400 likes | 804 Views
Puntuación II. Los signos de puntuación. Los signos de entonación. Los signos auxiliares. . La coma ,. Corresponde también al nivel de la microestructura poniendo en relación dos segmentos contiguos que se encuentran en el plano horizontal del texto.
E N D
Puntuación II Los signos de puntuación. Los signos de entonación. Los signos auxiliares.
La coma , Corresponde también al nivel de la microestructura poniendo en relación dos segmentos contiguos que se encuentran en el plano horizontal del texto. Es el signo que más funciones tiene asignadas y, por tanto, su utilización es la más compleja. En general, es un signo de uso parcialmente arbitrario. Ni toda coma representa una pausa en la lectura ni en ausencia de coma hay que interpretar que no existe pausa posible.
Funciones de la coma • Separar elementos de la oración, de la frase u oraciones dentro de un enunciado • Encerrar incisos o aclaraciones • Señalar omisiones (en general de verbos) • A veces, indicar un cambio en la entonación • Ejercer algunos oficios técnicos (coma decimal)
Conviene distinguir entre dos tipos de coma Coma sola o independiente Separa ideas y conceptos: enumeraciones omisión del verbo fórmulas fechas Frecuente pareja de comas Introduce incisos: aposiciones cambios de orden subordinadas marcadores textuales ¡Hay que tener en cuenta la posición de estos elementos!
La coma gramatical Entre los términos de una enumeración, salvo los unidos por conjunción: vine, vi y vencí. Con segmentos incidentales, como oraciones de relativo y aposiciones explicativas: El hijo, que estaba en París, no pudo venir; Jeremías, el más pequeño de los hermanos, estaba ausente. En las oraciones condicionales, siempre que aparezca en primer lugar la condición: Si llegas a tiempo, podremos ir al cine. En las construcciones absolutas: Hecha la reverencia, se retiró; Enfadado, interrumpió su partida; Resuelta la cuestión, continuamos el análisis. En los vocativos: Ayúdame en este trance, Virgencita.
Con adverbios, conjunciones y locuciones conjuntivas, aclarativas, concesivas, confirmativas, continuativas, consecutivas, adversativas, etc.: a saber, además, al parecer, así pues, con todo, de momento, dicho esto, en cambio, en consecuencia, en efecto, en fin, es decir, más aún, mejor dicho, no obstante, o sea, por (lo) tanto, pues bien. Con todo elemento inciso o aclaratorio: mejor, por poner un ejemplo, por mejor decir, al revés. En secuencias cortas, cuando confluyen dos incisos, a veces es mejor prescindir de una coma: Mañana viernes, fiesta de Todos los Santos, llega el señor obispo; Acaban finalmente, en muchos casos, por desaparecer.
Las conjunciones adversativas pero y sino deben ir precedidas de coma. En oraciones disyuntivas y distributivas: ahora…, ahora…; en parte por…, en parte por…; unos…, otros… Antes de las conjunciones y, o cuando introducen un elemento que no complementa al que les antecede: A unos les gusta jugar, y a otros, leer; Los arbustos tienen numerosas ramas y tallos leñosos, y viven mucho tiempo. Antes de las frases y viceversa, o viceversa. Entre el nombre de una persona y su apodo o seudónimo: Leopoldo Alas, Clarín; Samuel L. Clemens, Mark Twain.
La coma de sentido • — Louis Pasteur aplica, por primera vez con éxito, la • vacuna contra la rabia. • — Murió, naturalmente. • — Exhiba billete o pase, antes de que se lo exijan. Se emplea para dotar a un periodo de un determinado sentido, ya que podría resultar oscuro o confuso. • Louis Pasteur aplica por primera vez con éxito la vacuna contra la rabia. • Murió naturalmente. • Exhiba billete o pase antes de que se lo exijan.
La coma por omisión de verbo Cuando se omite un verbo suele sustituirse con una coma. • Verbo anafórico (mencionado antes). La coma es recomendada, aunque en algunos casos puede resultar un texto recargado: — A unos les gusta jugar; a otros, leer. — El canal en la zona republicana está seco, para permitir el paso de vehículos. En la nacional, lleno, para servir de parapeto en caso de asalto. — Unas tiendas se componen de un palo; otras, de dos, y otras, de tres. / Unas tiendas se componen de un palo, otras de dos y otras de tres. • Verbo elíptico (no mencionado). La coma es obligada: — Las obras, terminadas. — Frecuente en dichos y refranes: A pan duro, diente agudo; Malo y rogando, dos veces malo.
