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Domingo 14º del tiempo ordinario. Ciclo B. Día 5 de Julio de 2009. El evangelio de este domingo nos cuenta el hecho de ir Jesús a su pueblo, a Nazaret. En el ciclo B vamos de la mano del evangelista san Marcos. Mc 6, 1-6. Dice así:. En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo
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Domingo 14º del tiempo ordinario Ciclo B Día 5 de Julio de 2009
El evangelio de este domingo nos cuenta el hecho de ir Jesús a su pueblo, a Nazaret. En el ciclo B vamos de la mano del evangelista san Marcos. Mc 6, 1-6 Dice así:
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga.
La multitud que lo oía se preguntaba asombrada; “¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos?
¿No es éste el carpintero, el hijo de María,
hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí? Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía: "No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa".
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe.
Y reco- rría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor
Jesús aprovechaba la reunión en la sinagoga para predicar su mensaje de salvación
La primera reacción fue de asombro. El asombro es una buena cualidad si el alma es buena y busca a Dios.
Para otros fue motivo de escándalo.
Ya lo había profetizado el anciano Simeón: Jesús iba a ser causa de división.
Quien tiene envidia no puede aceptar la palabra de Dios
Quien tenga el corazón envuelto en tormentas de odio o envidia, se está cerrando a la luz de la palabra de Dios. Así eran algunos de los que oían a Jesús en Nazaret.
Jesús nos dijo que para aceptar sus palabras debemos tener alma de niño.
Tener alma de niño es tener sencillez, sinceridad, confianza, disponibilidad, dependencia amorosa de Dios.
Dios se fijó especialmente en María por su sencillez y su entrega total a Dios.
Pidamos al Señor Que nos dé alma de niño para acoger con amor su palabra.
Señor, mi corazón no es ambicioso Automático
Señor, ni mis ojos altaneros
Yo no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
Señor, ni mis ojos altaneros,
sino que acallo y modero mis deseos
como un niño en brazos de su madre
así mi corazón espera en ti, Señor.
como un niño en brazos de su madre
así mi corazón espera en Ti, Señor.
Espera Israel en el Señor
ahora y por siempre
Espera Israel en el Señor,
espera Israel en el Señor,
Que María nos lleve de sus brazos a los brazos de Dios. AMEN