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JESÚS, EL PROVEEDOR Y SUSTENTADOR

JESÚS, EL PROVEEDOR Y SUSTENTADOR. Lección 8 para el 23 de febrero de 2013. EL SUSTENTADOR (1ª parte).

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JESÚS, EL PROVEEDOR Y SUSTENTADOR

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  1. JESÚS, EL PROVEEDOR Y SUSTENTADOR Lección 8 para el 23 de febrero de 2013

  2. EL SUSTENTADOR (1ª parte) “[Jesús] el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien SUSTENTA TODAS LAS COSAS CON LA PALABRA DE SU PODER, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:3) ¿De qué manera refuta este versículo las siguientes filosofías humanas? Deísmo. Dios creó y dio leyes al universo y después se desentendió de él. Panteísmo. Dios y el universo son una misma cosa. Panenteísmo. Dios habita el universo como si fuera su propio cuerpo. A pesar de que Dios ha dotado al universo de leyes que lo rigen, éste no puede seguir existiendo sin el poder sustentador de Jesús. Dios y el universo son cosas completamente separadas (Dios es el Creador, el universo su creación). Dios se preocupa y sustenta con amor todo el universo.

  3. EL SUSTENTADOR (1ª parte) Es reconfortante pensar que Jesús sustenta el vasto universo, pero… ¿qué hay de mí? ¿Nos sustenta Dios individualmente a cada uno de nosotros? “En ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza” (Salmo 71:6) “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba” (Salmo 3:5) “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10)

  4. “Dios proporciona la materia y las propiedades con las cuales lleva a cabo sus planes. Emplea sus instrumentos para que pueda florecer la vegetación. Envía el rocío, la lluvia y la luz del sol para que brote el verdor y extienda su tapiz sobre la tierra; para que los arbustos y los árboles frutales puedan retoñar y florecer y dar frutos. No se ha de suponer que es puesta en movimiento una ley para que la semilla obre por sí misma, para que aparezca la hoja porque así debe hacerlo por sí misma. Dios tiene leyes que ha instituido, pero éstas son sólo siervos mediante los cuales él logra los resultados. Mediante los agentes inmediatos de Dios, cada semillita se abre paso a través de la tierra y brota a la vida. Crece cada hoja, florece cada flor, por el poder de Dios. El organismo físico del hombre está bajo la supervisión de Dios, pero no es como un reloj que se pone en marcha y debe andar por sí mismo. Late el corazón, una pulsación sigue a la otra, una inspiración sigue a la otra, pero el ser entero está bajo la supervisión de Dios. “Vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”. 1 Corintios 3:9. En Dios vivimos, y nos movemos y somos. Cada latido del corazón, cada aliento es la inspiración de Aquel que sopló en las narices de Adán el hálito de vida: la inspiración del Dios siempre presente, el gran YO SOY” E.G.W. (Mensajes selectos, t. 1, p. 346)

  5. EL PROVEEDOR (1ª parte) “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2:8-9) Cuando Jesús creó todas las cosas, proveyó también lo necesario para el alimento de sus criaturas: semillas y frutas para el hombre, y plantas verdes para los animales (Gn. 1:29-30) También proveyó un lugar para vivir, trabajar y descansar para el hombre (Gn. 2:8-15) Jesús sigue proveyendo hoy para las necesidades de cada uno de sus hijos: “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, PROVEERÁ y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia” (2ª de Corintios 9:10)

  6. EL PROBLEMA DEL MAL “¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?” (Proverbios 30:4) Si Jesús domina el viento y las aguas, ¿qué hay de los huracanes que destrozan propiedades y matan personas y animales? ¿Están fuera de Su control? Como vimos en lecciones anteriores, la respuesta está en el mal. El mal entró en el mundo y no afectó solamente al hombre, sino que “toda la creación gime a una”(Romanos 8:22) Debemos aceptar por fe la respuesta del sabio: “Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5). Dios, en su sabiduría, permite los efectos del mal hasta que Él haga “nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5) Al igual que Job, no podemos explicar ni entender el mal, tan solo debemos aceptar como válida la forma en que Dios actúa y confiar en su cuidado.

  7. “Al par que se hace pasar ante los hijos de los hombres como un gran médico que puede curar todas sus enfermedades, Satanás producirá enfermedades y desastres al punto que ciudades populosas sean reducidas a ruinas y desolación. Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales. “La tierra se pone de luto y se marchita,” “desfallece la gente encumbrada de la tierra. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno.” Isaías 24:4, 5” E.G.W. (El conflicto de los siglos, cp. 37, pg. 647)

  8. EL SUSTENTADOR (2ª parte) Que el mal afecte a la naturaleza no significa que Dios no siga sustentándola y manejándola como su Dueño y Creador. Observa cómo usó el viento el que “encerró los vientos en sus puños” (Pv. 30:4): En la Biblia tenemos también otros ejemplos de cómo Dios puede aún manejar la naturaleza a su voluntad:

  9. EL SUSTENTADOR (2ª parte) Si Dios sustenta a la naturaleza a pesar del mal que le afecta, ¿puede sustentarnos a nosotros a pesar del pecado que nos afecta? “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo” (Salmo 55:22) “Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen” (Salmo 17:5) “Cuando yo decía: Mi pie resbala, tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba” (Salmo 94:18)

  10. EL PROVEEDOR (2ª parte) A pesar del pecado, Dios proveyó con sus propias manos para las necesidades de Adán y Eva: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Génesis 3:21) Por ello, nos invita a confiar en que Él proveerá para las necesidades de cada uno de nosotros. “Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas” (Lucas 12:29-31)

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