Había una vez unos juguetes a los que siempre pegaban. Como estaban muy cansados querías vengarse de los humanos. Uno de los juguetes cogió un coche y otro un avión, se subieron a un armario y esperaron a que pasaran los niños que los maltrataban para tirárselos en la cabeza. • Todos estaban preparados, cuando los niños pasaron el rey juguete dijo: • ¡Al ataque! • Los niños se enfadaron mucho porque les hicieron unos buenos chichones así que cogieron a los juguetes y los encerraron en un baúl con llave. • Como los niños eran muy descuidados, se dejaron la llave tirada y un juguete que se había escondido abrió a todos los demás. Entonces decidieron que se escaparían de aquella casa. Pero cuando estaban a punto de irse los niños les descubrieron. Entonces el robot dijo a los niños: • No queremos ir porque nos maltratáis. • Tenéis razón, prometemos no volver a hacerlo. • Y fueron felices para siempre.