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Autorretrato.
E N D
Autorretrato Nacido en Limoges, en 1841,se trasladó aParís donde trabajó decorando porcelanas y abanicos o estores, lo cual le permitió matricularse en la Escuela de Bellas Artes. Empezó pintando en el Louvre, copiando a los grandes maestros, y pronto conoció a los pintores de la escuela de Barbizon de los que aprendió su amor por la naturaleza y el color. Admirador de Courbet, pintor rechazado en la época, consiguió participar en el Salón de París, lo que le introdujo en el ambiente artístico, frecuentando reuniones de los impresionistas cuya primera exposición que fue muy criticada; en esta época, Renoir salía con Monet al campo a pintar los alrededores del Sena y sus obras más destacadas las pinta ahora. Tras viajar a Argelia y a Italia abandona el impresionismo y da prioridad al dibujo sobre el color, influido por Rafael e Ingres. Se instala en el Sur de Francia donde pinta sus últimos cuadros de bañistas y muere en 1919, habiendo logrado ver sus cuadros colgados en el Louvre junto a los de los grandes pintores que tanto admiraba. Los cuadros con el icono pertenecen a la exposición “Pasión por Renoir”. Clic para pasar imagen
"PASIÓN POR RENOIR". La colección del Sterling and Francine Clark Art Institute. Primera Exposición Monográfica en España sobre RENOIR 19 Octubre 2010-6 Febrero 2011 La exposición permite mostrar en España las propuestas de Renoir, (31 cuadros), de las etapas más destacadas de su trayectoria, entre 1874 y 1900, en los principales géneros quecultivó: el retrato, la figura femenina, el desnudo, el paisaje, naturalezas muertas y flores.
Autorretrato-1875: Óleo sobre lienzo, 39,1 x 31,6 cm Presentado en la segunda exposición impresionista, el pintor se representa bien vestido,(cuello almidonado, chalina), pero austero, y nos ofrece un estudio sicológico de su persona con la ceja levantada y los ojos muy abiertos que dirigen su atención hacia el espectador, volviendo su cabeza, a pesar de su posición ¾, en su dirección. El fondo neutro sobre el que destaca la expresión, y la fuerza de la pincelada, contribuyen a resaltar la expresión.
Amante, como pintor, de la figura humana, pinta especialmente la figura femenina, muchachas sorprendidas en interiores íntimos, ajenas al hecho de estar siendo retratadas, en una tradición que enlaza con la pintura francesa del XVIII. RETRATOS " Lise cosiendo ” 1866 Joven leyendo (1874-76)
" Lise con sombrilla” 1868 El cuadro, pintado al aire libre en el bosque de Fontainebleau, demuestra el dominio de la técnica y su originalidad : Es un óleo sobre tela de 18X112 cm. donde resalta el tono blanco del vestido a base de pintar un lazo negro, (el negro tiene gran importancia en su pintura), sobre fondo en tonos verdes. En 1868 fue aceptado en el Salón de París, donde obtuvo cierto éxito y lo introdujo en la vida artística parisina.
“La ingenua” o “Retrato de una joven”( 1874) Óleo sobre lienzo, 55,7 x 46,4 cm • Composición caracterizada por la técnica que utiliza el pintor, en la que presenta el busto de la protagonista vestida a la moda de la época sobre un fondo neutro de pinceladas amplias y capa fina de color con toques más gruesos, que definen los elementos compositivos, (rostro, gorro, pañuelo). El gesto del personaje y el colorido confieren al cuadro un toque romántico.
“Retrato de Madame Monet” (Ambos de 1874) Camille Monet, esposa del pintor impresionista aparece en actitud cotidiana leyendo en su casa de Argenteuil, donde Renoir acudía a menudo como invitado porque pintaba con Monet al aire libre. En el cuadro de arriba, predominan los tonos azulados resaltando sobre el blanco del diván y la mancha de color del cabello de la modelo. La mancha roja de la manga sirve para valorizar los tonos del cuadro. En el del Prado, el sofá con motivos vegetales y animales, el vestido a la manera turca-el caftán-nos recuerdan la moda oriental que triunfaba en la pintura del momento.
