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Mateo 6:10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Mateo 6:27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?. Romanos 7:15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco.
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Mateo 6:10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Mateo 6:27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
Romanos 7:15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Romanos 7:18–20 18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. 19 De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí.
Romanos 7:24–25 24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? 25 ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado.
Arreglando la Voluntad • Aceptar la gracia de que no hay condenación Romanos 8:1–2 1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
Arreglando la Voluntad • Aceptar la gracia de que no hay condenación • Debemos experimentar una renovación Romanos 12:2–3 2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. 3 Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
Mateo 6:12 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Romanos 4:7–8 7 «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! 8 ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!»
Romanos 6:23 (TLA) Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.
Proverbios 16:6 Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal.