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LOS VERDADEROS MOTIVOS DE LA DADIVOSIDAD ACEPTABLE. I. Hace mucho tiempo que los seres humanos procuran ganar meritos a través de actos de caridad.
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I. Hace mucho tiempo que los seres humanos procuran ganar meritos a través de actos de caridad. “En los tiempos de Cristo los fariseos procuraban constantemente ganar el favor del cielo para disfrutar de prosperidad y honores mundanos, que para ellos constituían la recompensa de la virtud. Al mismo tiempo hacían alarde de sus actos de caridad para atraer la atención del publico y ganar así renombre de santidad.” (Pág. 193)
II. Jesús censuró este motivo para actuar “Jesús censuro esta ostentación, declarando que Dios no reconoce un servicio tal, y que la adulación y admiración populares que ellos buscaban con tanta avidez eran la única recompensa que recibirían.” (Pág. 193)
“Por sus buenas obras, los seguidores de Cristo deben dar gloria, no a si mismos, sino al que les ha dado gracia y poder para obrar.” (Pág. 193)
III. Para Dios el motivo por el que hacemos o damos algo es determinante. “Cuando tu des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en publico”. ¿Qué quiso decir Jesús con estas palabras?
“… que en la realización de actos de caridad no se deben buscar las alabanzas ni los honores de los hombres. La piedad verdadera no impulsa a la ostentación. Los que desean palabras de alabanza y adulación, y las saborean como delicioso manjar, son meramente cristianos de nombre.” (Pág. 193) “Hemos de dar sinceramente, mas no con el fin de alardear de nuestras buenas acciones, sino por amor y simpatía hacia los que sufren. La sinceridad del propósito y la bondad genuina del corazón son los motivos apreciados por el cielo. Dios considera más precioso que el oro de Ofir el alma que lo ama sinceramente y de todo corazón. No hemos de pensar en el galardón, sino en el servicio.” (Pág. 194)
IV. Dios toma nota del motivo por el que damos o hacemos algo “Se me mostró que el ángel registrador anota fielmente lo que se relaciona con cada ofrenda dedicada a Dios y colocada en la tesorería y también registra el resultado final de los medios así donados… También se registra el motivo por el cual se da.” (Pág. 194)
V. Que nuestros sentimientos sean conmovidos no representa la motivación mas elevada delante de Dios. “El Espíritu de Dios no puede morar con aquellos a quienes mando el mensaje de su verdad, pero que necesitan que se les ruegue antes de sentir su deber de colaborar con Cristo. El apóstol (Pablo) pone de relieve el deber de dar por motivos superiores a la mera simpatía humana, porque los sentimientos sean conmovidos.” (Pág. 194-195)
VI. El motivo correcto es el amor a Dios “El amor debe ser el principio que impulse a obrar. El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios en los cielos y en la tierra, y debe ser el fundamento del carácter del cristiano. Solo este elemento puede hacer estable al cristiano. Solo esto puede habilitarlo para resistir la prueba y la tentación.” (Pág. 195)
“Si amamos a Jesús, amaremos vivir para el, presentar nuestras ofrendas de gratitud a el, trabajar para el. El mismo trabajo será liviano… Sentiremos por las almas el mismo tierno afán que el sintió.” (Pág. 195)
Al ver la importancia que Dios atribuye al motivo correcto, miremos entonces algunos asuntos importantes concernientes a las ofrendas presentadas al Señor.
