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Julio - Mes dedicado a la Devoción de la Preciosísima Sangre de Cristo

Julio - Mes dedicado a la Devoción de la Preciosísima Sangre de Cristo. Í N D I C E (Veinte apartados). (Puedes ir directo al tema que elijas. Clic con el ratón en el recuadro que quieras ver). Continúa el Índice…. Continúa el Índice….

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Julio - Mes dedicado a la Devoción de la Preciosísima Sangre de Cristo

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  1. Julio - Mes dedicado a la Devoción de la Preciosísima Sangre de Cristo

  2. Í N D I C E (Veinte apartados) (Puedes ir directo al tema que elijas. Clic con el ratón en el recuadro que quieras ver) Continúa el Índice…

  3. Continúa el Índice…

  4. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA VENERACION A LA PRECIOSISIMA SANGRE DE CRISTO El Papa Juan XXIII pidió que se extendiera cada día más el Culto a la Preciosísima Sangre de Jesucristo.El mismo Papa que mandó inscribir en el Ritual de la Iglesia la Letanía a la Sangre Preciosa de Cristo, nos mandaba también añadir, antes de la reserva del Santísimo Sacramento, la alabanza: ¡Bendita sea su preciosísima Sangre! ¿Por qué?... Esa Sangre por la que fuimos salvados merece una devoción especial. Además, es un reconocimiento agradecido al amor de Jesucristo, que no ahorró ningún sufrimiento a fin de ganarse el amor de nuestros corazones. La veneración de la Sangre de Cristo ha pasado del culto litúrgico a la piedad popular, en la que tiene un amplio espacio y numerosas expresiones. Entre éstas hay que recordar:

  5. la Corona de la preciosa Sangre de Cristo, en la que con lecturas bíblicas y oraciones son objeto de meditación piadosa "siete efusiones de sangre" de Cristo, explícita o implícitamente recordadas en los Evangelios: la sangre derramada en la circuncisión, en el huerto de los olivos, en la flagelación, en la coronación de espinas, en la subida al Monte Calvario, en la crucifixión, en el golpe de la lanza; • las Letanías de la Sangre de Cristo: el formulario actual, aprobado por el Papa Juan XXIII el 24 de Febrero de 1960, se despliega desde un argumento en el que la línea histórico-salvífica es claramente visible y las referencias a pasajes bíblicos son numerosas; • la Hora de adoración a la preciosa Sangre de Cristo, que adquiere una gran variedad de formas, pero con un único objetivo: la alabanza y la adoración de la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía, el agradecimiento por los dones de la redención, la intercesión para alcanzar misericordia y perdón, la ofrenda de la Sangre preciosa por el bien de la Iglesia;

  6. El valor salvífico de la sangre de Cristo ocupa un puesto central en la fe y en la salvación. Cristo con su sangre inocente y preciosa nos ha rescatado de la antigua esclavitud (cfr. 1 Pe 1,19) y nos limpia de todo pecado (1 Jn 1,7). Mediante la sangre derramada en la Cruz, Cristo puso en paz el cielo y la tierra (cfr. Col 1,20). El cáliz eucarístico (en la Santa Misa) contiene la Sangre de la Alianza nueva y eterna, derramada por la remisión de los pecados. La Sangre de Cristo es bebida de salvación, conforme a las palabras del Maestro: "el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día" (Jn 6,54). Por eso, la Iglesia a través del sacerdote, eleva a Dios Padre, en acción de gracias, el cáliz de la bendición y lo ofrece a los fieles como sacramento de verdadera y real comunión con la sangre de Cristo (1 Cor 10,16). Esta conversión milagrosa del vino en la Sangre de Cristo se conoce con el termino de Transubstanciación. El pan deja de ser pan, el vino deja de ser vino porque suceden en su lugar el cuerpo y la sangre de Cristo. Las sustancias del pan y el vino cesan. la materia y la forma del pan y del vino se convierten. Solo los accidentes permanecen sin cambiar, por eso seguimos viendo el pan y el vino

  7. pero  substancialmente ya no lo son, porque en ellos está realmente el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo. El valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo derramada para nuestra salvación, son objeto de memoria y adoración constante.

  8. CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINOY LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DIRECTORIOSOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES CIUDAD DEL VATICANO 2002

  9. CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINOY LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DIRECTORIOSOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES CIUDAD DEL VATICANO 2002 CAPÍTULO IV. AÑO LITÚRGICO Y PIEDAD POPULAR La preciosísima Sangre de Cristo 175. En la revelación bíblica, tanto en la fase de figura, propia del Antiguo Testamento, como en la de cumplimiento y perfección, propia del Nuevo, la sangre aparece íntimamente relacionado con la vida, y como antítesis con la muerte, con el éxodo y la pascua, con el sacerdocio y los sacrificios cultuales, con la redención y la alianza. Las figuras del Antiguo Testamento referidas a la sangre y a su valor salvífico se han realizado de modo perfecto en Cristo, sobre todo en su Pascua de Muerte y Resurrección. Por esto el misterio de la Sangre de Cristo ocupa un puesto central en la fe y en la salvación.

