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Nadie lo va a creer, pero hace un par de días, mientras preparaba unas judías verdes para el condumio casero, conforme las despojaba de sus hilos con precisión de taxidermista, iba yo entrando en un estado superior de claridad mental. Me veía tal como San Juan dice cuando dice lo que dice:
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Nadie lo va a creer, pero hace un par de días, mientras preparaba unas judías verdes para el condumio casero, conforme las despojaba de sus hilos con precisión de taxidermista, iba yo entrando en un estado superior de claridad mental. Me veía tal como San Juan dice cuando dice lo que dice: cesó todo y dejeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. Basho se enfrentan a la belleza de una flor silvestre. Tennyson es poeta inglés laureado del XIX, Basho es poeta japonés del XVII. Dice Tennyson: clic Dejo pendiente investigar si las judías verdes, aunque disten mucho de las amapolas, exhalan algún efluvio capaz de alterar el estado de conciencia de sus verdugos. clic Al momento sentí que estaba entrando en los dominios de la estética zoom, que pisabasuelo numinoso y que la paz estaba conmigo. clic Flor en el agrietado muro, te arranqué de las grietas. Te tengo aquí, con raíces y todo, en mi mano, florecilla. Si pudiera comprender lo que eres, con raíces y todo lo demás, sabría qué es Dios y qué es el hombre. Estética zoom es un concepto desarrollado por JA Marina; es primo de la mirada zen, pero podríamos decir que es su primo occidental. Éste sí está a nuestro alcance. Se trata de mirar el mundo en sus detalles, de poner el zoom, y disfrutar así la belleza de lo cotidiano, prestigiándolo, como si enmarcaras lo sencillo y lo elevaras a obra de arte. Fromm también habla mucho de ello. Para ilustrar los modos vitales antitéticos de tener o ser, contrapone la forma en que Tennyson y Basho dice: Cuando miro atentamente ¡veo florecer la nazuna en la cerca! clic
Tennyson quiere tener la flor e incluso especula intelectualmente con su utilidad, mientras que Basho la “mira atentamente” y sólo el verla le llena. Vivir a lo occidental es vivir enajenado en la trinidad que forman el consumo, la fama y el poder; aherrojado por el rigor de la lógica aristotélica, de la causalidad kantiana y del método cartesiano; distraído en la superficialidad , es un sinvivir y cuando vas a morir te das cuenta de que no has vivido ¿hay vida antes de la muerte? dicen que vivir en oriental es un vivir más puro, más orientado al ser que al tener, tengo que mirar esto, porque estoy preocupado desde que leí al pavo ése de José Manuel de Prada decir que el que escribe es porque le falta vida, que si la tuviera de verdad, la estaría viviendo en lugar de ponerse a escribir, es un poco de lío esto de lo oriental contra lo occidental, cuando ves además que occidentales como Machado, Neruda, Foxá, y tantos otros, también se han detenido a disfrutar con el viejo olmo del camino, con la gracia de su rama verdecida, este ritmo de Machado eleva mi estado de calma simple al de calma plena e inevitablemente pienso en la capacidad de la metáfora, gran producto de Occidente, que reproduce la realidad en un nivel superior del alma; pienso en Foxá, que los primeros trompazos que se daba de crío con la bici en el Retiro son para él sus primeras comuniones, que en los árboles quedaban y aquel estanque… en el que los peces rojos subían de un turbio incienso de plantas, cráteres de gelatina los morros fuera del agua, buscando pan desmigado y cáscaras de naranja, tendré que levantarme a por una patata, ahora que me estaba calentando con las maravillas de Foxá, a este hombre habrá que reivindicarlo un día de éstos, pero lo fascista hoy no vende aunque éste también cantaba a lo sencillo a lo simple, no sólo Miguel Hernández o Alberti lo hacían ¿qué tal aquello de noches llenas de aquella luz de plata, que inundaron mi vieja sementera cuando aun cantaba Dios bajo mi frente?qué pasada, tú, ¿y Neruda? no te pierdas a Neruda, oye, que la humilde cebolla era para él un globo colmado de nieve cristalina, y el pescado, que viste como un rey, destila profundidad mojada sobre la fuente, donde abre pálidos ojos de oro bajo el multiplicado pezón de los limones, qué tío el Neruda, un día tengo que hacer un monográfico sobre la metáfora y enviárselo a mis amigos, a ver si a alguno le da el flato y tenemos mortichuelo; que me da que no han pasado de las trilladas-trilladas, como la de los erales que sueñan verónicas de alhelí; por otro lado, puede que fuera bueno para que el cerebro descanse, poner al hemisferio izquierdo, al pollo ése, a buen recaudo y volver la mirada, con zoom, desde luego, al discurso sencillo de Álvaro Pombo: Te rogamos Señor que la jarra contenga agua, que la persona que me quiere me quiera, que sepa apreciar lo cotidiano, que no deje escapar ningún gesto de amor, o sea, como dice Marina, que me permita doblar la realidad con la luz del darme cuenta…
Y viendo de pronto terminadas estas humildes vainas, listas para su inmersión, con su albo terroncito al lado, tal que parecen hojas de nepal, igualito igualito a como las preparan los mejicanos, me pregunto vuelto en mí: ¿podrían tener las judías verdes, ay, diosito lindo, efectos alucinógenos?