180 likes | 437 Views
Alabado sea Dios. ALELUYA. Jesús ha resucitado. ALELUYA. ALELUYA. Al rayar el alba del domingo, en el Calvario aún estaban las maderas de las cruces. Al pie de la montaña había un sepulcro nuevo, donde aún nadie no había estado enterrado.
E N D
Alabado sea Dios ALELUYA Jesús ha resucitado ALELUYA ALELUYA
Al rayar el alba del domingo, en el Calvario aún estaban las maderas de las cruces... Al pie de la montaña había un sepulcro nuevo, donde aún nadie no había estado enterrado
María Magdalena, que había asistido a la crucifixión del Calvario... ...fue al sepulcro para ver si todo estaba en orden y para acabar de embalsamar a Jesús. ¡ Y... qué sorpresa ! Alguien había removido la gran piedra que cerraba la entrada del sepulcro. Miró dentro y vio que el cuerpo de Jesús no estaba ... Volvió corriendo a la ciudad para comunicarlo a los amigos de Jesús.
Los primeros que encontró fueron Pedro y Juan... Les va dijo: ¡ Han robado el cuerpo de Jesús ! Los dos discípulos fueron de prisa al sepulcro. También volvió María Magdalena pero no les podía seguir. Iba llorando porqué quería mucho a Jesús ... que le había perdonado sus pecados.
Juan llegó primero al sepulcro porque era más joven y corría más que Pedro. Lo esperó. Entraron iluminados con una antorcha. Vieron una cosa que les llamó la atención. Las vendas y la sábana con qué habían amortajado a Jesús estaban allanadas. Pero, realmente, el cuerpo no estaba... En aquél momento se acordaron que Jesús les había prometido... -“Me matarán pero al cabo de tres días RESUCITARÉ !” Volvieron a Jerusalén para anunciarlo a los demás discípulos de Jesús.
Cuando Pedro y Juan se marcharon, María Magdalena se quedó sola, triste y llorosa. Aún no creía que Jesús había vuelto a la vida. Miró dentro de el sepulcro y vio dos ángeles. - Por qué lloras?, le dijeron - Se han llevado el cuerpo de Jesús i no sé donde lo han puesto ... Entonces oyó una voz detrás suyo que le decía: MARÍA! Al oírla, reconoció a Jesús. Muy contenta exclamó: RABÍ ... MAESTRO ...
El mismo día, dos seguidores de Jesús, Cleofás y un amigo suyo, marcharon de Jerusalén hacia Emaús, un pueblecito no lejos de la ciudad.... Durante el camino Jesús se les unió, pero ellos no lo reconocieron. - ¿De qué habláis? les dice Jesús. - De lo que hablan todos hoy en Jerusalén: De la muerte en la cruz de nuestro amigo Jesús, un gran profeta. - Y ahora, una mujer del grupo, María Magdalena, nos quiere asegurar que lo ha visto vivo ...
Cuando llegaron a Emaús, casi era de noche. Jesús, se despidió diciéndoles que tenía que continuar el viaje. Cleofás y su compañero le dijeron: ”Quédate con nosotros que ya es tarde”... Y lo invitaron a cenar. Él tomó el pan... lo bendijo... lo partió... Y en aquél momento ellos se dieron cuenta que era Jesús. Pero Él desapareció de su vista. Vayamos a contarlo a los demás, dijo Cleofás a su compañero. Dejaron la cena y volvieron a Jerusalén.
Corrieron muy a prisa, hacia la ciudad Entraron acalorados a Jerusalén, - recorrieron las calles, - subieron las escaleras, -y entraron en la habitación donde estaban los amigos de Jesús, gritando: - HEMOS VISTO A JESÚS - HEMOS VISTO A JESÚS y hemos hablado con Él. - No me lo creo, decía Mateo - Ya os dije que está vivo, decía Maria Magdalena.
Aún estaban discutiendo y con las puertas cerradas por miedo a lao judíos, cuando oyeron una voz que les decía: - LA PAZ SEA CON VOSOTROS - NO TENGÁIS MIEDO, NO SOY UN FANTASMA. ¡ERA JESÚS ! Pedro, entre incrédulo y ilusionado, le preguntó: ¿Realmente eres tu, Señor? -“Mira las heridas de mis manos y mis pies”, li respondió Jesús Viéndolo, todos creyeron que era Él y estaban muy contentos
A la reunión faltaba un discípulo que se llamaba Tomás Cuando le contaron que habían visto a Jesús vivo, no se lo creyó. Dijo:Si no veo sus heridas y no las toco con mi dedo, ¡ NO ME LO CREERÉ ! Por mucho que lo quisieran convencer, no lo lograron. Ocho días después ...
Estaban reunidos a la misma sala y también con las puertas cerradas... Inesperadamente, se presenta Jesús: ¡ LA PAZ SEA CON VOSOTROS! dijo. - Tomás ven, pon tu dedo en mis heridas. Tomás, confundido exclamó: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO! I Jesús le respondió: Tu has creído porqué has visto, Tomás. Felices los que creerán sin haber visto.
Algunos días después, los amigos de Jesús decidieron volver a su oficio de pescadores, en el lago de Tiberíades. Fueron a pescar de noche, para encontrar buena pesca. A pesar de ello, aquella noche no pescaron nada. Pedro dijo: “Pronto saldrá el sol. Es inútil perder más tiempo. Vamos a comer...” Entonces, desde la orilla, un hombre les dijo:”Echad la red al otro lado de la barca, y pescaréis” Era Jesús pero ellos no lo sabían. Lo hicieron así, y cogieron 153 peces grandes. La red se rompía, y la arrastraron hasta la playa. Juan, al ver el milagro, dijo: ¡¡¡Es JESÚS!!!
Pedro se emocionó tanto que se echó al agua y llegó a la playa nadando. El alba rompía ya las tinieblas... Jesús, mientras tanto, había encendido una hoguera y preparaba algunos peces para comer. Cogieron unos panes y se pusieron a desayunar juntos, hablando largamente con Jesús.
Cuando Jesús estuvo seguro que ellos creían que había resucitado, les reunió en una montaña... Y les dijo... - Continuaré siempre con vosotros. - Os mandaré el Espíritu Santo, escuchadlo. - Id por todo el mundo a explicar lo que Yo os he enseñado. Y SUBIÓ AL CIELO, DONDE NOS ESPERA Ahora, como hizo Jesús, nos partiremos el pan y la sal... Y Él se sentará con nosotros en su Mesa.