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Fabergé . La colección de huevos imperiales de. La fiesta más importante del Calendario de la iglesia ortodoxa rusa es Pascua. Se celebra con el cambio de huevos y de tres besos. Los huevos de Fabergé comenzaron en 1884 con un huevo de Pascua hecho
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Fabergé La colección de huevos imperiales de La fiesta más importante del Calendario de la iglesia ortodoxa rusa es Pascua. Se celebra con el cambio de huevos y de tres besos. Los huevos de Fabergé comenzaron en 1884 con un huevo de Pascua hecho para el zar Alejandro III que hizo un regalo para su esposa, la zarina Maria Ferodrova
Fabergé diseñó los huevos de Pascua por otros once años hasta que Alejandro II de Rusia murió. Entonces Nicolás ll, hijo de Alejandro, continuó la tradición. Fue dicho desde entonces que el regalo de Pascua tendrá forma de huevo y tendrá una sorpresa dentro. La sorpresa siempre fue mantenida secreta.
El esmaltar translúcido era una técnica valorada en el siglo diecinueve que requería varias capas del esmalte aplicado y horneado después de cada capa. El más estimado de éstos era el esmalte de la ostra que variaba en color dependiendo de la luz. Combinaba metales -plata, oro, cobre, níquel, paladio- variando las proporciones a fin de obtener diferentes colores para la “cáscara” del huevo
Para adornar los huevos de Pascua, a veces de estilo oriental, empleaba todo tipo de piedras naturales: jaspe, cristal de roca, ágata, lapislázuli, jade. Mención aparte merecen las sorpresas que incluían todos los huevos de Pascua. A veces eran coronas reales y pajarillos; otras, retratos en miniatura del zar Nicolás y sus hijas Olga y Tatiana. Para cada diseño, el taller de Fabergé, que llegó a emplear a 700 personas, trabajaba durante un año o más. .
HUEVO DE LA CORONACIÓN Es el más conocido, famoso y valorado de la colección, subastado por 18 millones de dólares. El huevo se abre para mostrar en su interior una réplica de oro en miniatura del carruaje en el que Alexandra hizo su entrada en Moscú. El artesano que lo creó, George Stein, tardó 15 meses, trabajando 16 horas diarias, para completarlo.
EL HUEVO DE LA GALLINA Del tamaño de un huevo de gallina, una banda de oro en el centro descubre el sistema de apertura. En el interior se esconde una gallina pequeña de oro macizo. Tiene un valor de entre tres y cuatro millones de dólares.
HUEVO RENACIMIENTO Fue el último de los huevos que el zar Alejandro lll, que murió ocho meses después, regaló a su esposa. Fabricado en 1894, el esmalte que cubre el huevo está realizado con ágata blanca y la decoración es de oro e incluye piezas de joyería.
HUEVO DEL CAPULLO DE ROSA Está realizado con esmalte granate 'guilloché', sobre el que se engarzaron pequeñas piezas de oro y gemas preciosas. En su interior guarda una maravillosa rosa de esmalte amarillo.
HUEVO DE LOS LIRIOS DEL VALLE Es un huevo de esmalte de color salmón rosado tachonado con perlas y diamantes que imitan a los lirios de las flores del valle. Al presionar sobre una de las perlas de un lateral, se acciona un mecanismo que deja ver en la parte superior del huevo tres retratos en miniatura (detalle en la foto), pintados al óleo, del zar y sus dos hijas mayores, Olga y Tatiana.
HUEVO DEL DECIMOQUINTO ANIVERSARIO En el 15 aniversario de su coronación, en 1911, la zarina Alexandra recibió este huevo, en el que se habían pintado 16 exquisitas miniaturas, cada una de ellas representando momentos históricos del mandato de su marido Nicolás.
HUEVO DEL CUCO Fabricado en 1890, el huevo, de estilo barroco, está decorado con esmalte violeta y tiene un reloj de mesa en el frontal. Al presionar un pequeño botón de oro en la parte superior del huevo sale un cuco, que mueve sus alas.
HUEVO DEL NARANJO En 1911, el zar Nicolás II encargó este huevo para regalarselo a su madre, Maria Feodorovna. Es una réplica en miniatura de un árbol tropical, y entre sus hojas (en esmalte verde) se engarzaron amatistas, rubíes y diamantes rosa que imitan frutas tropicales. El árbol tiene un botón escondido que, cuando se acciona, enseña una de las creaciones más maravillosas de Fabergé. Una parte de las ramas del árbol se eleva y empieza a sonar una música y un ruiseñor se mueve suavemente, mientras agita sus plumas y abre el pico.
HUEVO DE LA ORDEN DE SAN JORGE Realizado en 1916, conmemora la presentación de la Orden de San Jorge a Nicolás II en 1915, que el zar lideró durante la Primera Guerra Mundial. El huevo está realizado en esmalte blanco, sobre el que se han pintado cuatro retratos.
La familia Forbes, iba a dispersar su colección durante una subasta de Sotheby's en abril, que el Patriarca Malcom Forbes había reunido a lo largo de 30 años. La colección Fabergé,, fue adquirida contra todo pronóstico por Victor Vekselberg, un industrial ruso quien pagó una cifra no revelada para devolver los famosos huevos imperiales a Rusia.