El Palco (1874) Óleo sobre tela de 80X64cm, Londres,Courtauld Institute of Art. En este cuadro, el pintor nos muestra una vez más el tema de las diversiones de la burguesía parisina en dos personajes plenamente identificados,(el hermano de Renoir y Niní, una actriz). A pesar del rechazo que suscitó la exposición impresionista en París, Renoir consiguió vender este cuadro por 425 francos: De composición clásica, personajes dentro de un triángulo, aunque de encuadre novedoso con las figuras en primer plano y predominio del negro, que para Renoir era un color luminoso y vivo, al contrario de lo que decían los impresionistas, para los que el negro era el no-color, la negación del color. Concebida como una escena de visión oblicua en la que domina la figura semigirada de Niní, incorpora de la fotografía nuevos puntos de vista, así como la idea de poder lograr plasmar en una imagen una visión instantánea. Renoir utiliza la técnica de la mancha pictórica rehuyendo el dibujo de líneas precisas. De esta forma consigue con una pincelada fina y transparente fundir los contornos.
“Muchacha haciendo ganchillo” ( 1875) Óleo sobre lienzo, 73,5 x 60,3 cm El cuadro es la primera pintura del artista que adquirió Clark: Retrato de la hija de un marchante francés, conocido en el mundo de los impresionistas, en el que Renoir utiliza una técnica de pincelada suelta propia de su estilo de la primera época. El tema es el de una joven en un interior doméstico, concentrada en su labor. La chimenea, el vaso y el jarrón muestran una casa de clase media, aunque la sencillez de la ropa de la muchacha indica que podría tratarse de una sirvienta.
“Père Fournaise” (1875) Óleo sobre lienzo, 56,2 x 47 cm. • La composición, muy atrevida, se abre dejando adivinar un posible acompañante del personaje: Dos vasos de bebida, actitud de atención hacia un contertulio en un momento de relajamiento, (pipa cargada), en un fondo ¿de interior?... • O invitación a participar al propio observador de la pintura. • Fondo neutro donde la pincelada de color define los contornos, a veces no tan claramente diferenciados, (camisa y mesa blancas). • El protagonista era un amigo de Renoir, propietario de un restaurante y un negocio de alquiler de barcas en Chatou, (isla del Sena), que aparece en varios de sus cuadros.
“El perro japonés”(1876) • Óleo sobre lienzo, 38,2 x 46,2 cm • Siguiendo la afición por lo oriental, Renoir pinta este pequinés que fue la raza preferida por los emperadores del Japón y cuyo nombre, Tama, aparece en la parte superior del lienzo. • Sobre fondo de colores de pincelada muy suelta, el perro aparece absorto, con su atención centrada fuera de la escena, lo que da a la composición su carácter abierto, prolongando la acción más allá de nuestra mirada. Madame Xharpentier (1876) En este cuadro Renoir retrata a la señora Marguerite Charpentier, esposa de uno de los primeros y más fervientes admiradores y protectores del pintor: Georges Charpentier, conocido editor de la época que fue defensor acérrimo de los pintores impresionistas, y en especial de Renoir: Se puede reconocer a través de la mirada sonriente, de las joyas y los encajes, a una mujer de porte elegante, inteligente y despierta, pero no exenta de cierta frivolidad, a la que se le adivina un profundo conocimiento de la sociedad mundana, burguesa y liberal habituada al ambiente de las tertulias, de las reuniones entre artistas, actrices e intelectuales.
“Boceto para Tanhäusser”(1879), • Óleo sobre lienzo, 54,8 x 65,7 cm • El comitente es el siquiatra E.Blanche que le encarga dos lienzos sobre el tema: La historia de un músico que gana un concurso de trovadores y conquista el amor de una joven. • La composición presenta a la joven en primer plano y al músico extendiendo sus brazos hacia ella, reflejando la teatralidad propia de la ópera.
