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Lord Byron. (1788-1824). GEORGE GORDON (LORD) BYRON Fragmento de The Giaour (1813). Recopilado en “Un vampiro llamado Byron. Crónicas de Villa Diodati”, Sangre y rosas. Vampiros del siglo XIX , Edición, selección y notas de Jorge A. Sánchez, Abraxas, Barcelona, 2003, pp. 224-226.
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Lord Byron (1788-1824)
GEORGE GORDON (LORD) BYRON Fragmento de The Giaour (1813). Recopilado en “Un vampiro llamado Byron. Crónicas de Villa Diodati”, Sangre y rosas. Vampiros del siglo XIX, Edición, selección y notas de Jorge A. Sánchez, Abraxas, Barcelona, 2003, pp. 224-226. Traducción de Jorge A. Sánchez.
EL INFIEL Pero primero sobre la tierra, como Vampiro enviado, tu cadáver de su tumba será arrancado; después atrozmente rondarás el lugar natal y chuparás la sangre de toda tu raza; allí de tu hija, hermana, esposa, a medianoche agotarás la corriente de la vida; pero abominarás el banquete que por fuerza debe alimentar tu lívido cadáver; tus víctimas, aún antes de expirar, conocerán al demonio como su señor; y así maldiciéndote y tú maldiciéndolas, tus flores se marchitan en el tallo, pero una por tu crimen ha de caer, la más joven, la más amada de todas, te bendecirá con el nombre del padre… ¡Esa palabra envolverá tu corazón en llamas! Mas deberás concluir tu tarea y observar El último matiz en sus mejillas… el último destello de sus ojos, y su última y vidriosa mirada tendrás que ver, la que se congela sobre su inerte azul; luego, con mano impía arrancarás las trenzas de su rubia cabellera, la cual, cuando en vida se cortaba un rizo, era la prenda más preciada de cariño… ¡Pero que ahora tú te llevarás Como recuerdo de tu agonía! Mas con lo mejor de tu misma sangre gotearán tus dientes rechinantes, tus labios lívidos, y a hurtadillas a tu tétrica tumba, irás.… y con Gules y Afrits bramarás, hasta que ellos horrorizados se aparten de un espectro más maldito que ellos.
THE GIAOUR But first on Earth, as Vampyre sent, Thy corpse shall from its tomb be rent; Then ghastly haunt the native place, And suck the blood of all thy race; There from thy daughter, sister, wife At midnight drain the stream of life; Yet loathe the banquet, which perforce Must feed thy livid living corpse, Thy victims, ere they yet expire, Shall know the demon for their sire; As cursing thee, thou coursing them. Thy flowers are withered on the stem. But one that for thy crime must fall, The youngest, best beloved of all, Shall bless thee with a father’s name— That word shall wrap thy heart in flame! Yet thou must end thy task and mark Her cheek’s last tinge —her eye’s last spark, And the last glassy glance must view With freezes o’er lifeless blue; Then with unhallowed hand shall tear The tresses of her yellow hair, Of which, in life a lock when shorn Afection’s fondest pledge was worn— But now is borne away by thee Memorial of thine agony! Yet with thine own best blood shall drip; Thy gnashing tooth, and haggard lip; Then stalking to thy sullen grave, Go — and with Gouls and Afrits rave, Till thse in horror shrink away From spectre more accused than they.