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Mensaje. LIDIANDO CON EL SUFRIMIENTO. Hno. Isaías Rodríguez Arizpe. Introducción. ¿Te has enojado tú con Dios por algo que no salió como esperabas?. “Si tú pudieras plantear a Dios sólo una pregunta, sabiendo que Él te respondería, ¿qué le preguntarías?”.
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Mensaje LIDIANDO CON EL SUFRIMIENTO. Hno. Isaías Rodríguez Arizpe
Introducción ¿Te has enojado tú con Dios por algo que no salió como esperabas?
“Si tú pudieras plantear a Dios sólo una pregunta, sabiendo que Él te respondería, ¿qué le preguntarías?” La respuesta número uno (el 17% de los encuestados) fue “¿Por qué hay sufrimiento y dolor en el mundo?”
San Agustín plantea la misma pregunta diciendo “Si no hay Dios, ¿cómo podemos explicarnos tanta bondad? Y si hay Dios, ¿Cómo podemos explicarnos tanta maldad?” La vida en esta tierra es una prueba constante.
En esta vida nadie está exento de pruebas, y estas vienen en todo tipo de presentaciones. “¿Por qué? ¿Por qué esto? ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora?” ¿Hay acaso respuesta para nuestros ‘por qué’s
Muchas veces no la hay desde el puto de vista humano, pero la Biblia nos permite vislumbrar el aspecto divino del sufrimiento en los primeros once versículos de 2ª a los Corintios 1.
Texto: 2ª a los Corintios 1:1-11.
Idea Exegética Este pasaje enfrenta el misterio del sufrimiento, y comienza a despejar sus incógnitas una por una, haciéndonos pensar en la consolación que Dios nos da.
Proposición Consideremos, entendamos, aceptemos los propósitos que Dios tiene para nuestro sufrimiento y fortalezcámonos en la consolación que Él nos provee.
Interrogación ¿Qué papel podría jugar el sufrimiento en nuestras vidas?
¿Qué propósitos podrían ser tan importantes que pudieran explicar y/o justificar las tragedias, el dolor, la pérdida irreparable que sufrimos? ¿Podemos realmente aprender algo positivo y útil de nuestras experiencias de sufrimiento?
I.- Cálidas Palabras de Presentación A. El pasaje comienza diciendo, “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios…”
1. La palabra “apóstol” significa “enviado”, y era usada para describir a ese peculiar individuo del siglo primero que tenía la autoridad para hablar en nombre de Dios. 2. Pablo era apóstol “… por la voluntad de Dios”.
3. En contraste con esto, Pablo describe afectuosamente a Timoteo como “… el hermano Timoteo”. B. “… a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya.”
1. La carta está específicamente dirigida a la iglesia de Corinto, y de ahí debía reenviarse a todos los hermanos “… en toda Acaya”. 2. Es posible que en Corinto se hiciesen copias de esta carta para circularlas por toda la provincia.
C. El grato saludo continúa con las palabras “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.
1. La “gracia” es una palabra clave en el lenguaje de Pablo. Se refiere a todo lo que Dios hace por nosotros, que es totalmente inmerecido y que jamás podríamos pagar. Como fiel acompañante viene la “paz”, que es el descanso interior de nuestras almas.
II.- Sabias Palabras de instrucción “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación…”
A. Con relación a estos dos versículos, llamo la atención de ustedes, en primer lugar, a los tres nombres con los que Pablo describe al Señor. Le llama, 1. “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo…”.
2. “Padre de misericordias…”. “Misericordia” es una palabra que describe un aspecto de la naturaleza de Dios y nos habla específicamente de Sus sentimientos hacia nosotros. 3. “… Dios de toda consolación”. “Consolación”, por otra parte, habla de la acción de Dios hacia nosotros, motivada por Sus misericordias.
Esta palabra viene de la voz griega παράκλησις, que está formada por la preposición παρά = “junto a” y el verbo καλεω = “llamar”.
B. Quiero llamar su atención también, en segundo lugar, al hecho de que la palabra “consolación” rápidamente salta a la vista en este pasaje inicial y se convierte en una palabra clave en la explicación que comienza a dar Pablo.
