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ERNESTO SÁBATO EL TÚNEL

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  1. ERNESTO SÁBATOEL TÚNEL ERNESTO SÁBATO EL TÚNEL ERNESTO SÁBATO EL TÚNEL

  2. ERNESTO SÁBATO EL TÚNEL El túnel es una novela de estructura psicológica escrita por el argentino Ernesto Sábato. Presenta en el personaje de María Iribarne la comprensión de la totalidad y el absoluto, a la vez que las zonas ocultas de misterio que impulsarán a Juan Pablo Castel a asesinarla. El pintor, al dar forma a su obsesión interna, debe renunciar a cualquier otra opción, en un proceso a la vez constructivo y destructivo que centrará el análisis de las motivaciones del crimen. Es lo oscuro del alma, una historia sobre la incomunicación y sobre la conversión del amor en odio. La novela se puede considerar policíaca, aunque no de misterio, pues desde el principio sabemos quién es la víctima y quién el verdugo. Tras su publicación en 1948, Sábato logró el reconocimiento internacional al recibir elogios de personalidades como Thomas Mann y Albert Camus.

  3. Desarrollo del argumento por capítulos: I y II: Presentación del personaje. Juan Pablo Castel se presenta a sí mismo como autor del crimen que él mismo relatará, hace una pequeña introducción a su historia de la muerte de María Iribarne e irónicamente pide que lo entienda aunque sea uno solo de sus lectores, contando que una sola persona lo comprendió y ésa fue precisamente la mujer que mató. III-V: Castel conoce a María en una exposición de pintura en la que él expone. Le llama la atención una muchacha que mira fijamente una ventanita con una mujer frente al mar que aparece en uno de sus cuadros; al notar tal detalle, Castel se obsesiona con la chica y la busca por toda la ciudad. En su búsqueda, el pintor fantasea con todas las posibilidades que tiene para conocerla y abordarla en la calle, a la vez que hace una serie de reflexiones que muestran su postura ante la pintura y las exposiciones a las que prefiere no ir. VI-VIII: Castel encuentra a María en la calle y la sigue hasta unas

  4. oficinas, entra en el edificio detrás de ella y le pregunta por el nombre de las oficinas; María lo reconoce y se sonroja. Castel le hace ver que la ha estado buscando, que tienen que hablar de la “ventana” de su cuadro, lo que María parece no entender, y él sale corriendo. María lo alcanza y se disculpa diciéndole que lo tiene muy presente en su recuerdo y se va. Castel no deja de pensar en ella y decide buscarla otra vez. IX-XII: Al día siguiente, Castel va al mismo lugar a esperar que María pase y la lleva del brazo a un parque cerca de allí. El pintor le confiesa a María que no deja de pensar en ella y que la necesita; le pide que nunca se separe de él. Le ruega que hablen del cuadro de la ventana y María le dice que le parecía un mensaje de desesperanza y añade que nada ganará con verla, porque hace daño a todos los que se le acercan. Más tarde, Castel la llama por teléfono y no alcanza a entender la misteriosa voz de María, que finalmente le dice que tiene que colgar. Juan Pablo le contesta que la llamará al día siguiente. Agitado por la llamada, Castel no puede dormir y se va a un café muy temprano. Llama a casa de

  5. María y la mucama le informa que se fue al campo, pero que dejó una carta para él. Al llegar a casa de María, lo recibe un hombre ciego que le entrega la carta y se presenta como Allende, esposo de María. Sorprendido, Castel abre la misiva, que únicamente dice: “Yo también pienso en usted”. Allende cuenta a Castel de la estancia en donde se encuentra María y de Hunter, su primo, quien está al frente del lugar. XIII-XVI: Muy confundido por lo que pasó y por el contenido de la carta, Castel empieza a deducir una serie de hipótesis en relación con la historia que vive y el porqué de que María no le había mencionado nada de su matrimonio. Días después, telefonea para preguntar la dirección de la estancia y le escribe una carta a María para pedirle que le llame en cuanto llegue a Buenos Aires. María responde a la carta diciéndole que piensa en él y que lo siente entre el mar y ella. Continúan escribiéndose hasta la llegada de María. Quedan en verse y Castel la pregunta acerca de su repentina ida a la estancia. XVII-XX: Durante más de un mes, mantienen una relación constante, pero frecuentemente Juan Pablo se atormenta y atormenta a María con cuestionamientos sobre su vida privada,