  10. Con el misterio de la Sangre salvadora se relacionan o remiten al mismo: - el acontecimiento de la Encarnación del Verbo (cfr. Jn 1,14) y el rito de incorporación del recién nacido Jesús al pueblo de la Antigua Alianza, mediante la circuncisión (cfr. Lc 2,21); - la figura bíblica del Cordero, con una multitud de aspectos e implicaciones: "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29.36); en la que confluye la imagen del "Siervo sufriente" de Isaías 53, que carga sobre sí los sufrimientos y el pecado de la humanidad (cfr. Is 53,4-5); "Cordero pascual" (cfr. Ex 12,1; Jn 12,36), símbolo de la redención de Israel (cfr. Hech 8,31-35; 1 Cor 5,7; 1 Pe 1,18-20); - el "cáliz de la pasión", del que habla Jesús, aludiendo a su inminente muerte redentora, cuando pregunta a los hijos de Zebedeo: "¿Podéis beber el cáliz que yo voy a beber?" (Mt 20,22; cfr. Mc 10,38) y el cáliz de la agonía del huerto de los olivos (cfr. Lc 22,42-43), acompañado del sudor de sangre (cfr. Lc 22,44);

  11. - el cáliz eucarístico, que en el signo del vino contiene la Sangre de la Alianza nueva y eterna, derramada por la remisión de los pecados, y es memorial de la Pascua del Señor (cfr. 1 Cor 11,25) y bebida de salvación, conforme a las palabras del Maestro: "el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día" (Jn 6,54); - el acontecimiento de la muerte, porque mediante la sangre derramada en la Cruz, Cristo puso en paz el cielo y la tierra (cfr. Col 1,20); - el golpe de la lanza que atravesó al Cordero inmolado, de cuyo costado abierto brotaron sangre y agua (cfr. Jn 19,34), testimonio de la redención realizada, signo de la vida sacramental de la Iglesia – agua y sangre, Bautismo y Eucaristía -, símbolo de la Iglesia nacida de Cristo dormido en la Cruz. 176. Con el misterio de la sangre se relacionan, de modo particular, los títulos cristológicos de Redentor: Cristo con su sangre inocente y preciosa nos ha rescatado de la antigua esclavitud (cfr. 1 Pe 1,19) y nos "limpia de todo pecado" (1 Jn 1,7); de sumo Sacerdote de los "bienes futuros", porque Cristo "no con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre entró una vez para siempre en el santuario,

  12. obteniéndonos la redención eterna" (Heb 9,11-12); de Testigo fiel (cfr. Ap 1,5) que hace justicia a la sangre de los mártires (cfr. Ap 6,10), que "fueron inmolados por la Palabra de Dios y por el testimonio que dieron de la misma" (Ap 6,9); de Rey, el cual, Dios, "reina desde el madero", adornado con la púrpura de su propia sangre; de Esposo y Corderode Dios, en cuya sangre han lavado sus vestiduras los miembros de la comunidad eclesial – la Esposa –(cfr. Ap 7,14; Ef 5,25-27). 177. La extraordinaria importancia de la Sangre salvadora ha hecho que su memoria tenga un lugar central y esencial en la celebración del misterio del culto: ante todo en el centro mismo de la asamblea eucarística, en la que la Iglesia eleva a Dios Padre, en acción de gracias, el "cáliz de la bendición" (1 Cor 10,16) y lo ofrece a los fieles como sacramento de verdadera y real "comunión con la sangre de Cristo" (1 Cor 10,16), y también en el curso del Año Litúrgico. La Iglesia conmemora el misterio de la Sangre, no sólo en la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Señor (jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad), sino también en otras muchas celebraciones, de manera que la memoria cultual de la Sangre que nos ha rescatado (cfr. 1 Pe 1,18) está presente durante todo el Año. Por ejemplo, en el Tiempo de Navidad, en las Vísperas, la Iglesia, dirigiéndose a Cristo canta: "Nos quoque, qui

  13. sancto tuo/ redempti sumus sanguine,/ ob diem natalis tui/ hymnum novum concinimus". Pero sobre todo en el Triduo pascual, el valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo son objeto de memoria y adoración constante. El Viernes Santo, durante la adoración de la Cruz, resuena el canto: "Mite corpus perforatur, sanguis unde profluit;/ terra, pontus, astra, mundus quo lavantur flumine!"; y en mismo día de Pascua: "Cuius corpus sanctissimum/ in ara crucis torridum,/ sed et cruorem roseum/ gustando, Deo vivimus" En algunos lugares y Calendarios particulares, la fiesta de la preciosísima Sangre de Cristo se celebra todavía el 1 de Julio: en ella se recuerdan los títulos del Redentor. 178. La veneración de la Sangre de Cristo ha pasado del culto litúrgico a la piedad popular, en la que tiene un amplio espacio y numerosas expresiones. Entre éstas hay que recordar: - la Corona de la preciosa Sangre de Cristo, en la que con lecturas bíblicas y oraciones son objeto de meditación piadosa "siete efusiones de sangre" de Cristo, explícita o implícitamente recordadas en los Evangelios: la sangre derramada en la circuncisión, en el huerto de los olivos, en la flagelación, en la coronación de espinas, en la subida al Monte Calvario, en la crucifixión, en el golpe de la lanza;

