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Como Arzobispo y Pastor de la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia, tengo el gusto de presentar este amplio y detallado trabajo, que ha realizado el Sr. Pbro. Juan Ramón Palacio Castrillón, Vicario Episcopal para la Vida Consagrada y que lleva por título: “Vida Consagrada, Renovado Pentecostés”. Proyecto Específico de Pastoral. Considero que ha sido un trabajo muy valioso, realizado concienzudamente, con el fin de buscar la mayor integración e inserción de la vida religiosa a la dinámica pastoral que se lleva en nuestra Arquidiócesis, especialmente desde el año 1.997, cuando se asumió el Proyecto Diocesano de Renovación y Evangelización, PDRE. PRESENTACIÓN DEL SEÑOR ARZOBISPO
Esto se hace con el fin de que las distintas Comunidades Religiosas se sientan más identificadas y comprometidas con la Pastoral de la Arquidiócesis, pero al mismo tiempo, se hace con el mayor respeto al carisma propio de cada Comunidad Religiosa, porque es una inspiración del Espíritu Santo, alma de la Iglesia, y es el que la identifica, y le permite asumir un campo específico de los variados servicios pastorales y de la presencia de la Iglesia en el mundo.
Es providencial que este trabajo sea concluido y presentado en este Año de la Fe, que convocó el Papa Emérito Benedicto XVI y que ha proseguido, con igual entusiasmo y compromiso, el Papa Francisco, porque todo lo que se refiere a la Vida Consagrada y a la Pastoral, no se entiende sino desde la fe. Es la fe la que nos permite responder a la llamada especial que Dios nos ha hecho para servirle a Él con exclusividad y servir a los hermanos. Es la fe la que nos ilumina para descubrir la presencia amorosa de Dios en la vida personal, en la vida de la Comunidad Religiosa concreta y en su Iglesia, que busca servir a este mundo, para que acogiendo a Dios, supere las tinieblas del mal y del pecado.
Es la fe la que nos anima y motiva a seguir dando una respuesta generosa a Dios, que tanto nos ha amado y nos sigue amando, para ayudar a nuestros hermanos, hombres y mujeres, a hacer la maravillosa experiencia del amor y la misericordia de Dios. Sólo alguien que haya hecho esta experiencia del amor de Dios, puede ayudar a otros a hacer esta misma experiencia. No basta saber que Dios nos ama, es preciso experimentarlo y vivirlo.
Cuando esto sucede, nadie nos podrá arrancar a Dios del corazón. He ahí la formidable tarea que Dios encomienda a todos sus hijos, pero principalmente a sus preferidos y preferidas, que somos los llamados y llamadas a seguir a Jesús incondicionalmente y con exclusividad, por el Reino. El Señor y la Santísima Virgen María les sigan acompañando, para que puedan ser una luz radiante para el mundo, porque se dejan iluminar por la luz que es Cristo. Monseñor Orlando Antonio Corrales García Arzobispo de Santa Fe de Antioquia