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HISTORIA DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL. ÍNDICE. 1.- Las fuerzas enfrentadas. Armamento. 2.- La I fase. 1914-1915, Guerra de movimientos y de posiciones. 3.- La II fase. 1916. Las grandes batallas. 4.- La III fase. 1917-1918, los giros definitivos.
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HISTORIA DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
ÍNDICE. 1.- Las fuerzas enfrentadas. Armamento. 2.- La I fase. 1914-1915, Guerra de movimientos y de posiciones. 3.- La II fase. 1916. Las grandes batallas. 4.- La III fase. 1917-1918, los giros definitivos. 5.- Consecuencias. Los tratados de paz y la Sociedad de naciones.
Primer epígrafe Las fuerzas enfrentadas. Armamento.
Las fuerzas enfrentadas. Países beligerantes a nivel global.
Nuevas armas. Ametralladoras. Machinenweggerh alemana. Val Browning inglesa de 1917
Nuevas Armas. Tanques. Renault FT-17 Mark I-16 (Gran Bretaña)
Nuevas Armas. Tanques. Panther alemán. A7V Schneider francés
Nuevas armas. Aviones bélicos. Be 2 británico Albatros alemán.
Segundo epígrafe La i fase: 1914-1915.
Hechos históricos. 1914 • Concatenación de declaraciones de guerra. • Los intentos de guerra rápida: • Alemania: Plan Schlieffen. • Francia: Plan Joffe. • El balance del primer año de guerra.
Los intentos de Guerra Rápida. El Plan Schlieffen. Objetivos: 1.- Frente Occidental, sorprender a Francia por un ataque por la retaguardia y tomar la capital parisina RENDICIÓN FRANCESA 2.- Centrar los esfuerzos en el frente Oriental.
Generales protagonistas. Comandantes alemanes: Helmunt Von-Moltke. Alfred Von Schlieffen (ideólogo , + 1913) Comandantes aliados: Comandante Joffre. Sir JonhFrench.
Causas del fracaso del Plan: • No se respetó el Plan trazado por Schlieffen, ya que no se atacó con todo el ejército alemán. • La oposición aliada en Marné, que consiguió defender París y determinar el comienzo de la Guerra de Trincheras.
La vida en las trincheras Cariño mio, Ahora, si no hay problemas, vas a saber todo acerca de lo que ocurre aquí. Sé que te llevarás una gran sorpresa cuando te llegue esta carta... ¡Si alguna autoridad la ve! (...)Quizá te gustara saber como está el ánimo de los hombres aquí. Bien la verdad es que (y como te dije antes, me fusilarán si alguien de importancia pilla esta misiva) todo el mundo está totalmente harto y a ninguno le queda nada de lo que se conoce como patriotismo. A nadie le importa un rábano si Alemania tiene Alsacia, Bélgica o Francia. Lo único que quiere todo el mundo es acabar con esto de una vez e irse a casa. Esta es honestamente la verdad, y cualquiera que haya estado en los últimos meses te dirá lo mismo. De hecho, y esto no es una exageración, la mayor esperanza de la gran mayoría de los hombres es que los disturbios y las protestas en casa obliguen al gobierno a acabar como sea. Ahora ya sabes el estado real de la situación. Yo también puedo añadir que he perdido prácticamente todo el patriotismo que me quedaba, solo me queda el pensar en todos los que estáis allí, todos a los que amo y que confian en mí para que contribuya al esfuerzo necesario para vuestra seguridad y libertad. Esto es lo único que mantiene y me da fuerzas para aguantarlo. En cuanto a la religión, que Dios me perdone, no es algo que ocupe ni uno entre un millón de todos los pensamientos que ocupan las mentes de los hombres aquí. Dios te bendiga cariño y a todos los que amo y me aman, porque sin su amor y confianza, desfallecería y fracasaría. Pero no te preocupes corazón mio porque continuaré hasta el final, sea bueno o malo ( ...) Laurie
La vida en las trincheras “Esos tres días pasados encogidos en la tierra, sin beber ni comer: los quejidos de los heridos, luego el ataque entre los boches (alemanes) y nosotros. Después, al fin, paran las quejas; y los obuses, que nos destrozan los nervios y nos apestan, no nos dan tregua alguna, y las terribles horas que se pasan con la máscara y las gafas en el rostro, ¡los ojos lloran y se escupe sangre!, Después los oficiales que se van para siempre; noticias fúnebres que se transmiten de boca en boca en el agujero; y las órdenes dadas en voz alta a 50 metros de nosotros; todos de pie; luego el trabajo con el pico bajo las terribles balas y el horrible ta-ta-ta de las ametralladoras.” Carta de un soldado francés. Verdún, marzo de 1916.
La guerra en las trincheras ”En la trinchera, a la hora del ataque. Se está preparando. Los hombres se alinean, siempre en silencio, con su manta cruzada, el barbuquejo del casco en el mentón, apoyados sobre sus fusiles. Observo sus caras crispadas, pálidas, profundas. No son soldados, son hombres. No son aventureros, guerreros, hechos para la carnicería humana. Son trabajadores y obreros los que pueden reconocerse en el interior de sus uniformes […] Están preparados. Esperan la señal de la muerte y de la matanza; pero se ve, contemplando sus figuras entre las líneas verticales de las bayonetas, que son simplemente hombres. Cada uno de ellos sabe que va a ofrecer su cabeza, su pecho, su vientre, su cuerpo entero, completamente desnudo, a los fusiles apuntados con anticipación, a los abuses, a las granadas amontonadas y preparadas, y sobre lodo a la melódica y casi infalible ametralladora […] A pesar de la propaganda que se les inculca, no están estimulados. Son, por encima de todo, un arrebato instintivo […] Se ve lo que hay de sueno y de miedo y de adiós en su silencio, en su inmovilidad, en la máscara de calma que le oprime sobrehumanamente el rostro. Henri Barbusse, Le Feu (Journald’uneescouade), 1916.