  14. - las Letanías de la Sangre de Cristo: el formulario actual, aprobado por el Papa Juan XXIII el 24 de Febrero de 1960, se despliega desde un argumento en el que la línea histórico-salvífica es claramente visible y las referencias a pasajes bíblicos son numerosas; - la Hora de adoración a la preciosa Sangre de Cristo, que adquiere una gran variedad de formas, pero con un único objetivo: la alabanza y la adoración de la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía, el agradecimiento por los dones de la redención, la intercesión para alcanzar misericordia y perdón, la ofrenda de la Sangre preciosa por el bien de la Iglesia; - el Vía Sanguinis: un ejercicio de piedad reciente que, por motivos antropológicos y culturales, ha tenido su origen en África, donde hoy está particularmente extendido entre las comunidades cristianas. En el Vía Sanguinis los fieles, avanzando de un lugar a otro como en el Vía Crucis, reviven los diversos momentos en los que el Señor Jesús derramó su sangre por nuestra salvación.

  15. 179. La veneración de la Sangre del Señor, derramada para nuestra salvación, y la conciencia de su inmenso valor han favorecido la difusión de representaciones iconográficas aceptadas por la Iglesia. Hay dos tipos fundamentales: la que hace referencia al cáliz eucarístico, que contiene la Sangre de la nueva y eterna Alianza, y la que sitúa en el centro de la imagen a Jesús crucificado, de cuyas manos, pies y costado brota la Sangre salvadora. A veces la Sangre inunda la tierra abundantemente, como un torrente de gracia que purifica los pecados; a veces junto a la cruz se representan cinco Ángeles, que recogen cada uno en un cáliz la Sangre que mana de las cinco heridas; esta acción a veces la realiza una figura femenina, que representa a la Iglesia, Esposa del Cordero.

  16. HOMILÍAS DEL PAPA JUAN PABLO II CON RELACION A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO

  17. HOMILÍAS DEL PAPA JUAN PABLO II CON RELACION A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO Juan Pablo II expresaba lo siguiente el último domingo de junio de 1998, al comenzar la meditación antes del rezo del Ángelus:   "...Hemos llegado al último domingo de junio, mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, mientras que en julio la Iglesia expresa con particular intensidad la devoción a su Preciosísima Sangre.  Con estas celebraciones espirituales, la tradición invita a fijar la mirada de la fe en el misterio del Amor de Dios, que se ha revelado en la Encarnación del Hijo. A los hombres y a las mujeres de hoy, que, sumergidos en un mundo secularizado, corren el riesgo de perder el centro de gravedad de su propia existencia, Cristo les ofrece su Corazón divino y humano, fuente de reconciliación y principio de vida nueva en el Espíritu Santo. En el umbral del tercer milenio, la Iglesia anuncia con renovado impulso a todas las gentes:

  18. Cristo es el corazón del mundo; su Pascua de muerte y Resurrección es el centro de la historia, que gracias a Él es historia de salvación. Su Amor atrae a Sí a toda criatura y hace de los creyentes en Él un solo corazón y una sola alma, impulsando a los cristianos de todos los tiempos a la búsqueda de la unidad plena...." DISCURSO DEL PAPA JUAN PABLO II A LA UNIÓN "SANGUIS CHRISTI" Y A DIVERSAS PEREGRINACIONES JUBILARESSábado 1 de julio de 2000 Amadísimos hermanos y hermanas:  1. Me alegra encontrarme en este primer día del mes de julio, consagrado por la piedad cristiana a la meditación sobre "la sangre de Cristo, precio de nuestro rescate, prenda de salvación y de vida eterna" (Juan XXIII, Inde a primis, en:  AAS 52 [1960] 545-550), con todos vosotros, miembros de las familias religiosas masculinas y femeninas y de las

  19. asociaciones católicas dedicadas al culto de la preciosísima Sangre de Jesús. Al saludaros con afecto, os agradezco vuestra presencia. Saludo cordialmente al director provincial de los Misioneros de la Preciosísima Sangre y le agradezco las amables palabras que ha querido dirigirme también en vuestro nombre. Hasta la reforma litúrgica promovida por el concilio Vaticano II, en este día se celebraba también litúrgicamente en toda la Iglesia católica el misterio de la Sangre de Cristo. Después, mi predecesor de venerada memoria el Papa Pablo VI unió el recuerdo de la Sangre de Cristo al de su Cuerpo en la solemnidad que ahora se llama precisamente del "Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo". En efecto, en toda celebración eucarística se hace presente, junto con el Cuerpo de Cristo, su Sangre preciosa, la Sangre de la nueva y eterna Alianza, derramada por todos para el perdón de los pecados (cf. Mt 26, 27). 2. Amadísimos hermanos y hermanas, ¡es grande el misterio de la Sangre de Cristo! Desde los albores del cristianismo, ha conquistado la mente y el corazón de tantos cristianos y, particularmente, de vuestros santos fundadores y fundadoras, que hicieron de él el distintivo de vuestras congregaciones y asociaciones.

