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A MI PÁRROCO. A ti, querido párroco, pastor que convocas, guías y animas. Hombre de Dios, maestro y hermano. ¡A ti te alabo de corazón!. Admiro tu trabajo y tu vocación, tu vida entre nosotros, tu enseñanza y oración. Me impresiona tu fuerza, tu energía y vitalidad, y.
E N D
Admiro tu trabajo y tu vocación, tu vida entre nosotros, tu enseñanza y oración.
A ti, que eres confidente, que escuchas y guardas nuestras faltas en tu corazón...
A ti que te alegras dando un consejo y celebrando el perdón.
... aunque sabes que tarde o temprano te cambiarán de lugar.
Con tu acogida, testimonio y generosidad, haces crecer cada día nuestra comunidad.
Tu presencia muchos frutos ha logrado dar, pero, por sobre todo...
Querido cura párroco: tantas veces incomprendido y criticado, pero siempre respetado.
A ti: un canto de alabanza. Te aplaudo, te abrazo y te bendigo, a nombre de toda la comunidad.
Un recuerdo especial a los párrocos que ya han partido de este mundo y que, ahora, gozan del banquete que el Padre Dios nos tiene prometido. Eduardo Cáceres Contreras ( educaceres@hotmail.com)