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I. N. T. O. A. D. E. V. «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» ( Juan 8, 12). Enciende tu esperanza. Jesús nace la noche de Navidad.
E N D
I N T O A D E V
«Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»(Juan 8, 12)
Enciende tu esperanza
Jesús nace la noche de Navidad. Viene a romper la oscuridad de este mundo. Por eso en adviento, debemos prepararnos para que su luz se encienda también en nosotros.
Lector 1: El mensaje de la primera semana de Adviento es el siguiente: "Estad atentos y vigilad. ” Lector 2: A la espera de que nazca la luz del día, el nuevo sol que ilumine el mundo, María es como la luna: Como la luna, que refleja en ella la luz del sol, Dios también se refleja en María, como en un espejo, y nos envía su luz a todos los hombres. Lector 3: María estuvo siempre despierta y atenta a la Palabra de Dios. Por eso escuchó el anuncio del ángel: porque estaba atenta y vigilante.
María: siempre te representamos mirando Dios o mirando con cariño a los hombres. Queremos aprender a mirar como Tú: siempre atentos, siempre vigilantes, siempre con el corazón abierto. Hoy, como signo de nuestro Adviento queremos tomar la luz de la luna, reflejo de la gran luz del sol que nos nace. Amén.
Lector 1: El mensaje de la segunda semana de Adviento es el siguiente: "Una voz grita: Preparad el camino al Señor" Lector 2: Jesús es el sol que nos nace, es la luz del mundo. Pero para que brille y caliente, tendremos que quitar todas las barreras oscuras y abrir bien nuestras ventanas y puertas, y así poder disfrutar de su luz.
Señor: Tú eres el sol que nace de lo alto, Tú eres la luz del mundo. Alúmbranos, para que seamoshijos de la luz. Para que rompiendo los muros del egoísmo, abramos de par en par nuestro corazón a los demás.
La LUZ de las ESTRELLAS
Lector 1: Los pastores de Belén, gente pobre y marginada, son los que nos van a entregar la tercera luz del Portal.
Lector 1: El mensaje de la tercera semana de adviento es el siguiente: "El Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren.” Lector 2: La luz de las estrellas es luz de esperanza. Los pobres y marginados la necesitan de verdad. Y Jesús, a través de los pastores de Belén, la pone en nuestras manos para que nosotros seamos sembradores de estrellas.
Señor: queremos ser sembradores de estrellas. Allí donde exista un grito de soledad, pobreza, dolor o marginación, queremos llevar una estrella de esperanza y consuelo. Danos, Señor, unos oídos atentos para escuchar tu voz en los necesitados y un corazón decidido para responder generosamente. Amén.
Lector 1: La luz de la Navidad tiene una fuente: el corazón de Jesús. A él vamos a acudir para recoger en el Adviento esta cuarta y última luz.
Enciende la cuarta vela Toca la cuarta vela, con un click y se encenderá.
Lector 1: El mensaje de la cuarta semana de adviento nos invita a llenar el corazón de alegría. Lector 3: La luz que nos trae Jesús es para que nuestro corazón se llene y se parezca al de María: servicial, sencillo, alegre, acogedor, lleno de Dios. Lector 2: De nuevo, tomamos como ejemplo a la madre de Jesús, María. La llena de gracia, la llena de alegría, la llena de Dios.
Señor: Quiero abrir mi corazón a la luz de la Navidad, para convertirlo en fuente de luz para los demás. Llena mi corazón de alegría, Para poder sembrarla en mi familia y en el mundo entero. Amén.
Celebrante: Aquí tenemos las cuatro luces de nuestro Adviento: La luz de la luna: atentos como María a la voz de Dios; La luz del Sol: abrirle a Jesús las ventanas, quitando todas las barreras para entre su luz: La luz de las estrellas: sembradores de luz y de esperanza para los pobres; La luz del corazón: llenarlo de alegría para transmitirla a los demás. Llevad estos signos que habéis recogido y conservadlos con cariño a lo largo del Adviento y Navidad.
Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Preparad el camino al Señor.