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Cuatro Ciénegas En la hermosa población de Cuatro Ciénegas, la que el importante documento del Parral de principios del siglo XVII menciona que en la expedición que hiciera Antonio Espejo en 1582, recibió ayuda de Juan de Ontiveros alcalde mayor del pueblo que llaman Cuatro Ciénegas, hasta que con fecha de 24 de mayo de 1800 el entonces gobernador de la provincia de Coahuila Don Antonio Cordero realizó la fundación de un nuevo asentamiento en lo que fuera la hacienda de los Dolores propiedad de los marqueses de Aguayo, con el nombre Villa de Cuatrociénegas, por ser la cuna en donde naciera el 29 de diciembre de 1857 Don Venustiano Carranza Garza, quien fuera el iniciador de la Revolución Mexicana.Oasis en el desierto Coahuilense, un lugar lleno de sorpresas como son sus pozas, con especies endémicas de gran interés para los estudiosos de la biodiversidad, tanto de flora como de fauna, hábitat natural de las tortugas bisagra y los peces ciegos, que se conservan en numerosos manantiales rodeados de blanca arena que invitan a practicar campismo, caminatas, ciclismo, cabalgata, espeleología, snorkel y buceo, así como apreciar los vestigios de los primitivos pobladores y grabados rupestres que nos recuerdan una actividad milenaria, todo esto tiene como centro un funcional balneario de claras y tibias aguas, verdadero santuario ecológico, conocido como La Poza de la Becerra, al sur de la población yendo por la carretera 30, a tan solo 15 kilómetros de distancia.En esta risueña ciudad, tuvieron lugares importantes pasajes de nuestra historia, la que se expone en espacios como la casa en que nació Venustiano Carranza, convertida hoy en un museo, donde se exhiben sus recuerdos y objetos personales, también podemos conocer en la casa de cultura na completa exposición de herramientas y utensilios de los indios Tobosos, que vivieron en la región y en otra faceta mas de sus atractivos, para quienes gustan de los vinos generosos, en esta parte de La Ruta del Desierto se asienta una región vitivinícola, en la que de manera artesanal desde mediados del siglo XIX existe una peculiar forma en la elaboración de vinos de mesa, en los que solo el tiempo y la paciencia intervienen para dar forma a la excelente calidad de su preparación, lo que sin duda le ha dado fama a Cuatrociénegas.