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séptimo y décimo Mandamientos Respetar los bienes del prójimo. Aprender a dar y compartir. El séptimo y décimo mandamientos de la Ley de Dios nos enseñan a respetar los bienes del prójimo con estas palabras:. No hurtarás (7º Mandamiento). No codiciarás los bienes ajenos (10º Mandamiento).
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séptimo y décimo MandamientosRespetar los bienes del prójimo Aprender a dar y compartir
El séptimo y décimo mandamientos de la Ley de Dios nos enseñan a respetar los bienes del prójimo con estas palabras: No hurtarás (7º Mandamiento) No codiciarás los bienes ajenos (10º Mandamiento)
El séptimo mandamiento enseña a respetar los bienes de los demás y el décimo a no tener envidia de los que poseen más cosas que nosotros.
No cumple estos mandamientos: El que roba o ayuda a robar.
No cumple estos mandamientos: Quien no devuelve lo que le han prestado.
No cumple estos mandamientos: Quien destruye los bienes de uso común (por ejemplo, los bancos de los parques, los muebles del colegio, las papeleras de las calles, los jardines, etc.).
No cumple estos mandamientos: El que no trabaja como debe.
No cumple estos mandamientos: Quien no paga los impuestos.
No cumple estos mandamientos: El que tiene envidia de lo que otros tienen.
No cumple estos mandamientos: El que desea apropiarse de lo que tienen otros.
Dios creó la tierra y todos los bienes que contiene para el provecho de todos los hombres. Sin embargo, todos esos bienes no están bien repartidos.
Mientras unos poseen muchos, otros carecen de los necesarios para vivir con la dignidad propia del ser humano.
Es voluntad de Jesús que quienes tienen mucho lo compartan con los demás. Así nos lo enseña con la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro(Lucas 16, 19-3 1).
Es voluntad de Jesús que quienes tienen mucho lo compartan con los demás. El rico negaba al pobre hasta las migajas que caían de su mesa.
Es voluntad de Jesús que quienes tienen mucho lo compartan con los demás. Cuando murió, Epulón fue condenado porque no puso su riqueza al servicio del necesitado.
Jesús nos llama, a través del Magisterio de la Iglesia, a construir una sociedad más justa. Los que poseen mucho deben compartirlo con los que no tienen ni lo necesario.
Debemos estar dispuestos a dar de lo que tenemos, a compartir con los demás nuestras cosas y a trabajar para que en un futuro los bienes de la tierra estén mejor repartidos siguiendo las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia.
Piensa: • Antes se coge a un mentiroso que a un cojo.• Lo que se da no se quita.• La avaricia rompe el saco. • De quien mucho miente, huye la gente. • Cree el ladrón que todos son de su condición.
Aprendemos ¿Qué nos manda el séptimo Mandamiento? El séptimo mandamiento de la Ley de Dios nos manda respetar los bienes ajenos, vivir la justicia y compartir lo nuestro con quienes están más necesitados.
Aprendemos ¿Qué nos manda el décimo mandamiento? El décimo mandamiento nos manda no desear ni codiciar los bienes ajenos.
Una historia de la Biblia Jesús tenía muchos amigos y discípulos que le seguían a todas partes, pero sobre todo había doce, los Apóstoles, que eran los más cercanos a él y a los que les explicaba todo con más detalle. A pesar de eso, uno de ellos, Judas, fue el que le traicionó y le vendió por treinta monedas para que lo crucificaran. Judas tenía el vicio de robar, él era quien llevaba la bolsa del dinero de los Apóstoles para las pequeñas compras que había que hacer.
Judas aprovechaba para quedarse con parte de ese dinero que tenía que ser para los pobres o para la comida. En el Evangelio, san Juan nos dice que Judas era un ladrón, lo que le impidió darse cuenta de que a quien traicionaba por solo unas monedas era al Hijo de Dios, que había venido al mundo.
Lo que Dios me propone para ser feliz: Respetar las cosas de los demás, ser generosos y justos con nuestros hermanos y amigos.. Ayudar a los necesitados con nuestras limosnas o dedicándoles parte de nuestro tiempo. Imitar a Jesús que nos enseñé a compartir con los demás. Ser generoso. Ser humilde; la humildad evita la envidia. Alegrarse y agradecer por lo que uno es y tiene. Alegrarse y agradecer por lo que uno es y tiene. Practicar la caridad dando de lo nuestro al que tiene menos o lo necesita. Imitar a Jesús, que dijo que hay más felicidad en dar que en recibir
Lo que me aleja de Dios Robar. Romper o dañar las cosas de los demás solo por divertirme o por envidia. No ser agradecidos a Dios y a nuestros padres por las cosas que poseemos. Despreciar y no ayudar a las personas necesitadas. Codiciar los bienes ajenos. Ser egoísta, quererlo todo para mí. La envidia, que nos hace ponernos tristes ante el bien o el éxito de los demás. El consumismo, es decir, tener por tener; ansiando siempre más.
Señor, cuántas cosas buenas nos das cada día. Y cuántas veces me olvido yo de agradecer esas cosas buenas que me concedes. Perdóname, Señor. Quiero ser agradecido. FIN