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Mi corazón me condena, mas Cristo me sostiene 1Tim 1:12-17. “A veces sentimos que la manera en la que servimos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si faltara esa gota” Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) Religiosa de Origen Albanés. Introducción
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Mi corazón me condena, mas Cristo me sostiene 1Tim 1:12-17
“A veces sentimos que la manera en la que servimos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si faltara esa gota” Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) Religiosa de Origen Albanés
Introducción Un hombre caminaba a toda prisa por las calles del centro de la ciudad y se dirigía a su trabajo. En una esquina había un vagabundo mugriento y con grasa de la cabeza a los pies. Tenía una barba enorme, tan mugrosa como su propia ropa. Este vagabundo sostenía un vaso de café que había comprado en un OXXO cercano.
El vagabundo le dijo al hombre: “Oiga Señor, ¿quiere un poco de mi café?” El hombre reflexionó por un momento y pensó que debería ser agradable con aquel vagabundo. —Usted es muy generoso al darme un poco de su café esta mañana—le dijo el hombre al vagabundo, mientras le devolvía el vaso—. ¿Por qué me comparte de su café? —Bueno, el café está especialmente delicioso esta mañana, y me imaginé que si Dios me da algo tan bueno debo compartirlo con los demás.
El hombre pensó: Esta es la situación perfecta para compartir algo con este hombre, pero ¿qué? —¿Puedo darle algo a cambió? —pensó el hombre. El hombre volvió a pensar: Seguro me pedirá una limosna.
—Sí, me puede dar un abrazo—, dijo el vagabundo. En ese momento, el vagabundo abrazó a aquel hombre. El hombre lo abrazó y se dio cuenta de algo: aquel hombre necesitaba afecto. El vagabundo no soltaba a aquel hombre, y allí estaba aquel hombre con su traje, su caro portafolios y su loción Vetiver, siendo abrazado por aquel mugroso y maloliente vagabundo. Algunos que pasaban por allí estaban mirando extrañados aquel embarazoso momento. Poco a poco la vergüenza de aquel hombre se volvió sobrecogimiento.
En ese momento oyó resonar unas palabras en su mente: Yo estaba hambriento. ¿Me alimentaste? Estaba desnudo. ¿Me vestiste? Estaba enfermo. ¿Te ocupaste de mí? Yo soy el vagabundo que está en la calle. ¿Me abrazaste? Porque si lo hacen a uno de mis hermanos más pequeños, mis hermanos y hermanas, a mí me lo hacen.
Dios quiere hacernos útiles en su obra. Muchos ponemos excusas para no servir y no atender el llamado de nuestro Señor. Pero es Dios mismo quien nos capacita para servirle a él, ayudando a los demás. Aquel que no vive para servir, no sirve para vivir.
“Dios nos hace útiles, pues él:” I. Nos fortalece en lo espiritual, 1Tim 1:12a “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor”
“Dios nos hace útiles, pues él:” II. Nos forma en lo ministerial, 1Tim 1:12b “porque me tuvo por fiel. Poniéndome en el ministerio”
“Dios nos hace útiles, pues él:” III. Nos faculta en lo conductual, 1Tim 1:13 “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; más fui recibido a misericordia”
Conclusión Todos entregamos nuestra vida por algo, sea lo que eso sea: una carrera, un deporte, un pasatiempo, salud… y ninguna de estas actividades tendrá significado eterno. El servicio es el camino hacia el propósito verdadero y es mediante el ministerio que descubrimos el significado de nuestras vidas.
Mientras servimos juntos, como un Cuerpo, nuestras vidas toman importancia eterna. Pablo dijo, “Ahora bien, el cuerpo no consta de un solo miembro sino de muchos. . . Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le pareció. Si todos ellos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo?” (1Cor 12:14, 19).
Dios quiere usarte para marcar la diferencia en Su mundo. Él quiere trabajar a través de ti y lo que importa no es la duración de tu vida sino la donación de la misma. No es lo mucho que vivas sino cómo lo vivas.
Si no estás involucrado en ningún servicio o ministerio, ¿Qué excusa has estado usando? Abraham era viejo, Jacob era inseguro, Lea era poco atractiva, José fue abusado, Moisés era tartamudo, Gedeón era pobre, Sansón era codependiente, Rahab era inmoral, David tuvo una amante y todo tipo de problemas familiares, Elías era un loco impulsivo, Jeremías sufría depresiones, Jonás era un terco nacionalista...
...Noemí era viuda, Juan el Bautista era excéntrico (por decir lo menos), Pedro era impulsivo, Martha se preocupaba demasiado, la mujer samaritana tenía muchos matrimonios fallidos, Zaqueo era impopular, Tomás tenía poca fe, Pablo era muy enojón y tenía mala salud, y Timoteo era muy tímido.
Esta es una gran variedad de defectos, pero Dios usó a cada uno de ellos para Su servicio y te usará a ti también si dejas de poner pretextos.