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Conecta los altavoces. Sobrevivo a la pérdida de un amor. a C.M.P. Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
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Sobrevivo a la pérdida de un amor a C.M.P.
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas o cerrando capítulos. Lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van terminando.
Se acabó la relación. Me he pasado mucho tiempo del presente "revolcándome" en los porqués, en repetir la grabación y tratar de entender por qué sucedió tal o cual cosa.
El desgaste va a ser infinito, porque en la vida todos estamos encaminados a ir cerrando capítulos, a ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, con momentos de la vida a seguir adelante …
No puedo estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándome porqué. Lo que sucedió … sucedió y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros …
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes olvidados, romper papeles, tirar documentos,...
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. Hay que dejar ir, hay que pasar capítulo, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No espero que me lo devuelvan, no espero que me reconozcan, no espero que alguna vez se den cuenta de quién soy yo. Suelto el resentimiento, el rencor, el odio, la rabia, la ira y la frustración que he sentido estos días, estas semanas, estos meses …
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Relaciones que no dejas ir? ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?) ¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que lo invadieron? …
Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Me digo a mi mismo que NO, que NO vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque YO ya NO ENCAJO allí en ese lugar, en ese corazón.
Yo ya no soy el mismo que fui hace dos días, hace tres semanas, hace tres meses. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierro la puerta, doy vuelta a la hoja, cierro el círculo. Ni yo seré el mismo, ni el entorno al que regresaré será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Por salud mental, por amor a mi mismo, me desprendo de lo que ya no está en mi vida. La persona a la que quise “está ya muerta” en mi corazón.
Es un proceso de aprender a desprenderse pero recuerdo que nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierro, clausuro, limpio, tiro, oxigeno, me desprendo, me sacudo, me suelto...
Recuerdo que nada ni nadie es indispensable. Nada es vital para vivir porque cuando vine a este mundo, llegué solo. Por lo tanto, me acostumbro, de nuevo, a vivir conmigo mismo. Es un trabajo personal afrontar de nuevo vivir solo, sin la compañía del corazón que hoy me duele dejar ir.
Y recuerdo que nadie puede dar lo que no tiene... Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía narcisista que sólo trae frustraciones. Porque no vine a este mundo a cumplir tus expectativas Y tú tampoco a cumplir las mías …
Cuando esperamos que otros satisfagan nuestros deseos y esas personas nos decepcionan - como no pueden por menos hacerlo - sentimos angustia. Esa angustia suele manifestarse en forma de frustración, desencanto, ira, depresión o enfermedad, y nos sentimos acorralados, limitados, rechazados, atacados, …
Cuando pensamos que nadie nos ama, o cuando nos sentimos deprimidos o vacíos, la solución no radica en encontrar a alguien que nos dé Amor, sino más bien en amar totalmente y sin expectativas de ninguna clase.
La preocupación por el pasado (bueno y malo) y por su proyección sobre el futuro interfiere en tu propósito de gozar de paz en el presente, lo cual da lugar a un círculo vicioso de miedo que no permite que el Amor ni la dicha tengan cabida en el ahora. El miedo y el amor no pueden coexistir.
Recuerda que el amor nace del flujo de la reciprocidad: de dar y recibir. Los corazones egoístas y narcisistas tan solo buscan fuera lo que han de encontrar primero dentro, y tarde o temprano, la vida, se encarga de enseñarlo con amarga soledad. Porque a esa persona ninguna relación le dará la paz que ella misma no se haya creado en su interior, ninguna relación le brindará la felicidad que ella misma no se haya construido.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable. Para amar necesitas liberarte del miedo de amar. Amar es procurar el bien del otro.
Ahora me amo mucho y sigo madurando, … y hoy es el día que puedo decirle a la persona que se fue: “Sin ti también estoy bien”… “Sin ti ya estoy mejor”… “Te doy las gracias por salir de mi vida”… Y cada día estoy más preparado para vivir en pareja, para amar más y mejor de lo que lo hice nunca …
Rebuscando entre las cenizas de nuestra relación, descubro muchas cosas por las que estar agradecido. Puedo darte las gracias por la alegría de tus llamadas, por la ilusión de tus llegadas, por la intensidad de los momentos compartidos, por sorprenderme con tu corazón, por dejarme sorprenderte con el mío, por los cambios que me ayudaste a hacer, por los infinitos poemas que me has inspirado … ¿cómo podría con mis pobres palabras darte las gracias? Perdonar es dejar partir.
… al partir, me dejaste una multitud de regalos inesperados: A través de ti volví a considerar buscar alguien significativo con quien compartir mi vida. Me forzaste a una indeseada (pero, posiblemente, muy necesaria) reevaluación de mi mismo, de mis pautas de comportamiento y de mis relaciones, con lo que mi actitud cambió y yo crecí. Soy mucho más encantador ahora. Tengo mayor contacto con mis sentimientos, con las personas y las cosas que me rodean, con la vida. Y tengo una preciosa antología de poemas (buenos y malos) que jamás habrían surgido sin ti. Gracias.
Como el “Legado de Amor” que una vez juntos suscribimos: “Te entrego tu vida para que la resuelvas, haciéndome cargo de la mía” Y que la Luz, el Amor y la Voluntad de Dios te acompañen en todo lo que eres y en todo lo que hagas.
… y después de mis lágrimas de la tristeza, y del dolor que he sentido, llega el único pensamiento que me puede hacer sonreír por dentro de nuevo: ¡ he amado !
… y vivo … para amar de nuevo
¿A lo largo de qué acueducto secreto, oh, agua, vienes hacia mí ahora, agua de nueva vida que nunca antes bebí? Antonio Machado
esto ya no es una perdida … … es una conquista … Adiós J.