1. Cuando la tragedia azota nuestra vida, colapsándola como si fuera una casa hecha de naipes, es cuando clamamos a Dios.
2. Aunque a veces a nosotros nos parece que Dios está callado precisamente en esos momentos de necesidad extrema, necesitamos saber que Él siempre está ahí, como el Paracleton, el “… Padre de misericordias y Dios de toda Consolación.”
Los hijos de Dios necesitamos entender que nosotros nunca estamos solos. ¡Recordémoslo siempre!
III.- Oportunas palabras de Explicación A fin de explicar a los hermanos de Corinto los propósitos que Dios tiene en las experiencias de sufrimiento por las que nos permite pasar, Pablo ofrece una narración de una parte de su sufrimiento, en la que también presenta tres muy importantes y poderosos propósitos de Dios para sus sufrimientos.
III.- Oportunas palabras de Explicación A. El pasaje dice… B. De nuestro pasaje podemos derivar tres grandes propósitos que Dios tuvo para permitir el sufrimiento en el caso de Pablo.
La posición que estamos adoptando aquí es que esos propósitos son totalmente aplicables a nosotros hoy en día. 1. El primer propósito de nuestro sufrimiento es que podamos también nosotros consolar a los que están en tribulación.
“… para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”
a. Es como una reacción en cadena. b. Joni Eareckson Tada sufrió un accidente que la dejó cuadraplégica. Después de haber recibido el consuelo de Dios, después de su accidente, ha sido una tremenda ayuda para muchos que están pasando por una prueba similar a la de ella.
En forma similar, la persona que ha pasado por la dolorosa experiencia de un divorcio es, indudablemente la mejor consejera para otro que pasa por está pasando por esa prueba. El padre o madre que ha perdido a un hijo es quien mejor puede entender, y consolar, a otro padre que vive la misma experiencia.
Y así, cada uno de nosotros a quien Dios le ha permitido pasar por una experiencia de sufrimiento debe entender que el propósito de Dios es que desarrolle una madurez tal que pueda utilizarla para compadecerse y consolar a otros de una manera eficaz.
c. Dice el versículo 5 de nuestro texto, “Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.”
En otras palabras, la sabiduría de Dios es concedida en proporción directa a la seriedad de nuestras heridas, y esa sabiduría es guardada en nosotros a fin de que, en el momento apropiado, podamos compartirla con otros.
“6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 7Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros de aflicciones, también lo sois en la consolación.” d. Y para que nadie fuera a pensar que el consejo de Pablo es pura teoría él comparte un oscuro capítulo de su vida, para demostrar así que estos principios surgieron directamente del libro de texto de su vida. Dice el pasaje a partir del verso 8, “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos vino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte…” La expresión “más allá de nuestras fuerzas” viene de una palabra compuesta en el griego (ἐξαπορηθῆναι) que significa “la ausencia total de una solución o una salida”. TRANSICIÓN: 2. El segundo propósito de nuestro sufrimiento, según el pasaje es PARA QUE NO CONFIÁSEMOS EN NOSOTROS MISMOS, SINO EN DIOS QUE RESUCITA A LOS MUERTOS”. a. Cuando eso suceda, debemos entender que el propósito de Dios en esa experiencia de sufrimiento es recordarnos nuestra total incapacidad para resolver las diversas situaciones que se presentan en nuestra vida. b. ¿Por qué quiere el Señor que reconozcamos esa absoluta incapacidad de respuesta? Porque, como dijo Pablo en otra ocasión, “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª a los Corintios 12:10b). c. ¿Por qué no dependemos más de Dios y menos de nosotros mismos? Porque la sabiduría humana está diametralmente opuesta a la sabiduría de Proverbios. No estoy promoviendo una filosofía de “Échate a la hamaca y deja que Dios atienda todas tus necesidades”. Lo que estoy diciendo es que cuando lleguemos a ese punto en el que ya no podemos más, levantemos la mirada al cielo y recordemos que Dios está aun trabajando con nosotros, y que Él nunca nos va a dejar. TRANSICIÓN: 3. El tercer propósito de Dios para nuestros sufrimientos, según el pasaje es PARA QUE POR MUCHAS PERSONAS SEAN DADAS GRACIAS A FAVOR NUESTRO POR EL DON CONCEDIDO A NOSOTROS POR MEDIO DE MUCHOS.” En otras palabras, para que aprendamos a ser agradecidos. Queda perfectamente claro que no hemos aceptado el yugo del sufrimiento en forma total si no hemos llegado al punto de decir al Señor, “Gracias por lo que has permitido que venga a mi vida, gracias por lo que has tomado de mis manos, gracias porque me has considerado digno de padecer por ti”. Cuando podamos llegar a ese momento se abrirá ante nosotros una dimensión de vida totalmente distinta y totalmente hermosa. Finalmente habremos aprendido la lección. ILUSTRACIÓN: “Pastor, te bendigo por lo que me das. Si nada me das, también te bendigo. Te sigo riendo si entre rosas vas. Si vas entre cardos y zarzas, te sigo. Contigo en lo menos, contigo en lo más. Y siempre contigo.”