“Muchacha con abanico”(1879) • Óleo sobre lienzo, 65,4 x 54 cm • Retrato de una famosa actriz de la Comédie Française que refleja la moda impresionista de emular al arte japonés (pay-pay) y composición asimétrica, en la que personaje y flores,(tema central), aparecen desplazados. • La modelo nos mira y la palidez de rostro se ve compensada por el color oscuro del vestido, lo cual resalta su expresión complacida. • El fondo se ve dominado por la eclosión de color de las flores que pugnan por adquirir el protagonismo.
“Thérèse Berard” (1879). • Óleo sobre lienzo, 55,9 x 46,8 cm • La hija de un banquero, que no gustaba del retrato aparece en esta pintura detallista-melena peinada, lazo, encaje del cuello-un tanto tímida y de mirada huidiza. • Tonos azulados en todo el cuadro, hacen resaltar el color del blusón de la niña en sencilla composición ¾ tan habitual en sus retratos.
“En el concierto” ”(1880) Óleo sobre lienzo, 99,4 x 80,7 cm • Retrato de familia rechazado por el comitente que originariamente presentaba un tercer personaje, eliminado posteriormente por el pintor. La mujer mira directamente al espectador, mientras la tímida niña esconde su mirada: En esta obra Renoir retrata a una jovencita que va a la ópera por primera vez. • Tema costumbrista en este retrato donde su atención se centra en los espectadores, en el público que acude a estos espectáculos, esperando hallar en estos una pequeña historia que contar surgida de la vida cotidiana sin mayor transcendencia. • Renoir fue el primer pintor que utilizó a fondo el contraste entre los colores cálidos y fríos
“Muchacha dormida” (1880) Óleo sobre lienzo, 120,3 x 91,9 cm Pintura del género que presenta a la modelo sorprendida en actitud informal. El personaje, identificado como una chica de Montmartre famosa por sus amantes y su lenguaje, contiene alusiones a sus costumbres: La joven está acalorada porque ha estado bebiendo y bailando; erotismo reflejado en las piernas abiertas, algo impropio de una señorita; la desnudez del hombro y, en general, la dejadez de la pose. Destaca el contraste de colorido con el toque del sillón rojo que realza al personaje sobre lo neutro de la pared y el suelo, diferenciados aquí por el color. La sencillez compositiva refuerza la cotidianeidad del tema.
“Los niños de Berard” (1881) • Óleo sobre lienzo, 62,6 x 81,9 cm • Es un estudio en el que representa a los personajes en actitudes variadas (leen, duermen o posan): El banquero, satisfecho con el retrato de Thèrése le encarga más y Renoir acude a su casa entablando una amistad con la familia. “Mademoiselle Fleury con vestido argelino”.(1882) Óleo sobre lienzo, 126,49 x 78,1 cm Retrato exótico realizado por el pintor en su visita a Argel que sigue la moda de lo oriental, tan en boga en la pintura del momento, pero que enlaza con la tradición occidental de presentar el tema del ave-mascota.
“Marie Thérèse Durand cosiendo” (1882) Óleo sobre lienzo, 64,9 x 54 cm Primer cuadro de la colección de Clark Sterling, adquirido en 1916, que presenta probablemente a una sirvienta, (sencillez del ropaje), de una casa de clase media,( mobiliario de fondo detallado ), concentrada en su tarea y, una vez más, ajena a que está siendo pintada. Predominan los tonos fríos (azules) en contraste con el maquillaje de labios y cara del personaje, así como la larga mancha que define a la melena cayendo por detrás y separándola de la pared de fondo.
“Mujer leyendo”(1891) • Óleo sobre lienzo, 41,6 x 32,7 cm • Composición cuidada con fondo de interior, en la que la modelo adquiere todo el protagonismo al mostrarse ajena a su importancia en el cuadro y absorta en la lectura. • El estudio de la luz resalta el interés de los papeles que lee, mientras la pared de la habitación que enmarca la escena permanece oscura, lo cual muestra la sencillez compositiva y temática.
“La carta” (1895-1900) • Óleo sobre lienzo, 64,9 x 81,1 cm • Serie de escenas en que Renoir pinta dos mujeres haciendo alguna actividad cotidiana: Aquí una escribe una carta y la otra la contempla. • La composición de los personajes, ajenos a lo que ocurre más allá de ellas, el fondo intimista de interior, el predominio del contraste cromático y de luces y sombras, definen los volúmenes de los elementos compositivos. • Renoir ya no sigue las técnicas impresionistas.
“Jacques Fray” (1904) Óleo sobre lienzo, 42,2 x 33,8 cm Renoir no va a pintar solo mujeres hermosas; se detendrá en los modelos más jóvenes. De ahí que los niños y adolescentes comiencen a figurar en sus telas. Retrato de un niño de un año, futuro concertista de piano, que presenta una escena cotidiana con el protagonista centrado en sus juegos con pajarillos: El pintor alude a lo efímero de la atención infantil colocando el pájaro tumbado sobre la mesa, como olvidado. Los tonos cálidos y dorados, la atmósfera de calidez, la luminosidad del babero y el pelo del personaje sobre fondo neutro, dan a la pintura una frescura propia del tema y la técnica nos muestra la pincelada muy suelta, propia de su última época.
DESNUDOS El desnudo femenino, tema de Renoir a lo largo de su carrera, está principalmente representado por el artista a la luz del aire libre en lugar del interior.Al iniciarse la década de 1880,Renoir inicia un período de crisis que recibe el nombre de "periodo seco“: Se interesará por la pintura de Ingres y cuidará más su dibujo, haciendo hincapié en el modelado, al tiempo que emplea un colorido más frío y suave. Las bañistas que pintará en esta década serán excelentes ejemplos de esta nueva manera de trabajar, tremendamente clasicista, aunque sin perder la frescura del impresionismo. Durante los años 1890, sus modelos evocan, según Gustave Geffroy, "pequeños seres instintivos, a su vez niñas y mujeres". Más tarde, su obra gana plenitud, apuntándose así en la línea de Rubens y del Ticiano. En el siglo XX, artistas como Henri Matisse y Pablo Picasso se inspiraron a su vez de los desnudos tardíos de Renoir. Estudios para las grandes Bañistas
“Bañista Rubia” (1882), Óleo sobre lienzo, 81,6 x 65,4 cm En los 80, se produce una ruptura en su evolución: Tras su viaje a Italia se da cuenta de los límites de la pintura al aire libre y vuelve su atención hacia los clásicos, (Rafael, Ingres), dando a sus obras una mayor precisión en los contornos, sin renunciar a la luz o al color. En esta obra de composición clásica, (el personaje forma un triángulo isósceles, a la manera renacentista, ligeramente desplazado del centro), de nuevo sobre un fondo de mar al aire libre, Renoir pinta la belleza femenina reflejada en la tersura y luminosidad de la piel, la calidez acogedora de los tonos corporales, la suavidad de las formas en contraste con los tonos fríos del paisaje marino de fondo.La sencilla forma piramidal de la Bañista rubia le otorga monumentalidad, un aire aparentemente más eterno: Una imagen icónica de la feminidad.
Las grandes bañistas (1884 - 87) • Óleo sobre tela de 115X170 cm. Filadelfia, Museum of Art. • El autor trabajó con estudios y esbozos tres años antes de realizar el cuadro definitivo; se inspira el tema en un bajorrelieve en plomo que adorna una fuente del parque de Versalles. Su gran ambición fue siempre realizar una gran composición con bañistas de pié, dentro del agua o sentadas junto al río, bajo una luz resplandeciente y jugando con el movimiento de los cuerpos. • Con el dominio del dibujo y la línea que encierran el color a partir del cual nos sugiere los volúmenes, el pintor ha sabido combinar la técnica para mostrarnos un paisaje natural y voluptuoso a la par de los desnudos: Las formas que antes se contentaba con sugerir de manera indefinida se encierran en líneas nítidas.