1. Las ofrendas deben ser voluntarias. “Todo lo que hacemos debemos hacerlo voluntariamente. Debemos llevar nuestras ofrendas con gozo y gratitud, diciendo al entregarlas: De lo recibido de tu mano te damos voluntariamente.” (Pág. 196)
“Venid al Señor con corazones rebosantes de agradecimiento por sus misericordias pasadas y presentes, y manifestad vuestro aprecio por los beneficios de Dios llevándole vuestras ofrendas de gratitud, vuestras ofrendas voluntarias y vuestras ofrendas de expiación.” (Pág. 196
2. Las ofrendas hechas de mala gana son una burla a Dios. “Seria mucho mejor no dar nada que dar de mala gana, porque cuando compartimos nuestros recursos sin la intención de dar voluntariamente, nos burlamos de Dios. Recordemos que estamos tratando con alguien de quien dependemos para recibir toda bendición, con alguien que lee cada pensamiento de nuestro corazón y hasta los propósitos de la mente.” (Pág. 197)
3. Dios acepta la ofrenda que viene de un dador alegre. ¿Qué significa ser un dador alegre?:
a) El dador alegre no siente dolor sino gozo cuando da al Señor. “Todas nuestras ofrendas debemos presentarlas con gozo, porque proceden de los fondos que el Señor ha considerado conveniente colocar en nuestras manos con el propósito de llevar adelante su obra en el mundo…” (Pág. 197)
El dador alegre no da por impulso. “Si todos los que profesan la verdad quisieran dar al Señor lo que le pertenece en términos de diezmos, donativos y ofrendas, habría alimento en la casa del Señor. La causa de la liberalidad no dependería mas de los donativos inciertos hechos por impulso y que varían de acuerdo con los sentimientos de los hombres” (Pág. 197-198)
El dador alegre crece constantemente en su generosidad para con Dios. “Cada mayordomo fiel debería estar mas ansioso de aumentar la porción de donativos que coloca en la tesorería del Señor antes que en disminuir su ofrenda en una jota o un tilde.” (Pág. 198)
“Los que reciben su gracia, los que contemplan la cruz del Calvario, no tendrán duda acerca de la proporción que deben dar, sino que comprenderán que la ofrenda mas cuantiosa carece de valor y no puede compararse con el gran don del Hijo unigénito del Dios infinito.
El dador alegre se da primero a si mismo a Dios. “Entreguémonos a nosotros mismos como un sacrificio vivo y demos nuestro todo a Jesús. Todo le pertenece; somos una posesión adquirida por el.” (Pág. 198)
Y ahora veamos finalmente en esta sección el delicado asunto de los métodos de incentivo que Dios aprueba o censura.
1- Hay formas de hacer las cosas que Dios no las acepta dentro de su obra. “En nuestros días vemos que las iglesias estimulan las comilonas, la glotonería i.e. a disipación por medio de comidas, ferias, bailes y festivales establecidos con el propósito de reunir fondos para la tesorería de la iglesia.” (Pág. 199)
¿Qué dice Dios de esto a través del don profético? “Este es un método inventado por mentes carnales para conseguir recursos sin realizar sacrificios.” (Pág. 199)
“Alejémonos de todas estas corrupciones, disipaciones y festivales practicados en la iglesia y que ejercen una influencia desmoralizadora sobre jóvenes y adultos. No tenemos derecho a cubrirlo con una capa de santidad porque los recursos obtenidos hayan de emplearse para beneficio de la iglesia. Tales ofrendas son cojas y enfermas, y llevan la maldición de dios. Son el precio de las almas.” (Pág. 199)
“Aunque desde el pulpito se patrocinen los festivales, los bailes, las loterías, las ferias y las comilonas abundantes para obtener recursos para la iglesia, nosotros no debemos participar en ninguna de estas cosas, porque si lo hacemos experimentaremos el desagrado de dios.” (Pág. 200) “No debemos proponernos estimular la concupiscencia del apetito o recurrir a los entretenimientos carnales para persuadir a los seguidores profesos de Cristo a dar de los recursos que Dios les ha concedido. Si no dan voluntariamente, por amor a Cristo, la ofrenda en ningún caso será aceptable para Dios.” (Pág. 200)
2- Si la iglesia usa métodos que Dios no aprueba, el enemigo puede infiltrarse en sus actividades. “En reuniones presuntamente cristianas Satanás arroja un manto religioso sobre placeres engañosos y jaranas impías para darles una apariencia de santidad, y las conciencias de muchas personas son aquietadas porque se reúnen recursos para sufragar los gastos de la iglesia.” (Pág. 200)
3- No debemos dar por motivos egoístas. “Los hombres rehúsan dar por amor a Dios, pero están dispuestos a entregar su dinero por amor a los placeres, la complacencia del apetito y razones egoístas.” (Pág. 200)
“Resulta deplorable que las consideraciones sagradas y eternas no tengan el mismo poder de los tentadores sobornos de las comilonas y las diversiones corrientes, para abrir los corazones de los presuntos seguidores de Cristo a fin de que den ofrendas voluntarias par sostener el Evangelio.” (Pág. 201)
4- El caso de Moisés es un ejemplo para la iglesia en todas las edades. “El plan de moisés puesto en practica en el desierto para reunir recursos financieros tuvo un tremendo éxito. No fue necesario compeler a nadie. Moisés no preparo ningún gran banquete. No invito a la gente a reuniones de alborozo, de baile y de diversiones comunes. Tampoco instituyo juegos de lotería ni cosa alguna profana para obtener recursos a fin de levantar el tabernáculo de dios en el desierto. Dios ordeno a Moisés que invitara a los israelitas a llevar sus ofrendas, Moisés debía aceptar los donativos de cada persona que diera voluntariamente, con sinceridad de corazón.” (Pág. 201)
5- ¿Cómo considera Dios las iglesias que se sostienen recurriendo a tales métodos? “Cristo no puede aceptar esas ofrendas porque no son dadas por amor y devoción a el, sino que son promovidas por la idolatría del yo. Esto se debe a que lo que muchos no harían por amor a Cristo lo hacen por amor a los manjares exquisitos que gratifican el apetito y por amor a las diversiones mundanales que complacen el corazón carnal.” (Pág. 202)
6- ¿Debe la causa de Dios depender precisamente de las cosas que el ha prohibido en su Palabra, y que apartan la mente de la sobriedad, la piedad y la santidad?
