400 likes | 596 Views
AÑO. PAULINO. 29/VI/2008 – 29/VI/2009. GUIÓN: Antonio Rodríguez Carmona MONTAJE: Antonio García Polo MUSICA: J. S. Bach. SERIE II “Las Cartas de Pablo”. Gálatas. I. ASPECTOS HISTÓRICOS. 1. Los gálatas.
E N D
AÑO PAULINO 29/VI/2008 – 29/VI/2009 GUIÓN: Antonio Rodríguez Carmona MONTAJE: Antonio García Polo MUSICA: J. S. Bach
SERIE II “Las Cartas de Pablo” Gálatas
I. ASPECTOS HISTÓRICOS 1. Los gálatas. Los gálatas son celtas llegados a Asia Menor en el s. III a.C. y que se establecieron en la actual zona de Ankara (antes Ancira), capital de Turquía. En el año 25 a.C. el territorio de los gálatas pasó a dominio de Roma, que lo convirtieron en provincia, añadiéndole otros territorios. Las iglesias a las que se dirige Pablo están situadas en la región natural de Galacia, no en los territorios añadidos.
2. Origen de las comunidades cristianas de Galacia. Fueron creadas por Pablo con ocasión de una enfermedad que le obligó a quedarse una temporada en este territorio durante su segundo viaje (Gál 4,13s; Hch 16,6s). Años más tarde, en su tercer viaje camino de Éfeso, las visitó de nuevo posiblemente para organizar la colecta en favor de los pobres de Jerusalén (Hch 18,23; 1 Cor 16,1) * No se habla de una comunidad situada en un lugar concreto, sino de varias esparcidas en la región natural de Galacia.
* Todos los miembros de la comunidad eran gentiles, pues Pablo les recuerda su pasado en el paganismo (4,8; 5,3; 6,12s). Acogieron gustosamente el evangelio (1,6.8s; 3,1; 4,6.9.13s.19), recibieron el bautismo y Dios los bendijo con abundantes dones espirituales (3,5).
3. Motivo de la carta. * Pablo acababa de hacer una visita a las comunidades en el viaje que le condujo a Éfeso hacia el año 54 y las dejó en una situación buena. Pero muy poco después visitó estas comunidades una contramisión de judeocristianos que los han perturbado seriamente, los "han hechizado" con su predicación (3,1), hasta el punto de que han transtornado a los "insensatos" gálatas (1,7; 5,10) y están a punto de dejar el evangelio auténtico (1,6; 5,7s), aunque todavía no se ha consumado la separación y hay esperanzas de ganarlos de nuevo (5,10a).
* ¿Quienes son los misioneros extraños? Según los datos de la carta son judeocristianos que defienden puntos de vista judaizantes junto con otras prácticas supersticiosas tomadas de la angeleología. Así exigen que los gálatas se circunciden para salvarse (5,26s.6.12; 6,12s) y además que den un culto especial a los ángeles durante determinados días, culto que, para Pablo, implica una vuelta a un estado semejante al paganismo. Además desacreditan a Pablo y niegan su autoridad, presentándolo como un enviado de los apóstoles de Jerusalén que no es fiel a los que le envían, enseñando cosas diferentes y no exigiendo la circuncisión. 4. Fecha de la carta La carta refleja sorpresa por parte de Pablo al recibir las noticias de lo que sucede en Galacia. Posiblemente estaría recién llegado a Éfeso, hacia el año 54.