  20. El Año jubilar da nuevo impulso a una devoción tan significativa. En efecto, al celebrar a Cristo en el bimilenario de su nacimiento, también estamos invitados a contemplarlo y adorarlo en la humanidad santísima asumida en el seno de María y unida hipostáticamente a la Persona divina del Verbo. Si la Sangre de Cristo es fuente preciosa de salvación para el mundo, se debe precisamente a su pertenencia al Verbo, que se hizo carne para nuestra salvación. El signo de la "sangre derramada", como expresión de la vida entregada de modo cruento para testimoniar el amor supremo, es un acto de condescendencia divina con nuestra condición humana. Dios ha elegido el signo de la sangre, porque ningún otro signo es tan elocuente para indicar la participación total de la persona. El misterio de esta entrega tiene su fuente en la voluntad salvífica del Padre celestial y su realización en la obediencia filial de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, a través de la obra del Espíritu Santo. Por esta razón, la historia de nuestra salvación lleva en sí la impronta y el sello indeleble del amor trinitario.

  21. 3. Ante esta maravillosa obra divina todos los fieles se unen a vosotros, queridos hermanos y hermanas, para elevar himnos de alabanza al Dios uno y trino por el signo de la Sangre preciosa de Cristo. Pero además de la confesión de los labios debe darse el testimonio de la vida, según la exhortación que nos dirige la carta a los Hebreos:  "Teniendo, pues, hermanos, plena libertad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, (...) fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras" (Hb 10, 19. 24). Muchas son las "buenas obras" que nos inspira la meditación del sacrificio de Cristo. En efecto, nos impulsa a una entrega total de nuestra vida por Dios y por nuestros hermanos, usque ad effusionem sanguinis, como han hecho tantos mártires. ¡Cómo no reconocer siempre el valor de todo ser humano, cuando Cristo derramó su sangre por todos y cada uno, sin distinción! La meditación de este misterio nos impulsa, en particular, hacia cuantos podrían ser aliviados de sus sufrimientos morales y físicos y que, en cambio, languidecen marginados por una sociedad de la opulencia y la indiferencia. Desde esta perspectiva, se aprecia en toda su nobleza el servicio que prestáis vosotros, miembros del AVIS.

  22. Os saludo cordialmente a vosotros y, en particular, a vuestro presidente, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido. No os limitáis a dar algo que os pertenece; dais algo de vosotros mismos. ¿Hay algo más personal que la propia sangre? A la luz de Cristo, la donación de este elemento vital al hermano adquiere un valor que trasciende el horizonte simplemente humano. Por eso, a vosotros, miembros del AVIS, os expreso mi estima y mi aliento. 4. Deseo dirigir ahora mi saludo cordial a los peregrinos de la diócesis de Bérgamo, encabezados por su obispo, monseñor Roberto Amadei, a quien agradezco los sentimientos expresados en su cordial discurso. Queridos hermanos, con esta visita queréis manifestar vuestro afecto y vuestra cercanía al Sucesor de Pedro. ¡Gracias de corazón! A lo largo de los siglos vuestra Iglesia ha mantenido vínculos de comunión muy estrechos con la Sede apostólica. ¡Cómo no recordar, en esta circunstancia, a vuestro paisano y predecesor mío, el Papa Juan XXIII, que está a punto de ser inscrito en el catálogo de los beatos! Que el camino de oración y meditación que os lleva a los lugares jubilares sea para vosotros, queridos hermanos, ocasión de reafirmar vuestra adhesión convencida a Cristo, "Puerta santa" para entrar en el reino del Padre. Al volver a vuestros

  23. hogares, llevad el saludo y el aliento del Papa a los sacerdotes, a los consagrados, a las consagradas y a todos los hermanos y hermanas en la fe. Quiera Dios que el Año santo os estimule a cada uno a reavivar la fe y proseguir el compromiso en favor de la nueva evangelización, confirmado y sostenido por la caridad. 5. Por último, saludo a los fieles de Santa María de la Victoria, de Montebelluna; de San Bernardino, de Tordandrea de Asís; y de San Juan Bautista, de Acconia de Curinga, así como al instituto "Beata María De Mattias", de Frosinone, y a la comunidad de la Pequeña Casa de Aversa. Queridos hermanos, que la celebración del bimilenario de la encarnación del Hijo de Dios os encuentre vigilantes en la fe, firmes en la esperanza y fervorosos en la caridad. Cristo pasa también hoy al lado de cada uno para ofrecerle el don de la infinita misericordia de Dios. Sed también vosotros ricos en esta misericordia, como nuestro Padre que está en el cielo. Con estos sentimientos y en el amor de Cristo, que nos "ha rociado con su sangre" (cf. 1 P 1, 2), os bendigo a todos de corazón.

  24. ÁNGELUS Domingo 1 de julio de 2001 Amadísimos hermanos y hermanas:  1. Empieza hoy el mes de julio, que la tradición popular dedica a la contemplación de la Preciosísima Sangre de Cristo, misterio insondable de amor y misericordia. En la liturgia de hoy, el apóstol san Pablo afirma en la carta a los Gálatas que "para ser libres nos libertó Cristo" (Ga 5, 1). Esta libertad tiene un precio muy alto:  la vida, la sangre del Redentor.¡Sí! La sangre de Cristo es el precio que Dios pagó para librar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. La sangre de Cristo es la prueba irrefutable del amor del Padre celestial a todo hombre, sin excluir a nadie. Todo esto lo subrayó muy bien el beato Juan XXIII, devoto de la Sangre del Señor desde su infancia, cuando en su hogar oía rezar sus letanías especiales. Elegido Papa, escribió una carta apostólica para

