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Historias y leyendas de Buenos Aires. Esta casa queda a una cuadra del Congreso Nacional y se dice que inspiró a Julio Cortázar para su relato "Casa tomada". La propiedad, que fue de los Galcerán, debe su nombre a la palmera del jardín frontal.
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Historias y leyendas de Buenos Aires
Esta casa queda a una cuadra del Congreso Nacional y se dice que inspiró a Julio Cortázar para su relato "Casa tomada". La propiedad, que fue de los Galcerán, debe su nombre a la palmera del jardín frontal. En este sitio vivió Doña Catalina Espinosa de Galcerán, con sus cinco hijos varones y su única hija, Elisa. La leyenda dice que los varones eran profesionales, deportistas y mujeriegos, lo cual trastornaba mucho a su hermana. A medida que sus hermanos iban falleciendo de manera misteriosa, Elisa clausuraba, una a una, sus habitaciones. Así lo hizo con las nueve habitaciones hasta que solo quedó el sótano donde la encontraron muerta; había tomado el mismo veneno que utilizó para con sus hermanos. Los vecinos hablan de puertas que se cierran solas y de un malestar que ataca a los hombres que visitan el lugar. En 1992 Elisa murió y la casa quedó abandonada hasta que en 1997 abrió una escuela primaria que, paradójicamente, se llama “Puertas Abiertas”. Esta escuela funcionó unos años hasta que en el año 2008 se instaló el Instituto del Pensamiento Socialista que funciona hasta la actualidad. Ubicación: Riobamba 144 La casa de la palmera
Esta mansión de cinco pisos que terminan en un torreón y cúpula, llama la atención por las figuras de animales grotescos que decoran sus paredes, con algo de las gárgolas de catedral gótica. Por eso la gente del barrio, en Villa del Parque, la bautizó El Palacio de los Bichos. Fue construido a comienzos del siglo XX por el ingeniero Muñoz González a pedido de un aristócrata italiano que le quiso regalar la casa a su hija y yerno como regalos de bodas. El palacio fue terminado antes del casamiento, por eso hizo una gran fiesta para la boda de su hija en el palacio con mucho baile y bambalinas de aquella época. Cuando los novios partían para su luna de miel, su padre y los invitados los saludaban en los balcones de la casa, a escasos treinta metros de las vías del tren. Los invitados horrorizados observaron como el tren chocaba con el carruaje que transportaba a los novios matándolos en el acto. El padre nunca pudo superar la pérdida y mandó a cerrar el palacio para siempre. Esta mansión dio nacimiento a la leyenda según la cual hay noches en que se escucha música y se ve gente bailando, se habla de los fantasmas de los novios. Hoy en el lugar se encuentra un spa. Ubicación: Campana y Tinogasta El Palacio de los Bichos
Monumento a víctimas de fiebre amarilla Este monumento fue erigido en 1873 en homenaje a las víctimas de la fiebre amarilla de 1871 en Buenos Aires. En la parte inferior de la estatua se talló la imagen del cuadro de Blanes que inmortalizara la escena de la epidemia donde se observa a las autoridades sanitarias ingresando a una vivienda de la ciudad y encuentran a una mujer muerta y su bebé llorando a su lado. La epidemia cobró la vida de aproximadamente 14.000 personas. La plaza Ameghino en esa época era el cementerio del Sur donde se enterraban a los inmigrantes y personas de bajos recursos. Cuando ocurrió la epidemia el cementerio no daba abasto y se resolvió llevar a los nuevos muertos al cementerio de la Chacarita y trasladar los muertos del cementerio del Sur.
