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UN MINISTERIO PERPETUO. Lección 13 para el 30 de junio de 2012. En ciertos países, se considera que una persona debe cesar de su trabajo a los 65 años. ¿Cuál crees que es la edad conveniente para que un cristiano cese en su trabajo de evangelización y testificación?.
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UN MINISTERIO PERPETUO Lección 13 para el 30 de junio de 2012
En ciertos países, se considera que una persona debe cesar de su trabajo a los 65 años. ¿Cuál crees que es la edad conveniente para que un cristiano cese en su trabajo de evangelización y testificación? Mientras haya personas que necesiten la salvación, es necesaria la labor de evangelización y testificación. Todos aquellos que hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador personal estamos involucrados en esta misión mientras quede aliento en nosotros. Solamente cuando Cristo venga cesaremos de nuestro trabajo. Para poder realizar una obra de calidad debemos: • Trabajar por las almas. • Nutrir a los creyentes. • Entrenar a las personas. • Recuperar a los ex miembros. • Evitar las deserciones.
TRABAJAR POR LAS ALMAS En la forma en que Jesús trató con la mujer samaritana(Juan 4:7-30), podemos observar cinco etapas de la testificación. Captó su atención: “Dame de beber” (v. 7) Consiguió su interés: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber? (v. 9) Creó un deseo: “Dame esa agua” (v. 15) La llevó a una convicción: “Señor, me parece que tú eres profeta” (v. 19) Siguieron acciones: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuantohe hecho. ¿No será éste el Cristo?” (v. 29) La máxima motivación que podemos tener para testificar es la convicción de que la mayor necesidad de las personas es la salvación en Jesús.
NUTRIR A LOS CREYENTES “Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración” (Hechos 2:42 NVI) Una vez que la persona ha decidido aceptar a Jesús y unirse a su iglesia, debe ser nutrida. Es decir, debe ser alimentada, cuidada y amada. En realidad, el aprendizaje y la comunión son labor de todos y cada uno de los miembros. “Mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos” (Romanos 1:12 NVI)
ENTRENAR A LAS PERSONAS “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2ª de Timoteo 2:2) “Este rasgo de la obra de Pablo enseña una lección importante a los predicadores de hoy día. Los obreros experimentados hacen una obra noble cuando, en vez de tratar de llevar todas las cargas ellos mismos, preparan a hombres más jóvenes, y ponen cargas sobre sus hombros. Es deseo de Dios que aquellos que han adquirido experiencia en su causa, preparen jóvenes para su servicio” E.G.W. (Obreros evangélicos, p. 107) Aquellos que son adiestrados para evangelizar y testificar deben ser capacitados también para adiestrar a otros en estas tareas.
RECUPERAR A LOS EX MIEMBROS Debemos tener un ministerio hacia los ex miembros y los miembros que no asisten. Una mirada a las listas de miembros de las iglesias probablemente revelará que hay muchos más nombres en las listas que los que asisten a la iglesia cada sábado. Estos nombres podrían formar el comienzo de un ministerio especial en favor de la gente a la que Dios nunca ha dejado de amar. “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mateo 10:5-6) Jesús envió a sus discípulos a recuperar a los miembros de la nación judía que se habían apartado de su Señor. De este modo, es muy apropiado que hoy también hagamos una obra por esas personas que tienen una historia especial con Dios y con su iglesia.
EVITAR LAS DESERCIONES Aunque es bueno tener un ministerio a favor de aquellos que abandonaron un día la iglesia, ¿no sería hermoso que ése ministerio no fuese necesario porque nadie abandonase la iglesia? Es responsabilidad de la iglesia crear el ambiente necesario para la permanencia de sus miembros. ENTRADA SALIDA “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros” (Romanos 12:10)
EVITAR LAS DESERCIONES Evitar las deserciones requiere un doble esfuerzo: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32)