  25. promover su culto (Inde a primis, 30 de junio de 1959), invitando a los fieles a meditar en el valor infinito de esa sangre, de la que "una sola gota puede salvar a todo el mundo de cualquier culpa" (Himno Adoro te devote). 2. Que la meditación del sacrificio del Señor, prenda de esperanza y de paz para el mundo, sea aliento y estímulo a construir la paz también donde parece casi inalcanzable. Hoy mi pensamiento se dirige de modo especial a Sri Lanka, donde, con ocasión de la fiesta de la Virgen de Madhu, la comunidad católica se reúne en oración en aquel célebre santuario para implorar el don tan anhelado de la paz. Las partes implicadas en el trágico conflicto étnico, que desde hace casi veinte años siembra violencia y terribles atrocidades en esa querida nación, no logran encontrar el camino del diálogo y de la reconciliación. La solución negociada es el único camino para afrontar las graves cuestiones que han originado el conflicto actual. 3. María, Madre de Aquel que con su sangre ha redimido al mundo, bendiga los esfuerzos perseverantes de cuantos en Sri Lanka y en otras partes promueven un clima de imparcialidad y distensión, premisas indispensables para conseguir la concordia y la paz.

  26. LETANIAS A LA SANGRE DE CRISTO Papa Juan XXIII

  27. LETANIAS A LA SANGRE DE CRISTO Aprobada por su Santidad el Papa Juan XXIII.  Se le fue otorgada la Indulgencia Parcial de siete años, y plenaria si se reza diariamente durante un mes, bajo el cumplimiento de las condiciones propias a dicha indulgencia: ir al sacramento de la confesión, recibir la comunión y orar un Credo, Padrenuestro y Ave María por las intenciones del Sumo Pontífice. El Papa Juan XXIII pidió que se extendiera cada día más el Culto a la Preciosísima Sangre de Jesucristo. Señor, ten piedad de nosotros.Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros.Señor, ten piedad de nosotros.Señor Jesucristo, óyenos.Señor Jesucristo, escúchanos.Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.Dios, Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros. Sangre de Cristo, Sangre del Unigénito del Padre Eterno Sangre de Cristo, Sangre del Verbo EncarnadoSangre de Cristo, corriendo a la tierra en la agoníaSangre de Cristo, brotando en la flagelaciónSangre de Cristo, emanando en la coronación de espinasSangre de Cristo, derramada en la CruzSangre de Cristo, el precio único de nuestra salvaciónSangre de Cristo, sin la cual no hay perdónSangre de Cristo, en la Eucaristía bebida y baño de las almas Sálvanos

  28. S á l v a n o s Sangre de Cristo, río de MisericordiaSangre de Cristo, vencedora de los demoniosSangre de Cristo, fortaleza de los mártires Sangre de Cristo, fuerza de los confesoresSangre de Cristo, que engendra vírgenes Sangre de Cristo, constancia de los tentadosSangre de Cristo, alivio de los enfermosSangre de Cristo, consuelo de los que lloranSangre de Cristo, esperanza de los que hacen penitencia Sangre de Cristo: alivio de los moribundos Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazonesSangre de Cristo, prenda de la Vida EternaSangre de Cristo, que libera a las almas del lago del PurgatorioSangre de Cristo, dignísima de toda gloria y honor Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo Perdónanos, Señor.Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo Escúchanos, Señor.Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo Ten Misericordia de nosotros. Señor, Tú nos redimiste en tu Sangre, e hiciste de nosotros un Reino para Dios y Padre tuyo.

  29. Oremos: Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste aplacarte con su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, ¡para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno! Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén. NUEVA LETANÍA A LA SANGRE PRECIOSA DE CRISTO Ordenada por el Papa Juan XXIII El mismo Papa que mandó inscribir en el Ritual de la Iglesia esta letanía nos mandaba también añadir, antes de la reserva del Santísimo Sacramento, la alabanza: ¡Bendita sea su preciosísima Sangre! ¿Por qué?... Esa Sangre por la que fuimos salvados merece una devoción especial. Además, es un reconocimiento agradecido al amor de Jesucristo, que no ahorró ningún sufrimiento a fin de ganarse el amor de nuestros corazones. Señor Jesucristo, que con Tu Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación.¡Sálvanos ahora y siempre! Señor ten piedad. Cristo, ten piedad.Señor ten piedad. Cristo, óyenosCristo, escúchanos.

  30. Dios, Padre Celestial, ten piedad.Dios, Hijo Redentor del mundo, ten piedad.Dios, Espíritu Santo, ten piedad.Trinidad Santa, que eres un sólo Dios, ten piedad. Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre.Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre.Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza.Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la agonía del Huerto.Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación.Sangre de Cristo, vertida de la cabeza en la coronación de espinas.Sangre de Cristo, derramada en la cruz.Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación. Sangre de Cristo, con la cual hay redención de los pecados.Sangre de Cristo, bebida nuestra en la Eucaristía y baño de las almas. Manantial de misericordiaRío de misericordiaLago de misericordiaCatarata de misericordiaMar de misericordiaOcéano de misericordia R e s c á t a n o s