“Bañista peinándose” ( 1885) Óleo sobre lienzo, 91,9 x 73 cm Nos recuerda las propuestas neoclásicas de Ingres en su último período donde el dibujo adquiere su importancia. Como ya es habitual en él, Renoir presenta al personaje en su tarea, tan ajeno aquí al espectador que le da la espalda: Es una de sus figuras de perfiles más precisos y duros que el artista pintó durante el período de experimentación técnica de mediados de la década de 1880.Escena cotidiana en la que los perfiles del cuerpo se dibujan nítidos sobre el fondo de naturaleza desdibujada. La cabellera negra cae sobre la espalda resaltando la acción. “Bañista de pie” (1887) Óleo sobre lienzo, 43,2 x 27,3 cm Lienzo de tamaño pequeño cuyo tema es bastante inédito en Renoir: Desnudo al aire libre de una muchacha sorprendida antes o después del baño. La composición presenta al personaje a la manera de una Venus clásica.
CUADROS DE COSTUMBRES Renoir había conocido a Monet que poseía una casita en Saint-Michel y allí trabajaron directamente del natural; las figuras que pueblan el paisaje serán una constante en la pintura de Renoir, el gran pintor de personas, siendo una de sus temáticas favoritas la representación de escenas populares en las que se narran las actividades de la burguesía parisina; no se perciben mensajes sociales o políticos subyacentes en sus cuadros de género, sólo hay lugar para lo gozoso y placentero, en armonía con su espíritu imbuido por la alegría de vivir. Almuerzo de barqueros (1881)
El columpio (1876) Óleo sobre tela de 92X73 cm. París, Musée dÓrsay. A la manera de las “fiestas galantes” de Watteau, Renoir pinta este cuadro en el que juega con las sombras y luces,(manchas de sol a través de los árboles), que iluminan los rostros, los troncos, las figuras y el suelo; las figuras que charlan en corro, (hombre de espaldas y mujer), se abren para hacer partícipe al espectador, de forma que la frontera entre realidad y representación se pierde con la naturalidad de la escena; los contrastes entre colores fríos y cálidos,(sombra-sol), hacen resaltar el predominio del amarillo-ocre y el azul en las vestiduras, así como el reflejo del suelo.
La Grenouillère(1869) Museo: Museo Pushkin (Moscú) Características: 59 x 80 cm. Material: Óleo sobre lienzo Estilo: Impresionismo Tema: La diversión de los parisinos en un cabaret flotante en la zona de la Grenouillère-”charca de ranas”- al que acudían en masa los domingos, paisaje veraniego y bullicioso del Sena en el cual están inmersos, formando parte del mismo, los bañistas que acudían a refrescarse. Características: Se interesa por la luz tomada del natural y se preocupa especialmente por el reflejo de la luz en el agua o cómo pasa esa luz a través de los árboles; sombras coloreadas; pinceladas rápidas y abocetadas; empleo de colores vivos. Las figuras que pueblan el paisaje serán una constante en la pintura de Renoir, el gran pintor de personas.
El Molino de la Galette (1876) Óleo sobre tela (131X173 cm.)París,M. dÓrsay.El cuadro toma el nombre de una sala de baile,un cobertizo con un estrado para la orquesta y un sombreado jardín donde artistas, estudiantes, obreros se reunían a bailar los domingos en Montmartre; tema seductor para Renoir que buscaba imágenes de la vida cotidiana. La preparación del cuadro supuso numerosos estudiospreliminares, por la complejidad compositiva por el tamaño del lienzo y por el encuadre y la multitud de personajes: en primer plano, unas figuras charlando-el grupo central del cuadro-donde resalta el vestido a rayas de la joven sobre el fondo oscuro del resto; a derecha e izda. grupos de gente deambulando y parejas bailando cuya postura ha sido estudiada y captada por Renoir. Al fondo, un juego de colores y luz que deja penetrar a través de los árboles manchas de sol y que dan a la pintura alegría y movimiento. Renoir retrata perfectamente en un lienzo de grandes dimensiones un acontecimiento de la vida cotidiana, algo que no se había hecho hasta entonces y una auténtica pintura de historia para nosotros, crónica veraz del aspecto y diversiones delos parisinos del momento.
