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Cortejos Salvajes y Peligrosos. La Viuda Negra (Latrodectus tredecimguttatus) Mantis Religiosa (Mantis Religiosa). Miguel Angel González. Amores que Matan. La Viuda Negra (Latrodectus tredecimguttatus). La genética lleva a algunos machos a dejarse comer durante la cópula.
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Cortejos SalvajesyPeligrosos • La Viuda Negra (Latrodectus tredecimguttatus) • Mantis Religiosa (Mantis Religiosa) Miguel Angel González
Amores que Matan La Viuda Negra (Latrodectus tredecimguttatus)
La genética lleva a algunos machos a dejarse comer durante la cópula • Algunos machos están dispuestos a morir por el sexo, y sus razones son genéticas. Una joven científica de la Universidad de Toronto ha demostrado que a la araña de lomo rojo macho le compensa sacrificar su vida durante la cópula. Resulta que el suicidio sexual contribuye a asegurar su paternidad y a quitar a la hembra las ganas de aparearse con sus rivales. El nuevo trabajo es el primero en demostrar que los machos se pueden beneficiar genéticamente invitando a sus parejas a que los engullan.
Al estudiar la araña de lomo rojo venenosa de Australia, cuyo nombre científico es Latrodectus hasselti, ha descubierto que aquellos machos que son devorados durante la cópula engendran proporcionalmente más descendencia que los machos a los que las arañas hembra deciden no zamparse. • Los científicos saben desde hace mucho tiempo que algunos insectos hembra y algunas arañas suelen comerse a los machos durante o después de la cópula. Los ejemplos más famosos son la mantis religiosa y la araña viuda negra.
Pero muchos investigadores afirman que los machos no son devorados por propia elección, sino porque no consiguen escapar. Aseguran que machos y hembras tienen intereses muy divergentes: los machos intentan sobrevivir para reproducirse y las hembras esperan cenar. Pero han demostrado que la araña de lomo rojo macho busca activamente su perdición cuando, durante la cópula, da lentamente unas volteretas y se queda en una postura en la que a la hembra le resulta más fácil comérselo. Casi siempre, la hembra le corresponde licuándolo y devorándolo mientras tiene lugar el acto sexual. • Lo que empuja a esta araña a comportarse como lo hace es, como en todas las especies, la competencia de otros machos.
Danza de cortejo • Al llegar a la red, inicia su sofisticada danza de cortejo. Salta sobre los pegajosos hilos. Da golpecitos sobre ellos con una pata. Coge un poco de telaraña y forma con ella una bolita, lo cual contribuye a disimular el olor de las feromonas de la hembra impregnado en los hilos y que podría atraer a otros machos al punto de encuentro. Se sube en el abdomen de la hembra y lo acaricia repetidamente. El cortejo puede durar tres horas o más. Al final, si la hembra no lo impide, el macho empezará la cópula.
Pero, a veces, por razones que siguen siendo un misterio, la hembra no devora a su amante por muy enérgicamente que éste exponga su cuerpo a sus mandíbulas y éste engendra poca descendencia. Y como la duración de la vida del macho es cuestión de semanas, frente a los dos años de la hembra, y tiene tan pocas posibilidades de llegar a la tela de otra hembra sin que otros depredadores lo aniquilen por el camino, prácticamente no puede copular otra vez.
Buscando la Muerte • Al convencer a la hembra de que se lo coma, el macho prolonga el acto sexual varios minutos y la duración de la cópula se, corresponde con la probabilidad de que el esperma fecunde los huevos. El acto también inhibe de alguna manera el ardor de la hembra. Andrade ha observado que es menos probable que una hembra caníbal busque otra pareja que la araña que se aparea sin festín.
Finalmente, el sacrificio del macho puede ofrecer algún valor nutritivo a la hembra, lo cual contribuye a garantizar que pondrá un montón de huevos. Pero la donación es frugal, dado que la hembra media pesa 256 miligramos, mientras que el macho pesa unos 4,4 miligramos. Andrade demostró las diferencias de éxito en la fecundación. Entre machos devorados y no devorados con machos esterilizados con radiación.