  31. Sangre de CristoSangre de Cristo, victoria sobre el demonio.Sangre de Cristo, fuerza de los mártires.Sangre de Cristo, vigor de los confesores de la fe.Sangre de Cristo que engendra vírgenes.Sangre de Cristo, fortaleza de los que peligran.Sangre de Cristo, alivio de los que sufren.Sangre de Cristo, consuelo en la aflicción.Sangre de Cristo, esperanza del pecador.Sangre de Cristo, seguridad de los moribundos.Sangre de Cristo, paz y delicia de los corazones.Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna.Sangre de Cristo, liberación de las almas del purgatorio.Sangre de Cristo, digna de toda gloria y honor. Nos has redimido, Señor, con tu Sangre.Y has hecho de nosotros un Reino para nuestro Dios Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que te aplacaste con la Sangre de tu Hijo Jesucristo, constituido Redentor del mundo, al venerar esta Sangre Sagrada, líbranos de todo mal y danos la alegría del cielo. Amén Rescátanos

  32. ¿CÓMO PUEDO HONRAR SIEMPRE, Y DE MANERA ESPECIAL EN EL MES DE JULIO, LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO? A continuación algunas sugerencias.

  33. ¿CÓMO PUEDO HONRAR SIEMPRE, Y DE MANERA ESPECIAL EN EL MES DE JULIO, LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO? A continuación algunas sugerencias. * CUMPLIENDO EL MANDAMIENTO DEL AMOR Cumpliendo el mandato de Jesús “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos” (Mateo 22, 37-40). “Ama y haz lo que quieras”, decía San Agustín. * PROFUNDIZANDO EN EL CONOCIMIENTO DE LA BIBLIA Profundizando en el estudio de las Sagradas Escrituras, especialmente en el Nuevo Testamento, asistiendo a Círculos Bíblicos, encabezados por sacerdotes y/o laicos debidamente preparados para orientarnos, en cuanto a la interpretación de la Palabra de Dios. Conocer más a Cristo, seguir de cerca su Redención, nos llevará a amarlo cada día más, porque nadie ama lo que no conoce. "Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi camino" Salmo 119, 105

  34. * VISITÁNDOLO FRECUENTEMENTE EN EL SAGRARIO. ¿Porqué?... Porque está presente en el Santísimo Sacramento, como mi Dios y Señor y por lo tanto le debo adoración y homenaje de sumisión. Porque el Corazón de Jesús que por mi fue traspasado en la cruz, late en el altar y desea que le ame. Porque de esta manera doy la mayor alegría a María, mi queridísima Madre, a San José y a todos los ángeles y santos del cielo, que sin cesar adoran a Jesús Sacramentado. Porque es un acto meritorio y una profesión pública de mi fe. Porque el Señor ha reservado gracias especiales para los que le visitan. En el altar el Señor es puro amor, y distribuye sus gracias a manos llenas a los que le visitan. Porque de este modo puedo resarcir las injurias del género humano, especialmente los sacrilegios, y la frialdad de tantos cristianos. Porque allí Jesús, me enseña la humildad, la obediencia, el amor, en una palabra: el espíritu de sacrificio, que tanto nos falta para el fiel cumplimiento de nuestros deberes de estado. Porque de este modo puedo ayudar a las pobres almas del purgatorio. Porque Dios es el mejor pagador, que remunera cada sacrificio que por Él hacemos. Porque de este modo me preparo mejor para mi adoración que he de dar a Dios por toda la eternidad en el cielo. (Un momento de alabanza y adoración, propicio para agradecer los dones de la redención, pedir Su ayuda para alcanzar misericordia y perdón, ofrecer a Dios Padre nuestros sacrificios, juntamente con el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de su Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación por nuestros pecados y los del mundo entero)

  35. * ESTABLECIENDO UN PLAN ELEMENTAL DE VIDA ESPIRITUAL (P.E.V.E.) “Si es santo el que los llamó, también ustedes han de ser santos en toda su conducta, según dice la Escritura: Sean santos, porque yo soy santo” (I Pedro 1, 15-16) Todos estamos llamados a la santidad… esa es nuestra tarea más importante en la vida… llegar a ser santos. No es un llamado solo para los Sacerdotes, o las personas consagradas a Dios. Importante será, para no desviar el camino, seguir un Plan Elemental de Vida Espiritual. Al igual que hacemos cuando pretendemos llegar a algo con verdadero interés, por ejemplo, una carrera profesional, aprender un idioma, ejercitarse en el deporte, etc., fijaremos un horario, un tiempo de estudio, un calendario de actividades, constancia, etc. * INCLUYENDO EN TU ORACIÓN PERSONAL, (ESPECIALMENTE EN ESTE TIEMPO), EL REZO DE LA DEVOCIÓN A LOS SIETE DERRAMAMIENTOS; NOVENA A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO; CORONILLA, ETC.

  36. PLAN ELEMENTAL DE VIDA ESPIRITUAL (P.E.V.E.)

  37. PLAN ELEMENTAL DE VIDA ESPIRITUAL Ofrecimiento de obras al despertar. Es la primera oración del día en la que los cristianos ponemos en manos de Dios todo lo que sucederá en él, pidiéndole su gracia para obrar bien. Es una manera de santificar el HOY, sin tomar en cuenta el ayer que ya pasó ni el mañana que es incierto. ¿Cómo hacerlo? Apenas al despertar, antes de enfrentarte a las tareas y circunstancias que se te vayan a presentar, antes de concebir en el corazón cualquier impresión: CONSAGRA al Señor el principio de tus pensamientos que han de guiar la jornada. “Ya comáis, ya bebáis o ya hagáis alguna otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios” (1 Corintios 10,31) CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSÍSIMA DE JESÚS Consciente de mi nada y de tu grandeza, misericordiosísimo Salvador, postrado a tus pies, te agradezco tantas gracias, hechas a mí, criatura ingrata, particularmente por haberme liberado, por medio de tu Preciosísima Sangre, de la potestad de las tinieblas satánicas y nos has trasladado a tu Reino.