Cuando ocurrió la epidemia el cementerio no daba abasto y se resolvió llevar a los nuevos muertos al cementerio de la Chacarita y trasladar los muertos del cementerio del Sur. Dicen que los que no fueron reclamados quedaron enterrados en la actual plaza. La estatua, justamente, fue construida exactamente en el mismo lugar en donde quedaban las oficinas administrativas del cementerio del sur. Hay una leyenda que dice que si uno por la mañana muy temprano, cuando apenas sale el sol, se para frente al monumento en la plaza y hace silencio puede llegar a escuchar los llantos y lamentaciones de quienes aún se encuentran enterrados en la plaza. Ubicación: Plaza Florentino Ameghino - Av. Caseros entre entre Matheu y Pasco
Templo masón en Barracas En el barrio de Barracas se encuentra el templo perteneciente a la logía masónica "Los Hijos del Trabajo”, fundada en Buenos Aires en 1882. Ubicación: San Antonio 814
Esta casa se encuentra ubicada en el barrio de San Telmo y tiene la particularidad de ser la casa más angosta de toda la Ciudad que se haya registrado. Su frente no alcanza los 2,50 metros de ancho. Tiene una fachada exterior lisa, con una pequeña entrada y una puerta pintada de verde atravesada por una cerradura de hierro. En la planta superior asoma un balconcito con barrotes verticales de hierro, desde donde se esconde una ventana de dos hojas simétricas y dos cortinas iguales, pliegue a pliegue. Fue construida entre los años 1810 y 1815, y se dice que perteneció a un esclavo liberto, ya que cuando ocurrió la abolición de la esclavitud en 1813, el propietario mandó a construir esta casa para su esclavo. Algunos sostienen que la cas era anexo de una casa más grande que pertenecía a una familia y esta casa a su esclavo. Como quiera que haya sido, la Casa Mínima es un recordatorio arquitectónico de un pasado en que la población afro americana formó parte de la realidad porteña. Ubicación: Pasaje San Lorenzo 380 La casa mínima
Las Nereidas En 1901 Lola Mora ofreció a la ciudad de Buenos Aires una fuente artística, por la que no cobraría honorarios, para mostrar los frutos de un aprendizaje que su país había financiado.
El intendente Adolfo Bullrich aceptó la oferta, y hasta prometió el emplazamiento de la obra en la Plaza de Mayo, tal vez convencido de que una mujer jamás sería capaz de esculpir semejante monumento, y que la fuente ofrecida nunca dejaría de ser sólo un boceto. Lola Mora trabajó tenazmente en su casa-atelier de Roma durante un año, montada en caballetes o escaleras, cantando vidalas al ritmo de los golpes de cincel y restándole horas al sueño. Era famosa la distinción de sus vestidos de encaje y sus elegantes sombreros en las reuniones sociales; pero para trabajar vestía amplios pantalones, blusas de seda cruda, pañuelo bordado al cuello y una boina que apenas lograba retener su indomable cabellera negra, por la que su amigo poeta Gabriel D’Annunzio la bautizó como “la argentinita de los cabellos peinados por el viento”. Embarcada en Génova en el vapor “Toscana”, la fuente llegó a Buenos Aires en septiembre de 1902. Lola Mora se disponía a ensamblarla en la Plaza de Mayo cuando un huracán de escándalos abatió su entusiasmo. “¿Dónde se ha visto una mujer escultora, si sólo los varones tienen fuerza para golpear la piedra? ¿Habrá sido ella la verdadera autora de la obra? ¿Qué tiene que ver con la historia argentina una fuente inspirada en la mitología griega? ¿Qué pretende esta tucumana con semejante exposición de figuras tan humanas, tan sensuales, tan desnudas?”. Descartada la Plaza de Mayo por su vecindad con la Catedral, durante meses se debatió cuál sería el mejor emplazamiento para esta fuente “escandalosa e inmoral”. Se propuso llevarla a Mataderos, al Parque Patricios o a cualquier otra periferia de la ciudad, donde sólo fuera vista por compadritos y orilleros, lejos de los ojos pudorosos de los ciudadanos honorables.
Finalmente –por gestión del general Bartolomé Mitre– la obra fue inaugurada el 21 de mayo de 1903 en la intersección del Paseo de Julio (hoy Leandro N. Alem) entre Cangallo (Perón) y Piedad (Sarmiento), en un acto oficial opaco, pero con la concurrencia de un público numeroso y entusiasta, que no parecía escandalizarse tanto. Las voces de escándolo y moral seguían vigentes. Por eso, en 1918, durante la intendencia del Dr. Joaquín Llambías, la fuente fue trasladada al recientemente inaugurado Balneario de la Costanera Sur, realzando la elegancia del romántico paseo. Fue la propia Lola Mora quien dirigió el traslado y reemplazamiento de su obra, haciéndose cargo personalmente de los costos (deuda que la Municipalidad saldaría 14 años después). Ubicación: Espigón de la costanera sur - Av. Rawson de Delepiane y Av. Tristán Achaval Rodríguez.
El mirador Comastri En el barrio de Chacarita, sobre una superficie de un cuarto de manzana y en medio de un jardín de palmeras, la erosión de la gran casona de tres pisos contrasta con los vívidos recuerdos que evoca el lugar. El edificio fue construido en 1875 a pedido de Agustín Comastri, un italiano que llegó de la región de la Toscana diez años antes. Con el detalle único de una cúpula de metal y vidrio, desde donde en aquellos tiempos se podía contemplar la pampa, la residencia familiar se convirtió en un centro político y social que recibió a destacadas personalidades de la época. Luego de la muerte de Agustín Comastri, los herederos vendieron la propiedad al Estado, que lo convirtió, años más tarde, en sede del actual colegio industrial Enrique Hermitte. Con la reforma educativa de los años noventa, la propiedad pasó a depender del Ministerio de Educación porteño. El edificio original está muy dañado, sostenido por maderas y cubierto en algunas partes por un toldo verde que poco impide el paso del agua. En el interior reinan la oscuridad, el polvo y los agujeros. El edificio fue declarado Monumento Histórico, pero su estado de abandono salta a la vista. Ubicación: Loyola y Bonpland
En esta casa hoy funciona la escuela pública "Antonio Devoto". El propietario fue el fundador de Villa Devoto, donde está ubicada esta construcción. Antonio Devoto nació en Italia en el año 1832. Llegó a nuestro país en la década del 50. Fundó el Banco Italiano y el del Río de La Plata del cual fue presidente. Su generosidad originó muchas obras de caridad y de bien público (promotor de la creación del Hospital Italiano). Su barrio le debe muchos edificios importantes y su aporte a la comunidad italiana tuvo tal trascendencia que el Rey Víctor Manuel III de Italia le otorgó el título de Conde. Lo curioso es que esta casa era de descanso y de veraneo, pues él siempre vivió en lo que hoy es la zona del "microcentro", donde se encontraban sus lugares de trabajo. Si bien a unas cuadras de ese lugar construyó un palacio en el cual iba a vivir con su familia, llamado "Palacio Devoto", nunca se concretó porque llegó su muerte antes y fue derribado en 1940. Devoto murió de pulmonía el 31 de julio de 1916 en su casa de siempre en la calle Reconquista 562 de la ciudad de Buenos Aires. Ubicación: Av. Salvador María del Carril y Mercedes La casa del conde
Curiosa construcción Esta casa corresponde al denominado "estilo Tudor" en arquitectura. Este estilo está emparentado a los castillos mediavales. J. Molinari, arquitecto italiano, fue traído a la Argentina por la compañía de electricidad Italo-Argentina para construir usinas eléctricas. La usina más emblemática que construyó en estilo Tudor es la de Ing. White. Asimismo, estando en Argentina realizó muchos trabajos particulares, encargados por privados y por algunos municipios, como Bahía Blanca. Si bien no hay fecha precisa de esta construcción, los demás trabajos identificados pertenecientes a Molinari datan entre los años '30 y '50, por eso es de suponer que esta obra corresponde a esa época. Ubicación: José Antonio Cabrera 3070
Un chalet en el obelisco Este chalet fue construido en 1927 por el carpintero Rafael Díaz en la terraza del edificio de la calle Sarmiento 1113; en todo ese edificio funcionaba la entonces importante mueblería Díaz, y su dueño mandó a construir el chalet del estilo a una similar de Mar del Plata para almorzar allí y dormir las siestas, luego de la jornada laboral volvía en tren a su casa en Banfield. Ubicación: Sarmiento y Cerrito