Los paraguas (1881) Uno de los temas que interesó Renoirfue el ir y venir de la multitud en las calles y plazas de la metrópoli parisina.En esta obra, Renoir utiliza figuras de tamaño natural con lo que logra que parezca que podemos entrar en esa escena urbana. Efecto que se ve reforzado por las miradas directas que la muchacha del primer plano y la niña del aro dirigen a los observadores del cuadro. La escena posee una quietud que resulta un poco forzada, irreal,faltan las prisas de la gente, el ambiente de humedad en la atmósfera... La técnica combina un dibujo riguroso y definidode fondo y personajes adultos, conpinceladas cortas y ágiles sin un dibujo tan elaborado para definir los contornos (propias del impresionismo) en las niñasy la señora que les acompaña o en su paraguas,(mango indefinido y resto de líneas claras),: La obra corresponde a la época de crisis e investigación del pintor, y en ella pinta figuras elaboradas en dos técnicas diferentes y opuestas, demostrando que está en el último paso del impresionismo y preludiando su etapa seca o ingresca.
Bailes (1883) Óleo sobre tela de 180X90 cm.París, Musée dÓrsay; estos cuadros de bailes marcan el inicio del periodo más cuidado en el dibujo y de colores algo más ásperos, influencia de Ingres. En el central-”baile de campo”- el hombre, ( un pintor amigo suyo), aparece de espaldas, rodeando con su brazo a la mujer, también conocida y el pintor juega con el contraste de los dos colores fundamentales—azul y rojo-realzados por el blanco y un fondo de verdes suaves que resaltan el cielo azul intenso; el ocre resalta en los guantes, el abanico y el canotier del suelo. Por el contrario, en el baile de la ciudad, la mujer, vestida de blanco, invade el la escena (su larga cola escapa de la escena) y su silueta resalta sobre el negro del traje masculino cuyo rostro tapa el perfil femenino ;los colores blanco y negro se acentúan más por los guantes y el verde azulado de la planta armoniza con el ocre del suelo.
PAISAJES Entre 1864 y 1883,los paisajes fueron “el laboratorio de pintura de Renoir“, fue donde más experimentó porque le permitía expresarse sin restricciones,en esos cuadros con "la luz, el movimiento y el color", incluso en algunos "llegó a ser casi abstracto“. A comienzos de los ochenta, Renoir viajó por Italia y el norte de África donde quedó impresionado por la luz y el color, que plasmó en sus obras. • “Puente de Chatou” (1875) • Óleo sobre lienzo, 51,1 x 65,4 cm • Es un puente emblemático de París que en la época separaba dos ambientes parisinos muy bien diferenciados: El mundo laboral y el del ocio campestre, las fábricas de los barrios bajos obreros y las villas de la orilla izquierda. • Los colores vivos e intensos reflejan las texturas de los elementos compositivos en el agua, aunque no se corresponden con su posición.
“La barca de Meudon, (Bateau-Lavoir)” (1875). • Óleo sobre lienzo, 50 x 61 cm • Paisaje del suroeste de París (el afluente del Sena atravesando la ciudad de Meudon) que es típico del impresionismo, tanto por la técnica de pinceladas en manchas de color, como por el tema cotidiano que desmonta la idealización de la campiña francesa. • “Puesta de sol” (¿1879-1881?). Óleo sobre lienzo, 45,7 x 61 cm • Vista desde arriba del acantilado con dicotomía compositiva entre el cielo (tratado con técnica de franjas anchas de color pintadas con rapidez) y el mar,(muy trabajado, con capas superpuestas) que logran armonizar por la gama cromática común. El tercer elemento, la barca, nos sugiere la distancia, marcando la perspectiva.
