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ectio. SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO. D ivina. CICLO B. «Hagan esto en conmemoración mía». SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO. “HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”. DIÓCESIS DE PASTO. En estado permanente de Misión. CONTEMPLACION ACCION. LECTIO DIVINA. 5.
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ectio SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO Divina CICLO B «Hagan esto en conmemoración mía» SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO “HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA” DIÓCESIS DE PASTO En estado permanente de Misión
CONTEMPLACION ACCION LECTIO DIVINA 5 ORACION 4 MEDITACION ¡Oh sagrado banquete! 3 LECTURA 2 PREPARACION 1 CORPUS CHRISTI - CICLO B
Ambientación Hoy, fiesta del «Cuerpo y la Sangre de Cristo» («Corpus Christi» se ha llamado tradicionalmente esta solemnidad), es decir, fiesta de Eucaristía, la Iglesia nos pone delante la Última Cena, el último encuentro de Jesús con sus discípulos.
Fue un encuentro tenso, lleno de contradicciones. Judas había decidido traicionar a Jesús (cfr. Mc. 14,10). Pedro lo ha negado ya (Mc. 14,30). Jesús lo sabía. Pero no perdió la calma, ni el sentido de la amistad. Al contrario, precisamente en esta Última Cena instituyó la Eucaristía y realizó el supremo gesto de su amorpor ellos (cfr. Jn. 13,1). La misa de esta Solemnidad del Corpus debe ayudarnos a revisar nuestras actitudes. Y debe enseñarnos a participar más conscientemente en el sacrificio eucarístico.
PREPARACIÓN INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu Santo, ven a iluminar nuestra mente y a mover nuestro corazón para que, en actitud de escucha y disponibilidad, acojamos la Palabra que nos invita a escuchar y acoger a Jesús, el Cristo, como el predilecto y preferido del Padre.
Reanima nuestro ser de bautizados para que, renovando nuestros compromisos bautismales, vivamos de una manera digna de la vocación a la cual hemos sido llamados como discípulos y misioneros del Evangelio de Jesús, por nuestra pertenencia viva y activa a la Iglesia. Amén.
LECTURA ¿QUÉ DICE el texto?
PRIMNERA LECTURA: Ex. 24, 3-8 «Ésta es la sangre de la Alianza que el señor hace con ustedes»
El momento culminante de la Historia de la Salvación en el Antiguo Testamento es la Alianza del Sinaí. Rescatado Israel de la servidumbre de Egipto y llamado al culto y servicio de Dios, Dios e Israel se juran «Alianza»: Dios será el Dios de Israel; Israel será el Pueblo de Dios. Es evidente que ese contrato es sóolo don y gracia de Dios: «Yo los he llevado sobre mis alas; Yo los he atraído a Mí» (Ex. 19, 4).
El pasaje del libro del Éxodo nos narra la Alianza establecida entre Dios y su pueblo, reunido al pie del monte Sinaí. Dios comunica por Moisés su voluntad, «todos sus mandatos». Y el pueblo manifiesta su compromiso de hacer «todo lo que dice el Señor». Pero esta Alianza se ratifica en el marco de una «liturgia», descrita cuidadosamente en el texto que comentamos.
Culmina con la rúbrica de la sangre, rito que en los pueblos de la antigüedad (y también entre nosotros), da solidez de compromiso inquebrantableen todo pacto, todo compromiso de amor. «Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con ustedes, sobre todos estos mandatos», dice Moisés, rociando al pueblo con la sangre de las víctimas inmoladas en sacrificio.
Y esta alianza del Sinaí es figura preclara de la nueva y eterna Alianza realizada por la sangre de Cristo, derramada en el monte Calvario por la redención de todos los hombres. Y esta liturgia sacrificial es figura de la «liturgia de la cruz», que se renueva en la liturgia de la Misa. Mas allá de todo acento de dramatización, la Eucaristía será la celebración de la Nueva Alianza, sellada por la sangre de Cristo.
SALMO RESPONSORIAL: Sal. 116(115) «Alzaré la copa de la Salvación invocando tu Nombre»
En este salmo un fiel canta a Dios su vivo reconocimiento por una liberación insigne. Una enfermedad, una violenta persecución o tal vez la prisión, pusieron su vida en peligro y su alma al borde de la desesperación. Con una confianza ilimitada el salmista lanza una súplica acompañada de un voto que Dios acoge. En reconocimiento y para cumplir su voto, va a ofrecer el sacrificio prometido y a bendecir a su insigne salvador. En un principio, el salmo tenía un carácter individual; pero pronto tomó una orientación comunitaria.
