210 likes | 338 Views
Antonio Amundarain Sacerdote y Fundador. En la pila bautismal de la parroquia de Santa Catalina el niño Antonio ha sido llamado por Dios “hijo mío”, allí ha recibido el don de la fe y cerca de ese Sagrario han ido creciendo y madurando en la misma, hasta grados heroicos.
E N D
Antonio Amundarain Sacerdote y Fundador
En la pila bautismal de la parroquia de Santa Catalina el niño Antonio ha sido llamado por Dios “hijo mío”, allí ha recibido el don de la fe y cerca de ese Sagrario han ido creciendo y madurando en la misma, hasta grados heroicos.
Desde los ocho años ayudaba como monaguillo. En esas misas tempraneras ha madurado su fe. También allí ha sentido un especial llamamiento: su vocación sacerdotal
Escribe en 1948, después de una visita a su pueblo natal “Oh, cuántas veces me miraste desde ahí…, me escogiste…me amaste..., me llamaste…! ¡Cuán lejos andaba yo de lo que Tú, Señor, pensabas y querías de mi! Cuando yo me entretenía con la palmatoria o la campanilla. Tú, Señor, cubriendo con el manto de tu misericordias mis repetidas caídas, me mirabas con cariño…, y hasta te recreabas, no en lo que era al presente y veías en aquel distraído monaguillo, sino mirando en él al futuro sacerdote”
Y había al lado del Evangelio una virgencita que quería representar al misterio de la Inmaculada Concepción, a quien yo acostumbraba a rezar con alguna frecuencia” “Vocación tan latente que, si alguna vez pensé en ella debió de ser por pura vanidad y presunción.
Las predilecciones del Señor con nosotros son admirables. También yo pienso en la deferencia que tuvo el Señor conmigo en escogerme entre mis hermanos y mis muchos compañeros, buenos chicos, que tuve yo en el pueblo. ¡ Maravillas de la bondad de Jesús! (5-10-1946)
Se le confirió: • El subdiaconado: 19 de diciembre de 1908. • El diaconado: 6 de marzo de 1909 • La Ordenación sacerdotal: El 18 de diciembre de 1909
“Aquella Virgen donde fue mi primera misa, puso en mis manos aquella Hostia y aquella Hostia derramó en mi alma, entre otras muchísimas gracias, la gracia de la paternidad, para ser padre y sacerdote de muchas hijas en los vergeles de la Alianza, de la que había de ser humilde hortelano. Para eso seguramente me apartó el Señor de los míos todos, y me llevó a aquellas sierras, a fin de que tan memorable fecha no hubiese nada que supiese a carne y sangre, para lo cual no faltaron renuncias dolorosas y penas y contrariedades al estilo de Nazaret para recogerse en Belén. ( Carta 1-4-1946)
21 DE DICIEMBRE DE 1909 Muchas cosas debo a la madre de Aránzazu, allí celebré mi primera misa. Y le guardo tanto de cariño, aunque no tanto como le debo. 28-8-1921
Si, te tendré muy presente en el momento de levantar el cáliz divino del Santo Sacrificio , para bañarte en la Sangre Redentora de Jesús, a fin de que en Ella como en un nuevo bautismo, te purifiques, te santifiques, te blanquees y te…divinices, y El, Jesús inmolado te haga digna esposa de su amante corazón. (Cta. 13-3-1944)
El trabajo sacerdotal, en el ministerio por las almas, parece que no causa dolor. Dios suspende ese trabajo y le sustituye el dolor que purifica los afanes que tuvimos en el trabajo 27-2-1954
Cuantos más años llevo yo en mi sacerdocio, me siento más feliz y dichoso en mi vocación, sin acertar en dar gracias al Señor por el inmenso favor que me hizo. 27-2-1948
Estos días me tienes que recordar otra vez muchísimo delante del Señor y de la madre de Aránzazu; es que el domingo próximo, día 7, comienzo los santos ejercicios en el Seminario de Vitoria a los estudiantes teólogos y filósofos; mira si necesito todo lo que esa pequeña Hostia puede delante del Señor; todo lo suyo para mi, para aquellas almas que mañana tienen que ser apóstoles de Dios y apóstoles de la Alianza. 3-11-1943
Nos debemos a las almas, y las almas tienen derecho a nuestros trabajos, a nuestros sudores, a nuestros sacrificios, a nuestra oración y a nuestros tesoros naturales. (Seminator Marzo-Abril 1940)
Y aún lo que damos no es propiamente nuestro, sino don de Dios, para darlo por nuestro ministerio, es necesario que nos hagamos útiles y aptos para el bien de las almas. El sacerdote dará lo que tiene y lo que es; seamos alter Cristus y daremos a Cristo; he aquí todo el ser del sacerdote. (Seminator Marzo-Abril 1940)
Todo sacerdote debe convencerse de que en su pequeñez puede mucho
“La obra sacerdotal en sí, por humilde que parezca, siempre es grande porque es obra de Dios. Nos hace falta, un poco más de fe; fe en la divinidad de nuestro sacerdocio, fe en la fuerza de la voluntad de Cristo que tan unido va con nosotros, fe en la eficacia de esta gracia que nunca es estéril en el sacerdote fervoroso, fe en la sublimidad y grandeza de nuestro sacerdocio, fe en la asequibilidad de las almas que Dios, con admirable providencia, pone muy cerca de nosotros y fe en el poder sacerdotal sobre ellas; fe, hermanos amados, en nuestra gracia sacerdotal” (De Seminator)
Creo que ahora el Señor me manda abonar, con “nitrato de sacrificio” todo lo que en estos 44 años de sacerdote he sembrado..22-6-1953
“Vivir en todo y por todo de Jesús, en Jesús, por Jesús, para Jesús y como Jesús” M.F nº 194