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Un nuevo diluvio de oro y luz. g. b runo 2013. los sabios ancianos. La Tierra dejó de girar por unos instantes, nadie gritó , o tal vez la humanidad esgrimió un ensordecedor grito mudo, los volcanes entraron en erupción y los ríos de lava surcaron los rostros de los sabios ancianos
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Un nuevo diluvio de oro y luz g. bruno 2013
los sabios ancianos • La Tierra dejó de girar por unos instantes, • nadie gritó , o tal vez la humanidad esgrimió un ensordecedor grito mudo, • los volcanes entraron en erupción • y los ríos de lava surcaron los rostros de los sabios ancianos • revistiéndolos de Sol, como nuevos Apolos • que miraban con infinita incredulidad al futuro • mientras con sus manos de forja amasaban el pan.
la donación • El hombre se sajó el pecho con una daga de sílex y se despojó de uno de sus pulmones para donarlo a la locura, • después cosió minuciosamente la herida con sus propios vellos. • Y se lavó las manos en una solución de linaza y orina de madrugada. • Pero no se despertó hasta bien pasada la hora de la floración del almendro.
en el barro • En medio de tanta confusión un agricultor entierra un par de zapatos entre los surcos de su huerto, • dice la leyenda que eran de su padre, otros aseguran que en realidad eran de un mendigo a quien se los había robado, • emociona la ternura de esos dedos de trilla moldeando el barro, tal vez ocultando el deseo, • y verle levantar la vista al infinito, con casi una lágrima, • con casi una blasfemia rodando por su mejilla.
Mañana volverá la palabra • Mañana volverá la palabra • pero no la reconoceréis porque vendrá vestida de silencio y llegará justo antes del eclipse, • es posible que los hombres la confundan con una herramienta del pasado, • y que los niños la persigan burlándose sin comprenderla. • Pero se defenderá ahogándonos en un pozo de olvido y camaleones, • entonces sentiremos deseos de cantar.
Mi semen anegará la siembra • Tu luz cegará a los cíclopes, • tu canto acelerará las mareas, • tu sudor fundirá las alambradas, • tu destino se debatirá entre los museos, • tus manos se impregnarán con el aroma del orégano, • tus brazos se ceñirán en torno al gran cipo, • tu vientre se cubrirá de gorriones • y brotarán encinas de tu pecho.
G. Bruno es pseudónimo, un homenaje al humanista a quien la jerarquía de la iglesia católica asesinó por defender que la vida podía repetirse en infinitos mundos a lo largo del universo. • Todos los poemas e imágenes de esta presentación son obras de G. Bruno. • Todos los personajes, situaciones, acciones y omisiones son autobiográficos. frutos de la libertad y del deseo. • Madrid, marzo 2013