130 likes | 324 Views
Vanidad. La vanidad es una forma inferior del orgullo humano. Es el deseo de ostentar, de lucir para que los demás admiren, sintiéndonos que somos superiores al resto.
E N D
La vanidad es una forma inferior del orgullo humano. Es el deseo de ostentar, de lucir para que los demás admiren, sintiéndonos que somos superiores al resto.
Existimos dentro de una jerarquía de clases sociales humanas que provocan odio, resentimientos, envidia, celos y otros sentimientos negativos...y que nos conducen a separarnos. Los seres humanos fuimos creados para ser todos iguales, sin embargo, la ambición y el egoísmo han debilitado la vibración del Amor que está como asfixiada en el alma de los hombres.
La superioridad de un humano sobre otro es y será siempre aparente, es la que nos hace sentir acreedores a su reconocimiento, al acatamiento de sus órdenes o deseos y nos proporciona una sensación de poder que nos perjudica espiritualmente.
En cambio, la verdadera jerarquía, la espiritual, es la ley de protección, de trabajo desde el servicio, de la responsabilidad que hace que un ser que ha progresado más en su evolución, ayude con Amor, a sus hermanos que aún no lo han logrado.
Cuando nos sintamos verdaderos servidores de nuestros hermanos no nos sentiremos nunca halagados ni ofendidos; ni el halago nos conmoverá ni la ofensa nos molestará. El halago puede perjudicar el servicio. Y quien alguna vez nos ofenda recibirá de nosotros la comprensión que le hará despertar a la realidad de la necesidad de la convivencia armónica.
No podemos continuar viviendo separados unos de otros, debemos ayudarnos y apoyarnos mutuamente, el mundo deberá cambiar substancialmente y nuestra convicción, que nace desde nuestra voz interior, nos indica el camino más sano.
A orillas de un río moraba un ermitaño. Cerca de allí vivía una mujer que subsistía vendiendo la leche que daban sus vacas. La lechera llegaba cada día a ver al ermitaño y le regalaba un jarro de leche, con la que él se alimentaba. A modo de reconocimiento, el hombre había concedido un mantra a la buena mujer y le había dicho: -Si repites este poderoso mantra serás capaz de atravesar el océano de la existencia. El tiempo pasó y cierto día, cuando la lechera se disponía a cruzar el río para alcanzar el acostumbrado jarro de leche al ermitaño, se desató una lluvia torrencial que hizo salir de cauce las aguas del río. No era posible cruzarlo en una embarcación.
Fue entonces cuando la mujer recordó las palabras del ermitaño: "Si repites este poderosos mantra serás capaz de atravesar el océano de la existencia" y dijo para sí: "Y esto sólo es un río". Comenzó a recitar el mantra y lo repitió con amor y fervor. Mientras lo hacía, sin darse cuenta, había empezado a caminar sobre el agua y no tardó en llegar al lugar donde estaba el ermitaño, que no pudo sino asombrarse al verla. -¿Cómo has podido llegar hasta aquí si el río se ha desbordado? -preguntó extrañado. La mujer respondió con naturalidad: -Cuando me entregaste el mantra, me dijiste que con él podía atravesar el océano de la existencia, ¿lo recuerdas? Pensé que si lo recitaba, seria posible cruzar el río. Así lo hice y logré llegar a la otra orilla caminando sobre las aguas.
"He alcanzado un notable grado de evolución. ¡La lechera ha podido hacer esa proeza gracias a mi mantra!", pensó el ermitaño, envanecido por la explicación de la mujer. La estación de las lluvias monzónicas continuaba y el río permanecía desbordado. No obstante, algunos días después de la experiencia vivida por la lechera, el ermitaño debía ir a la ciudad. También él podía acudir al mantra para cruzar el río. Si le había dado buen resultado a aquella mujer, funcionaría también con él. En esto pensaba mientras mecánicamente empezó a repetir el mantra y se lanzó a las aguas del río. Su vanidad le hizo olvidar que el poder y el alcance del mantra dependen de la convicción de quien lo repite. Instantáneamente se hundió hasta el fondo y pereció.
Te invito a observar/observarte en las distintas actividades y decisiones diarias. Te propongo que examines qué es lo que estás obteniendo a cambio a través de esas acciones y decisiones. Es importante que puedas analizar si gran parte de la humanidad está siendo beneficiada con tu significativo aporte o si eres sólo tú el que está ganando.
Declárate amor y ejercítate para reflejar esa Vibración. Reflejar amor será atraer amor. Desde el amor y al servicio del Amor, ¡Refleja! por Marcela Parolinrefleja@ciudad.com.ar Cuento: “De la india, Relatos Tradicionales”. Música: “Eclipse total del corazón”, instrumental. ¡Refleja!Va siendo un movimiento cuyo objetivo es irradiar Amor al mundo, facilitando herramientas para la transformación personal, que faciliten discernir cuál es el Camino, a fin de ya no desviarse y no atraer para las vidas el dolor. No perseguimos fines económicos porque es una tarea de servicio.Envía mensajes positivos a los tuyos, será una manera más de demostrarles tu amor. Si deseas recibir nuestras presentaciones semanales gratuitas envía un mensaje con tus datos, incluyendo tu país, a refleja@ciudad.com.ar Si deseas, podes contarnos algo sobre tí, tu vida y tus sueños. SOLICITAMOS NO MODIFICAR ESTA PRESENTACIÓN