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Romanticismo español. “Spain / Romántico - Romanticismo- Romancesco - Romanesco - Romancista - Románico.” por Donald L. Shaw. Períodos históricos.
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Romanticismo español “Spain / Romántico - Romanticismo- Romancesco - Romanesco - Romancista - Románico.” por Donald L. Shaw
Períodos históricos • 1764-1814: Romanesco y algunos de sus cognatos alcanzaron cierto grado de aceptación, sin definirse bien. Escritores cuyas obras aparecen bajo esta definición son José de Cadalso (Noches lúgubres, Odas a mi juventud) y Juan Meléndez Valdés (Galatea o la ilusión del canto, La paloma de Filis). • 1814-1834: El período fernandino. En 1818 se introduce el término romántico. La palabra se emplea sin discreción para designar tanto una idealización de la literatura medieval y renacentista en contraste con la literatura clásica y neoclásica. En España en particular se aplica a una idealización del Siglo de Oro. Es durante este período que Johan Böhl de Faber (un converso al Catolicismo) y Joaquín de Mora entran en un debate sobre el propósito de la literatura romántica. Lo que era primeramente una reacción al neoclasicismo luego se convirtió en una lucha interior para definir la función de la literatura romántica.
1834-1877: Este período abarca tanto el apogeo del movimiento romántico en España como la reacción posterior al mismo. Se distingue aquí entre el romanticismo reaccionario (“historical romanticism”) y el romanticismo subversivo (“contemporary romanticism”).
1814-1834: Los críticos fernandinos • J. Böhl de Faber exaltaba la figura de Pedro Calderón de la Barca como representante de una tradición Católica y monárquica que era, para Böhl de Faber, la esencia y espíritu de la cultura española. • Al contrario, atacaba las tendencias del clasicismo francés como propagador de un racionalismo semi-pagano. • Böhl de Faber basa mucha de su perspectiva en los escritos de A.W. Schlegel.
Shaw nota: “. . . Beneath Böhl’s initial distinction lies another: that between pre-Christian (clásica) and Christian (romancesca) literature. The former . . . Rests on a pagan, naturalistic view of life--this life; it has a serene outlook, satisfied with life’s possibilities and basically rationalistic. Modern, Christian romancesca literature . . . is spiritually oriented. It is conscious of this life as a separation from the next, towards which it constantly aspires, seeking through the imagination for indications and symbols of the eternal” (345).
Según Shaw, Böhl insistía que cualquier intento “to subject romancesco literature to rationally conceived, uniform rules is to endanger its spiritual essence and to ignore its relationship to its particular mother-culture” (345). • A la vez, creía Böhl que con el tiempo habría una vuelta hacia las grandes tradiciones de la antigüedad española con una literatura que reflejaba los ideales popular, heroíco, monárquico y Cristiano. • Lo que Böhl no reconocía era: 1) que su intento de ligar el “romanticismo” con el Cristianismo era erróneo; y 2) que no reconocía en el “romanticismo” su conexión inextricable con movimientos políticos contemporarios.
Durán y el nacionalismo español • El identificó el romanticismo “with the literature of modern times and Christian inspiration, a literature that stretches back to the Middle Ages” (348). • Lo que le distingue de sus predecesores era su insistencia “on the view that the country to which pride of place belonged in this period was Spain” (348). • “What matters to him is not so much that ‘the seed of the sublime beauties which romantic creations contain’ is to be found in the ‘heroic centuries of the Middle Ages,’ but that this seed was Spanish” (348). • “Romanticism, in a word, was the instinctive mode of self-expression of the Spanish temperament” (348).
Mora, Galiano y el romanticismo contemporáneo • Este movimiento se basaba en el liberalismo francés. • Galiano, como Mora, “surveyed the Golden Age from the standpoint of one who was suffering under the reactionary absolutism of Ferdinand VII. He saw init a period characterized less by chivalric ideals and Christian virtues than by fanatical obscurantism resulting from the double tyranny, religious and political, which prevailed throughout its length” (351). • Shaw nota, “Romantic works arise from the nature and disposition of the country in which they are written instead of being forced into molds borrowed from abroad. • Their characters combine the natural and the idealized. • Their themes range from flights of fancy illustrating ‘all that is vague, indefinable and inexplicable to the mind of man’ to patriotism, metaphysical speculation, and above all the exploration and expression of familiar human emotions. • Their appropriate tone is passionate and sincere; • their aim is to move, to surprise, to soften” (352).
Shaw concluye que, “. . . the origins of romanticism, in Spain and elsewhere, are to be sought not in national character or in literary conditions, but in the spiritual and philosophic crisis of the end of the eighteenth century” (354). • Para varios críticos esta crisis: • “. . . involved the apparent collapse of previously established absolute values, whether these rested on religion or rationalism. • “. . . represented the great watershed of modern thought.
Los elementos básicos del romanticismo • Una visión negativa de la vida (melancolía) • El amor como el único sostén existencial • La fuerza adversa del destino • La cárcel como símbolo de “humanity trapped within an existence presided over by a God of wrathful injustice” (360).
El vacío de la vida • Russell Sebold hace hincapié en la “tendencia a mirar el vacío del corazón como una enfermedad para la plena comprensión del romanticismo español como el auténtico y consistente fenómeno literario español que es” (28). • “Lo esencial de la postura sentimental del romántico ante el mundo es este inconfundible egocentrismo enfermizo de quien se halla en el eje de dos vacíos concéntricos: la propia persona y el universo” (30). (Trayectoria del romanticismo español. Barcelona: Editorial Crítica, 1983)