Copulaciones Arriesgadas Mantis Religiosa (Mantis Religiosa)
La Copula de la mantis religiosa • En el mundo de los insectos una parte muy importante es la de perpetuar la especie, por eso, llegado el momento, se inicia la fase de apareamiento de las especies. • El caso de las mantis no es una excepción y tras pasar el verano investigando y observando a estos insectos, he podido comprobar que morfológicamente, macho y hembra están especialmente diseñados para asumir sus roles en el proceso reproductivo. En el caso de la hembra, es de mayor tamaño que el macho, más corpulenta, pues aunque posee alas, no le sirven de mucho, pues su peso solo les permite realizar vuelos cortos y en caída.
Cuando llega la fase de la copulación, la hembra se vuelve especialmente voraz, aumenta la frecuencia de sus cazas y consiguientemente, su abdomen cobra gran volumen, esto es así porque una buena nutrición es la que va a asegurar a su descendencia un futuro mejor. • El macho en cambio es más pequeño, más delgado y mucho más ágil que la hembra, esto le da más oportunidades a la hora de la cópula. Su capacidad de vuelo es mucho mayor ya que su menor tamaño y su gran ligereza se lo permiten, además de que es el macho el que busca a la hembra y unas alas son ideales para ello. La cópula dura unas horas y en este tiempo el macho se posiciona sobre la hembra y permanece así hasta que se consuma el acto.
Un hecho conocido por todos es que la hembra se come al macho al finalizar o durante el acto. Las mantis sólo comen cuando tienen hambre y pueden pasar varios días sin comer, puesto que están saciadas, pero cuando tienen hambre son muy voraces y en el caso de la hembra esa voracidad aumenta en el celo y si un bocado tan suculento se le presenta tan voluntariamente, no lo rechazará si está hambrienta. • En la fase del cortejo, al menos en los que se han presenciado de mantis religiosa y por la posición que adopta el macho, parece imposible que la hembra pueda capturar al macho y comérselo durante la cópula, pues se ha visto que la mantis religiosa solo ataca de frente. Se prepara para ello encogiendo las patas prensoras y posicionando las demás, pues las utiliza para abalanzarse sobre su presa y capturarla con sus pinzas.
Además, el macho queda muy atrás (por su menor tamaño) y muy bien fijado a la hembra, razón por la cual creo que la hembra no puede capturar al macho a menos que se caiga de su montura.En las mantis religiosas, todas las amenazas que yo he visto hasta ahora y que provienen de sus flancos y por su retaguardia, lo que hacen es repeler la posible amenaza y posicionarse frente a ella o alejarse.
Por estos motivos, se piensa que en el caso de las mantis religiosas, los dos hechos fundamentales que pueden detonar el que la hembra se coma al macho son:- Esté hambrienta.- El macho se acerque de frente (antes o después de la cópula). • En el caso de otras mantis esta conducta puede variar. Las hembras de Empusa, raramente se comen a los machos, y en el caso de la Spodromantis viridis, su voracidad es terrorífica y no necesariamente lanza un ataque, si la presa se le acerca mucho y no se resiste, simplemente la agarrará y empezará a comérsela sin realizar ningún movimiento brusco o agresivo, además, el macho es suficientemente grande como para estar en peligro durante la cópula, al no quedar tan atrás.
Reproducción • En la época de apareamiento la Mantis hembra emite feromonas, atrayendo al macho y en esta época cuando sucede el único momento en la que los machos y hembras se reúnen. En esta época las hembras se vuelven muy agresivas y acaban con comerse a su compañero durante o después del apareamiento empezando por la cabeza, aunque este comportamiento está bastante mitificado, ya que, si bien se da con frecuencia en cautiverio, es raro en libertad. La cópula dura 2 horas. • La puesta de los huevos se hace en otoño y en primavera los huevos eclosionarán. Pone sus huevos en montoncitos espumosos (ootecas) que ata a las ramitas. La espuma se endurece pronto, lo que protege los huevos hasta que se abren. Cada saco puede albergar entre 200 y 300 huevos.