La coma decimal • Para separar, en una cantidad, la parte entera de la decimal. No es correcto emplear en estos casos el apóstrofo. El uso del punto decimal es considerado, recuérdese, un anglicismo ortográfico. La coma entonatoria Se aplica a secuencias que constan de dos partes separadas por una pausa entonatoria. Es frecuente en refranes y en frases en que se establece algún tipo de correlación gramatical. Hecha la ley, hecha la trampa. Ande yo caliente, ríase la gente.
Omisión de la coma 1. No se usa coma entre el sujeto y el verbo o entre el verbo y lo que se afirma o niegue del sujeto, salvo que, en uno y otro caso, se intercalen elementos incidentales. 2. No se usa para separar las frases unidas por la repetición de la conjunción copulativa ni: Es una persona que ni come ni deja comer. 3. No se pone coma después de pero cuando precede a interrogación o exclamación (salvo si hay un inciso): Pero ¿no es eso un disparate? 4. No hay coma ante la conjunción que cuando tiene sentido consecutivo y va precedida de tan, tanto o tal: La gravedad era tal que no se veía solución. 5. No se recomienda para separar los términos de una interrogación enlazados mediante la conjunción o: ¿Vienes o te quedas? 6. No se usa entre el nombre y el cognomento (renombre): Guzmán el Bueno, Fernando III el Santo. 7. No llevan coma las reduplicaciones de palabras, como café café, casi casi, así así.
Puntuación y publicidad Comas y puntos
El punto y coma; • Las unidades conectadas por el punto y coma están al mismo nivel sintáctico, es decir, se trata de unidades yuxtapuestas. Expresa, frente al punto y seguido, una vinculación más estrecha. • Conecta dos oraciones que, aun siendo independientes, mantienen una cierta relación. • Lleva asociada una breve pausa en la lectura.
Uso del punto y coma • Para conectar los miembros de un periodo extenso, especialmente cuando tienen partes separadas por comas: El terreno de granos finos se denomina arcilla; el de granos medianos, limo, y el de granos gruesos, arena. (Nótese que en estos casos coma + y = punto y coma) • En periodos extensos, antes de las conjunciones adversativas mas, pero, aunque, sin embargo, con todo, etc. • Entre cláusulas estrechamente relacionadas. • Cuando interviene una aposición en una relación cuyos miembros normalmente se separarían con comas: Asistieron al acto Darío Villanueva, secretario de la Academia; Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, y los escritores premiados.
Desarrollo y complejidad del párrafo • Nivel I Vino Juan, subió la fruta, le pagué. • Nivel II Vino Juan por la mañana, apenas había amanecido; subió la fruta: peras, manzanas, uvas y una gran sandía; le pagué, como siempre, al contado. • Nivel III Vino Juan por la mañana, apenas había amanecido, a pesar de que sabe de sobra que me acuesto tardísimo y no me gusta madrugar. Subió la fruta lentamente, golpeando cada escalón con su pierna mala: peras, manzanas, uvas y una gran sandía; pero no quiso traerme pimientos de su huerta. Le pagué, como siempre, al contado.
Un ejemplo de nivel II Yo estoy en mi cuarto; el cuarto es diminuto; tiene tres o cuatro pasos en cuadro; hay en él una mesa pequeña, un lavabo, una cómoda, una cama. Azorín
Un ejemplo de nivel III La timidez es un tesoro tanto en los niños como en los adultos; es la sensibilidad para la distancia, el sentimiento de que uno no puede adelantarse a pretender saber cómo es el prójimo, lo que equivale a la conciencia de que se está ante una persona; sin ello, el conocerse es un brutal allanamiento de morada, que cosifica a la persona, por cuanto queda en realidad ignorada en su condición de tal. Rafael Sánchez Ferlosio
Los dos puntos: Indican que el enunciado está incompleto; representan una “ventana abierta” a una secuencia que completa el sentido lógico. Usos 1. Preceden a enumeraciones; conclusiones, consecuencias o resúmenes; relaciones de ejemplos. 2. Siguen a las fórmulas de cortesía con que empiezan las carta, notas, discursos, instancias, etc. Mejor aparte e inicio con mayúscula.
4. Sirven para introducir una cita textual directa. 5.Siguen a las expresiones catafóricas (las que anticipan o anuncian un elemento): Aquello fue lo que le asustó: que su madre no llegara a la hora habitual. 6. Son frecuentes, al igual que la coma, tras locuciones como bien, ahora bien, pues bien, es más, más aún, en otras palabras.
Los puntos suspensivos … • Los puntos son siempre tres, cualquiera que sea la medida de la línea. Cuando ocupan el lugar del punto ortográfico no será correcto añadir un cuarto punto. Son redundantes en combinación con la abreviatura etc. • Su función es la de expresar varios estados de ánimo: duda, temor, emoción, expectación, o bien establece una suspensión del discurso porque lo que sigue se da por sobrentendido, es inconveniente o por otra causa esperada o inesperada.
Ejemplos: Y después de tanto batallar… Bien, el final ya lo conocen ustedes. El conductor, en un arrebato de cólera, dijo que Fulano era un hijo de… Y después de tanto misterio, resulta que el invitado era… ¡un burro! ¿Ha llegado?... ¿Sabe lo de su marido?... ¡Dios mío…, qué pena!... Aquella casa era vieja, destartalada, maloliente…
La exclamación¡! • Mejor exclamación que admiración, ya que representa el tono exclamativo. • Sirve para expresar una emoción: alegría, pena, indignación, cólera, asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor, admiración, desprecio, etcétera. • Dos signos, uno de apertura y otro de cierre. • Muchas frases exclamativas se construyen con un pronombre o adverbio exclamativo inicial (qué, cuán,…), a veces con un pero enfático inicial: ¡Pero qué grande! • La oración exclamativa puede ser indirecta: Me sorprendió cuánta luz había en la sala.
Expresión exclamativa • Se denomina interjección y puede ser de dos tipos: • Interjección propia • Apelativa, como ¡eh!, ¡chist!, ¡pst! • Expresiva, como ¡oh!, ¡ah!, ¡ay! • Representativa, como ¡paf!, ¡pum!, ¡zas! • Interjección impropia • Palabras normales utilizadas con intención exclamativa: ¡bravo!, ¡fuera!, ¡atención!; ¡qué día!, ¡por Dios!; ¡No sé qué hacer!, ¡Ha llegado el momento!
La interrogación¿? • La expresión interrogativa se dirige al oyente y, en general, en espera una respuesta (salvo en las llamadas preguntas retóricas). Tipos: • Directa, como ¿Qué quieres?, ¿No viene? • Indirecta, que no usa signos, como Dime qué quieres. • Disyuntiva, como ¿Vienes o te quedas? • Deliberativa o consultiva, ¿Qué camino tomar? • Retórica, ¿Acaso sabemos cuándo acabará el mundo? • Signo también compuesto por dos elementos, uno de apertura y otro de cierre.
Es recomendable que los signos se ciñan a la secuencia que realmente constituye la pregunta: • Si no piensas acompañarnos, ¿por qué has venido?; Qué, ¿hay apetito? • Es dudoso cómo actuar con y, pero iniciales, tan frecuentes también en preguntas; la decisión debe ser del autor, ya que parece haber matices diferenciadores: Bueno. Se ha ido. Y a ti, ¿qué? / ¿Y a ti qué?
Exclamación e interrogación se combinan con frecuencia, alternando un signo de apertura y el otro de cierre o escribiendo ambos al inicio y al final. ¿Qué has hecho, Dios mío! ¡¿Qué?! • También es posible duplicarlos o triplicarlos para aportar énfasis, aunque conviene no abusar de este recurso, menos frecuente en la interrogación. ¡¡¡Socorro!!! • Un signo de cierre entre paréntesis indica duda, ironía, sorpresa, inseguridad, etc.
Las comillas “” ‘’ << >> • Son signos dobles auxiliares de la puntuación. • Comillas inglesas (las redondeadas), simples y latinas (las angulosas), de apertura y de cierre. Se suelen distinguir también las mecanográficas dobles y sencillas, como las inglesas, pero no son redondeadas, sino rectas. • El uso depende del tipo de comillas de que se trate. La recomendación es dar prioridad a las latinas, que se deben emplear en primera instancia. Sin embargo, está cada vez más extendido el uso de las inglesas.
