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Historia En Halicarnaso, capital de Caria, murió el rey Mausolo después de un reinado tranquilo y feliz que llevó a su pueblo al esplendor y la prosperidad. Corría el año 353 a.C., y su esposa Artemisa decidió construir una tumba que hiciera inolvidable al rey perdido. Dirigidos por los arquitectos Sátiros y Piteos, a los esclavos se unieron hombres libres que quisieron rendir un homenaje al rey, y las obras eran frecuentemente visitadas por Artemisa. El dolor por su pérdida la volvía cada vez más frágil y enferma, y presintiendo una muerte próxima animaba a los obreros para ver finalizada la obra antes de fallecer. Al cabo de dos años, la reina murió por fin y su pueblo quiso hacerla compartir con su marido aquella suntuosa tumba, repleta de los tesoros con que el pueblo de Caria quiso mostrar su gratitud hacia ellos.
Construcción La tumba monumental de Mausolo se construyo de: • Mármol blanco, sobre una superficie de 33 por 39 metros, la tumba levantaba unos cincuenta metros de altura. Un muro partía de cinco escalones y llegaba hasta media altura para formar un podio, sobre ella 117 columnas jónicas en dos hileras sosteniendo el techo en forma de pirámide escalonada, y sobre este último la estatua de una cuadriga con las efigies del rey y la reina, alcanzando en conjunto unos 50 m de altura, en una circunferencia de 135 m y rodeada de obras hechas por los mejores escultores griegos de la época que tallaron figuras y relieves en su estructura.
Soportó las invasiones y destrucción de la ciudad por parte de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero, finalmente, fue destruido por un terremoto en el año 1404. • En 1522 los Caballeros de San Juan utilizaron los restos para la reparación del Castillo San Pedro de Halicarnaso. Durante esta época, se encontraron una serie de túneles, debajo de la construcción, que llevaban a los sarcófagos de los difuntos reyes. La tumba fue saqueada por ladrones y por eso hoy ya no quedan restos de ella.