  6. sus relaciones, la manera en que reacciona, el “cariño de hermanos” que dice sentir por Allende, etc. Tales situaciones van llegando a extremos y un día Castel amenaza a María con matarla si se entera de que lo engaña. XXI-XXV: Abrumado por el desgaste de la relación, Castel se pierde en la bebida y sueña que un hombre lo convierte en pájaro. Al levantarse, llama a casa de María y se entera de la partida de ésta a la estancia. Le envía una carta pidiéndole perdón. Días después, recibe respuesta de María invitándolo unos días a la estancia. Al llegar a la estación, un chofer recoge a Juan Pablo argumentando cierta indisposición de María. En la estancia es recibido por Hunter y su prima Mimí, que lo cuestiona sobre pintura. Conversan mientras Castel se pregunta sobre los motivos de María para no salir de su habitación. XXVI-XXVIII: Finalmente, aparece María y se van a caminar por la playa con el pretexto de ver unos dibujos de Castel. Se quedan en silencio frente al mar y María le confiesa lo conmovida que estaba con el cuadro de la ventana y cuánto deseaba conocerlo. Al regre-

  7. sar a la casa, Hunter está muy agitado y, al parecer, celoso. Eso hace entender a Castel la relación que hay entre éste y María, se retira a su habitación y les oye discutir. Al día siguiente, muy temprano, decide marcharse. XXIX-XXXIII: Castel, confundido y decepcionado por la situación con María, bebe incansablemente, se pelea en los bares y maltrata a prostitutas. Le envía una nueva carta a María en donde le explica su salida repentina de la estancia y agradece sus atenciones, pero él no cree ser amado por ella, porque no entiende cómo puede hablarle de amor a él y a su marido y al mismo tiempo mantener relaciones con Hunter. Va al correo a depositar la carta y, minutos después de hacerlo, se arrepiente; trata inútilmente de recuperarla, pero en la oficina postal no se lo permiten. Castel llama a María a la estancia para pedirle que venga a verlo o, si no lo hace, se matará. María le hace ver que no deben verse de nuevo, ya que piensa que sólo se lastimarán más; pero, ante la amenaza de suicidio, acepta. Castel busca a Lartigue, un amigo cercano a Hunter, para preguntarle desde cuándo mantienen rela-

  8. ciones María y su primo Hunter. Ante la negativa de Lartigue y su nerviosismo, Castel sólo confirma sus sospechas. Llama a casa de María, que ya está en Buenos Aires, y acuerdan verse al día siguiente a las cinco de la tarde. XXXIV-XXXIX: María no llega a la cita y, al llamarla a su casa, Castel se entera de que regresó temprano a la estancia. Castel le pide un coche a un amigo diciéndole que su padre está muy enfermo. Castel se ve a sí mismo en el campo de la estancia, recuerda los momentos felices con María y la sueña niña corriendo en un caballo con su cabello al viento: “[...] en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. [...]”. Comprende que siempre ha existido un muro de vidrio que lo separa de María. Después de la espera, Castel ve a través de la ventana de la casa que ellos bajan las escaleras y se van del brazo a dar un paseo por el parque. Al volver a casa, Castel se siente morir al notar que sólo se enciende una luz, la de la habitación central, y más tarde la de la habitación de María. Con un cuchillo en mano, sube por el balcón y aparece frente a la ventana de María, quien le pregunta qué va a hacer. Castel res-

  9. ponde que tiene que matarla porque loha dejado solo y la mata. Sale de la casa y, muy temprano, llama a casa de María y le dice a Allende que tiene que verlo. En la cita, Castel le confiesa a Allende sus sospechas de infidelidades de María e incluso le hace ver que lo engañaba con él mismo. Inútilmente, Allende persigue a Castel y le grita “insensato”. Castel se entrega a las autoridades y se entera de que Allende se ha suicidado.

  10. EL TÚNEL. ERNESTO SÁBATO. 1948. • Los personajes y el autor. Sábato afirma acerca de esta cuestión en un artículo titulado De un reportaje de 1963: “[...] en un sentido más profundo, no hay novela que no sea autobiográfica, si en la vida de un hombre incluimos sus sueños y pesadillas. En tales condiciones ¿cómo puedo identificarme y cómo puedo no identificarme con Castel? [...] Castel expresa, me imagino, el lado adolescente y absolutista, María el lado maduro y relativizado. Y también Allende representa algo mío, y también Hunter. [...] La diferencia, además, entre un novelista y un loco es que el novelista puede ir hasta la locura y volver. Los locos no vuelven, ni son capaces de escribir una novela de locos. Una novela es un cosmos, un orden. Y el demente vive en el desorden total”. • La temática de la novela. Señala, al respecto, Sábato: “Mi idea inicial era la de escribir un cuento, el relato de un pintor que se volvía loco al no poder comu- nicarse con nadie, ni siquiera con la mujer que parecía haberlo entendido a través de su pintura. Pero al seguir al personaje me

  11. encontré con que se desviaba de este tema para descender a preocupaciones casi triviales de sexo, celos y crimen. [...] Más tarde comprendí la raíz del fenómeno: los seres humanos no pueden representar nunca las angustias metafísicas al estado de puras ideas, sino que lo hacen encarnándolas, oscureciéndolas con sus sentimientos y pasiones. [...] Las ideas metafísicas se convierten así en problemas psicológicos [...] y la novela o relato que estaba destinado a ilustrar aquel problema acaba siendo el relato de una pasión y de un crimen”.