“Bahía de Nápoles al atardecer” (1881) Óleo sobre lienzo, 57,9 x 80,8 cm Pintada un mes después que el Palacio Ducal, la técnica pictórica es distinta, de trazos más sosegados y pincelada más larga; presenta una vista de la bahía con todo el ambiente costumbrista característico: Tráfico del muelle, barcos entrando, personajes corriendo…que nos recuerdana los muelles del Sena en París. “Vista de Guernsey” ( 1883) Óleo sobre lienzo, 46 x 55,7 cm Paisaje de una islacercana a Normandía, en el Canal de la Mancha, localizado en la bahía de Moulin Huet. De pincelada impresionista, la composición presenta rocas perfectamente identificadas en un paisaje donde no hay huella humana, excepto el sendero sugerido en primer plano. El color diferencia los distintos elementos de la composición en el contraste entre el cielo, la vegetación, el mar y las rocas.
Palacio de los Dogos (1881) Óleo sobre lienzo, 57,9 x 80,8 cm Vista del palacio, el Campanile y la Plaza desde el agua con toques de pincelada impresionista con manchas de color claro que reflejan en el agua el paisaje y los edificios.
“Marea baja en Yport” (1883) Óleo sobre lienzo, 46 x 55,7 cm La composición presenta una vista donde predominan los elementos paisajísticos, (playa de piedras y rocas de primer plano, mezcladas con el agua del mar y sugeridas por las pinceladas sueltas y el color oscuro), sobre las figuras (barcas al fondo y pescadores apenas sugeridos), mientras el sol ilumina el paisaje de la bahía al fondo.
BODEGONES Renoir cultivó todo tipo de motivos. Las escenas de género y las naturalezas muertas también suponen una parte importante en su producción:Sus naturalezas muertas más celebradas son las referidas a flores, tema en el que se sentía a gusto por permitirle toda clase de innovación experimental, y las frutas, de las que nos ha dejado cuadros muy variados. Las fresas.
“Peonías” (1880) Óleo sobre lienzo, 62,6 x 81,9 cm Sus comienzos como pintor decorador de porcelanas le aficionan al tema de las flores que le permiten experimentar libremente en la pintura y expresar la vivacidad del colorido. En este cuadro, la composición exuberante en flores resulta suntuosa y el colorido de fuertes contrastes entre las flores y el azul de las sombras en la mesa o el fondo oscuro. Renoir gustaba de pintar flores porque le relajaba de la tensión que le suponía estar frente a un modelo humano. Esta pintura ejemplifica el modo en que Renoir llenaba el lienzo, llegando hasta los márgenes y evitando así todo espacio abierto o vacío.
“Cebollas” ( 1881) Óleo sobre lienzo, 39,1 x 60,6 cm Obra preferida por Clark nos recuerda la tradición dieciochesca francesa. Pintado en Nápoles, en contraste con las elaboradas pinturas de flores, (Peonías) , Cebollas presenta una imagen relajada e informal: Compone el cuadro con las cebollas colocadas holgadamente sobre un paño en lo que se intuye una mesa y simultaneadas con los ajos; reflejan la luz con una gran viveza en el colorido, acentuada por el movimiento que crean las pinceladas inclinadas y paralelas en el fondo a la manera impresionista. En las Cebollas podemos apreciar la soltura de la pincelada y el intimismo de la composición que sitúa a esta obra en el contexto del Impresionismo.
“Frutero con manzanas” ( 1883). Óleo sobre lienzo, 54,1 x 65,3 cm Al estilo de Cézanne y de composición clara, adquiere protagonismo el frutero que destaca visiblemente del fondo con manzanas verdes y maduras apiladas cuidadosamente, mientras otras se desparraman sobre el mueble y algunas presentan en primer plano signos evidentes de descomposición, algo inusual en Renoir, pintor de la belleza y la vida.
Autorretrato (1897) Óleo sobre lienzo, 41,09 x 32,99 cm .Se dirige nuevamente al espectador pero esta vez con expresión calmada, melancólica, seria, han pasado 22 años de su autorretrato anterior y ha perdido la fuerza que reflejaba en él. .Arreglado, (sombrero), pero con cierta dejadez, (lazo holgado), define el fondo de interior floreado donde predomina la línea curva.
Clark Art Institute-Williamstown Masachussets F I N Robert Sterling Clark MONTADO POR CRISTINA SANFRANCISCO.