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Biografía Verde70 es un exitoso grupo musical de Quito-Ecuador. Verde70 empezó en 1999 con Darío Castro (voz y guitarra), David Arízaga (batería) y Diego Saá (bajo y coros). El grupo obtuvo fama a nivel nacional durante el año 2000, cuando lanzó su primer álbum «Alegre Depresión», el mismo que marcó un hito en la escena músical del país. Para su segundo álbum «Ruta Melancolía», se integra César Galarza (guitarra).La historia del grupo se remonta a 1997, cuando Darío Castro y David Arízaga , se conocían del colegio Francés, cada uno tenía bandas diferentes, las cuales se desintegraron cuando salieron del colegio. Una vez que se graduaron, se unieron y empezaron a hacer música, llamando a su grupo «Alegre Depresión».En diciembre de 1998 consiguen reunir dinero y graban un “demo” en un con 7 temas propios, en un estudio pequeño, este demo se convierte en una herramienta fundamental para mostrar su música y les abre puertas para tocar en festivales de la ciudad. En este demo están canciones como: «Un minuto», «Palabras», «Mi mundo», «Alegre depresión», «Una tarde», «Sin trabajo» y «Azul».Sin embargo en la banda no tenía un bajista fijo, tampoco una segunda voz que redondee el sonido que ellos buscaban. Así rotan durante algunos meses bajistas, guitarristas y tecladistas que no se logran acoplar a su estilo musical. Es entonces, cuando que Carlos Grijalva, quien ocasionalmente tocaba la segunda guitarra les presenta a Diego Saá, un músico de piano clásico que por sus conocimientos musicales podía tocar el bajo también. Él decide entrar a la banda y se incorporaría como bajista y también en los coros.
Una vez conformada la banda, los tres músicos consideraron cambiarle el nombre, nadie tuvo una idea fija, simplemente jugaron con palabras y así llegó «Verde70». En ese mismo año, ganan en un concurso de bandas, cuyo premio era abrir el concierto del grupo colombiano Los de adentro. Tenían menos de um mes para prepararse, sin embargo, llegado el día consiguen realizar una gran presentación, en la cual salen muy ovacionados por el público, y que sería el impulso de su carrera musical. Poco tiempo después, conocen a Roberto Betancourt, que les propone grabar un disco y ser su patrocinador. Para ello, Roberto conforma la compañía «Sponsor Group», que se dedicaría a promocionar y manejar la banda. Entre enero y febrero del 2000 graban su primer disco Alegre Depresión para el cual solicitan la ayuda de músicos experimentados como Cristian Valencia en la coproducción, Johny Ayala y Danilo Arroyo para arreglos de guitarras y percusión. El sonido de este primer disco es más de garage band, tiene menos de experimentación pues el estilo estaba ya definido con influencias claras de punk melódico, reggae blanco, rock latino e inclusive una canción (Irremediablemente tarde) tiene una secuencia techno. El primer sencillo que lanzan, «Me tienes, me puedes, dueles» fue número uno en las principales radios de la ciudad y el país, y se mantuvo durante cuatro meses, incluso fue elegido como canción del año en algunos medios. El disco agotó los tres primeros tirajes. Los sencillos del disco fueron: «Me tienes, me puedes, me dueles», «Irremediablemente tarde», «Palabras», «Muriendo por tu amor» y «No es tan fácil»; todos ellos fueron grandes éxitos radiales y les permitieron estar en boga todo el año.
El demo que envían les deposita entre los seis finalistas. El día de la final llega y deben presentarse en vivo en el bar quiteño San Antonio de Cabeza. Entre el jurado están personalidades de la música como Ricardo Perotti y Eddie Mejía. Puesto que son una banda de tres integrantes deciden usar secuencias grabadas de la guitarra rítmica y de teclados, y lo pasan en un multitrackTASCAM mientras el resto toca en vivo. Ésta innovación les trajo problemas al momento de la decisión del jurado, pues algunos estaban en contra de ello ya que no estaban acostumbrados a las secuencias. Sin embargo, al final el talento y el entendimiento de músicos más experimentados valió más y se llevaron el primer lugar. Tenían menos de un mes para prepararse para el concierto. Ésta iba a ser la primera vez que tocarían para un gran auditorio, así que los nervios no faltaron. El gran día llegó; en el Ágora de la Casa de la Cultura esperaban ansiosas unas 4000 personas hasta que les llegó el turno. Aunque todo tuvieron que organizarlo casi al apuro, les fue excelente en el concierto. Tenían ya un concepto e imagen como banda. El buen trato de los organizadores también les favoreció: tuvieron el mismo sonido y luces del grupo estrella, así que sonaron excelente y la respuesta del público fue grandiosa para ser un grupo abridor… tanto que, ¡inclusive les pidieron otra canción!