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Indudablemente donde uno se casa, en realidad donde vive y qué estilo de vida lleva, es el gran motor de peinados de novia.
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Peinados de novia cosmopolitas Indudablemente donde uno se casa, en realidad donde vive y qué estilo de vida lleva, es el gran motor de peinados de novia. No se casa uno o una igual en Nueva York que en Cenicero (La Rioja), independientemente de los gustos, clase y aspiraciones que los novios tengan están donde estén. El tipo de espacio donde se casa una pareja determinará por tanto los peinados de novia que se van a llevar. Peinados de novia cosmopolitas De lo más sofisticado a lo más estudiadamente casual, la gama de históricos y su reinvenciones permite adaptarse al estilo de cada novia. Dejar por ejemplo una larga cabellera que caiga semirrecogida a un lado con todo el esplendor de sus ondas seduciendo. Como se sabe, el cabello largo es un gran seductor, y una cascada de ondas cayendo sobre un hombro puede ser una opción para las que gustan de libertad y de un estilo más natural. Aunque es casi obligado añadir un complementos de peinados de novia, una flor, un detalle, algo que dé ese toque nupcial que se va a llevar en muy pocas ocasiones en la vida. Combinaciones de tul, piedras de cristal, seda... ¡dejar volar la imaginación y probar con el estilo que encaje en una armonía de formas! Sin duda, elegir un peinado de novia siempre exige probar, probar, probar. Otro estilo más sofisticado pero todavía vinculado con un estilo natural puede ser un recogido personalizado, con volumen, bien estudiado, que libere sin embargo algunos mechones y que lleve un simple complemento, quizás una joya, un artificio no demasiado grande ni complicado que dé sólo un toque nupcial al peinado sin complicarlo con exceso. Combinar anchas trenzas con rizos, mechas, recogido, todo estudiado para aumentar el volumen y crear como un jardín privado de secretos, una combinación de técnicas al gusto de la novia y con la destreza de un buen peluquero. Sugerimos a toda futura novia que se inspire, que tome papel y lápiz y se dibuje a sí misma con varias propuestas, que se imagine, porque el día de la boda es una ocasión para soltarse a sí misma y permitirse ser quien siempre se ha soñado. En el extremo chic, el recogido bien controlado a lo Audrey Hepburn es quizás el máximo de la sofisticación. Un peinado de novia de tal índole delata a su portadora como mujer a la que le preocupa mucho su imagen y que gusta de los artificios. Si este es tu caso, ¡adelante! Busca al mejor experto para que tu recogido sea perfecto. El aderezo al peinado ha de ser coherente y, por tanto, nada mejor que una diadema, una peineta de diamantes. No es indispensable, por supuesto, un detalle familiar, una pequeña joya de la familia son igualmente poderosos para la imagen como por el poder emocional que aportan al día de la boda a los peinados de novia. Y si tampoco se dispone, hay en el mercado una inmensa oferta de complementos para el cabello discretos o exagerados que aportarán el detalle imprescindible. Nuestra recomendación es realizar esta elección siempre hacia el final o por lo menos cuando ya se ha elegido el vestido de novia. El complemento ha de ser en todo complementario con éste, en el estilo, sus aderezos y su color. Es usual añadir a este tipo de peinados de novia cabello extra que le dé más volumen. Los postizos son hoy una opción usual que se aplica con tan buena técnica que consiguen sus resultados sin llamar la atención. Su misión: dar personalidad al peinado, conseguir efectos, sin hacerse notar. Elegir este tipo de peinados de novia va a exigir mucho juego. Como en opciones anteriores, que el técnico en peluquería dibuje, fantasee, y luego se pase a la opción de probar don diversas formas y volúmenes aplicando ya postizos, porque es inmenso el campo de volúmenes y formas que se puede conseguir. Y no sólo volúmenes, la forma de acabar un peinado así va a aportar aún más personalidad y sofisticación al peinado. Rodear el recogido con una trenza fina, un hilado de perlas, una redecilla, dejar caer el final en una o varias ondas de volúmenes juguetones. O por el contrario, el más mínimo aspecto, impoluto, sin un cabello que se permita asomar, impertinente, del magnífico
peinado de novia que ha escogido la novia para sí misma. Si te ha gustado este artículo, visítanos en: http://www.peluqueriasbcn.com