d. Y para que nadie fuera a pensar que el consejo de Pablo es pura teoría él comparte un oscuro capítulo de su vida, para demostrar así que estos principios surgieron directamente del libro de texto de su vida.
Dice el pasaje a partir del verso 8, “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos vino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte…” La expresión “más allá de nuestras fuerzas” viene de una palabra compuesta en el griego (ἐξαπορηθῆναι) que significa “la ausencia total de una solución o una salida”. TRANSICIÓN: 2. El segundo propósito de nuestro sufrimiento, según el pasaje es PARA QUE NO CONFIÁSEMOS EN NOSOTROS MISMOS, SINO EN DIOS QUE RESUCITA A LOS MUERTOS”. a. Cuando eso suceda, debemos entender que el propósito de Dios en esa experiencia de sufrimiento es recordarnos nuestra total incapacidad para resolver las diversas situaciones que se presentan en nuestra vida. b. ¿Por qué quiere el Señor que reconozcamos esa absoluta incapacidad de respuesta? Porque, como dijo Pablo en otra ocasión, “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª a los Corintios 12:10b). c. ¿Por qué no dependemos más de Dios y menos de nosotros mismos? Porque la sabiduría humana está diametralmente opuesta a la sabiduría de Proverbios. No estoy promoviendo una filosofía de “Échate a la hamaca y deja que Dios atienda todas tus necesidades”. Lo que estoy diciendo es que cuando lleguemos a ese punto en el que ya no podemos más, levantemos la mirada al cielo y recordemos que Dios está aun trabajando con nosotros, y que Él nunca nos va a dejar. TRANSICIÓN: 3. El tercer propósito de Dios para nuestros sufrimientos, según el pasaje es PARA QUE POR MUCHAS PERSONAS SEAN DADAS GRACIAS A FAVOR NUESTRO POR EL DON CONCEDIDO A NOSOTROS POR MEDIO DE MUCHOS.” En otras palabras, para que aprendamos a ser agradecidos. Queda perfectamente claro que no hemos aceptado el yugo del sufrimiento en forma total si no hemos llegado al punto de decir al Señor, “Gracias por lo que has permitido que venga a mi vida, gracias por lo que has tomado de mis manos, gracias porque me has considerado digno de padecer por ti”. Cuando podamos llegar a ese momento se abrirá ante nosotros una dimensión de vida totalmente distinta y totalmente hermosa. Finalmente habremos aprendido la lección. ILUSTRACIÓN: “Pastor, te bendigo por lo que me das. Si nada me das, también te bendigo. Te sigo riendo si entre rosas vas. Si vas entre cardos y zarzas, te sigo. Contigo en lo menos, contigo en lo más. Y siempre contigo.”
La expresión “más allá de nuestras fuerzas” viene de una palabra compuesta en el griego (ἐξαπορηθῆναι) que significa “la ausencia total de una solución o una salida”.
