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LA RESURRECCIÓN DE JESÚS. Y LA NUESTRA. Después de morir, Jesús resucitó de entre los muertos al tercer día:. viernes, sábado, primer día de la semana judía.
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LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Y LA NUESTRA
Después de morir, Jesús resucitó de entre los muertos al tercer día: viernes, sábado, primer día de la semana judía
Las primeras comunidades cristianas comenzaron a celebrar la resurrección el primer día de la semana tal como aparece reflejado en los evangelios, y lo llamaron el día del señor, o sea domingo.
Al Jesús histórico (el que estuvo con ellos) lo pudieron ver, oír y tocar muchas gentes.
Pero una vez resucitado (el Cristo de la fe) nadie lo vio ni lo puede ver; los que creían y creemos en él sentimos dentro que está resucitado.
Quien no cree en la resurrección no cree en Jesús, y por lo tanto no lo recibe en los sacramentos porque para el que no cree no son más que ceremonias que realiza por costumbre, magia o tradición
Creer en Jesús es sobre todo creer que ha resucitado y vive.
Iglesia es la reunión o comunidad de personas que celebran que Jesús esta vivo en medio de ellas
Su presencia es especial en su palabra, y total en el pan y vino que son su cuerpo y su sangre resucitados.
Cuesta mucho creer en la resurrección, porque tener fe no es nada fácil.
Los primeros cristianos pudieron creer en Él gracias a la celebración de la eucaristía. Esta palabra significa dar gracias a Dios por creer en la resurrección.
Resucitar quiere decir que no morimos definitivamente, que no termina todo con la muerte sino que la vida se impone a la muerte.
Viviremos para siempre junto a Dios Padre, o sea viviremos una vida en la que no haya odio, venganza, egoísmo, etc. sino amor, libertad y felicidad.
Nosotros, creamos o no, vamos a resucitar todos. Es más, ya hemos comenzado a resucitar si vivimos nuestra vida en servicio a los demás hasta la muerte
O sea, tenemos que servir a los demás como Jesús, hasta dar la vida.
Muchas cosas demuestran que Jesús ha resucitado: un gesto de amor, un servicio desinteresado, un acto de sacrificio en favor de los demás no por filantropía sino por amor a Cristo. Todos somos únicos
Pero como cuesta tanto hacerlo, nos hace falta comer el cuerpo y la sangre de Cristoresucitado; es vital para seguir trabajando por los demás.
Por eso en la misa decimos: ANUNCIAMOS TU MUERTE, PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN, VEN SEÑOR JESÚS