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El libro. La historia del libro. Un libro es una obra impresa, manuscrita o pintada en una serie de hojas de papel, pergamino, vitela u otro material, unidas por un lado (es decir, encuadernadas) y protegidas con tapas, también llamadas cubiertas.
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La historia del libro Un libro es una obra impresa, manuscrita o pintada en una serie de hojas de papel, pergamino, vitela u otro material, unidas por un lado (es decir, encuadernadas) y protegidas con tapas, también llamadas cubiertas.
Los orígenes de la historia del libro se remontan a las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros antepasados, la pintura rupestre del hombre del paleolítico.
Desde los orígenes, la humanidad ha tenido que hacer frente a una cuestión fundamental: la forma de preservar y transmitir su cultura, es decir, sus creencias y conocimientos, tanto en el espacio como en el tiempo.
Estas pinturas muestran animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del hombre antiguo.
Los libros en forma de rollo de papiro o pergamino fueron más tarde reemplazados por el códex, un libro conformado de páginas y una espina, similar a los libros utilizados hoy en día.
Los libros eran copiados e iluminados por monjes en el scriptorium (sala de escritura) de un monasterio. Durante la edad media sólo las iglesias, universidades y hombres pertenecientes a la nobleza podían adquirir libros.
En el siglo XV, comenzaron a elaborarse algunos libros mediante impresión de bloques. La técnica de impresión de bloques consiste en tallar sobre una tabla de madera la imagen de cada página.
Más adelante se inventó la imprenta y el desarrollo del papel, así como la aparición de centros de divulgación de las ideas que permitieron la aparición del escritor profesional.
Otro importante factor que fomentó el aprecio por los libros fue la Censura, que solía ejercerse también en períodos anteriores a los siglos XVII y XVIII, es precisamente en esta época cuando adquiere mayor relevancia.
En 1757 se publicó en París un decreto que condenaba a muerte a los editores, impresores y a los autores de libros no autorizados que se editaran, a pesar de carecer de dicha autorización.
A finales de 1971 comenzó a desarrollarse lo que hoy denominamos libro digital o electrónico.
Primeras copias del libro Los libros eran copiados e iluminados por monjes en el scriptorium (sala de escritura) de un monasterio. Las lámparas y las velas estaban prohibidas para evitar los incendios, y los monjes no podían hablar para no cometer errores. Toda comunicación se mantenía mediante signos.
Pese a esta ambigüedad, hay que reconocer que los monasterios, tanto en Occidente como en el imperio Oriental fueron los custodios de muchas obras profanas de las bibliotecas creadas por Cassiodoro (Vivarium, en Calabria, hacia 550), o por Constantino en Constantinopla.
Había, por tanto, muchas bibliotecas, pero la supervivencia de los libros dependía, a menudo, de las luchas políticas e ideológicas, que conllevaban, con frecuencia, las destrucciones masivas o los daños incalculables de las ediciones (dispersión de los libros, por ejemplo) durante las disputas iconoclastas ocurridas entre 730 y 840.
Con el advenimiento de la imprenta, se inicia la época de expansión bibliográfica, de la modernidad y del pensamiento crítico, facilitado en la actualidad con el acceso a la información en otro tipo de fuentes, tales como periódicos, revistas, internet, etc. No obstante, el valor del libro es perdurable a través del tiempo.