  38.   En presencia de la Madre de Dios, del Ángel de mi guarda y de mis santos patrones y de toda la Corte Celestial, yo me consagro, oh mi Jesús, con corazón sincero y libremente, a la Preciosísima Sangre con que Tú redimiste al mundo del pecado, de la muerte y el infierno. Yo te prometo, con el auxilio de tu gracia y según mis fuerzas, hacer revivir la devoción a tu Preciosísima Sangre, en loor de nuestra Redención, y propagarla, a fin de que tu adorable y Preciosísima Sangre sea honrada y glorificada por todos. De esta manera quiero reparar mi infidelidad hacia tu Preciosísima Sangre y expiar las profanaciones cometidas contra ella. Ojalá me fuese posible, hacer como no hechos mis pecados, mi frialdad y todas las irreverencias con que yo Te ofendía. Miradme aquí, mi Jesús, yo te ofrezco el amor y las adoraciones ofrecidas por tu Santísima Madre, por tus discípulos fieles y las de todos los Santos a tu Preciosísima Sangre. No recuerdes más mi infidelidad y frialdad y perdóname todas las ofensas hechas a Ti. Rocíame, oh Divino Salvador, con tu Sangre Preciosísima, para que te ame, Amor Crucificado, desde ahora y para siempre, para ser digno del inestimable Precio de nuestra Redención. Amén.

  39. Rezo del Ángelus: Es la oración que nos recuerda la anunciación y la encarnación del Hijo de Dios. El anuncio lo hizo el ángel Gabriel, enviado por Dios. El ángelus recuerda y celebra el feliz momento en que, por designio del amor del Padre, por el poder del Espíritu Santo y la aceptación de María, el Hijo de Dios, nuestro Redentor, se hizo hombre y habitó entre nosotros. Por tal motivo se acostumbra el rezo de esta oración donde y cuando sea posible, de preferencia a las 12:00 del día ó 6:00 de la tarde. “Entrando en su casa le dijo: Yo te saludo llena de gracia; el Señor está contigo”. (Lucas 1,28). Tres de la tarde, la hora de la misericordia: “A las tres implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi desamparo en el momento de agonía. Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión.” Modo de rezarla

  40. Confesión mensual: Jesús pasa a nuestro lado y derrama su gracia y su misericordia. Muchas atenciones recibimos por parte del Señor y Él espera de nosotros correspondencia y arrepentimiento sincero de nuestras faltas. El nos escucha siempre, pero de modo muy particular cuando acudimos con deseos de cambiar, de empezar de nuevo con un corazón contrito y humillado. El arrepentimiento es un aborrecimiento del pecado cometido, con el propósito de no pecar en adelante, es una conversión hacia Dios. La contrición da al alma una particular fortaleza, devuelve la esperanza, la paz, la alegría, hace que el cristiano se entregue al Señor con finura interior. “Me levantaré e iré a mi Padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra Ti…” (Lucas 15,18) Comunión frecuente: ¡Qué alegría pensar que el Señor nos da tantas facilidades para recibirle! ¡Qué alegría saber que Él desea que le recibamos! Toda buena comunión supone en primer lugar recibir al Señor en gracia. San Gregorio Magno recomienda “Lave primero las manchas y suciedades que tiene el que ha ejecutado malas obras, si quiere preparar a Dios una morada en su alma”. Actualmente la Iglesia nos pide una hora de ayuno eucarístico y acercarnos a la Sagrada Mesa con fe y rectitud de intención. “Yo soy el pan de Vida” (Juan 6,35)

  41. Lectura Bíblica: La mayor parte de la revelación divina está en el libro que la Iglesia reconoce y enseña como palabra de Dios escrita: “LA BIBLIA”. Por la revelación quiso Dios manifestarse y comunicarse a si mismo y los eternos decretos de su voluntad, a fin de hacernos partícipes de los bienes divinos, que superan de todo punto la inteligencia del hombre. Acerquémonos pues de buen grado al texto sagrado, acompañando la lección con la oración “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero” (Salmo 118,105) Rezo del Santo Rosario: El nombre de Rosario en lengua castellana proviene del conjunto de oraciones, a modo de rosas, dedicadas a la virgen. Rosas blancas de serenidad de pureza, rojas de sufrimiento y amor. El Rosario es un modo de oración que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María, interponiendo un Padre Nuestro en cada diez Aves Marías. “El Rosario ocupa el primer puesto entre las devociones en honor de la Virgen y sirve para progresar en la fe, esperanza y caridad” (En este mes de Julio, se sugiere rezarlo con las Letanías a la Preciosa Sangre de Cristo. Modo de rezarlo

  42. Al término del día, Examen de Conciencia: Al acostarte, hacer tu Examen de Conciencia. Acostúmbrate al acto de conciencia todas las noches, antes de irte a descansar; así te conocerás más a ti mismo; te purificarás y prepararás a la muerte. Piensa cómo te juzgaría Dios si tuvieras que morir esta noche… 1.- Ponte en la presencia de Dios y agradécele los beneficios que te ha dado en este día… 2.- Pide a Dios la gracia de conocer y aborrecer siempre el mal… 3.- Piensa en todas las faltas que has cometido en este día, con pensamientos, palabras, obras y omisiones, haciendo hincapié en el defecto al que más estás inclinado… 4.- Arrepiéntete de todo corazón de tus faltas; pide perdón a Dios y trata de imaginarte en qué estado te gustaría encontrarte a la hora de morir.

