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Domingo VIII del T.O. Año A

Domingo VIII del T.O. Año A. Descansa sólo en Dios, alma mía. Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación; mi alcázar: no vacilaré. Descansa sólo en Dios, alma mía.

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Domingo VIII del T.O. Año A

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Presentation Transcript


  1. Domingo VIIIdel T.O. Año A

  2. Descansa sólo en Dios, alma mía.

  3. Sólo en Dios descansa mi alma,porque de él viene mi salvación;sólo él es mi roca y mi salvación;mi alcázar: no vacilaré.

  4. Descansa sólo en Dios, alma mía.

  5. Descansa sólo en Dios, alma mía,porque él es mi esperanza;sólo él es mi roca y mi salvación,mi alcázar: no vacilaré.

  6. Descansa sólo en Dios, alma mía.

  7. De Dios viene mi salvación y mi gloria,él es mi roca firme,Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él,desahogad ante él vuestro corazón.

  8. Descansa sólo en Dios, alma mía.

  9. Lectio “El Salmo 61, un canto de confianza, que comienza con una especie de antífona, repetida en la mitad del texto. Es como una jaculatoria fuerte y serena, una invocación que es también un programa de vida: «Sólo en Dios descansa mi alma, porque de Él viene mi salvación; sólo Él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré» (versículos 2-3.6-7). El Salmo, sin embargo, más adelante pone en contraposición dos formas de confianza. Son dos opciones fundamentales, una buena y otra perversa, que comportan dos conductas morales diferentes. Ante todo, está la confianza en Dios, exaltada en la invocación inicial, donde aparece un símbolo de estabilidad y seguridad, la «roca», es decir, una fortaleza y un baluarte de protección. Pero está también la confianza de carácter idólatra, ante la que el orante fija con insistencia su atención crítica. Es una confianza que lleva a buscar la seguridad y la estabilidad en la violencia, en el robo y en la riqueza. Entonces, se hace un llamamiento sumamente claro: «No confiéis en la opresión, no pongáis ilusiones en el robo; y aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón» (v. 11).” (A. G. Polo)

  10. Meditatio El salmo de hoy es un canto que nos exhorta a la confianza en Dios por encima de toda confianza humana y transitoria. Israel, en la 1ª lectura, del DeuteroIsaías, desterrado en Babilonia, durante el exilio, se siente abandonado por el Señor. Y el Señor mismo, por medio de su profeta, le recuerda que Él no olvida jamás la obra de sus manos. En este contexto, y más teniendo en cuenta los versículos escogidos de este salmo 61, un tanto repetitivos, se nos antoja la comparación con un canto de cuna que una madre repite sin cesar para serenar a su hijo mientras lo mece en las rodillas. El Señor es Providente, es un Padre amoroso que cuida de nosotros ¡No estemos agobiados! Eso sí hay que optar: confiar en Dios significa no servir al dinero y buscar con todas nuestras fuerzas el Reino de Dios y su justicia.

  11. Oratio

  12. Contemplatio “Verted en su presencia vuestros corazones: pidiendo, confesando, esperando. No retengáis vuestros deseos dentro de vuestros corazones. Vaciad en su presencia vuestros corazones. No perecerá lo que derraméis. Pues Él es mi auxilio. Si Él recibe, ¿por qué temes derramar? Pon tu cuidado en el Señor y espera en Él, verted en su presencia vuestros corazones. Dios es nuestro auxilio.” (san Agustín, Enarraciones sobre los Salmos, 61, 14)

  13. Actio Confiar más plenamente en la Providencia amorosa de Dios en mi vida, sin por ello descuidar la misión que Él mismo me ha encomendado.

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