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VI. América Latina en el siglo XX. El Chile del Centenario. saladehistoria.com. Conventillo de Valparaíso, hacia 1900. Luego de la derrota de José Manuel Balmaceda en la Guerra Civil de 1891 , se impuso en el país un régimen político parlamentario , sistema que perduró hasta 1925.
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VI América Latina en el siglo XX El Chile del Centenario saladehistoria.com
Luego de la derrota de José Manuel Balmaceda en la Guerra Civil de 1891, se impuso en el país un régimen político parlamentario, sistema que perduró hasta 1925.
EL GRUPO POLÍTICO QUE CONFORMABA LA OLIGARQUÍA VIVÍA BAJO LA CÉLEBRE BELLE EPOQUE Fue un período caracterizado por la inercia política y administrativa; y además, los ambientes políticos solían ser el Club de la Unión o el Club Hípico
Una de las prácticas utilizadas, eran las constantes censuras e interpelaciones a los ministros con el fin de derribar un gabinete y provocar la llamada “rotativa ministerial”,la que significaba que los ministros duraran sólo meses en sus puestos, con la consiguiente perturbación de la administración del país, salvada sólo por la permanencia de los subsecretarios y jefes de servicio. De esta forma los parlamentarios podían dominar al Poder Ejecutivo y obtener beneficios de toda índole, a cambio de obstaculizar la marcha del país y provocar, al mismo tiempo, su propio desprestigio.
Presidente Sanfuentes saliendo del edificio del Congreso acompañado por ministros
El sistema político se caracterizaba por una participación reducida, ya que sólo podían sufragar los varones mayores de edad que supieran leer y escribir; cifra que no superaba el 5% total de la población chilena.
La elite oligárquica chilena, radicada en Santiago y Europa, tenía en sus manos el control total de las diferentes esferas del poder. El nuevo sistema político parlamentario le permitía controlar el Estado. En el ámbito económico, las fortunas familiares formadas en el siglo XIX continuaban siendo las dueñas de la tierra y de las principales empresas mineras, comerciales y financieras; mientras en el cultural y religioso dominaban sin contrapeso, controlando los medios de comunicación, el sistema educacional y la jerarquía eclesiástica. En suma, el poder total y los destinos del país residían en manos de un conjunto de familias de mentalidad burguesa y aristocrática.
“Llegó así a dominar ,económica y socialmente en el país, una aristocracia mixta, burguesa por su formación debida al triunfo del dinero, por el espíritu de mercantilismo y empresa, sensata, parsimoniosa, de hábitos regulares y ordenados, pero por cuyas venas corría también la sangre de alguna de las viejas familias feudales….De esta mezcla de elementos burgueses y feudales sacó nuestra antigua clase dirigente su extraordinario vigor, y también algunas de sus debilidades. El amor al trabajo y a la economía, el buen sentido práctico, y con ello la falta de imaginación, la estrechez de criterio, son rasgos esencialmente burgueses. El ansia de poder y dominación, el orgullo independiente, el espíritu de fronda y rebeldía, ha sido siempre, en cambio, cualidades aristocráticas y feudales, que denuncian al amo de siervos, al orgulloso señor de la tierra” Edwards, Alberto. La fronda aristocrática en Chile. Santiago: Imprenta Nacional 1928. 308 p. Alberto Edwards publicó en 1928 su famoso libro La Fronda Aristocrática, donde caracterizó a la oligarquía de la época
Desde principios del siglo XIX, el concepto de cuestión social apareció en Europa para señalar las consecuencias laborales, sociales e ideológicas producidas por la Revolución Industrial. En nuestro país, el término cuestión social fue utilizado por primera vez por Augusto Orrego Luco. Rápidamente fue asociado a los diversos problemas sociales que afectaron al mundo popular, como el analfabetismo; la prostitución; el alcoholismo; el hacinamiento; la promiscuidad; las enfermedades; las huelgas; la inflación; la actividad sindical; la lucha de clases; los trabajadores y la proletarización.
Tanto en el ámbito del consumo como de la producción, los trabajadores urbanos y mineros vivieron condicionados por bajos salarios; extensas jornadas de trabajo; inseguridad laboral y económica; viviendas insalubres; sin posibilidad de ahorro; con escaso acceso a servicios básicos tales como la luz eléctrica, el agua potable, la salud y la educación; sin protección jurídica de ningún tipo en materia laboral; presa fácil para los abusos de distinta índole que cometían con ellos sus patrones, como el pago de salarios con fichas y vales.