La carta está dirigida a todas las comunidades de Galacia, por lo que tiene carácter de carta encíclica. 5. Contenido. La respuesta de Pablo consta de tres grandes núcleos: * apologéticopersonal: defiende su apostolado y predicación, que vienen directamente de Cristo resucitado y ha sido aprobado por las “columnas de Jerusalén”; con ello defiende su doctrina y su comportamiento concreto. * Doctrinal: el hombre se salva solamente por la fe en Cristo, no por observar las leyes de Moisés ni por dar culto a ángeles, observando un calendario especial. Ambas cosas no son más que formas de esclavitud. . * Exhortación a vivir la libertad cristiana. Cristo nos ha hecho hijos de Dios, libres, y hay que vivir la libertad cristiana con todas sus implicaciones, evitando tanto el legalismo como la anarquía y rechazo de leyes. Es libertad para amar. Sin libertad no hay amor
II. UN VISTAZO A LA CARTA • Introducción (1,1-5) • a) Remitentes y destinatarios (1,1-2) • b) Bendición (1,3-5) • II. Cuerpo (1,6-6,10) • A. Primera parte (1,6-2,21) Apología personal • 1. Desconcierto ante la situación de la comunidad: (1,6-10) • 2. Pablo, enviado de Dios, no de los apóstoles de Jerusalén (1,11-2,21)
B. Segunda parte (3,1-5,12) El hombre se salva solamente por la fe en Cristo * Experiencia de los gálatas (3,1-5) * Midrás de Abraham: 1. La bendición de Abraham desciende sobre los creyentes (3,6-14) 2. La herencia de Abraham está vinculada a Cristo (3,15-29) 3. Situación de los herederos antes y después del envío de Cristo (4,1-11) Paréntesis: Recuerdo de la relación anterior entre el apóstol y losgálatas (4,12-20) 4. La enseñanza de la misma ley: Abraham y sus dos hijos (4,21-31) Conclusión: Sólo hay una disyuntiva: o Cristo o circuncisión (5,1-12)
C. Tercera parte (5,13-6,10) Exhortación al uso correcto de la libertad 1. El principio fundamental: libres para amar, ni legalismo ni anarquía (5,13-15) 2. Aclaración: cooperar con el Espíritu luchando contra la carne (5,16-24) 3. Aplicación a la vida comunitaria: libres para el servicio en la comunidad (5,26-6,10) III. Epílogo (6,11-18)
III. LEYENDO LA CARTA en la que Pablo acentúa su carácter de apóstol de Cristo, el único salvador I. Introducción (1,1-5) Pablo, apóstol, no de parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre, que le resucitó de entre los muertos... (1,1).
II. Cuerpo (1,6-6,10) A. Primera parte (1,6-2,21): • 1.Desconcierto ante la situación de la comunidad: la verdad del evangelio está gravemente amenazada en Galacia (1,6-10): • Me maravillo de que abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio, - no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo... (1,6s) • 2.Dios revela a Pablo el Evangelio y lo envía para darlo a conocer (1,11-2,21). • a) Afirmación del origen divino de su mensaje y apostolado (1,11-12) • Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo (1,11-12).
b) Prueba (1,13-2,21) i) No puede venir de hombres, pues antes de su conversión era perseguidor de los cristianos; después de su conversión sólo fue a visitar a Cefas (Pedro) a los tres años (1,13-24): Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo cuán encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba...Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a Damasco. Luego, de allí a tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía... (1,13.15-18)
ii) En la asamblea de Jerusalén su predicación fue reconocida por las columnas de Jerusalén. Unos y otros actúan en comunión (2,1-10) Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito... y les expuse el Evangelio que proclamo entre los gentiles - tomando aparte a los notables - para saber si corría o había corrido en vano. Pues bien, ni siquiera Tito que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse.... Y de parte de los que eran tenidos por notables... reconociendo que me había sido confiada la evangelización de los incircuncisos, al igual que a Pedro la de los circuncisos...y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan... nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé: nosotros nos iríamos a los gentiles y ellos a los circuncisos; sólo que nosotros debíamos tener presentes a los pobres, cosa que he procurado cumplir con todo esmero. (2,1-6.9-10)
