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AÑO. PAULINO. 29/VI/2008 – 29/VI/2009. GUIÓN: Francisco Contreras Molina MONTAJE: Antonio García Polo MÚSICA: J. S. Bach. SERIE II “Cartas de san Pablo”. Primera Tesalonicenses. I. Contexto histórico. ► Geografía.
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AÑO PAULINO 29/VI/2008 – 29/VI/2009 GUIÓN: Francisco Contreras Molina MONTAJE: Antonio García Polo MÚSICA: J. S. Bach
SERIE II “Cartas de san Pablo” Primera Tesalonicenses
I. Contexto histórico ►Geografía San Pablo escribe su primera carta a la comunidad de Tesalónica, la actual Salónica, en Macedonia.
►Tiempo En la primavera del año 51, en su segundo viaje misionero, Pablo, juntamente con Silas, evangeliza, Tesalónica
►Nacimiento de esta Comunidad + Llegada a Tesalónica y anuncio del Evangelio: Atravesando Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde los judíos tenían una sinagoga. Pablo, según su costumbre, se dirigió a ellos y durante tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras, explicándolas y probando que Cristo tenía que padecer y resucitar de entre los muertos y que «este Cristo es Jesús, a quien yo os anuncio». Algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y Silas así como una gran multitud de los que adoraban a Dios y de griegos y no pocas de las mujeres principales ( Hechos 17, 1-4)
Pero Pablo encuentra la oposición recalcitrante de los judíos, que, envidiosos, arman enorme revuelo para deshacerse de ellos. Tienen que huir precipitadamente.
Pero los judíos, llenos de envidia, reunieron a gente maleante de la calle, armaron tumultos y alborotaron la ciudad. Se presentaron en casa de Jasón buscándolos para llevarlos ante el pueblo. Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante los magistrados de la ciudad gritando: «Esos que han revolucionado todo el mundo se han presentado también aquí, y Jasón les ha hospedado. Además todos ellos van contra los decretos del César y afirman que hay otro rey, Jesús.» Al oír esto, el pueblo y los magistrados de la ciudad se alborotaron. Pero después de recibir una fianza de Jasón y de los demás, les dejaron ir. Inmediatamente, por la noche, los hermanos enviaron hacia Berea a Pablo y Silas (Hechos 17, 5,10)
►La razón y el por qué de esta carta Pablo tiene que huir precipitadamente a Atenas, dejando a medias la evangelización de Tesalónica. Por ese motivo manda a Silas y Timoteo que se queden en Tesalónica con el encargo de que terminen la tarea. Cuando acaben, que se vayan de nuevo con él.
* Estando en Corinto, regresan Silas y Timoteo y le informan de la situación de la comunidad de Tesalónica: (1) se mantienen firmes en la fe a pesar de la persecución; (2) algunos judíos están propagando calumnias sobre la actuación de Pablo: lo hace con malas intenciones, entre otras, para sacarles dinero; (3) tienen deficiencias en su formación doctrinal y moral: no tienen clara que la parusía del Señor y la resurrección de los muertos afectará a todos los cristianos muertos en el Señor; en el campo moral hay deficiencias con relación a la castidad, al trabajo y a la caridad fraterna * Pablo quisiera ir personalmente a Tesalónica y aclararlo todo, pero ante la imposibilidad, escribe esta carta, el primer escrito de una colección que será nuestro Nuevo Testamento.
II. Estructura.Un vistazo a la carta I. Introducción: saludo (1,1) II. Cuerpo 1) Historia (1,2-3,10) - A. Durante la estancia de Pablo. Dos cuadros: a) Primer cuadro en que recuerda su actividad y cómo respondieron los tesalonicenses + Gracias a Dios por la obra que ha realizado: fe, amor, esperanza (1,2-3) + la obra de los apóstoles: dan la Palabra - con convicción (1,4-5) + La cooperación de ellos: acogen Palabra, imitan a los apóstoles, perseguidos, viven el credo (1,6-10)
b) Segundo cuadro en que repite el anterior pero subrayando la rectitud de Pablo + La obra irreprochable de Pablo: apología de su apostolado (2,1-12) + La cooperación de ellos: acogen Palabra, imitan iglesias perseguidas de Judea (2,13-16) - B. Durante la ausencia de Pablo + Deseaba ardientemente verlos (2,17-20) + al no poder, envió a Timoteo (3,1-15) + al regreso de Timoteo, se alegra con la información y ora por ellos (3,6-16)
2) Parénesis (4,1-5,22) + Introducción y exhortación a la castidad (4,1-8) + Exhortación a la caridad fraterna y al trabajo (4,9-12) + Instrucción sobre la suerte de los difuntos en la parusía; todos resucitarán; no se sabe cuando será: vigilad (4,13-5,11) + Exhortación a construir la comunidad (5,13-22) III. Despedida: Pide a Dios por ellos (5,23-24); pide oraciones (5,25); saludos (5,26); que sea leída la carta (5,27); bendición cristológica final (5,28).
