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AGUSTINOS RECOLETOS PRESENTAN. LA VOCACIÓN. Desde el mismo momento que nacemos Dios nos llama, tiene una vocación para cada uno de nosotros. La primera vocación que todos recibimos es:. A SER PERSONA.
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AGUSTINOS RECOLETOS PRESENTAN
Desde el mismo momento que nacemos Dios nos llama, tiene una vocación para cada uno de nosotros.
Querer vivir humanamente ya es una forma de responder a Dios, es tomar la vida como vocación.
Desde una visión trascendente de la vida, creemos que toda persona está llamada a desarrollar ese germen vocacional con el que nace.
Todas las personas tienen esta vocación común. Ya desde el principio Dios llamó a ser persona, creó hombre y mujer.
Esta primera vocación común tiene diferentes aspectos estrechamente relacionados entre sí:
RELACIÓN CON UNO MISMO: Desarrollar lo mejor del propio ser.
RELACIÓN CON LOS OTROS: Abrirse al amor en grupo, en familia, en comunidad.
Relación con el mundo, las cosas: Ejercer y vivir una profesión
RELACIÓN CON LA TRASCENDENCIA: Hacer crecer la necesidad y el deseo de Dios que hay en cada persona.
El crecimiento armónico de la persona requiere el cultivo de todas y cada una de esas dimensiones.
para: La autosuficiencia o la necesidad de los demás, el individualismo o la solidaridad, la superficialidad o la profundidad, la gratuidad o el egoísmo, la apertura o la cerrazón a Dios … dará como resultado un tipo de persona u otro bien distinto
SER FELIZ RELACIÓN CON DIOS CRECER RELACIÓN CON LOS DEMÁS AMAR – CREAR COMUNIDAD RELACIÓN CON EL MUNDO MEJORAR EL MUNDO RELACIÓN CON UNO MISMO AUTOESTIMA – REFLEXIÓN - ACEPTACIÓN
1.- CRECER: es la primera llamada que Dios hace: a vivir, a ser persona hecha a imagen y semejanza de Dios. Hechos para la vida y el amor.
Hay modos de vivir que no permiten el desarrollo integral esta vocación y reducen a la persona a: • máquina; • no – persona; • un objeto.
2.- RECREANDO EL MUNDO A TRAVÉS DEL TRABAJO: es la relación con el mundo que circunda, con las cosas.
La persona está llamada a ejercer una profesión, a hacer un trabajo donde se sienta útil y con el que colabore con Dios a “re – crear” y mejorar este mundo.
La profesión no es la totalidad de la vocación, aunque muchos la reduzcan a ella.
Dios nos llama a amarnos y a que ese amor sea fecundo. La relación con los otros se expresa en la reciprocidad y el amor, y se vive dentro de un grupo, una comunidad, una familia.
Las relaciones interpersonales, tanto de la persona casada como la no casada, deben ser relaciones de amistad, de amor.
El amor es la vocación de toda persona. La vida es don y sólo tiene sentido en darse a los demás.
Toda relación humana puede quedar viciada por la realidad del pecado, del desamor.
Entonces se convierte en relación de dominio sobre el otro. No se ama ni se sirve al otro, sino que se sirve del otro y le esclaviza.
Todo este ideal humano es un proyecto que jamás llega a alcanzarse en plenitud. El vivir esta experiencia puede llevar a la persona a:
o a la búsqueda de sentido “más allá” de el mismo que le puede abrir y “convertir” a Dios.
4.- ABIERTA A DIOS: la vocación radical de la persona es la de convertirse en hijo, ser imagen de Dios.
Tenemos “vocación de Dios” por gracia, no por mérito ni conquista. Todos estamos llamados a la comunión plena con Él, a la santidad.
Estas cuatro dimensiones deben estar relacionadas para que se potencien entre sí.
La atrofia o la inmadurez de una de ellas supone el empobrecimiento global de la persona.
¿Qué persona quiere formar los Parroquia S. Juan Diego a través de las convivencias que estamos llevando a cabo? • ¿ Qué valores humanos abren más a la trascendencia?
3.- ¿Qué te impide ser mejor persona de lo que eres? 4.- ¿Escribe las 5 cualidades que tienes que te ayudan a ser persona? 5.-¿Escribe los 5 antivalores que tienes que no te ayudan a ser persona?
El encuentro con Jesucristo nos hace comprender toda nuestra vida de manera nueva.
Ser cristiano es vivir todo el ser persona según el estilo de Jesús:
valorando el mundo como Él. • amando como Él amó. • escuchando y obedeciendo su Palabra. • construyendo el Reino de Dios. • reconociendo a Dios como Padre - Amor
Jesucristo llama a todo cristiano, a través de comunidades y personas que lo viven, a descubrirle y seguirle radicalmente.
Esta adhesión a Jesucristo (discipulado) necesita un proceso, dentro de una comunidad que acompaña.
1.- LA PALABRA: la escucha y apertura a la Palabra que anuncia y denuncia, invitando a la conversión, a crecer, a vivir al estilo de las Bienaventuranzas.
2.- LA CELEBRACIÓN: gozosa de la fe hasta lograr una síntesis entre contemplación y acción que centre todo el quehacer diario en Jesucristo.
3.- LA COMUNIDAD: Donde de comparte la fe, la vida y la misión y juntos construyen la Iglesia.