  12. La utilización de la primera persona en la narración. Sábato indica: “Hice varias pruebas fallidas. Hasta que tuve la sensación [...] de que el proceso delirante que llevaría al crimen tendría más eficacia si estaba descrito por el propio protagonista, haciendo sufrir al lector un poco sus propias ansiedades y dudas, arrastrándolo finalmente con la lógica de su propio delirio [...]. Tal como en la descripción fenomenológica, la novela de hoy rehuye la demostración y la explicación [...] De modo que si nos colocamos en su yo [el de los personajes], podemos descender hasta el fondo de su conciencia. Este descenso es un descenso al misterio primordial de la condición humana; y, dadas las características de esa condición, un descenso a su propio infierno. Allí se plantean inevitablemente los grandes dilemas: ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué hacemos, qué sentido tiene nuestro existir limitado?”. • El crimen en la novela. Sábato escribe sobre el significado del delito en El Túnel: “Podría ser que al matar a su amante, Castel realiza un último intento de fijarla para la eternidad. Aunque también se me ha dicho que es

  13. un último y catastrófico intento de poseerla en forma absoluta [...] Yo escribí este fragmento, creo, con la misma rapidez instintiva y hasta con la misma pasión con que Castel comete su crimen”. • El autor opina sobre qué es la Literatura. En El escritor y sus fantasmas (1963), escribe, al respecto, Sábato: “[...] la literatura no es un pasatiempo ni una evasión, sino una forma –quizá la más completa y profunda- de examinar la condición humana. [...] El existencialismo actual, la fenomenología y la literatura contemporánea constituyen, en bloque, la búsqueda de un nuevo conocimiento, más profundo y complejo, pues incluye el irracional misterio de la existencia. [...] En estas novelas cumbres se da la síntesis que el existencialismo fenomenológico recomienda”. • Literatura y Filosofía. La filosofía y la novelística actual representan esa síntesis de opuestos [...] A partir del descubrimiento de Husserl, la filosofía dejó de tomar como modelo a las ciencias exactas y naturales [...] De este modo la filosofía se acercó a la literatura. [...] Así ¿qué sino fenomenología pura es la descripción literaria? Y esa filoso-

  14. fía del hombre concreto que ha producido nuestro siglo, en que el cuerpo no puede separarse del alma, ni la conciencia del mundo externo [...] La novela de hoy, por ser la novela del hombre en crisis, [...] es la actividad más compleja del espíritu de hoy, la más integral y la más promisoria en este intento de indagar y expresar el drama que nos ha tocado vivir [...] El escritor consciente es un ser integral que actúa con la plenitud de sus facultades emotivas e intelectuales para dar testimonio de la realidad humana, que es inseparablemente emotiva e intelectual”.

  15. ERNESTO SÁBATO Y EL CINE. La relación de Sábato con el Cine se incrementó desde la primera de las adaptaciones que se realizaron de El Túnel en 1952. En 1969, el escritor reali- zó una defensa del cine argentino ante el Decreto de Censura emitida por el ministro Guillermo Borda. En 1984 (Premio Cervan- tes), y fruto de su trabajo como Presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, publicó un libro como informe final de la investigación, titulado Nunca más, que sirvió de inspiración a varias películas sobre la historia de los desaparecidos. Entre éstas, sobresalieron La historia oficial (L. Puenzo, 1985) y La noche de los lápices (H. Oliveira, 1986). Adaptaciones de la obra de Sábato y colaboraciones de éste: • El Túnel (1952). L. Klimovsky. • Coguión de Sábato.

  16. ¿Ni vencedores ni vencidos? (1972). A. Cabado y N. Spoliansky. Coguión de Sábato. • El Túnel (1977). J. L. Cuerda. • Versión para televisión. • El poder de las tinieblas (1979). • M. Sábato. Adaptación de Informe • sobre ciegos, texto pertenecien- • te a Sobre héroes y tumbas. • El Túnel (1987). A. Drove. Produc- • ción protagonizada por Peter Weller • Jane Seymour y Fernando Rey. El Túnel ha sido también adaptado para el teatro. La primera versión autorizada por el autor fue realizada por Diego Curatella e interpretada por Héctor Alterio en 2006, con dirección de Daniel Veronese. En 2004, Gustavo Delfino realizó para la compañía La CuartaPared Argentina una adaptación titulada Túneles y Laberintos. En 2011, Los Cómicos de la Lengua pusieron en escena una versión, dirigida por Jorge Hernández Vielmann.

  17. Se conoce, al menos, otro texto a cargo de Federico Silva. Entre los reportajes sobre Ernesto Sábato desta- ca el documental de 96 minutos de duración realizado por su hijo, el director de cine Mario Sábato, en 2010, con el título de Ernesto Sábato, mi padre, en el que se recogen numerosos fragmentos audiovisuales en los que el escritor comparte su experiencia vital y artística.

  18. Hemos participado en esta sesión: Aurora José Carmela Chus Nocha Laura Mónica

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