Felicitas Guerrero era una joven y acaudalada viuda, considerada una de las mujeres más bellas de Buenos Aires. En 1872 fue asesinada por un pretendiente desairado, el dandy Enrique Ocampo (tío de las escritoras Victoria y Silvina) ya que ella estaba enamorado del estanciero Saenz Valiente. En memoria de su hija, los padres levantaron este templo en 1875, según proyecto del arquitecto Bunge. La iglesia combina elementos netamente eclécticos con reminiscencias góticas. Es la única iglesia de Buenos Aires con estatuas de seglares; están realizadas en mármol de Carrara y representan a Felicitas con sus hijos y a Martín de Alzaga . Cuentan que por la iglesia ha sido visto el fantasma de Felicitas Guerrero. Hay una película argentina sobre la historia de ella que se llama "Felicitas". Ubicación: Isabel la Católica 520 Iglesia Santa Felicitas
Monumento a Taras Shevchenko Taras Shevchenko es conocido como el poeta máximo de Ucrania y bardo de la libertad (1814 - 1861). En el brazo de esta estatua hay un nido de hornero, uno de los tantos "horneros" que hay en edificios y monumentos de la Ciudad de Buenos Aires Ubicación: Plaza gral. José Antonio Paez - Av. Libertador entre Sarmiento y Jhon Fitzgerald Kennedy
Monumento a Ramón Falcón Ramón Falcón fue un polémico Jefe de la Policía Federal de principio de siglo XX, acusado de diferentes actos de represión. En el año 1909 fue asesinado en su carruaje junto con su secretario cuando el anarquista ruso de 18 años Simón Radowitzky le arrojó una bomba casera en Quintana y Callao. Nótese que en el monumento hay escrito una leyenda que dice "Simón Vive", reivindicando a aquel anarquista de principios del siglo XX. Ubicación: Plaza Ramón Cárcano - Av. Pte. Quintana y Pte. Eduardo Víctor Haedo
El aromo de Manuelita Como recuerdo del paso de don Juan Manuel de Rosas por el lugar, y no existiendo ya lo que fuera su residencia en el área central de la quinta, donde hoy se cruzan las avenidas Sarmiento y del Libertador, sólo había quedado un árbol, que según recrea la leyenda era llamado en esos tiempos "el Aromo de Manuelita" o "el Aromo del Perdón", a cuya sombra Manuelita Rosas solía requerir de su padre mayor indulgencia para algunos de sus adversarios en desgracia. El sitio donde se hallaba el retoño nacido de ese árbol fue preservado como lugar histórico, y en el año 1974 se dispuso, por medio de una resolución, que se efectuaran mejoras en su entorno, a los efectos de que el mismo quedara debidamente señalizado. En la actualidad sólo ha quedado en el lugar la alberca que lo enmarcaba, ya que ese aromo, lamentablemente, desapareció con el paso del tiempo. Ubicación: Plaza Sicilia - Av. Sarmiento y Av. Libertador
Farmacia la Estrella Esta es la farmacia más antigua de Buenos Aires que continúa funcionando. Fue fundada en 1834, y tiene techos decorados por el italiano Parisi y estanterías de nogal de Italia. La farmacia conserva aún sus muebles originales. En la planta superior funciona un museo que exhibe objetos cotidianos del Buenos Aires antiguo. Ubicación: Alsina y Defensa
Edificio de la Secretaría de la Función Pública Este edificio fue construido por la empresa constructora Perrone y Ayersa, uno de cuyos propietarios era el ingeniero civil Cayetano Perrone, quién quiso dejar en este edificio su firma especial. En los detalles de cada ventana hay un rostro angelical. Nótese que en la ventana de la izquierda el rostro es de un hombre con bigotes. Ese rostro es del mismo Cayetano Perrone; dejó su cara marcada en el edificio para permanecer en su obra. Ubicación: Esquina Diagonal Roque Saenz Peña y San Martín, segundo piso, frente a la Catedral metropolitana.
