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El Libro de Hechos de los apóstoles Capitulo 19. Tercer viaje misionero de Pablo. Los doce discípulos de Éfeso (19:1-7).
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Los doce discípulos de Éfeso (19:1-7) Después de visitar las iglesias fundadas en el primer viaje en las ciudades del sur de la Galacia, Pablo siguió adelante, atravesando la parte más alta de la meseta central del norte de la Galacia. En el entretiempo, Apolos fue a Corinto, donde "regó" las iglesias plantadas por Pablo mientras que en Éfeso se encuentra con un grupo de doce discípulos. Les pregunta si recibieron el ES. "No hemos ni oído que haya quienes estén recibiendo el Espíritu Santo." Evidentemente, no se les enseñó nada sobre esto cuando se convirtieron. Pablo los bautiza en el nombre de Jesús y reciben el ES.
Dos años en Éfeso (19:8-10) Como siempre. Pablo fue a la sinagoga para comenzar primero con los judíos cuando llegó a Éfeso. Tomó un poco más de tiempo que de ordinario aquí, pero finalmente algunos de los judíos inconversos se endurecieron Consecuentemente, Pablo se apartó de ellos. Encontró un lugar separado para que los discípulos se reunieran en la escuela o sala de conferencias de Tiranno. Allí, en lugar de reunirse el sábado solamente. Pablo predicó y enseñó el Evangelio a diario durante dos años. El resultado fue que toda la provincia romana de Asia fue evangelizada.
Milagros extraordinarios (19:11-20) Un factor importante en la difusión del Evangelio por el Asia romana fue el hecho de que Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo. Hasta el punto de que los paños de Pablo los llevaban para sanar enfermos. Todo esto llamó la atención de un grupo de siete exorcistas ambulantes judíos. Usaron el nombre de Jesús: "Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo." Pero su intento falló. El espíritu malo respondió: "A Jesús conozco…, ¿quiénes sois?" Entonces el poseído por el espíritu los dominó a todos. Todo esto tuvo un importante efecto sobre los creyentes también. Deciden quemar todos los libros de magia
Pablo desea visitar Roma (19:21, 22) Pablo mismo sintió que estas cosas no significaban el fin, sino la plenitud de su ministerio en Éfeso. "Pasadas" es literalmente "cumplidas“. Las epístolas de Pablo dejan ver que había tenido problemas. Dice que en Éfeso batalló contra "fieras" De esta forma vemos cómo el Espíritu dirigió a Pablo y le dio una visión del siguiente paso en el plan de Dios para su ministerio. No obstante, no fue a Roma directamente, porque sintió la responsabilidad de visitar las iglesias de Macedonia y Grecia nuevamente Pablo envió a Timoteo y a Erasto por delante y también quería tomar ofrenda para la Iglesia de Jerusalén,
Los plateros provocan un disturbio (19:23-29) Pronto se hizo evidente la cantidad de adversarios que había en Éfeso. Lucas habla de estos sucesos llamándolos "un disturbio no pequeño" acerca del Camino. Lo comenzó un platero llamado Demetrio. La demanda de aquellos templecillos solía mantener bastante ocupados a los plateros, y les proporcionaba amplias ganancias. Ahora, las ventas estaban decayendo. Sin pretenderlo, Demetrio dio testimonio del gran éxito que estaba teniendo la difusión del Evangelio. comenzaron a gritar: "¡Grande es Diana de los efesios!”. El resultado fue que todos se precipitaron dentro del teatro, y arrebataron a Gayo y a Aristarco
Una confusión total (19:30-34) Cuando Pablo quiso entrar a la muchedumbre enardecida, los discípulos no se lo permitieron. Sin duda, pensaban que la multitud lo podía hacer pedazos. En la multitud, unos gritaban una cosa y otros otra. En esta situación, los judíos sacaron de entre la multitud a Alejandro Sin embargo, cuando reconocieron que era judío, toda la multitud se volvió histérica. A una sola voz, todos los que estaban allí se mantuvieron gritando lo mismo durante dos horas: "¡Grande es Diana (Artemisa) de los efesios!"
Se apacigua la multitud (19:35-41) Por fin, el escribano logró apaciguar la multitud, y les preguntó a los efesios: "¿Quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter, El escribano también les señaló que los hombres que habían llevado al anfiteatro no eran sacrílegos . Después, los llamó a la ley y al orden. El escribano estaba realmente molesto, porque este motín podía poner a la ciudad en el peligro de ser acusada de sedición, Después de esto, el escribano hizo que la asamblea (griego, ekklesía) se disolviera.