iii) Tuvo que corregir fraternalmente a Pedro por su conducta ambigua (2,11-21) Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión. Pues antes que llegaran algunos del grupo de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, se le vio recatarse y separarse por temor de los circuncisos... Pero en cuanto vi que no procedían con rectitud, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: « Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar? » (2, 11-12.14) • Y añade Pablo una bonita reflexión: • Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo, conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús...En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí (2,15-16.19-20)
B. Segunda parte (3,1-5,12): *Contiene una larga reflexión teológica para dejar claro que la salvación es un regalo de Dios, que se recibe gratuitamente por medio de la fe. Después de una introducción en que apela a la experiencia de los gálatas, desarrolla el midrás de Abraham. *Introducción apelando a la experiencia de los gálatas: han recibido el Espíritu Santo gratuitamente por la fe, no lo han comprado a base de cumplir leyes (3.1-5) ¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por la fe en la predicación?... * El midrás de Abraham (3,6-4,31) Un midrás es la presentación de una doctrina o un hecho a base de citas bíblicas
En este texto emplea una lógica lejana de nuestra forma de discurrir y por ello no fácil de entender. Veremos primero (1) qué quiere enseñar Pablo, y (2) después cómo lo dice. (1) Qué enseña Pablo. + Hay dos formas de conseguir algo, por regalo o comprándolo. El hombre consigue la amistad con Dios y la salvación gratuitamente creyendo en Cristo, no comprándola a base de cumplir leyes, en concreto, con todo lo mandado en la Ley de Moisés. + Las leyes son buenas, pero de por sí sólo indican lo que tenemos que hacer, sin que den las fuerzas necesarias para hacerlo. El hombre, con sus propias fuerzas y sin la gracia de Cristo, debilitado radicalmente por el pecado, se encuentra impotente para obedecer estos mandamientos. En esta situación de debilidad, imponer más leyes solo sirve para que el hombre las desobedezca y experimente más profundamente su debilidad. La fuerza para cumplirlos la da Dios por medio de Cristo. No basta saber leyes, es necesaria la gracia de Dios.
+ Los que igualan la Ley de Moisés a Cristo la están absolutizando y atribuyéndole una fuerza que no tiene. En este caso sólo sirve para experimentar la debilidad propia y la necesidad de la gracia que Dios ha prometido y se ha cumplido en Cristo. Esto quiere decir que no se puede conseguir la salvación a base de cumplir leyes, pues no es ésta la finalidad de las mismas. + Esto vale para el AT y la Ley de Moisés, que de por sí es bueno, pero incompleto e imperfecto. Es sólo una promesa con normas para vivir durante el tiempo de la espera, que cuando llega elcumplimiento, pierde todo su valor. Si me prometen incondicionalmente una cantidad, la promesa como tal es importante para mí mientras no se ha cumplido, pero cuando se cumple, deja de tener valor. Lo importante es lo cumplido, la cantidad recibida. La promesa queda como recuerdo para dejar clara la fidelidad del que la hizo.
+ Dios prometió gratuitamente bendecir a Abraham y sus descendientes. El contenido de la promesa-bendición era Cristo, que por medio de su Espíritu, nos hace hijos de Dios, libres para amar. El medio para recibirla es la fe. Todo el AT está ordenado a ayudar a la espera de Cristo, el cumplimiento. Una vez que ha llegado Cristo, la promesa ya no tiene valor. Realmente sin Cristo el AT es una realidad que aprisiona, Cristo da la bendición prometida y libera. No tiene sentido obligar a los gentiles bautizados a observar la Ley de Moisés. Es hacerles entrar de nuevo en la cárcel. + Son hijos de Abraham los que imitan su fe, los creyentes. La bendición prometida es Cristo que nos envía su Espíritu en el bautismo y nos hace hijos de Dios y libres para amar.
(2) Cómo lo enseña: Presentando sucesivamente diferentes aspectos de esta enseñanza: 1. La bendición de Abraham desciende sobre los creyentes (3,6-14) * Los creyentes son hijos de Abraham y son bendecidos en él (3,6-9). Por la fe gratuitamente Abraham fue justificado y hecho amigo de Dios, y además Dios le hizo la promesa de bendecir a todos sus descendientes, que son los creyentes: Abraham creyó en Dios y le fue reputado como justicia. Tened, pues, entendido que los que viven de la fe, ésos son los hijos de Abraham. La Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación a Abraham esta buena nueva: En ti serán bendecidas todas las naciones. Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abraham el creyente.
