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MIS BÚSQUEDAS. ¿Dónde me encuentro hoy?. ¿Para qué vivo?. ¿Qué sentido tiene mi vida?. ¿Por qué vivo y estoy en este mundo?. ¿Cuál es mi proyecto de vida?. ¿Qué tipo de persona me gustaría ser?. ¿Qué camino debo seguir?. LA BÚSQUEDA DE FELICIDAD DE AGUSTÍN DE HIPONA.
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MIS BÚSQUEDAS
¿Dónde me encuentro hoy? ¿Para qué vivo? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Por qué vivo y estoy en este mundo?
¿Cuál es mi proyecto de vida? ¿Qué tipo de persona me gustaría ser? ¿Qué camino debo seguir?
Agustín nace en la ciudad de Tagaste, norte de África. Sus padres fueron Patricio y Mónica ¿Cómo era el joven Agustín?
Hijo de un funcionario público Patricio, con grandes sacrificios, quiso que su hijo tuviera una formación en las letras humanas y liberales para que un día llegara a tener una carrera política que le diera prestigio, poder y dinero.
JOVEN INQUIETO Acabada su formación clásica, Agustín enseñó en Tagaste y Cartago. Busca una respuesta racional a los grandes interrogantes de la vida y al no encontrar una respuesta satisfactoria a sus inquietudes, entra en la secta maniquea.
Los maniqueos defienden: • Los misterios de la vida se pueden comprender sin la fe. • No es el ser humano quien peca, sino que quien peca es una fuerza extraña que hay en el ser humano y, por lo tanto, la persona no tenía necesidad de confesar sus pecados porque no había culpa en él.
Camino hacia Roma Llevado por sus ansias de conocimiento y de escalar puestos en la sociedad, un día decide embarcarse hacia Roma, cuna del saber y de la civilización.
Porque los estudiantes romanos son remisos a pagar a sus profesores decide trasladarse a la Cd. De Milán
Milán era en aquel tiempo no sólo la capital del Imperio Romano y el lugar de residencia de artistas e intelectuales, sino, también, la ciudad de la LUZ INTERIOR Y DE LA FE CRISTIANA, hecha visible en San Ambrosio.
En Milán, escucha predicar a San Ambrosio y le deja una gran huella en su interior por su forma de interpretar las Sagradas Escrituras.
Agustín, mezclado entre el pueblo sencillo y fiel, acudía frecuentemente a escuchar sus predicaciones, porque Ambrosio le iba corriendo el velo que le impedía acercarse a Dios
LA CRISIS DE AGUSTÍN Agustín confronta la predicación de San Ambrosio con la doctrina maniquea y se produce en él un gran escepticismo. Confundido se retira a su casa de Milán donde reflexiona sobre las catequesis impartidas por S. Ambrosio y la interpretación de los textos bíblicos que le había oído al santo.
Esta reflexión le llevó a Agustín a entender: • Al ser humano como imagen de Dios. • A tener una idea más espiritual de Dios y de los seres humanos. • Que el ser humano es incapaz de hallar LA VERDAD con la sola razón. • El ser humano tiene la necesidad de ser enseñado por un magisterio seguro, los libros santos.
La lectura de unos libros le van a introducir en la experiencia de la interioridad. • Agustín descubrirá: • Existe un reino de la verdad más allá de los caprichos de los hombres. • Las verdades tiene un valor independiente de nuestro conocimiento. • La verdades están por encima de las opiniones y deseos humanos.
LA CONVERSIÓN • Agustín no se queda en la crisis personal o confusión, sino que llega a una vivencia religiosa que le cambiará su vida: • El ser humano, por el pecado no pude tener una experiencia de Dios, porque se separa de Él. • Será necesario que penetre dentro de él y se deje guiar por Dios para que se convierta a Él, Verdad primera y Origen de todo.
El descubrimiento de la interioridad llevó a Agustín a limpiarse del materialismo y sumergirse en un mundo nuevo: • La dicha perfecta del ser humano sólo se encuentra en la unión con Dios. • Esta unión es posible porque Dios desciende a la criatura, la deifica, la levanta, y la introduce a la casa paterna para volver a sentarla en la mesa de los hijos.
En la Vigilia Pascual del 24 de Abril del 387, Agustín da el paso definitivo y se bautiza. Recibido el bautismo emprende el viaje de regreso a la tierra que le vio nacer.
Monacato en Tagaste: • Laical • Una vida para Dios en compañía de los amigos. • Vida de total entrega a la oración, el ayuno y las buenas obras. • Reflexión- meditación de la Ley del Señor.
Monacato en Hipona • Es clerical • Se vive en común y se comparte el ideal de pobreza evangélica, según el modelo de la primitiva Iglesia. • Se da importancia a pobreza individual como signo de unión de corazones y vida común.
El trabajo manual disminuye para dar primacía al estudio y apostolado. • Los monjes están en completa disposición para servir a la Iglesia local. • La caridad tiene que ser la norma de vida de cada monje.
LA REGLA
La Regla agustiniana tiene como objetivo: “construir una auténtica vida comunitaria” • Los medios serán: • El amor nacido de la gracia de Dios y consagrado a su servicio como el motor de la vida de la comunidad, • La corrección fraterna y el perdón de las injurias.
El diálogo fraterno y confiado • La necesidad de la humildad y el desprendimiento de toda propiedad privada para que el monje se entregue en cuerpo y alma a la comunidad. • El esfuerzo de cada uno de los monjes por adquirir la belleza espiritual y no quedarse en el cumplir la mera ley que hace esclavos.
Vida sencilla y sobria, en que todo se pone en común: talentos, afectos del corazón y bienes materiales. • Estar siempre atentos al llamado del Señor y a las necesidades de la Iglesia.
La sociabilidad y propensión a la amistad caracterizan a Agustín. Jamás quería estar solo, y rara vez vivió un momento de su vida sin amigos, o familiares cerca de él.
Esto lo describe en un hermoso párrafo de las Confesiones: " Había un montón de detalles por parte de mis amigos que me hacía más cautivadora su compañía: charlar y reír juntos, prestarnos atenciones unos a otros, leer en común libros de estilo ameno, bromear unos con otros dentro de los márgenes de la estima y respeto mutuos, discutir a veces, pero sin acritud, como cuando uno discute consigo mismo. Incluso esta misma diferencia de pareceres, que, por lo demás, era un fenómeno muy aislado, era la salsa con que aderezábamos muchos acuerdos.
Instruirnos mutuamente en algún tema, sentir nostalgia de los ausentes, acogerlos con alegría a su vuelta: estos gestos y otras actitudes por el estilo, que proceden del corazón de los que se aman y se ven correspondidos, y que hallan su expresión en la boca, lengua, ojos y otros mil ademanes de extrema simpatía, eran a modo de incentivos que iban fundiendo nuestras almas y de muchas se hacía una sola". (Conf. IV, 8, 13).
En los Agustinos Recoletos puedes encontrar la Amistad y Vida en Común que buscas.