2. El segundo propósito de nuestro sufrimiento, según el pasaje es PARA QUE NO CONFIÁSEMOS EN NOSOTROS MISMOS, SINO EN DIOS QUE RESUCITA A LOS MUERTOS”.
a. Cuando eso suceda, debemos entender que el propósito de Dios en esa experiencia de sufrimiento es recordarnos nuestra total incapacidad para resolver las diversas situaciones que se presentan en nuestra vida. b. ¿Por qué quiere el Señor que reconozcamos esa absoluta incapacidad de respuesta? Porque, como dijo Pablo en otra ocasión, “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª a los Corintios 12:10b). c. ¿Por qué no dependemos más de Dios y menos de nosotros mismos? Porque la sabiduría humana está diametralmente opuesta a la sabiduría de Proverbios. No estoy promoviendo una filosofía de “Échate a la hamaca y deja que Dios atienda todas tus necesidades”. Lo que estoy diciendo es que cuando lleguemos a ese punto en el que ya no podemos más, levantemos la mirada al cielo y recordemos que Dios está aun trabajando con nosotros, y que Él nunca nos va a dejar. TRANSICIÓN: 3. El tercer propósito de Dios para nuestros sufrimientos, según el pasaje es PARA QUE POR MUCHAS PERSONAS SEAN DADAS GRACIAS A FAVOR NUESTRO POR EL DON CONCEDIDO A NOSOTROS POR MEDIO DE MUCHOS.” En otras palabras, para que aprendamos a ser agradecidos. Queda perfectamente claro que no hemos aceptado el yugo del sufrimiento en forma total si no hemos llegado al punto de decir al Señor, “Gracias por lo que has permitido que venga a mi vida, gracias por lo que has tomado de mis manos, gracias porque me has considerado digno de padecer por ti”. Cuando podamos llegar a ese momento se abrirá ante nosotros una dimensión de vida totalmente distinta y totalmente hermosa. Finalmente habremos aprendido la lección. ILUSTRACIÓN: “Pastor, te bendigo por lo que me das. Si nada me das, también te bendigo. Te sigo riendo si entre rosas vas. Si vas entre cardos y zarzas, te sigo. Contigo en lo menos, contigo en lo más. Y siempre contigo.”
Porque, como dijo Pablo en otra ocasión, “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª a los Corintios 12:10b). c. ¿Por qué no dependemos más de Dios y menos de nosotros mismos?
Porque la sabiduría humana está diametralmente opuesta a la sabiduría de Proverbios. No estoy promoviendo una filosofía de “Échate a la hamaca y deja que Dios atienda todas tus necesidades”.
Lo que estoy diciendo es que cuando lleguemos a ese punto en el que ya no podemos más, levantemos la mirada al cielo y recordemos que Dios está aun trabajando con nosotros, y que Él nunca nos va a dejar.
3. El tercer propósito de Dios para nuestros sufrimientos, según el pasaje es PARA QUE POR MUCHAS PERSONAS SEAN DADAS GRACIAS A FAVOR NUESTRO POR EL DON CONCEDIDO A NOSOTROS POR MEDIO DE MUCHOS.” En otras palabras, para que aprendamos a ser agradecidos.
Queda perfectamente claro que no hemos aceptado el yugo del sufrimiento en forma total si no hemos llegado al punto de decir al Señor, “Gracias por lo que has permitido que venga a mi vida, gracias por lo que has tomado de mis manos, gracias porque me has considerado digno de padecer por ti”.
Cuando podamos llegar a ese momento se abrirá ante nosotros una dimensión de vida totalmente distinta y totalmente hermosa. Finalmente habremos aprendido la lección.
“Pastor, te bendigo por lo que me das. Si nada me das, también te bendigo. Te sigo riendo si entre rosas vas. Si vas entre cardos y zarzas, te sigo. Contigo en lo menos, contigo en lo más. Y siempre contigo.”
Conclusión A. ¿Cuáles son algunos propósitos que Dios tiene para el sufrimiento? 1. Para que podamos también nosotros consolar a los que están en tribulación. 2. Para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios. 3. Para que podamos aprender a dar gracias en todo.
B. Tres sugerencias que pueden ayudarte a transformar las notas discordantes de tu vida en una sinfonía que ni Beethoven podría haber compuesto. 1. En lugar de centrarte en ti mismo, piensa en ayudar a otros. Esto traerá esperanza a otros, a la vez que a ti.