En este De hecho, el salmo entró en la liturgia pascual judía en conexión con el rito de la tercera copa de vino, debido al v.13 «alzaré la copa de la salvación». Hay que destacar el candor y la sinceridad con que el salmista expresa sus sentimientos y, sobre todo, el sentido tan elevado que tiene del amor a Dios y de la gratitud. Todas las palabras se le quedan cortas a la hora de agradecer a Dios el beneficio obtenido.
SEGUINDA LECTURA: Hbr. 9, 11-15 «Cristo ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes definitivos»
La segunda lectura, nos habla de la nueva alianza, del nuevo sacrificio de la sangre, de la redención definitiva, realizada por Cristo, una vez para siempre. Las frases son tan rotundas, tan perfectas que resuenan a himno litúrgico, del culto cristiano, a semejanza de los salmos que se cantaban en el templo de Jerusalén. Cristo es estimado como «sumo sacerdote de los bienes definitivos». Su ser entero es el Nuevo Templo y la víctima del sacrificio del Nuevo Pacto.
La Es el Mediador, entre Dios y los hombres. «Su sangre» vale más que la de los antiguos sacrificios. Tiene poder para purificarnos de las «obras muertas» y para rubricar «la Nueva Alianza», cuyo cumplimiento nos hará partícipes de la herencia eterna. Por eso mismo el sacrificio de Cristo es un sacrificio de liberación. Este texto es fundamental para hacernos ver la identidad del sacrificio eucarístico, que celebra la Iglesia a través de todos los tiempos, con el sacrificio de Cristo.
La Eucaristía no es invento nuestro, es de Cristoy habrá que destacar todos los elementos que remitan a El en la Asamblea que celebra la Misa. He aquí un límite indeclinable de toda renovación litúrgica.
EVANGELIO: Mc. 9, 12-16.22-26 «Esto es mi Cuerpo... Ésta es mi Sangre»
EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGUN SAN MARCOS Gloria a Ti, Señor. Pascua y Eucaristía (Mt. 26,17-19; Lc. 22,7-13) 12 El primer día de los Ázimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, le dicen los discípulos: –¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua? 13 Él envió a dos discípulos encargándoles:
- Vayan a la ciudad y les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo 14 y donde entre, digan al dueño de casa: Dice el Maestro, que dónde está la sala en la que va a comer la cena de Pascua con sus discípulos. 15 Él les mostrará una sala grande en el piso superior, preparado con divanes. Preparen allí la cena. 16 Salieron los discípulos, se dirigieron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
(Mt. 26,26-30; Lc. 22,14-20; cfr. Jn. 6,51-59; 1Cor. 11,23-25) 22 Mientras cenaban, tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: –Tomen, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando la copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y bebieron todos de ella. 24 Les dijo: –Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. 25 Les aseguro que no volveré a beber el fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.
26Cantaron los salmos y salieron hacia el monte de los Olivos. Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús. –
Re-leamos LA PALABRA para interiorizarla Hagamos un momento de silencio orante, para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida. A- CONTEXTO a)Contexto remoto: Mc. 11 - 14 Estamos en la sala de la Última Cena. Los acontecimientos de los dos días anteriores aumentaron la tensión entre Jesús y las autoridades.
La entrada solemne de Jesús en Jerusalén (Mc. 11,1-11), la expulsión de los vendedores del templo (Mc. 11,12-26), las discusiones con los sacerdotes, los escribas y los ancianos (Mc. 11,27 - 12,12), con los fariseos y herodianos (Mc. 12,13-17), con los saduceos (Mc. 12,18-27), con los escribas (Mc. 12,28-40), la reflexión sobre las ofrendas de los ricos y de los pobres (Mc. 12,41-44), el anuncio de la destrucción del templo (Mc. 13,1-3) y el discurso del juicio final (Mc. 13,4-37): todo esto hace crecer la oposición de los grandes contra Jesús.
Por un lado la mujer anónima, una discípula fiel, que aceptaba a Jesús como Mesías y crucificado (Mc. 14,2-9). Por otro lado los discípulos que no conseguían entender y mucho menos aceptar la Cruz, y que querían huir, negary traicionar (Mc 14,17-21.27-31). Y en medio de este ambiente tenso y amenazador, llega el gesto de amor de Jesús que se da totalmente partiendo el pan para sus discípulos.
b)Contexto próximo: Mc. 11,1-31 Los cuatro versículos que describen la Eucaristía (Mc. 14,22-25) forman parte de un contexto mucho más amplio. (Mc. 14,1-31). Los diversos sucesos, narrados antes y después de la Eucaristía, ayudan mucho a entender mejor el significado del gesto de Jesús. - Antes del gesto de la Eucaristía, Marcos narra la decisión tomada por las autoridades de matar a Jesús (Mc. 1,1-2), el gesto de fidelidad de la mujer anónima, en Betania, que unge a Jesús en vista de su sepultura (Mc. 14,3-9)...
- Sigue el pacto de la traición de Judas (Mc. 14,10-11), la preparación de la Pascua(Mc. 14,12-16) y la indicación de quién será el traidor(Mc. 14,17-21). - Después de este gesto, sigue el aviso de huída por parte de todos(Mc. 14,26-28) y el anuncio de la negación de Pedro (Mc. 14,29-31).
B- EL TEXTO: Mc. 14, 12-16.22-26 a) Organización del texto Mc. 14,12: Los discípulos quieren saber dónde celebrar la Pascua Mc. 14,13-15: Jesús da instrucciones sobre dónde y cómo preparar la Pascua Mc. 14,16: Los discípulos hacen lo que Jesús les manda hacer (Mc. 14,17-21: El anuncio de la traición de Judas) Mc. 14,22-24: Jesús da un sentido nuevo al pan y al vino Mc. 14,25-26: Palabras finales (Mc. 14,27-31: El anuncio de la dispersión de todos y de la negación de Pedro).
La liturgia de este día sólo toma los versículos 12-16 y 22-26. En el curso de la lectura, pensemos que estamos con Jesús y sus discípulos en la sala, participando de la Última Cena y tratemos de fijar nuestra atención en lo que más nos llame la atención y toca nuestro corazón. b) Re-lectura del texto El evangelio de San Marcos destaca claramente la relación entre la Antigua y la Nueva Alianza, entre los antiguos y el Nuevo Sacrificio. Las figuras se cumplen. «El primer día de los ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual».
«Esto es mi Cuerpo... ésta es mi Sangre, Sangre de la alianza, derramada por muchos». San Marcos, coloca el relato de la Cena, al comienzo del relato de la Pasión. Es un orden no sólo cronológico, sino intencional. El acontecimiento futuro de la muerte en la Cruz será normativo para la interpretación de las palabras de la cena. Así hay que destacar el valor de la misa como sacrificio. Sacrificio de Cristo, idéntico al de la Cruz. Y sacrificio de la Iglesia encomendado por Cristo, en su repetición a lo largo de los siglos: «Hagan esto en memoria mía».
Sacrificio de la Iglesia, actual en cuanto que los celebrantes deben hacerse hostias con Cristo, por la actitud de obediencia al Padrey de servicio a los hombres. Sin esto no hay verdadera participación en el Sacrificio de Cristo y de la Iglesia, que es la misa. Mc. 14,12-16: Preparación de la Cena Pascual. En total contraste con la discípula anónima que ungió a Jesús, Judas, uno de los doce, decide traicionarlo y conspiró con los enemigos que le prometieron dinero (Mc. 14,10-11).
Jesús sabe que será traicionado. Pero aún así, trata de fraternizar con los discípulos en la última cena. Seguramente que han gastado mucho dinero para alquilar «aquella sala grande en el piso superior, preparado con divanes» (Mc. 14,15). Además, siendo la noche de Pascua, la ciudad está que rebosa de gente que está de paso. Por lo que la población se triplicaba. Era difícil encontrar una sala para reunirse.
En la noche de Pascua, las familias llegadas de todas las partes del país, cargaban su propio cordero para ser sacrificado en el templo, y luego, cada familia en una celebración íntima y muy familiar en casa, celebraban la Cena Pascual y comían el cordero. La celebración de la Cena Pascual estaba presidida por el padre de familia. Por esto Jesús presidía la ceremonia y celebraba la Pascua junto a sus discípulos, su nueva «familia» (cf. Mc. 3,33-35).
Jesús encarga a dos discípulos que preparen minuciosamente la cena de la pascua, la cena en el día de la Fiesta del Señor. - Que sea un lugar espacioso, bien acondicionado, en el que todos se encuentren a gusto. - Que la comida este bien preparada y en la que no falte ningún detalle. Porque va a ser una fiesta en la que Jesús se sentará a la mesa con el grupo de amigos que son sus discípulos.
Y todo ello porque van a celebrar una fiesta en honor del Señor, que ha pactado con su pueblo una alianza, los ha elegido y les ha prometido su protección y su salvación por siempre. Jesús aprovecha esa cena de fiesta para renovar esa primera alianza, haciéndola eterna, porque la sangre con que sella la alianza ya no es de animales, sino que es su propia sangre. Aquella «sala grande en el piso superior»quedó en la memoria de los primeros cristianos como el lugar de la primera eucaristía.
Es allí donde se reúnen después de la Ascensión del Señor Jesús (Hch. 1,13) y allí estaban reunidos cuando descendió el Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Hch. 2,1). Pudo ser la sala donde se reunían para rezar durante la persecución (Hch. 4,23.31) y donde Pedro los encontró después de su liberación (Hch. 12,12). La memoria es concreta, ligada a los tiempos y lugares de la vida.
Marcos 14,22-26: La Eucaristía: el gesto supremo de amor. El último encuentro de Jesús con los discípulos se desarrolla en el ambiente solemne de la tradicional celebración de Pascua. El contraste es muy grande. Por un lado, los discípulos, que se sienten inseguros y no entiendennada de lo que sucede. Por otro lado, Jesús tranquilo y señor de la situación, que preside la Cena y realiza el gesto de partir el pan, invitando a los amigos a tomar su cuerpo y susangre.
Él hace aquello por lo que siempre oró: dar su vida a fin de que sus amigos pudiesen vivir. Y éste es el sentido profundo de la Eucaristía: aprender de Jesús a distribuirse, a darse, sin miedo de las fuerzas que amenazan la vida. Porque la vida es más fuerte que la muerte. La fe en la resurrección anula el poder de la muerte. Terminada la Cena, saliendo con sus amigos hacia el Huerto, Jesús anuncia que todos lo abandonarán: ¡Huirán o se dispersarán!. Pero ya les avisa: «¡Después de la resurrección os precederé en Galilea!».¡Ellos rompen las relaciones con Jesús, pero Jesús no las rompe con ellos!
Él continúa esperándolos en Galilea, en el mismo lugar donde tres años antes los había llamado por primera vez. O sea, la certeza de la presencia de Jesús en la vida del discípulo ¡es más fuerte que el abandono y la fuga! Jesús continúa llamando. ¡El regreso es siempre posible! Y este anuncio de Marcos para los cristianos de los años setenta es también para todos nosotros hoy.
Por su modo de describir la Eucaristía, Marcos acentúa todavía más el contraste entre el gesto de Jesús y la conducta de los discípulos. Antes del gesto de amor habla de la traición de Judas (Mc 14,17-21) y, después del gesto de Jesús, habla del anuncio de la negación de Pedro y de la huida de los discípulos (Mc 14,26-31). De este modo pone el acento en el amor incondicional de Jesús, que supera la traición, la negación y la fuga de los amigos. ¡Es la revelación del amor gratuito del Padre!
Quien lo experimentó dirá: «¡Ni las potestades, ni la altura ni la profundidad. ni ninguna otra criatura podrá jamás separarnos del amor de Dios, en Cristo Jesús, nuestro Señor!» (Ro.. 8,39).
MEDITACIÓN ¿QUÉ NOS DICE el texto?
Algunas preguntas para ayudarnos en la interiorización de la Palabra: . a) ¿Cuál es el punto de este texto que más te ha llamado la atención y porqué? b) ¿Cuáles son, uno por uno, los diversos sucesos que describe el texto? c) ¿Cuál es el comportamiento de Jesús ante Judas que lo traiciona y ante Pedro que lo niega?
d) ¿Qué significa el gesto de Jesús que parte el pan diciendo: «¡Tomad y coman! ¡Esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes!»? ¿Cómo ayuda este texto a entender mejor la Eucaristía? e) Mira tu vida frente al texto, entra en tu corazón y pregúntate: ¿Soy como Pedro que negó? ¿Soy como Judas que traicionó? ¿Soy como los doce que huyeron? ¿O soy como la mujer anónima que permanece fiel? (Mc. 14,3-9).
Sacrificio y comunión La primera lectura nos ha recordado el sacrificio de victimas, practicado en el Antiguo Testamento. La segunda lectura, ha puesto en parangón estos sacrificios antiguos, con el único sacrificio de Cristo, ofrecido en la Cruz, con el derramamiento de la sangre. El evangelio relaciona la Cena con la Cruz, y la Cruz y la Cena con el sacrificio del Cordero Pascual.
Las figuras y los símbolos, que tenían su entidad y eficacia, quedan abolidas por la realidad del Sacrificio de Cristo, que en forma de banquete sacrificial, El mismo mandó celebrar «en su memoria». El Sacrificio se expresa en la Eucaristía por medio de realidades sensibles. La Eucaristía es el «sacramento del sacrificio de Cristo». Pero lo importante es lo que esto significa para nosotros. La ofrenda viene a ser en el banquete sacrificial de la comunidad litúrgica el signo de la voluntad amorosa de Dios para entrar en comunión con los hombres.
Es fácil, siguiendo en esta línea teológica, señalar los dos aspectos, verdaderamente inevitables de la Eucaristía: - El de sacrificio de Cristo y de la Iglesia, como entrega al Padre, en oblación de obediencia, - y el de comunión, es decir, de don del Padre a los hombres, que entra en comunión con ellos, en la donación de su Hijo. Celebrar el sacrificio de Cristo es una acción comprometedora para que nosotros nos «sacrifiquemos» por los demás.