EL RESPETO A LOS PADRES

1. EL RESPETO A LOS PADRES

2. EL RESPETO A LOS PADRES El precepto de honrar a los padres está incluido en los primeros cinco mandamientos, que tratan acerca de la relación entre el hombre y el Eterno. La esencia del mandamiento es reconocer las bondades que estos nos confirieron. El niño necesita reconocer el bien que sus padres le otorgan para llegar a respetarlos debidamente. Mediante este camino llegará A reconocer los favores del Eterno. “ Enseñándoles a reconocer los favores otorgados por los padres, no solo estamos inculcando el fundamento de honrar, sino también de amar al creador. La obligación de los padres es de acostumbrar a sus hijos a honrarlos”. LAS DIFICULTADES Inculcar en los niños el agradecimiento no es tarea fácil. Los niños son egocéntricos por naturaleza y no reconocen rápidamente los esfuerzos que sus padres hacen por ellos. En la mayoría de los casos, no se dan cuenta de lo mucho que trabajan sus padres por ellos. Generalmente, no se sienten suficientemente agradecidos y, por , ende, no llegan a honrarlos como es debido. Debido a lo difícil que resulta inculcar el respeto a los padres, debemos evitar reaccionar enojados u ofendidos cuando no nos tratan como corresponde, o no nos obedecen. El centro de atención debe ser el niño y no nuestros sentimientos.

3. EL RESPETO A LOS PADRES Los padres al dialogar con los hijos acerca de una mala conducta, deben intentar minuciosamente que no interpreten la conversación como una defensa de su propio honor. Para evitar esta impresión es que un padre hable con el niño acerca de su conducta desagradable hacia el otro padre. Par convencerlo de que se disculpe, podremos sugerirle: “ Ve a decirle a tu mami que estás arrepentido y discúlpate”. Cabe recordar que honrar a los padres es una obligación mutua. Es decir, los niños deben respetar a sus progenitores, pero éstos a Su vez están comprometidos a crear un clima adecuado para esto. Un padre no puede hostigar a su hijo más de la cuenta, porque ello dificulta a éste a respetarlo. Es preferible comportarse con indulgencia y hasta de vez en cuando pasar por alto alguna falta. Un padre no puede recargar el yugo de su hijo, ni exigir minuciosamente que lo respete, porque puede provocarle pecados respecto al mandamiento de honrarlos; sino es preferible que lo perdone y obvie parte de sus faltas. Ya que el padre puede no darle suma importancia a su honor. “Un padre que cede parte de su honor, su honor se considera cedido”. La atmósfera en el hogar tiene gran influencia. El ejemplo personal es la forma más efectiva de educar. El marido y su mujer deben dirigirse entre sí con respeto; este es un precepto por sí mismo y esta actitud fija el tipo de relación Dentro de la familia. Observaciones punzantes, críticas, gritos, diversión a costa del otro, falta de paciencia para escuchar y otro tipo de desprecios generalmente se ven reflejados en la conducta de sus hijos. Los niños “observan todo” y aprenden mediante la emulación. Es preferible mostrarles un ejemplo digno por seguir.

4. EL RESPETO A LOS PADRES Las discrepancias respecto a la educación de los niños son totalmente normales, pero de todas maneras no es conveniente tratarlas delante de ellos. Un padre nunca debe criticar al otro por la forma en que se ocupa de los problemas disciplinarios (o de cualquier otro tema) delante de sus hijos. Los padres deben discutir sus opiniones entre ellos, ya que juntos cargan con la responsabilidad de criar a sus hijos. Deben actuar en forma unánime y apoyarse mutuamente.