El Palacio de las Aguas Corrientes El Palacio de las Aguas Corrientes, construido entre 1887 y 1894, es uno de los edificios más bellos de Buenos Aires y guarda en su interior buena parte de la historia sanitaria de la Ciudad. Fue construido con pieza británicas que fueran armadas en aquel país y ensambladas en esta ciudad. En el interior del edificio se encuentra el antiguo tanque de agua que proveía a la vieja ciudad. Actualmente está en desuso porque la distribución del agua se mudó a la planta potabilizadora de Av. Figueroa Alcorta y La Pampa. Justamente, uno de los objetivos principales para la realización de esta estructura es la de embellecer el tanque de agua que no favorecía a la zona. Actualmente funciona la empresa de aguas AySA y el museo sanitario de la ciudad. Ubicación: Riobamba 750
Torre Monumental, conocida como Torre de los Ingleses Frente a la estación de tren de Retiro se encuentra la Torre Monumental -antes de la guerra de Malvinas se llamaba Torre de los ingleses. Esta torre, donada por los ingleses en el centenario de la revolución de mayo, tiene dos ironías. Una de ellas es que la torre se encuentra emplazada en el lugar donde desembarcaron los soldados de Liners para dirigirse por la actual calle Reconquista hasta Plaza de Mayo para echar a los ingleses durante la primer invasión inglesa (1806). La segunda es que delante de la torre -donde se observa una llama y un asta sin bandera- se emplazó el monumento a los caídos de Malvinas, mirando hacia la estructura. Ubicación: Plaza Fuerza Aérea Argentina - Av. Libertador entre Av. Ramos Mejía y San Martín
Arbol de la Cancillería Argentina El muro que se encuentra delante del plátano corresponde al solar conocido desde 1777 como quinta del Retiro. Desde 1890 fue habitado por Leonardo Pereyra y Antonia Iraola y fue hogar de sus descendientes hasta 1968. El plátano, según una tradición familiar, fue plantado en 1894 al nacer su primera nieta. Este árbol se encuentra en el edificio de la Cancillería Argentina. Ubicación: Esmeralda entre Arenales y Juncal
Plaza Catalunya Nótese al fondo entre la hiedra las cuatro barras, también hay una réplica de la Fuente de Canaletas donada por la Generalitat. Ubicación: Cerrito y Arroyo
Plaza Embajada de Israel En este lugar se encontraba la embajada de Israel que fue destruida por el atentado terrorista del 17 de marzo de 1992. También han sido destruidos la iglesia y el colegio Mater Admirabilis que se encuentra justo enfrente del lugar, tiempo después fueron reconstruidos. Por la explosión hubo más de 20 muertos y varios heridos. Nótese que aún se conservan vestigios de la estructura del edificio en el muro de la plaza, recordando aquél día triste y fatídico en nuestro país. Ubicación: Arroyo y Suipacha
El Palacio Noel En el Palacio Noel donde se encuentra el Museo de Arte Fernández Blanco. Cuenta la leyenda que el edificio fue construido sobre un cementerio inglés cuyas lápidas fueron removidas, pero las tumbas han quedado allí. Es por ello que denuncian escuchar por las noches fantasmas que rondan el lugar. En la década del 1990, algunos visitantes del museo denunciaron observar la imagen de una mujer vestida de blanco rondar por el lugar, especialmente en el patio central donde se encuentra el aljibe. Ubicación: Suipacha 1422
La manzana misteriosa del parque Chas Existe en el barrio de Parque Chas una manzana acotada por las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra.No es posible dar la vuelta a esa manzana. Si alguien lo intenta, aparece en cualquier otro lugar del barrio, por más que haya observado el método riguroso de girar siempre a la izquierda o siempre a la derecha.Muchos investigadores han intentado la experiencia formando grupos numerosos. Los resultados han sido desalentadores. A veces sucede que el paseante sigue en la misma calle después de doblar una esquina. En 1957, un grupo de exploradores franceses desembocó� inexplicablemente en la estación de Villa Urquiza.Urbanistas catalanes probaron suerte formando dos equipos y partiendo cada uno en dirección opuesta. En cualquier manzana de la ciudad es fatal que los grupos se encuentren en la mitad del recorrido. Pero en este lugar no sucede tal cosa y hasta se han dado casos en que un equipo alcanza al otro por detrás.
Los más pertinaces han realizado excursiones a través de los fondos de las casas, con el resultado de aparecer siempre dejando a sus espaldas calles que no habían cruzado jamás.Los taxistas afirman que ningún camino conduce a la esquina de �Ávalos y Cádiz y que por lo tanto es imposible llegar a ese lugar.En realidad, conviene no acercarse nunca a Parque Chas.
La estación fantasma del Subte A Dicen que en la línea A de Subterráneos de Buenos Aires, entre las estaciones Pasco y Alberti, existe una estación fantasma, y varios fantasmas que caminan por el lugar.La historia fue tomada de los comentarios de los lugareños o relatos publicados que a partir de los años se convirtieron en mitos. Dicen que allí, a mitad de camino entre ambas estaciones, siempre se apaga la luz en el interior del vagón; y es en ese preciso momento en el que podemos ver, a través de la ventanilla, algo que no debería estar allí… una estación que no es ni Pasco ni Alberti. Y no sólo eso: sobre aquel andén imposible se encuentran dos hombres sentados, con sus piernas colgando sobre las vías. Algunos hasta llegan a afirmar que aquellas presencias tienen la mirada triste, muy triste.