  43. Tres Aves Marías: ¿Porqué 3 Aves Marías? Para honrar a la Santísima Trinidad. Una para darle gracias por los regalos y favores recibidos durante el día, la segunda para pedir perdón por lo que hemos obrado mal y la última para pedir ayuda para seguir adelante, poniendo en sus manos la vida misma para que se digne cubrirnos con su manto de madre y haga que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. “Jesús al ver a su Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: Ahí tienes a tu Madre” (Jn. 19,26)

  44. DEVOCIÓN A LOS SIETE DERRAMAMIENTOS DE LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

  45. DEVOCIÓN A LOS SIETE DERRAMAMIENTOS DE LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Acto de ContriciónFray Miguel de Guevara No me mueve, mi Dios, para quererteel cielo que me tienes prometido;ni me mueve el infierno tan temidopara dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verteclavado en una cruz y escarnecido;muéveme el ver tu cuerpo tan herido,muévenme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,y, que aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera;pues, aunque cuanto espero no esperara; lo mismo que te quiero te quisiera.Amén. 

  46. Primer DerramamientoLA CIRCUNSICIÓN DEL NIÑO JESÚS Padre Eterno, yo Te ofrezco, por las manos inmaculadas de María, y el Divino Corazón de Jesús, las primeras heridas, los primeros dolores y la primera Sangre que Jesús ha derramado en reparación de mis extravíos de juventud y de los del mundo entero; para que se impidan los primeros pecados mortales, sobre todo en mi familia. Amén En tu inocente Estacióntu pura Sangre Derramadacon la cruel Circuncisión.Dueño de mi corazón,mi Jesús, mi Redentor. Ten Piedad de mi, Señor:por esa Sangre vertida,suspende, Dios de mi vida,tu Justicia y tu rigor. Dulce Jesús de mi alma,misericordia, Señor. Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

  47. Segundo DerramamientoLAS LÁGRIMAS Y EL SUDOR DE SANGRE DE JESÚS EN LA AGONÍA EN EL HUERTO Padre Eterno, yo Te ofrezco por las manos inmaculadas de María y del Divino Corazón de Jesús, los sufrimientos indecibles del Corazón de Jesús, y cada gota de sudor de Sangre derramada durante su angustiosa agonía en el Huerto de Getsemaní, en reparación de mi dureza de corazón, de mis pecados de impiedad y los del mundo entero; y por la propagación del Amor de Dios en todos los corazones y de la solidaridad con las necesidades del prójimo. Amén. Afligido y angustiadoestás en tu oracióny sintiendo tu Pasión,Sangre en el huerto has sudado:hasta la tierra ha llegadolo copioso del sudor. Ten Piedad de mi, Señor:por esa Sangre vertida,suspende, Dios de mi vida,tu Justicia y tu rigor. Dulce Jesús de mi alma,misericordia, Señor. Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

  48. Tercer DerramamientoLA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR Padre Eterno, yo Te ofrezco por las manos inmaculadas de María y del Divino Corazón de Jesús, las innumerables Llagas, los crueles sufrimientos y la Preciosa Sangre derramada por Jesús en la Flagelación, en reparación de mis pecados de la carne y de los del mundo entero, para que se impidan estos pecados y por la salvaguarda de la pureza, sobre todo en mi familia. Amén. En una columna atadoy con terrible fiereza,de los pies a la cabeza,con cadenas destrozado,se ve tu Cuerpo llagado,por el bien del pecador. Ten Piedad de mi, Señor:por esa Sangre vertida,suspende, Dios de mi vida,tu Justicia y tu rigor. Dulce Jesús de mi alma,misericordia, Señor. Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

  49. Cuarto DerramamientoLA CORONACIÓN DE ESPINAS DE NUESTRO SEÑOR Padre Eterno, yo Te ofrezco por las manos inmaculadas de María y del Divino Corazón de Jesús, las Llagas, los sufrimientos y la Preciosa Sangre de la Sagrada Cabeza de Jesús, derramada en la coronación de espinas, en reparación de mis pecados de soberbia y egoísmo, y de los del mundo entero, para que se impidan estos pecados; y por la propagación de la mansedumbre y humildad de Jesús en todos los corazones. Amén Con penetrantes espinascoronaron tu cabeza,y mis culpas con fierezarompen tus sienes divinas,abriéndose así las minasdel tesoro de tu Amor. Ten Piedad de mi, Señor:por esa Sangre vertida,suspende, Dios de mi vida,tu Justicia y tu rigor. Dulce Jesús de mi alma,misericordia, Señor. Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

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