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Inspectoría Sagrado Corazón - E C U. Comunidad San Juan Bosco - 1988.
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Inspectoría SagradoCorazón - ECU Comunidad San Juan Bosco - 1988 Con mucho gusto hemos leído la crónica del inicio de esta bella obra escondida en la neblina de los andes ecuatorianos, azotada por el viento del verano, donde hay atardeceres inolvidables que reflejan el misterio de Dios presente en la naturaleza y se constata la mies abundante y los obreros pocos para el trabajo pastoral. Orientadas por las preguntas propuestas, hemos obtenido las siguientes respuestas que animan y cuestionan nuestra vida misionera hoy: ¿Qué fuerzas ha guiado y sostenido a las hermanas? • Avance con click
Según la crónica del año 1988, nuestras hermanas van adelante sostenidas por la oración y la confianza absoluta en Dios y María Auxiliadora; el apoyo incondicional del P. Párroco, SDB y del Sr. Obispo; las visitas de las hermanas de otras comunidades, que siempre llegan con provisiones para las necesidades prioritarias; el cariño de las personas del lugar que se hacen sentir compartiendo lo mejor de los productos del lugar; el espíritu alegre y de familia que reinaba entre las tres hermanas y la ayuda pastoral del personal en formación, especialmente de los hermanos salesianos. Les guía el buen sentido, el aprecio al lugar y a su gente; la responsabilidad de ser las primeras de una obra misionera andina ante la cual la Inspectoría tiene expectativas, porque no inicia con los tradicionales internados. Realizan el trabajo con mucha creatividad, en coordinación con el P. Párroco, los voluntarios italianos, los animadores cristianos y autoridades locales, participan de la vida del pueblo y sobre todo dedican su tiempo a la atención del mundo indígena, sea en las visitas a las comunidades como en los cursos de corte y confección.
¿Qué palabras y sugerencias nos ofrecen hoy? A los 24 años muchas cosas han cambiado, algunas actividades de inicio se han suprimido, otras han aparecido, pero ellas nos sugieren reforzar el espíritu de familia, la alegría, los momentos de distensión, el trabajo en sinergia, la preferencia por el trabajo con las mujeres indígenas, la vida sencilla y esencial, estar disponibles para ayudar al pueblo, la coordinación con la iglesia local, aprovechar los recursos de la época para la evangelización, dar a conocer a Jesús y amar a María, ser coherentes, abiertas, creativas y agradecidas por la providencia de Dios que siempre nos sale al encuentro a través de muchas personas.