* Al contrario, los que se empeñan en conseguir la salvación a base de cumplir leyes, sin la gracia de Cristo, no consiguen nada y se encuentran bajo la maldición (3,10-12) Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición. Pues dice la Escritura: Maldito todo el que no se mantenga en la práctica de todos los preceptos escritos en el libro de la Ley. Y que la ley no justifica a nadie ante Dios es cosa evidente, pues el justo vivirá por la fe; pero la ley no procede de la fe, sino que quien practique sus preceptos, vivirá por ellos (3,10-12). * En Cristo ha venido a los creyentes la bendición de Abraham, que es el Espíritu Santo (3,13-14) Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero, a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa (13-14).
2. La herencia de Abraham está vinculada a Cristo (3,15-29) * La descendencia de Abraham en quien se cumple la promesa es Cristo: Pues bien, las promesas fueron dirigidas a Abraham y a su descendencia. No dice: « y a los descendientes », como si fueran muchos, sino a uno solo, a tu descendencia, es decir, a Cristo (3,16).
* Finalidad de la Ley de Moisés no es anular la promesa, pues está a su servicio. Eran normas que manifestaban la voluntad de Dios y ayudaban a recibir la promesa. La experiencia hizo ver que sin la gracia de Cristo era imposible este cumplimiento. De esta forma las normas manifestaban la situación de debilidad radical en que vivía el hombre: Hermanos, voy a explicarme al modo humano: aun entre los hombres, nadie anula ni añade nada a un testamento hecho en regla... Y digo yo: Un testamento ya hecho por Dios en debida forma, no puede ser anulado por la ley, que llega 430 años más tarde, de tal modo que la promesa quede anulada... Entonces, ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa... Según eso, ¿la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Si de hecho se nos hubiera otorgado una ley capaz de vivificar, en ese caso la justicia vendría realmente de la ley. Pero, de hecho, la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo (3,15.17.19-22).
* Consecuencia de esto es que el hombre sin Cristo vivía en una esclavitud, situación afirmada por la misma Escritura. Esto ha terminado con la fe en Cristo y el bautismo, por lo que nos incorporamos a Cristo-descendencia y somos herederos de la promesa, hijos de Dios, todos uno en Cristo y libres: Y así, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera de la fe que debía manifestarse. De manera que la ley ha sido nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe. Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa. (3,23-29)
3. Situación de los herederos antes y después del envío de Cristo (4,1-11) * Antes de Cristo: Pues yo digo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo; sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre. De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo (4,1-3).
* Después del envío de Cristo, hemos recibido el Espíritu Santo, somos libres, hijos de Dios en el Hijo y coherederos con él. Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios (4,4-7)
+ Por ello dar culto a los ángeles como necesario para la salvación es volver a la esclavitud de antes de la conversión cuando daban culto supersticioso a los planetas observando los días señalados por un calendario: Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses. Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo? Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años. Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros (4,8-11).
* Paréntesis: Recuerdo de la relación anterior entre el apóstol y los gálatas(4,12-20) Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis. Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez; y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a Cristo Jesús. ¿Dónde están ahora los parabienes que os dabais?... ¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad?... ¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros. Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros (4,12-15.16-19.20).
4. La enseñanza de la misma ley. Final del Midrás (4,21-31) * Termina el midrás comparando a los judíos y judaizantes, que absolutizan el AT, con los hijos de Agar, que engendró hijos para la esclavitud, y a los cristianos con Sara, madre de los hijos libres. Igual que entonces el hijo de la esclava, Ismael, persiguió a Isaac, el hijo de la promesa, ahora los judaizantes persiguen a los cristianos: Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre... Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar... Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre...Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa. Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora (4,22.24.26.28-29).
Conclusión: Sólo hay una disyuntiva: o Cristo o circuncisión (5,1-12) * La vocación cristiana es servir a Dios como hijos libres. Defender esa libertad: Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud (5,1). * No vale Cristo y circuncisión a la vez, pues eso significa que Cristo no da la salvación plena y que necesita una ayuda por parte de la Ley de Moisés. No se pueden considerar a Cristo y la Ley como dos absolutos a la vez, o uno u otra. Además, si se opta por la Ley, hay que optar por toda la Ley, sin excluir lo que no guste. Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada. Y testifico de nuevo a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar toda la Ley. Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Os habéis apartado de la gracia. Pues a nosotros nos mueve el Espíritu a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia (5,2-5).
