70 likes | 195 Views
REGALO DE NAVIDAD. Luis Guillermo Cardona. Aquella noche, como todos los días, el padre fue a la alcoba de su hija para darle el beso de las buenas noches. Tan pronto como lo ve entrar, la niña, señalando su cama, le dice con cierta ansiedad: Papi, siéntate aquí.
E N D
REGALO DE NAVIDAD Luis Guillermo Cardona
Aquella noche, como todos los días, el padre fue a la alcoba de su hija para darle el beso de las buenas noches. Tan pronto como lo ve entrar, la niña, señalando su cama, le dice con cierta ansiedad: • Papi, siéntate aquí. • El padre accede de inmediato. La niña le toma de la mano y le dice entonces: • - Papi, hoy en el colegio, la maestra pidió a nuestro grupo que, ya que se acerca la navidad, hiciéramos por escrito una petición a Jesús de lo que más deseáramos.
Luego se leyó lo que cada una pidió y pude escuchar a mis compañeras pedirle un televisor para sus alcobas, un computador, un celular, una muñeca, unos zapatos de moda... También, una que otra, le pidió salud para su madre enferma o para su abuelo en grave estado... y hasta alguna le pidió la paz del mundo. • Y tú, ¿qué le pediste? – pregunta el padre. • Nada – dice con firmeza la niña – no me atreví a pedirle nada. • ¿Y eso por qué? – averigua intrigado su padre.
- Sentí mucha pena con Jesús – responde la niña - Mientras oía a las demás compañeras hacerle sus peticiones, en mi interior un par de interrogantes surgieron con mucha fuerza: “¿Quién recibe los regalos en un cumpleaños?” Fue la primera pregunta que me hice. “Quien los cumple”, me respondí enseguida. Y surgió la segunda pregunta: “Si en navidad, es Jesús el que cumple años, ¿por qué le pedimos un regalo, cuando lo correcto es que nosotros se lo demos?”
El padre mira a su hija seriamente conmovido. La niña le devuelve la mirada y enseguida le pregunta: • ¿Qué piensas tú de esto, papi? • Creo que tienes ¡Toda la razón! – exclama su padre – pero, dime hija, si Jesús no necesita nada material ¿qué crees tú que podemos darle?
La niña se queda pensando y enseguida responde con extraña propiedad: • Creo que a Jesús le agradaría que nos excusásemos con alguien a quien sabemos que ofendimos... O que tratásemos de comprender lo que alguna vez nos pareció una ofensa... O que diésemos a los más pobres algunas pertenencias... O que quizás visitásemos a un pariente, a un amigo o, porqué no, a un desconocido que se encontrare en la cárcel o en un hospital. • Todo lo que querría Jesús es que hiciésemos algo noble como Él nos enseñó.
El padre abraza a su hija con profundo cariño. Luego la toma de la mano e invitándola a levantarse, le dice: • Ven, vamos a contárselo a tu madre porque, en esta navidad, seremos nosotros quienes le demos un regalo a Jesús. Del libro “Resplandor” °2005