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11. RESURRECCIÓN, ASCENSIÓN Y SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO. 1. Al tercer día resucitó . Su alma volvió a unirse a su cuerpo. Esta una verdad de fe y fundamento de nuestra fe. Es un artículo de fe en los Símbolos. Si Cristo no resucitó, es vana nuestra fe ( I Cor 15,17).
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1. Al tercer día resucitó • Su alma volvió a unirse a su cuerpo. • Esta una verdad de fe y fundamento de nuestra fe. • Es un artículo de fe en los Símbolos. • Si Cristo no resucitó, es vana nuestra fe (I Cor 15,17).
La Resurrección, profetizada en el AT y por el mismo Cristo , - es enseñada por los Apóstoles - y atestiguada unánimemente - por la SSEE y la Tradición.
Existe plena certeza histórica de que el NT contiene la predicación de los Apóstoles ... • Y todos predicaron la Resurrección de Cristo como verdad fundamental. • Es imposible que los Apóstoles se inventaran lo que enseñan o se engañaran a sí mismos y a los demás
La Resurrección es un hecho histórico que está probado con más garantías que la inmensa mayoría de los datos históricos que conocemos. • También se percibe el milagro: una realidad misteriosa e inexplicable, que excede las fuerzas de la razón.
Para creer la verdad de la Resurrección en su integridad, tal como la enseña la Iglesia, vinculada a verdades estrictamente sobrenaturales, se requiere el don de la fe.
La Resurrección de Cristo es distinta de otras resurrecciones (como la de Lázaro, la del hijo de la viuda de Naím, etc.): • Cristo resucitó por su propio poder. • Cristo resucitó para no morir más. • Todos resucitaremos por Él y en Él. • Cristo resucitó con su Cuerpo glorioso.
La Resurrección: • Ensalza a Cristo después de su humillación. • Confirma la verdad de su Divinidad: es la mayor prueba que Él anunció de su propia Divinidad . • Asegura la certeza de que hemos sido redimidos y la esperanza en nuestra propia resurrección.
De la Resurrección debemos sacar : - Fe viva: Jesús ¡VIVE!. - Deseo de limpiar nuestros pecados que nos hace resucitar y recomenzar de nuevo: nunc coepi (Ps 76,11). - Deseo verdadero de que la gracia nos transforme, buscando ser santos
2. Descendió a los infiernos • Jesús descendió al "seno de Abraham" para abrir las puertas del cielo a los justos que le habían precedido . • Con ello, el Señor mostró su dominio sobre el demonio y la muerte, liberando a las almas santas que estaban retenidas para llevarlas a la gloria eterna.
3. La Ascensión del Señor • A los cuarenta días de su Resurrección, subió por su propio poder a los Cielos. • Es la completa glorificación de la Santísima Humanidad de Cristo. • Por derecha del Padre entendemos la gloria y el honor a su divinidad. • Está sentado corporalmente.
La Ascensión nos ha procurado grandes bienes: 1. La venida del Espíritu Santo. 2. Cristo está como Abogado nuestro. 3. N. Señor ha ido a prepararnos un lugar. 4. Antes de ascender “nos envió a todo el mundo”.
4. La segunda venida del Señor • El triunfo definitivo del Reino de Cristo tendrá lugar al final de los tiempos, cuando el Señor vuelva visiblemente al mundo, con "gran poder y majestad“. • Antes de esta segunda venida o parusía de Nuestro Señor, habrá un último asalto del diablo con grandes calamidades y otras señales.
El Señor vendrá como Juez Supremo para juzgar a vivos y muertos. • Es el juicio universal, en el que se "revelará la disposición secreta de los corazones y dará a cada uno según sus obras y según la aceptación o rechazo de la gracia" . • Razones de conveniencia del juicio universal:
Para la gloria de Dios, de modo que todos le tributen alabanza por su justicia y providencia. • Para gloria de Jesucristo, que —después de ser injustamente condenado— ha sido constituido, por su Pasión, Muerte y Resurrección, en Juez de vivos y muertos. • Para la gloria de los santos que recibirán, públicamente, el premio merecido por el bien que hicieron. • De este modo se restablecerá la justicia definitiva.
La justicia del Juez va unida a su misericordia. • Cristo aparecerá lleno no sólo de justicia, sino de sabiduría, de poder, y de infinita misericordia. • El Juicio final "es una invitación a la conversión mientras Dios da a los hombres todavía «el tiempo favorable, el tiempo de salvación» (II Cor 6,2).
Buenos Aires, 21 de abril 2008 • Auditorio del CUDES • P. Juan María Gallardo juanmariagallardo@gmail.com www.oracionesydevociones.info