* Lo único esencial es Cristo, que exige la fe que se traduce en obras de amor. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que actúa por la caridad (5,6). * Los judaizantes habían dicho a los gálatas que Pablo en otros lugares había predicado la circuncisión como necesaria para salvarse y que con ellos no lo había hecho para evitar rechazos. Pablo responde que esto es absurdo y que es rechazado y perseguido precisamente por no imponer la circuncisión.(5,7-12) En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz! (5,11)
C. TERCERA PARTE (5,13-6,10): La libertad cristiana 1. Principio fundamental. Libertad para amar (5,13-15): * El cristiano ha sido llamado a la libertad, puesto que la vida cristiana es amar y sin libertad no hay amor auténtico: Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad (5,13a). * Pero esta libertad está amenazada no solo por el legalismo que absolutiza la ley sino también por el antinomismo o rechazo de toda ley y autoridad. Es libertad para amar no para la anarquía. No toméis esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (5,13b-14). * Por ello hay que evitar usar la libertad para instaurar la ley de la selva: Pero si mutuamente os mordéis y devoráis, mirad que acabaréis por consumiros unos a otros (5,15)
2. Aclaración del principio fundamental (5,16-24) La libertad cristiana implica una lucha en el interior de la persona para secundar los impulsos del Espíritu y no los de la carne-debilidad humana, inclinada al mal. * Principio: Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne (5,16) * Explicación: son dos dinamismos contrarios, que se excluyen: Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais. Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley (5,17-18).
* Para evitar engaños, fijarse en los frutos. Los de la carne son: Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios (5,19-21)) + El fruto del Espíritu: En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley (5,22-23). * Conclusión: Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.(5,24).
3. Aplicaciones de la libertad cristiana a la vida comunitaria (5,26-6,10) * Principio: Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu (5,25) *Aplicaciones a varios casos: + Contra la vanidad: no nos volvamos vanidosos, provocándonosy envidiándonos mutuamente (5,26). + Acoger al hermano pecador: Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado (6,1).
+ Ayudarse mutuamente a llevar las cargas: Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo. Porque si alguno se imagina ser algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. Examine cada cual su propia conducta y entonces tendrá en sí solo, y no en otros, motivo para glorificarse, pues cada uno tiene que llevar su propia carga (6,2-5). + Compartir con el catequista: Que el discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra (6,6). + No engañarse: sembrar amor en libertad: No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe (6,7-10).
III. EPÍLOGO (6,11-18) * Pablo toma la pluma de su secretario (a pesar de que sabe que tiene una letra fea) , escribe personalmente y subraya algunas de las ideas expuestas: Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propio puño (6,11). En primer lugar alude a los adversarios: los que quieren gloriarse en la carne , ésos os fuerzan a circuncidaros sólo para no ser perseguidos por la cruz de Cristo. Pues ni siquiera esos mismos que se circuncidan cumplen la ley; sólo desean veros circuncidados para gloriarse en vuestra carne (6,12-13). * Por oposición, Pablo expone su motivo de gloria: cuanto a mí, no quiera Dios que me gloríe sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo (6,14).
+ Explicación: esta cruz es lo único decisivo, de tal forma que ya no es nada la circuncisión o la incircuncisión sino la nueva creación, resultado de la cruz. Esto es fundamental para Pablo y por ello bendice a los que aceptan esta regla y a todo el Israel de Dios, dondequiera que esté. Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva. Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios (6,15-16) + Última petición (6,17): que nadie le procure disgustos en el futuro, porque es un esclavo de Jesucristo: lleva los estigmas de Jesús. En las religiones paganas las marcas de fuego por las que una persona pertenecía como esclavo a un santuario; para Pablo estas marcas son las cicatrices de todo lo que ha sufrido por Jesucristo. Que estas señales lo protejan de más fatigas y más miseria que se le quieran infligir. + Bendición final:Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén (6,18).