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Lema 2013. Manos juntas para rezar y abiertas para dar. ¿Por qué este lema?. Posibilidad de unir dos actitudes típicamente ignacianas: “contemplativos en la acción”. La imagen de las manos ayuda a la propuesta pedagógico – didáctica.
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Lema 2013 Manos juntas para rezar y abiertas para dar
¿Por qué este lema? • Posibilidad de unir dos actitudes típicamente ignacianas: “contemplativos en la acción”. • La imagen de las manos ayuda a la propuesta pedagógico – didáctica. • Posibilidad y versatilidad del lema para trabajar con diversas edades. • Oportunidad para trabajar aspectos de la formación integral: dimensión testimonial de la tarea educativa, dimensión trascendente de la persona humana, horizonte del servicio y la promoción de la justicia, importancia del construir cuerpo en nuestra institución educativa, etc.
Origen de la frase • La formula la madre de San Alberto Hurtado, cuando en su formación inicial le recuerda la misión de las manos: • “Manos juntas para rezar y abiertas para dar”
Algunas interpretaciones • “Manos juntas…” • Importancia del proyecto compartido: departamentos, institución, Red. • nos habla de soñar cosas juntos • vencer lo que nos divide / separa • riqueza y testimonio del trabajo como cuerpo • testimoniar a una cultura individualista la riqueza de la unidad.
“Manos juntas…” • Por tanto, y forzando la interpretación: • “Manos juntas” -sin el para-nos permite trabajar aspectos variados de la unidad en lo diverso. • "Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos" (1 Corintios 12, 4-6)
Algunas interpretaciones • “…para rezar…” • Nos especifica una finalidad (inicialmente no precisada) de las manos. • Absoluta necesidad de reflexionar nuestra prácticas. • Imponer a nuestros activismos la necesaria distancia y cuestionamientos que nos hace profundos, sabios, discernidores del paso de Dios por nuestras instituciones. • “Después de la acción hay que volver constantemente a la oración para encontrarse a sí mismo y encontrar a Dios” (San Alberto Hurtado)
“…para rezar…” • La oración engloba nuestras prácticas: • Las clases, planes de apostolado, modelos de gestión, la excelencia de nuestras prácticas, el magiscomo modo de proceder, toman la forma de un humilde ofrecimiento. • “Tomad, Señor, y recibid”.
“…para rezar…” • Un ejemplo de oración en San Ignacio: • «Aconsejándole una vez el médico que no cayese en depresión, que le haría daño, dijo después el Padre: Yo he pensado en qué cosa me podía dar melancolía, y no hallé cosa ninguna, sino si el Papa deshiciese la Compañía del todo: y aun con esto, yo pienso que, si un cuarto de hora me recogiese en oración, quedaría tan alegre y más que antes» (Mem. 182 [p. 143]).
“…para rezar…” • En el contacto con “las manos de Dios”, somos formados por las manos del Alfarero. • Manos de Dios que por momentos harán caricias y por momentos tendrán que corregir para dar forma a la vasija. • “Cuando muera y te entregue el corazón hay algo que va a ser indudable, y es que mi corazón, a pesar de todo, todavía tendrá un poquito del olor de tus manos” (Martín Descalzo) • “Nuestra actividad no es plenamente fecunda sino en la sumisión perfecta del ritmo Divino” (San Alberto Hurtado) • “La oración es una pérdida de tiempo y más que eso: es una pérdida del yo” (Van Bremen)
Algunas interpretaciones • Así, descentrada de nuestro yo narcisista, nuestras manos pueden abrirse a la dinámica del dar – darse • “… y abiertas para dar” • “El hombre de la tierra no tiene el poder de suscitar la primavera, pero tiene la oportunidad de comprometer las manos con la primavera…Sólo el hombre es quien el invierno no ha asesinado la esperanza es un hombre con capacidad de sembrar… tenemos que comprometer nuestras manos con la siembra. Que la madrugada nos encuentre sembrando”. (La misión de las manos)
“… y abiertas para dar” • Sembrar en el corazón de nuestros alumnos: • El arte de la felicidad – la pasión por “salir al encuentro del pobre” • «Comienza por darte…pero no darse a cualquiera, ni por cualquier motivo sino a lo que verdaderamente vale la pena. Al pobre en la desgracia, a la verdad, a la justicia, a toda causa grande, al bien común de la Nación, de su grupo, de toda la humanidad, a Cristo que recapitula estas causas en sí mismo, que las contiene, que las purifica, que las eleva, a la Iglesia (mensajera de luz, dadora de Vida) a Dios en plenitud, sin reserva. Cada vez que me doy así, sacrificando de lo mío, olvidándome de mí, yo adquiero más valor, un ser más pleno” (San Alberto Hurtado)
“… y abiertas para dar” • Arrupe frente a Hiroshima: ¿qué hacer frente a la catástrofe? ¿volverse a Dios gritando? • “Por todas partes muerte y destrucción. Nosotros aniquilados en la impotencia. Y es allí, conociéndolo todo, contemplándolo todo, y esperando nuestra invitación para que, juntos, tomásemos parte en la obra de reconstruirlo todo” Poner junto a Él las manos para reconstruirlo todo”.
“… y abiertas para dar” • Si pensáramos en tantas bombas que estallan en el interior de nuestros alumnos y docentes: una mirada inesperada, una traición de un amigo, la amargura de quedarse sin trabajo, una enfermedad no previsible. • El hombre nunca es del todo impotente, siempre tendrá dos manos para seguir luchando, una fuerza para seguir esperando, un corazón para seguir amando. • ¿Qué pasos dar para comprometer mis manos en la siembra?¿Cómo crecer en la confianza: en nosotros mismos, en la realidad, en Dios presente en la misma que nos hace abrir las manos?
Conclusiones • Allí deberemos rechazar una vez más la eficiencia pragmática que coloca como indicador final una excelencia puramente académica y descuida la formación integral • “Una mentalidad tecnicista y pragmática, propia de una visión del hombre y un concepto de humanidad en los que no se tiene en cuenta la dimensión trascendente y moral de la persona y que gesta un tipo de hombre carente de valores fundamentales. Hombres sin alma, para los que la conciencia, el espíritu, el servicio desinteresado son antigüedades, hombres inmaculados, unidimensionales” (Martín Descalzo)
Conclusiones • Necesitamos, por tanto, educar a nuestros alumnos en la pasión de la solidaridad, en ser • hombres y mujeres para los demás, • y con los demás