►Es una carta apostólica Tiene un mensaje importante que decir, no sólo a aquella comunidad de aquel tiempo y de aquel remoto lugar, sino a la Iglesia actual, a nosotros, que también vivimos rodeados de dificultades y padecemos por motivos de nuestra fe cristiana.
III. Teología ►Mensaje espiritual para todos 1. Comunión viva entre pastores y creyentes Todos, sin excluir a nadie, formamos íntegramente el pueblo de Dios. Hoy se asiste, lamentablemente, a una distancia entre los pastores (obispos, sacerdotes...) y la gente del pueblo. La separación puede ser a veces traumática. Este alejamiento afectivo y con frecuencia efectivo debilita y rompe la comunión en la Iglesia. Nuestra carta ofrece luz para superar esta distancias. Leamos con cuánto cariño apostólico Pablo se entrega a los cristianos:
Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos. De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos muy queridos. Pues recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Trabajando día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os proclamamos el Evangelio de Dios (2, 7-9).
* Pablo, apóstol, no puede vivir sin saber lo que le ocurre a la comunidad. No puede dejarles abandonados, se siente padre o madre que se preocupa de sus hijos. El anuncio del Evangelio no es un acontecimiento que pertenece al pasado, sino que implica una preocupación continua para velar por los creyentes hermanos, engendrados por la fe al Evangelio. Para el apóstol, el motivo de su orgullo es el crecimiento de la fe: Así pues, hermanos, hemos recibido de vosotros un gran consuelo, motivado por vuestra fe, en medio de todas nuestras congojas y tribulaciones. Ahora sí que vivimos, pues permanecéis firmes en el Señor. Y ¿cómo podremos agradecer a Dios por vosotros, por todo el gozo que, por causa vuestra, experimentamos ante nuestro Dios? Noche y día le pedimos insistentemente poder ver vuestro rostro y completar lo que falta a vuestra fe (3, 7-10).
2. La Palabra de Dios El mensaje de esta carta recobra una gran actualidad en este año paulino, en el que la Iglesia celebra el Sínodo de los obispos (octubre de 2008) consagrado a la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia.
El anuncio del Evangelio, aunque realizado con palabras humanas, se halla impregnado de la fuerza del Espíritu Santo. Dios muestra su poder en la debilidad de los medios: Os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros. Por vuestra parte, os hicisteis imitadores nuestros y del Señor, abrazando la Palabra con gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones. De esta manera os habéis convertido en modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya (1, 5-7).
* La comunidad de Tesalónica es un ejemplo para la Iglesia de todos los tiempos. Hemos de acoger la Palabra, sea hablada por la predicación o escrita en la Biblia, no como expresión humana, ni fijándonos en los pobres medios humanos, sino como es, en verdad, Palabra y Revelación de Dios. Esta Palabra no es semilla estéril, que se pudre en el olvido, sino que posee una tremenda fuerza, está llena de energía, capaz de cambiar nuestras vidas. Hemos de prestarle nuestra fe: Por nuestra parte no cesamos de dar gracias a Dios porque, al recibir la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes. (2, 13).
3. La venida del Señor ▬Algunos cristianos, de entonces y de ahora, viven en la tristeza y el desconsuelo, piensan que todo acaba aquí, en este mundo, bajo la pesada losa de una fría sepultura o en las vanas cenizas que se lleva el viento. Por eso, Pablo nos recuerda: Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús. Os decimos esto como Palabra des Señor (4, 13-15).
▬La resurrección de Jesús es la razón poderosa de nuestra propia resurrección: Cristo es la primicia de los que durmieron (1 Cor 15,20). Primogénito de los que resucitan de entre los muertos (Col 1,18).
▬La resurrección de Jesús nos llena de consuelo y de esperanza, nos da constancia para superar todas las pruebas (1,3). El mismo Jesús resucitado vendrá un día a nuestro encuentro para estar todos juntos con él y para siempre: El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras (4, 16-18).
4. Castidad Pablo presenta la castidad como colaboración con la obra en nosotros del Espíritu Santo que está realizando la "santificación progresiva" de nuestro cuerpo. La práctica sexual en un contexto egoista es contrario a este dinamismo. Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación creciente y huyáis de la impureza. Que cada uno de vosotros viva santa y decorosamente con su mujer, sin dejarse arrastrar por la pasión, como son arrastrados los gentiles que no conocen a Dios. Y que en este punto nadie haga injuria o agravio a su hermano, porque el Señor toma venganza de todo esto, como ya os lo dejamos dicho y recalcado. Pues no nos llamó Dios a vivir impuramente, sino cooperando con el Espíritu Santo. Por tanto, el que desprecie esta norma, no desprecia a un hombre, sino a Dios que es quien os da su Espíritu Santo" (1 Tes 4,3-8).