Grupo de obreros dirigiéndose a la Escuela Santa María, 1907 Dicha situación se vivió con bastante angustia sobre todo en la zona salitrera, donde el contraste pareció agudizarse por la cantidad de riquezas que representó para el país y el Estado la explotación de este importante mineral.
Historia de Chile en Comic – Episodio 54 http://saladehistoria.com/Comic/Historia-de-Chile-en-Comic-54.html
Concentración de obreros en la plaza Montt de Iquique, 21 de diciembre de 1907
Concentración de obreros, hacia 1900 Entre 1902 y 1908, hubo alrededor de doscientas huelgas y la falta de respuestas positivas por parte de las autoridades, provocó una escalada de movilizaciones sociales. La huelga portuaria de Valparaíso, en 1903, la huelga de la carne, en Santiago, el año 1905, y la masacre de la escuela Santa María de Iquique, en 1907, son ejemplos de las primeras gestas reivindicativas del movimiento social chileno. En ellas hubo participación no sólo de obreros y artesanos, sino también de sus mujeres e hijos. Sin embargo, la masacre producida en Iquique frenó esta ola de huelgas.
El Gobierno y el Congreso durante la república parlamentaria fueron incapaces de brindar una solución efectiva a la cuestión social. El tratamiento policial que comúnmente aplicó el Estado frente a la irrupción de los problemas sociales, ratificó su voluntad de no modificar sustancialmente el régimen económico ni menos las relaciones industriales entre obreros y patrones.
Primero de Mayo : Día del Trabajo, en la Alameda, Santiago, 1908
“A vosotros, trabajadores, héroes anónimos de las luchas por el pan, se deben todo lo que son los países civilizados del orbe entero. En cada uno de estos inmensos progresos obtenidos, vosotros habéis ido dejando gotas de sudor y de sangre, porque todo es hijo de tu esfuerzo prepotente, de tu músculo acerado, de tu aliento inagotable, que hace fecundar la tierra en magníficas producciones. Que hacen levantar mágicamente palacios y castillos, puentes y edificios gigantescos; que construye interminables ferrocarriles que cruzan las naciones de un confín a otro, que ha dominado el mar. Vosotros los que trabajáis, los que producís, tenéis mayor parte que nadie en este magnífico concierto presente.” Diario La Federación Obrera, nº 24, 1 de mayo, 1912.
Los sectores medios pueden comenzar a distinguirse a mediados del siglo XIX. El proceso de consolidación de este grupo se desarrolló al mismo tiempo que el país experimentaba un importante crecimiento económico. Las diferentes actividades productivas requerían, por una parte, la necesidad de mano de obra, que se manifestó en la creación del proletariado, y por otra, en el empleo para personas que tuvieran conocimientos o habilidades específicas. Desde ese entonces, la educación comenzó a ser una vía fundamental de ascenso social.
Primer curso del Instituto Pedagógico, 1889-1892 La clase media estaba integrada por hombres y mujeres de diversos orígenes, algunos fueron emprendedores, otros procedían de antiguos linajes coloniales empobrecidos y un alto porcentaje eran inmigrantes, que no provenían de las grandes potencias mundiales del período. Durante el período de cambio de siglo, esta clase no tuvo una identidad consolidada, existiendo rangos más altos o más bajos dentro del mismo grupo. Intentaban parecerse a la oligarquía, por lo que imitaban su manera de ser, sus usos y costumbres. Esta actitud fue mirada con menosprecio por este grupo.
El progreso económico que ha conquistado la clase capitalista ha sido el medio más eficaz para su progreso social, no así para su perfección moral, pues aunque peque de pesimista creo sinceramente que nuestra burguesía se ha alejado de la perfección moral verdadera (…). La verdad de que en cien años de la vida republicana se constata el progreso paralelo de dos circunstancias: el progreso económico de la burguesía y el progreso de los crímenes y los vicios de toda la sociedad (…). Y si a los cien años de vida republicana, democrática y progresista, como se le quiere llamar, existen estos antros de degeneración, ¿cómo se pretende asociar al pueblo a los regocijos del primer centenario? Luis Emilio Recabarren, Ricos y pobres, texto de una conferencia dictada en Rengo, la noche del 3 de septiembre de 1910, en ocasión del centenario de la independencia de Chile.
Serie Algo habrán hecho por la historia de Chile – capítulo 8 http://www.tvn.cl/programas/algohabranhecho/2010/index.aspx?id=87162
Serie Nuestro Siglo – Capítulo 1 (1900 – 1914) http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID=188157
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