Usos de las comillas • Encerrando citas directas que no sean muy extensas. • En obras literarias se usan para los textos que expresan pensamientos en cita directa: • <<Este hombre está chiflado>>, pensó Violeta. • Para encerrar palabras o frases que expresan ironía: • Sí, sí, es <<muy simpático>>. • Las comillas simples se usan para expresar el significado de una palabra o expresión. • Dentro de textos ya encerrados en comillas latinas se deben usar las comillas inglesas. • Dentro de textos con comillas inglesas (a su vez encerrados en textos con comillas latinas), se deben usar las comillas simples.
Ejemplos No podríamos decir que destapar es ‘quitar la tapa a algo’ o ‘… de algo’, puesto que es perfectamente posible destapar un secreto, un misterio o un escándalo, y sabemos que estas nociones no tienen tapa. Se despidió diciendo: <<¡Adiós! >>. La frase anterior dice: <<Se despidió diciendo: “¡Adiós!” >>. La línea precedente dice así: <<La frase anterior dice: “Se despidió diciendo: ‘¡Adiós!’ ” >>. El párrafo anterior dice: La línea precedente dice así: <<La frase anterior dice: “Se despidió diciendo: ‘¡Adiós!’ ”>>. —Téngase en cuenta que no es apropiado emplear la cursiva en combinación con estos signos y presentaciones.
Los paréntesis ( ) • Se usan para encerrar oraciones, sintagmas o palabras que sirven de aclaración. Puede tratarse también de datos numéricos, toponímicos y administrativos, siempre de carácter aclaratorio. • Se prefieren, frente a la raya y la pareja de comas, para aportar informaciones breves y prácticas, prescindibles sin afectar el sentido completo de la secuencia. • En la lectura piden una entonación especial con bajada de tono uniforme para todo el bloque.
Otros usos de los paréntesis • Para abreviar, encerrando dos o más posibilidades de realización de un término, como en amar(se), amigo(s), error(es). • Las siglas tras su enunciado o, a la inversa, el enunciado tras las siglas. • En referencias, como el autor o la página tras una cita; remisiones de todo tipo. • Para acotaciones en obras teatrales. • Usos técnicos en matemáticas y numeraciones. Empléese solo el paréntesis de cierre en apartados, lo contrario es anglicismo ortográfico.
Los corchetes [ ] • Se usan para encerrar en las citas directas todas las interpolaciones ajenas al texto original. Con puntos suspensivos en el interior indican que se ha suprimido un fragmento (puntos encorchetados). • En las obras de teatro comprenden lo que dicen aparte del personajes (el punto dentro del corchete de cierre). • En poesía, el corchete de apertura se coloca al comienzo de un resto de verso que no cabe entero en su línea. • Para encerrar transcripciones fonéticas.
La raya — • Función incidental, similar a las comas dobles y paréntesis. Jerarquía de dependencia: comas > rayas > paréntesis • En los diálogos: • Indica apertura de parlamento (una sola raya). • Encierra aclaraciones del autor. • En las citas textuales directas y en los pensamientos personalizados encierra las aclaraciones del autor. • Para suplir una palabra ya escrita. • En una relación de conceptos o ejemplos que no van numerados.
Ni desusos ni abusos El primer error y el más común es olvidarse de los signos y enlazar una frase tras otra de manera que le toque al lector adivinar los perfiles de la prosa cortar las oraciones por los extremos dar sentido a las palabras y detenerse a respirar entonces la escritura se parece a una cinta de colores interminable que hay que sacar del ovillo y recortar en pequeños trozos para poder entender cómo se puede interpretar si no este fragmento. El extremo contrario, error también —pero más sofisticado (¡reservado para gente complicada!)—, y también habitual, consiste en poner signos, siempre, a diestro y siniestro, cada tres palabras. La prosa, como es lógico, se convierte en muy, pero que muy —¡demasiado!— barroca, o, quizá, también, obstaculizada. El lector —y la lectora—, sin prisas, incluso voluntarioso/a, debe superar: ahora dos puntos, ahora una coma, ahora un punto y coma; como, exactamente, palos, pequeños, en la rueda. Tienes, inevitablemente, la sensación —desagradable, en el fondo— de no poder, pese a las ganas de avanzar, leer, tan rápido, y claro, como querrías.