“Todos estos métodos para llevar dinero a su tesorería constituyen una abominación para el. (Dios) Es una falsa devoción la que promueve tales procedimientos… Todos los que temen a Dios aborrecerán tales practicas como una desfiguración de la religión de Cristo Jesús.” (Pág. 203)
7- Debemos evitar imitar los malos ejemplos. “Los hombres están repitiendo el pecado de Nadab y Abiu. Están utilizando fuego profano en lugar de fuego sagrado en el servicio de Dios. El Señor no acepta tales ofrendas.” (Pág. 202) “Los miembros de la iglesia están haciendo lo mismo que los habitantes del mundo que Vivian en los días de Noe, cuando sus pensamientos se dirigían continuamente hacia el mal.” (Pág. 203)
8- No rechacemos el plan dado por Dios “Los cristianos presuntos rechazan el plan de Dios para reunir recursos para su obra; ¿Y de que echan mano para suplir la falta? Dios ve la impiedad del método que adoptan. Los lugares de culto son contaminados con toda clase de disipación idolatra, a fin de ganar un poquito de dinero de los amadores egoístas de los placeres para pagar las deudas de la iglesia o sustentar la obra que esta realiza.” (Pág. 202)
“¿Dónde en las instrucciones dadas por Dios para el sostén de su obra, encontramos mención alguna acerca de tómbolas de beneficencia, conciertos, venta de caridad, y otros entretenimientos similares?” (Pág. 202)
9- Los Ministros no debemos promover la liberalidad sin profundidad de principios. “El ministro puede ser muy apreciado por algún hombre acaudalado, y como resultado, este puede ser muy dadivoso con el; esto complace al ministro y el a su vez amontona alabanzas sobre la dadivosidad del donante. Su nombre puede aparecer impreso, y sin embargo ese donante generoso puede ser completamente indigno del elogio que se le tributa.” (Pág. 203)
“Su dadivosidad no nace de principios profundos y dinámicos que lo impulsan a hacer el bien con sus recursos, ya promover la causa de Dios porque la aprecia; en cambio da movido por motivos egoístas y porque desea que se piense que el es generoso.” (Pág. 203)
“Tales personas despertaran por fin del horrible engaño en que han incurrido voluntariamente. Los que alabaron su liberalidad irregular, ayudaron a Satanás a engañarlos, y les hicieron pensar que eran muy generosos, y que tenían mucho espíritu de sacrificio, cuando en realidad no conocían los rudimentos de la dadivosidad ni la abnegación.” (Pág. 203-204)
Un pensamiento Inspirador “Cuando la luz de Cristo brille en el alma, los labios pronunciaran alabanzas y agradecimiento a Dios. Nuestras oraciones, nuestro cumplimiento del deber, nuestra benevolencia, nuestro sacrificio personal, no serán el tema de nuestros pensamientos ni de nuestra conversación. Jesús será magnificado, el yo se esconderá y se vera que Cristo reina supremo en nuestra vida.” (Pág. 193-194)
FIN DEL SEMINARIO Dios te bendiga